sábado, 31 de julio de 2021

LETANIAS DE SAN LAZARO DE BETANIA


LETANÍAS DE SAN LÁZARO

Señor, ten piedad de nosotros.

Jesucristo, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros.

 

Padre celestial, que eres Dios,

Redentor del mundo, que eres Dios,

Espíritu Santo, que eres Dios,

Santísima Trinidad, que eres un solo Dios,

 

Santa María R/: ruega por nosotros.

San Lázaro,

San Lázaro, gloria resplandeciente de una familia noble,

San Lázaro, hermano ilustre de Marta y María,

San Lázaro, amigo de Jesús,

San Lázaro, invitado de Jesucristo,

San Lázaro, prodigio de la omnipotencia de Jesucristo,

San Lázaro, heraldo de las maravillas divinas,

San Lázaro, apoyo de los soldados de Cristo,

San Lázaro, terror de los demonios,

San Lázaro, salvación de los leprosos,

San Lázaro, consolador de los afligidos,

San Lázaro, salud de los enfermos,

San Lázaro, apoyo de los moribundos,

San Lázaro, gloria de Jerusalén,

San Lázaro, alegría de Marsella,

San Lázaro, primer obispo de Marsella,

San Lázaro, martirizado en la Place de Lenche,

San Lázaro, el honor de la diócesis de Autum,

 

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros.

 

L/: Ruega por nosotros, Bendito San Lázaro,

R/: para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.

 

ORACIÓN: Oh Dios, que honraste con el Pontificado y con el martirio al Beato Lázaro, discípulo de Jesucristo resucitado, después de haber estado muerto cuatro días, concédenos por sus méritos salir de la muerte del pecado y disfrutar de la vida eterna. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor, ¡que así sea!

LETANIAS DE SANTA MARTA


LETANIAS DE SANTA MARTA DE BETANIA

Señor, ten piedad de nosotros

Jesucristo, ten piedad de nosotros

Señor, ten piedad de nosotros,

 

Padre Celestial, que eres Dios

Redentor del mundo, que eres Dios

Espíritu Santo, que eres Dios

Santísima Trinidad, que eres un solo Dios

 

Santa María, ruega por nosotros.

Santa Marta, Santa Anfitriona de Jesucristo,

Santa Marta, que se apresuró a abrir la puerta de su casa,

Santa Marta, que recibió a Jesucristo en su casa,

Santa Marta, que con santo decoro hizo agradable su casa a Jesús,

Santa Marta, que recibió al que come sólo entre los lirios,

Santa Marta, Sierva casta y pura,

Santa Marta, Sierva virtuosa y caritativa,

Santa Marta, fiel sierva,

Santa Marta, Sierva amable y misericordiosa,

Santa Marta, sierva prudente,

Santa Marta, sierva cuidadosa,

Santa Marta, sierva feliz,

Santa Marta, sierva del Verbo encarnado,

Santa Marta, que dio pan a Jesucristo cuando tuvo hambre,

Santa Marta, que apagó la sed de Jesucristo dándole de beber con sus propias manos,

Santa Marta, que dio un retiro a Jesucristo cuando era peregrino en la tierra,

Santa Marta, que relajó a Jesús después de sus trabajos,

Santa Marta, que usó sus bienes y su cuidado al servicio de Jesucristo,

Santa Marta, que renunció a todo para seguir a Jesucristo,

Santa Marta, verdadero ejemplo de vida activa,

Santa Marta, que llevó a tu hermana Magdalena a las manos de Jesucristo,

Santa Marta, que invitó a tu hermana a ayudarte, queriendo que ella participara en tu santo ministerio,

Santa Marta, que tuvo la santa vergüenza de trabajar sola al servicio de tan gran huésped,

Santa Marta, buena santa a quien podemos llamar madre de los santos Lázaro y Magdalena porque eres su querida hermana,  

Santa Marta, que en la enfermedad de Lázaro recurrió a Jesús, que es médico, que trae salud y vida a todas partes,

Santa Marta, que, con un celo lleno de esperanza y fe, corrió al encuentro de Jesús,

 

Santa Marta, que, para estallar la gloria del Hijo de Dios, soltó el hedor del cuerpo de Lázaro, muerto durante cuatro días,

Santa Marta, que, uniendo tus lágrimas a tus oraciones, ablandó el corazón de Jesús,

Santa Marta, que como recompensa a la fe firme que tienes, tocando el misterio de la Resurrección, obtuvo la de Lázaro, Santa Marta, feliz compañera. y fiel sierva de la Santísima Madre de Dios,

