miércoles, 24 de abril de 2019

NOVENA A LOS DOLORES INTERNOS DEL SAGRADO CORAZÓN





PIADOSA NOVENA A LOS DOLORES INTERNOS DEL SACRATÍSIMO CORAZÓN DE JESÚS
Por la Madre Encarnación Rosal, religiosa Bethlemita del Sagrado Corazón de Jesús.

ACTO DE CONTRICCIÓN

Señor mío Jesucristo, ante vuestro afligidísimo y herido Corazón, tenéis a la criatura mas miserable, ingrata, desagradecida, rebelde e indigna de estar ante vuestra soberana presencia. Si, Señor, aquí esta esta criminal criatura, a quien tantas gracias habéis concedido, mas vuestro tierno corazón ha esperado tanto tiempo la vuelta de esta alma pródiga a las puertas de la casa de la misericordia. Ea pes, Señor, tenéis a vuestros pies llena de confusión y de vergüenza, toda manchada, llena de miseria y desfigurada, pero llena de confianza, y acogido a vuestro Sagrado Corazón, esperando que por el desamparo que el padeció en el Huerto de los Olivos, tengáis piedad de mi y de todos los que hacemos esta novena, en reconocimiento de vuestros internos dolores. Amén.
Un credo, por la conversión de los pecadores.

DIA PRIMERO

Corazón Sagrado de Jesús, humilde y lleno de dolores, atravesado con los dardos de mis ingratitudes e infidelidades, con que tantas veces os eh ultrajado. Lleno de vergüenza, vengo a pediros el remedio de esta necesidad, que hoy oprime y aflige mi corazón: haced, Señor, que se cumpla vuestra santa voluntad en el trabajo en que me hallo, como en los aquí reunidos estamos haciendo esta novena, agradecidos por los dolores que por nosotros padeciste, cargando sobre Vos mismo en el enorme peso de nuestras iniquidades. Yo reconozco, Señor, y adoro vuestra generosidad, y os pido que no permitáis en adelante vuelva a ofenderos. Amén. (Petición)

Padre nuestro, Ave María y Gloria…


ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Recibid Señor, estas pobres oraciones, que os dirijo en honra de vuestro amantísimo y Sagrado Corazón, y en reconocimiento de sus internos dolores. Recibídmelas, Señor por esos mismos dolores, y no me neguéis lo que por ellos os pido. Mirad, Señor, cuan atribulado se halla mi pobre corazón, pero si Vos así lo habéis ordenado, yo no deseo otra cosa sino conformarme a vuestras santas disposiciones. Muy vuestro es: limpiadlo y recibidlo en el vuestro, y no permitáis jamás salga de él, para que no vuelva a ofenderos. Amén.

ORACIÓN A MARÍA SANTÍSIMA PARA TODOS LOS DÍAS

¡Oh Madre, la mas afligida de todas las madres! Aquí tenéis a la criatura mas necesitada. A vos Señora, acudo como refugio de pecadores, para que amparéis a esta alma, la mas atribulada. Mirad, Señora, cuantas son mis necesidades: sed mi intercesora para con vuestro Divino Hijo y mi Señor, a fin de que me obtengáis el remedio de esta necesidad, y si no es su voluntad, ni la vuestra, alcanzadme a lo menos, cada día, más gusto y placer en el padecer, si esto es lo que mas me conviene. Padezca yo, Señora, si es dable y posible, tanto cuanto padeció vuestro Santísimo Hijo en su Corazón, y vos en el vuestro, pues sois Madre y Maestra de Dolores. Padezca yo, con tal que cesen las injurias que los hombres hacen a vuestro Divino Hijo, que se conviertan todos los infieles, herejes y pecadores. También os pido por el Sumo Pontífice, por las necesidades de la Iglesia, por nuestro Prelado Metropolitano y por los sacerdotes que tanto amáis. Pido también por los hijos desobedientes, por las almas del Purgatorio, y en particular, Señora, por la conversión de (mencione a la persona por quien quiera orar) No permitáis, se pierda esta ni otra alma alguna: recordad que, al pie de la Cruz, en medio de los más grandes, quedasteis por Madre nuestra. Amén.
Se concluye con una salve por la conversión de los pecadores.  