Santa Marta, que escuchó la predicación de Jesús,

Santa Marta, que vio a Jesús muerto y colgado en la cruz

Santa Marta, que tuvo el consuelo de ver a Jesús resucitado,

Santa Marta, que vio a Jesús ascendiendo al cielo

Santa Marta, que recibió el Espíritu Santo con los apóstoles en el Cenáculo,

Santa Marta, bendita discípula de Jesucristo,

Santa Marta, apóstol incansable,

Santa Marta, que dispensa fielmente las gracias que Dios ha puesto en tus manos,

Santa Marta, que tenía un celo incomparable por la propagación de la fe,

Santa Marta, que evangelizo en Francia por la felicidad de nuestra nación,

Santa Marta, que con la austeridad de tu vida predicó el mérito de la abstinencia,

Santa Marta, que con tus sufrimientos necesarios y voluntarios suavizó el camino de la paciencia,

Santa Marta, inocente expuesta a la misericordia de las olas,

Santa Marta, santa preciosa por la divina prudencia conservada como tesoro de su Iglesia,

Santa Marta, que viajó por la Provenza dejando huellas de tus bendiciones por todas partes,

Santa Marta, que por un singular favor eligió Tarascon para su estancia,

Santa Marta, que de pueblo bárbaro los hizo fieles cristianos,

Santa Marta, que ató a sus pies a un monstruo que llevó el miedo y la muerte a todas partes,

Santa Marta, que exterminó la idolatría,

Santa Marta, vid floreciente que persigue el juramento,

Santa Marta, Que supo de antemano el día y la hora de tu muerte,

Santa Marta, que, desde la muerte del Señor, llevas siempre en tu seno la figura de la Cruz,

Santa Marta, que abrió el camino de la vida religiosa a todas las vírgenes cristianas,

Santa Marta, que miraba la llegada de la muerte con rostro sereno y corazón lleno de alegría,

Santa Marta, que al final de tus días has estado en el continuo ardor del deseo de ver divina Hostia,

Santa Marta, que, recordando los dolores de Jesús, felizmente terminó el tuyo y devolvió el alma a su creador,

Santa Marta, que fue recibida en el palacio del cielo, por Aquel a quien habías recibido en tu casa en la tierra,

Santa Marta, que fue sepultada por las propias manos de Jesucristo,

Santa Marta, santa gloriosa, de cuya tumba, como de un manantial vivo, fluyen incesantemente los dones del cielo,

Santa Marta, mujer milagrosa,

Santa Marta, que tú mismo fuiste uno de los mayores milagros del mundo,

Santa Marta, que recibió de Dios para curar todas las enfermedades,

Santa Marta, antigua e ilustre protectora de los reyes en sus enfermedades,

Santa Marta, ángel de la guarda de los pueblos,

Santa Marta, que continuamente desvía los golpes de la ira de Dios de las cabezas de tus siervos,

Santa Marta, que detuvo las plagas que infligieron, en diversas ocasiones, a los pueblos vecinos de tus Santas Reliquias,

Santa Marta, que preservará y curará de la plaga a todos los que han recurrido a ti,

Santa Marta, que por un privilegio especial cura todas las enfermedades de la sangre,

Santa Marta, santa feliz, que preside a los que viajan sobre el agua,

Santa Marta, que nos ayuda en todos los peligros,

Santa Marta, que apacigua las tormentas,

Santa Marta, estrella favorable, que nos envía lluvia del cielo en nuestras necesidades,

Santa Marta, nuestra santa abogada,

Santa Marta, nuestra patrona,

Santa Marta, nuestro amor y nuestra gloria

 

En todas nuestras necesidades, R/: ayúdanos Santa Marta,

En todas las ocasiones de nuestra vida,

En la hora de nuestra muerte

Por tu maravillosa caridad,

Por la santa asiduidad de tu cuidado hacia Jesús,

Por tu santa y viva fe,

Por todas tus grandes virtudes,

Por tus insignias méritos,

 

Escúchanos, Gran Santa, nosotros que estamos bajo tu protección, te suplicamos que supliques el perdón de nuestros pecados a Jesús, tu Divina Hostia, por favor escúchanos.

           

Te pedimos que seas nuestro guía, y que nos conduzcas ante ti, por favor escúchanos.

 

Te pedimos que nos brindes esta gracia, que tu Santa y Divina Hostia permanezca siempre con nosotros, por favor escúchanos.

 

Te pedimos que pongas bajo tu protección y resguardes a esta familia, y a todos los que confían en tu santa protección, por favor escúchanos.

 

Santa Anfitriona de Jesús, por favor escúchanos.

 

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros.

 

ANTÍFONA: Jesús entró en la casa de de Betania y una mujer feliz llamada Marta lo recibió en su casa.

 

ORACIÓN:  Dios Todopoderoso y Eterno, que quisiste que la Virgen Marta tuviera el honor de recibir a su único Hijo en su casa cuando anduvo en la tierra por la salvación de los hombres, por favor concédenos, que los méritos e intercesiones de esta Gloriosa Santa, sea ​​recibido, por tu misericordia, en el palacio del cielo, por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amen.