DIA SEGUNDO

Corazón de Jesús, lleno de dolores, ¿Cuándo cesarán las ingratitudes de los hombres para con vuestra Majestad soberana? ¿todavía no se contentan con veros enclavado y desnudo en ese duro madero? ¿y porque estáis Señor, en tan lastimoso estado? ¿acaso tenéis algún delito vuestro que pagar? No, ciertamente: bien se que todos esos dolores os los hemos ocasionado con la multitud de nuestros pecados. Si, amabilísimo Jesús, nosotros somos los que hemos atravesado vuestro Sacratísimo Corazón, mas no permitáis que en adelante volvamos a caer en tan negra ingratitud. Venga, Señor, sobre nosotros la muerte, antes que tal desgracia nos suceda. Amén.

DIA TERCERO

Corazón de Jesús, afligido, pero siempre fino para con los hombres, esos hombres rebeldes y desagradecidos. Si, es tan grande vuestra fineza que no habéis arrojado fuego del Cielo que nos consuma, no, al contrario, cada momento nos prodigáis nuevas gracias, nos llamáis, nos convidáis, nos abrís las puertas de ese fino Corazón, para que entremos en él, y allí permanezcamos fuertes en la tentación, pero nosotros, Señor, todo lo despreciamos e ingratos, nos entregamos al pecado. No permitáis que en adelante volvamos a ofenderos, primero la muerte, antes que cometer otra ofensa contra ese fino Corazón. Amén.

DIA CUARTO

Corazón de Jesús, siempre amante para con los hombres, esos hombres siempre obstinados, siempre pérfidos, dignos solo de vuestras venganzas, y no de vuestros favores, pero vuestra inmensa misericordia no se cansa, sino pronta a recibiros, siempre nos llama, tocando a las puertas de nuestros corazones que errados y remachados con los cerrojos de la soberbia y amor propio no se abren a los amorosos golpes de su verdadero dueño. ¿Cómo, pues Señor, sufrís tantas ingratitudes, y no arrojáis a los abismos tan duros corazones? No permitáis que permanezcamos en tanta obstinación, ablandad estas duras piedras, hasta derretirlas y convertirlas en un purísimo amor hacia a Vos, y que nunca jamás vuelvan a ofender a tan amante Padre. Amén.

DIA QUINTO

Corazón de Jesús, traspasado con el duro golpe de una cruel lanza, formada con mis ofensas y resistencias a vuestra divina gracia. Abierta esta ya esa preciosa puerta, lleguemos a ella, pero lleguemos contritos y humillados para ser curados de tan canceradas y corrompidas llagas, entremos por la hermosa y preciosa puerta de la salud, allí no hay enfermedades, ni trabajos, corramos a embriagarnos con ese precioso vino, fabricado en las bodegas de un amor inmenso. ¡Oh Dios de bondad! ¡cuan indigno soy yo de llegar a esa divina puerta! No es para mí, yo merezco otra, Vos sabéis cual es. Conozco la gravedad de mis delitos, justo es que reciba la pena merecida, pero viva, recibid, Señor, mis deseos, mis pobres y tibias oraciones, y no permitáis, que en adelante vuelva a ofenderos. Amén.

DIA SEXTO

Corazón Sagrado de Jesús, resuelto enteramente a padecer todo género de crueldades por los hombres, incapaces siempre de sufrir nada por Vos, débiles para los trabajos y fuertes para el pecado, por un leve dolor que suframos, ¡tan grande es nuestra iniquidad! Os acusamos de injusto e ingrato, y nos parece que ya nada podemos, y despreciamos todo lo que nos mandáis para ofrecérnoslo. Es tan enorme nuestro atrevimiento, que queremos se nos conceda, aquello mismo con que vamos a ofenderos. Todo esto, Señor, lo sufre con admirable paciencia vuestro amantísimo Corazón. Nos espera, nos llama, y no quiere nuestra condenación. Nosotros insensatos y ciegos, la buscamos, mientras que Vos, en todas partes y en todos momentos, nos apartáis del fatal camino de perdición. Abrid, Señor, los ojos a esa multitud de desgraciados, y no ya mas dolores a vuestro dulcísimo Corazón. Amén.

DIA SÉPTIMO

Corazón de Jesús, tan dispuesto y pronto a padecer por cada uno de los hombres, innumerables dolores, ¿Cómo pues, tendremos a ese fino Corazón tan adolorido y amargado? ¿Cómo sufrís tenernos ante vuestra vista, y prestáis oídos a nuestras suplicas, llegando a vuestra presencia en pecado, pudiendo tan fácilmente salir de este estado miserable corriendo a los pies de vuestros ministros, humildes y arrepentidos, a lavarnos de tantas y tan detestables abominaciones? Concedednos, Señor, por este medio, la gracia de quedar limpios y no volver a ocasionar nuevos dolores a vuestro Divino Corazón. Amén.

DIA OCTAVO

Corazón de Jesús, el mas paciente. Conceded a estos pobrecitos esa preciosa paz y el don inestimable de la conformidad para que ninguna adversidad de la vida nos turbe ni inquiete, sino que estemos siempre dispuestos y preparados para tolerar todos los trabajos con que vuestra bondad se dignare visitarnos, como pruebas de vuestro amor, y permanezcamos en esta vida prontos para padecer, pero no a ofenderos, y así cesaran los dolores de vuestro pacientísimo Corazón. Amén.

DIA NOVENO

Corazón de Jesús Sacramentado, hasta que extremo ha llegado el exceso de vuestro amor hacia los hombres, de quedaros disfrazado y escondido en ese admirable sacramento para ser nuestro consuelo en todos los trabajos de esta vida ¿y cual es, Señor, nuestra correspondencia? El cometer mil desacatos e irreverencias escandalosas en vuestra casa, y el presentarnos a vuestra Divina Mesa manchados e inmundos a cometer horrendos sacrilegios. ¿no es esto el crimen mas enorme y el delito mas horrible? ¿Cómo sufrís tan negra perfidia y no arrojáis a esas almas al profundo abismo? Pero no, no lo hacéis así, sino que sufre vuestro amabilísimo Corazón tan profundas heridas, y nosotros ingratos, todo esto hacemos, y ciegos permanecemos encenegados en la iniquidad, siempre apegados a los engaños e ilusiones del mundo, no nos volvemos a ese Corazón abierto a llorar con lagrimas de sangre tan inauditos crímenes. De hoy en adelante, Señor, mudaremos de vida, recibid estos corazones, limpiadlos, para que sean dignas habitaciones vuestras, y de esta manera seremos felices aquí, y después por toda la eternidad. Amén.


miércoles, 10 de abril de 2019

NOVENA A SAN BENITO DE PALERMO

NOVENA AL PRODIGIOSO SAN BENITO DE SAN FILADELFO 
EL SANTO NEGRO DE PALERMO

Por don Nicolás José Villagordo. 1749. 
Murcia, España

ORACION PARA TODOS LOS DIAS
Glorioso padre mío San Benito, Esplendor de la Orden Franciscana, ejemplar de virtudes, espejo de santidad, refugio de afligidos y medico celestial, que dais vista a los ciegos, salud a los enfermos y vida a los muertos, suplicoos Santo mío os dignéis admitirme por uno de vuestro siervo y roguéis a la Divina Majestad me asista siempre con sus auxilios o para salir de la culpa si estoy en ella o para perseverar en la gracia. Alcanzadme también Santo mío, entera salud y la gracia especial que os pido en esta novena (pedir la gracia) si conviene para la gloria de Dios y bien de mi alma o si no una perfecta resignación a su divina voluntad. Amén.
Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias


DIA PRIMERO
Dios y Señor Omnipotente, Amantisimo Padre de las almas, que por redimirlas veniste al mundo, a padecer y morir por ellas, dejando para su remedio tantas virtudes y sacramentos, y vistiéndolas en la puerta de todos (que es el Bautismo) en el precioso habito de la fe, por medio de la cual lleguen todos a veros y gozaros en la claridad de vuestra gloria: cuan magnifico te mostraste con tu fiel siervo San Benito de Palermo, en infundirle esta virtud con tan singular influencia, que en medio de sus oscuridades la confesaba con tal firmeza, que no parecía creer lo que no veía, sino adorar lo que tocaba, de que le nacía el ardiente celo de que todos los paganos se convirtiesen, derramando por esto cada día copiosas lagrimas con grandísimo desconsuelo. Yo os alabo y magnifico por este favor que le hiciste, y te pido ilustres mi entendimiento con una tan viva y firme fe, que de ella no me aparten las muchas tentaciones, que contra ella me arma el demonio, para que así llegue a veros y gozaros en compañía de mi abogado San Benito, en la claridad de vuestra gloria. Amen.
Padre nuestro, Ave María y Gloria.


ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
¡Oh glorioso Padre mío San Benito de Palermo! Negro Divino que fuiste blanco de los cariños de todo un Dios, rayo luminoso de la santa Iglesia, que iluminas con luces y resplandores de su doctrina y ejemplos, Flor rarísima entre las plantadas en los jardines de la gloria, portento el mas raro de milagros, defensor acérrimo de la fe católica, Negro admirable en penitencias, centro y custodia del más fino amor, yo doy al Altísimo infinitas gracias, porque te hizo en todo tan singular y peregrino, y te pido ¡Oh glorioso Santo mío! Me alcancéis de su majestad el que yo sea verdadero imitador de tus virtudes, y el favor que te pido en esta novena, si es que conviene para mayor gloria de Dios, honra tuya y provecho espiritual de mi alma. Y por último te pido, que me asistas para que pueda merecer de mi Dios el perdón de mis pecados en esta vida, y que después la finalice con una dichosa muerte, para poder llegar a acompañaros en la Gloria. Amen.


GOZOS

Pues eres, Negro prodigioso,
blanco de Dios infinito:
alcánzanos, San Benito,
de la gloria el fin dichoso.

En Sicilia floreciste
como clavel misterioso,
haciéndote más hermoso
la fe, que ciego creíste.
Pues tal favor recibiste
del Dios todopoderoso.

No pareció tu fe obscura,
pues lo mismo, que creías,
se pensó claro veías,
con vista sencilla y pura;
y pues así te asegura
de la fe lo tenebroso.

Siempre que a Dios recibías,
tanto en la fe profundabas,
que arrobado te quedabas
y el Señor te suspendía.
Sin duda te sumergía
en un deliquio amoroso.

La caridad en tu pecho
en vivas llamas ardía,
siempre absorto te traía,
y en sus incendios deshecho.
Siempre hallaba blando lecho
en vos el amor hermoso.

Tanto en este amor crecías
meditando en Dios atento,
que abrasabas el Convento.
Si fuera no te salías,
siempre el corazón traías
hecho volcán amoroso.

Lo dulce de la oración
Lo comenzaste a gustar
Desde que supiste andar
Tu por tu propia elección
No tenías locución
Y ya orabas cuidadoso.

Fuera de ti te sacaba
Este amor tan soberano
Solo su poder y mano
Era quien te conservaba
Dando voces te llevaba
Por los montes presuroso


Si a orar a los montes ibas
Parecía los quemabas
Si a la Iglesia, la abrazabas
Con estas llamas tan vivas
Pues muestras tan expresivas
Das de santo religioso.

En la oración alcanzaste
De la profecía el don
La ciencia en tu corazón
Perfectamente encerraste
En todo te acreditaste
El negro más prodigioso.

A los ciegos dabas luz
Pies y manos al tullido
Lengua al mudo, al sordo oído
Y a todo enfermo salud
El estudio de la cruz
Te hizo medico famoso 


L/: Ruega por nosotros ¡Oh padre San Benito de Palermo!
R/: Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

ORACION: Omnipotente Dios y Señor que en tus adorables designios eliges a lo más sencillos del mundo para confundir a los soberbios. Pues reconozco este don en San Benito de Palermo, mira con bondad a este hijo tuyo que, pidiendo la intercesión del Santo, te presenta las necesidades de alma y cuerpo... Atiende las peticiones que te elevo presentándotelas por intermedio de San Benito. por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.


DIA SEGUNDO
Omnipotente y Magnifico Señor, complemento y ultimo fin de la esperanza, el cual alcanzan y logran todos los que esperan en vuestra largueza infinita para el remedio de todas sus necesidades, tanto espirituales y corporales: yo os doy infinitas gracias con todo el afecto de mi alma, porque adornaste de tan santa virtud al glorioso Abogado mío San Benito de Palermo, en grado tan heroico, como publican los insignes milagros que hacia con la sola esperanza que tenia en vuestra Divina Majestad, yo os suplico, que por los méritos de este santo, me concedáis una firme esperanza en vuestra infinita misericordia, con la cual logre el perdón de mis pecados, para que libre de ellos, consiga el fin de ella, que sois Vos, en la eternidad de la gloria. Amen. 


DIA TERCERO
Oh Dulcísimo Jesús, amantísimo dueño de las Almas, que por trato amarlas, expusisteis por ella vuestra vida en el Madero de la Cruz, con un deseo ardientísimo, de que todos le aprovecharan de tan eficaz medicina: yo os doy rendidas gracias por este singularísimo amor, con que a los hombres amasteis y también, porque pusisteis cual Reina entre las virtudes en la purísima alma de vuestro Siervo y mi protector San Benito, encendisteis en su corazón en grado tan intenso, que andaba siempre abrazado, como el más encumbrado Serafín, y su Cuerpo, en medio de su negrura, estaba a veces tan resplandeciente, que no había quien mirase sin cegar, por los muchos rayos que este fuego despedía: concédeme Señor, que a imitación de este Santo os ame a Vos, y a mis prójimos con ardiente caridad, para que permaneciendo en ella hasta la muerte, la pueda continuar en su compañía por los siglos de los siglos. Amén.


DIA CUARTO
Omnipotente y Soberano Señor, de quien procede todo bien, y de quien desciende todo don perfecto, y le comunicas a las Almas esposas tuyas por medio de la unión, que reinen contigo la más perfecta caridad y amor, cuyas llamas enciendes en sus amantes corazones, en la hoguera o fragua de la Oración, donde las comunicas tus secretos y tienes con ellas tus  delicias: yo engrandezco tu santo nombre por lo mucho que en esto favoreciste a tu siervo San Benito, pues le levantaste á tan alto grado de Oración y contemplación que abstraído siempre de sus potencias, no parecía estar en si sino solo en ti, pues el fuego de tu amor, que subía a su esfera y levantaba su cuerpo por los aires, como si fuera ligera ave, y olvidado aun de su aliento permanecía en ellos los días enteros, y las noches yo te pido me concedas, el que eh  olvidado yo de lo terreno, solo tenga mis regalos y delicias en tí, tu solo eres quien puede ahuyentar sus deseos, para que así pueda volar a veros, libre de las prisiones de la carne, en la eterna morada de tu Gloria. Amén.


DIA QUINTO
Dios y Señor infinito en atributos y perfecciones, en quien se encierra todo lo secreto y oculto de la más encumbrada sabiduría: yo te confieso Padre Eterno y te alabo, porque ocultaste estos secretos a los sabios y prudentes del mundo y los revelaste a los párvulos que el mundo tiene por despreciados, y también porque entre todos se los comunicaste tan a tan manos llenas al más humilde y santo lego San Benito de Palermo que sin saber escribir ni leer, explicaba tan altamente todos los Misterios más ocultos de nuestra Santa Fé, y los punto más delicados de las Escrituras, siendo pasmo y admiración de los Maestros más graduados del mundo, al ver tanta ciencia y juntamente profecía en uno al parecer, tan flaco instrumento: y te pido, que pues el principio de la sabiduría es tu santo temor, me des que yo aprenda con perfección este principio, para que pueda alcanzar su fin, que es tu santo amor, en el cual persevere por los siglos de los siglos. Amén


DIA SEXTO
Señor mío Jesucristo Cordero manso y humilde, que con tus palabras y ejemplos enseñaste a los hombres la verdadera humildad del corazón: yo os doy muchas y rendidas alabanzas, por lo singular que en esta virtud le hiciste al glorioso San Benito de Palermo, pues siendo un Santo, que aunque Negro, era el blanco de los cariños de todos, se humillaba tanto, que se tenía por el más miserable pecador de cuantos había en el mundo, de modo que no se hallaba contento, si no se hallaba despreciado y abatido de todos, y no contento de los, desprecios comunes; buscaba estratagemas para ser despreciado en las publicidades en que se hallaba; concédeme, oh Maestro de la humildad, que a imitación de este Santo, me humille y abata con un perfecto conocimiento de mis culpas, para que de este modo llegue á gozar la corona prometida a los humildes de corazón en vuestra Gloria. Amén.



DIA SEPTIMO
Oh Dios infinito y misericordioso Señor, que, por tu mucha piedad, quisiste enriquecer a tu Esposa la Santa Iglesia con el precioso riego de tu sangre, vertida a fuerza de tan crueles azotes y tormentos como sufriste en tu Santísima Pasión y quisiste que en tan crueles tormentos te imitase tan vivamente tu fidelísimo imitador San Benito de Palermo, quien teniendo tan poca compasión de su cuerpo, le traía siempre atormentado coa tan crueles silicios, y disciplinas que apenas se veía su color negro, parias muchas, y grandes llagas, que en sus virginales carnes le dejaban y sus ayunos, así de comida como de sueño, eran tales, que algunas veces se le pasaban muchos días y noches sin dar a la naturaleza el cortísimo alivio de una hora, y cuando raras veces daba, era sobre la dura desnuda tierra: concededme Dios mío, que a imitación de este penitente Santo, haga yo verdadera penitencia de mis culpas, para lograr el perdón de todas ellas y el fruto de tu preciosa derramada sangre en el eterno descanso de tu Gloria. Amén.


DIA OCTAVO
Dios y Señor poderosísimo, que por el amor de los hombres quisiste nacer en un pobre y despreciable Pesebre, y vivir y morir con tanta pobreza, que aun la mortaja para enterrarte fue preciso se buscase de limosna, para enseñar a sus escogidos, y engrandecerles con el riquísimo tesoro de la pobreza de espíritu y entre otros muchos escogiste al glorioso San Benito de Palermo, a quien quisiste tan pobre y desvalido no solo de las cosas temporales, sino también de la carne y sangre, que se podía llamar entre los pobres el pobrísimo: concédeme, oh Maestro de las virtudes, que en esta tan singular imite yo a este glorioso Santo, para que desafiado mi corazón de las cosas temporales, solo tenga su confianza, donde está su verdadero tesoro, que es en la Gloria. Amén.


DIA NOVENO
Esposo amantísimo de las almas puras, con las cuales tienes tus más tiernos y dulces coloquios, como se conoce cuanto amabas en mi abogado y Protector San Benito, el cándido armiño de su pureza, pues se conservaba intacta y pura todo el tiempo de su vida, por lo cual mereció ser ángel en la pureza, y que estos soberanos espíritus le acompañasen en todos sus ejercicios y trabajos corporales haciendo sus oficios por el muchas veces y también que los elementos le obedeciesen por lo bien concertados, que traía los de su cuerpo y que las Vírgenes en su muerte bajasen en lucidos escuadrones, para acompañar su alma purísima en el camino de la Gloria: concédeme, o Esposo amante, por los méritos de este portento de la gracia, el que yo viva siempre puro y casto en pensamientos, palabras y obras, para que así pueda volar a veros y gozaros en compañía de las vírgenes en vuestra Gloria eterna. Amén.


RESPONSORIO

Aquí los Ciegos hallarán la villa,
Manos, y pies, el manco, y el tullido;
Remedio el pobre, gozo el afligido;
El más desamparado, quien le asista.

Tendrá, quien a sí mismo se conquista,
(Aunque le llegue a ver muy combatido)
Quien le deje también fortalecido,
Que no haya tentación, que no resista.

La estéril, sucesión; vida, el difunto;
Y, lo que, es más, quien haga bueno a un negro,
Y quien, a un miserable, vuelva franco;
De fuerte, que verán en tal conjunto,
Que siempre, que oren bien, al Santo Negro,
Dios le dio, para todo, Carta en blanco.

Gloria al Padre, Gloria al Hijo, 
Gloria al Espíritu Divino

Aquí los Ciegos hallarán la villa,
Manos, y pies, el manco, y el tullido;
Remedio el pobre, gozo el afligido;
El más desamparado, quien le asista.


L/: Ruega por nosotros ¡Oh Negro de celestial blancura!
R/: Para que seamos dignos de las promesas de Cristo

ORACIÓN: Atiende Señor, a nuestras súplicas que te dirigimos en la solemnidad del bienaventurado Benito, tu confesor, para que los que no tenemos confianza de nuestra justicia, seamos ayudados con los ruegos de este que te agradó. Por Cristo nuestro Señor. Amén. 


ANOTACIONES

Al hablar sobre la piedad popular, es referirnos a aquellas devociones que antaño se hacían en nuestros pueblos y nuestras casas, cuando se...