LETANIAS DE SAN LUIS DE FRANCIA


 

LETANÍAS DE SAN LUIS, REY DE FRANCIA

Señor, ten piedad de nosotros

Jesucristo, ten piedad de nosotros

 Señor, ten piedad de nosotros,

 

Padre Celestial, que eres Dios

Redentor del mundo, que eres Dios

Espíritu Santo, que eres Dios

Santísima Trinidad, que eres un solo Dios

 

Santa María, sin pecado concebida R/: Ruega por nosotros.

San Luis, príncipe admirable

San Luis, lirio de la pureza

San Luis, ejemplo de humildad

San Luis, imagen de la virtud

San Luis, prodigio de penitencia

San Luis, llama de amor y oración

San Luis, ardiente y lámpara resplandeciente

San Luis, vaso elegido,

San Luis, vaso emblemático de la religión

San Luis, espejo de la perfección cristiana

San Luis, muy devoto de nuestro Padre San Francisco

San Luis, contemplador del mundo y sus honores

San Luis, lleno de celo por la casa de Dios

San Luis, tierno padre de los pobres

San Luis, remedio de los enfermos

San Luis, apoyo de la viuda y del huérfano

San Luis, juez bendito de los pueblos

San Luis, redentor de los cautivos

San Luis, predicador contra infieles

San Luis, dos veces víctima de los Santos Lugares

San Luis, terrible en las batallas

San Luis, poderoso en hierros

San Luis, guardián de Francia

San Luis, modelo de reyes

San Luis, digno de la corona de los reyes en la tierra

San Luis, más digno de la corona de los santos en el cielo

San Luis, patrón de los ejércitos franceses

San Luis, protector de los ejércitos franceses

San Luis, protector de la Tercera Orden seráfica

 

Cordero de Dios, que borramos los pecados del mundo, perdónanos, Señor

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros, Señor

 

V. Ruega por nosotros, glorioso San Luis

R. Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo

 

OREMOS: Oh Dios, que traspasaste a tu confesor San Luis de un reino terrenal a la gloria celestial, haznos, por sus méritos y su intercesión, partícipes de la felicidad del Rey de reyes, Jesucristo. El que vive y reina ...

 

LETANIA DE SANTA MARIA MAGDALENA


 LETANIAS DE SANTA MARIA MAGDALENA

Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros.

 

Cristo, escúchanos.

Cristo, escúchanos.

 

Padre celestial, que eres Dios, ten piedad de nosotros.

Hijo, Redentor del mundo, que eres Dios, ten piedad de nosotros.

Espíritu Santo, que eres Dios, ten piedad de nosotros.

Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.

 

Santa María, Madre de Dios R/: ruega por nosotros.

Santa María Magdalena

Santa María Magdalena, modelo de penitencia

Santa María Magdalena, que sacrificó ricos perfumes a Jesús

Santa María Magdalena, a quien muchos pecados han sido perdonados

Santa María Magdalena, diamante devuelto del barro a la Luz

Santa María Magdalena, transformada en jarrón de gloria

Santa María Magdalena, perla resplandeciente

Santa María Magdalena, luz del mundo

Santa María Magdalena, inflamada por el ardor de la Caridad

Santa María Magdalena, muy querida por Jesús

Santa María Magdalena, que eligió la mejor parte

Santa María Magdalena, que obtuvo la resurrección de Lázaro

Santa María Magdalena, que presenció fielmente a Cristo colgado en la Cruz

Santa María Magdalena, quien, la primera entre los discípulos, merecía ver al Cristo Resucitado

Santa María Magdalena, apóstol de los apóstoles

Santa María Magdalena, que pasó largos días en terrible soledad, viviendo milagrosamente

Santa María Magdalena, protectora de Francia

Santa María Magdalena, amable abogada de los penitentes, esposa del Rey de la Gloria

 

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros, Señor.

 

L/: Ruega por nosotros, Santa María Magdalena,

R/: para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

 

ORACION: Te suplicamos, Padre Misericordioso, derrama tus dones ampliamente sobre nosotros, para que, por la intercesión de la Bienaventurada María Magdalena, quien amando a nuestro Señor Jesucristo sobre todo ha obtenido el perdón de sus pecados, nosotros podamos obtener también de Tu Piedad la eterna bienaventuranza. Través de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

EL SANTO ESCAPULARIO AZUL - CELESTE DE LA INMACULADA CONCEPCION

 


COFRADÍA DEL ESCAPULARIO AZUL DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN

 

HISTORIA Y ORIGEN

La venerable sierva de Dios Úrsula Benincasa, fundadora de las Oblatas y Ermitañas Teatinas, instituyó la primera y propagó maravillosamente el uso del escapulario azul. La eminente santidad de esta sierva de Dios, probada de tantas y de tan crueles maneras, fué objeto de las alabanzas de San Felipe de Neri; y sus admirables virtudes fueron declaradas heroicas por Pío VI, de inmortal memoria.

Esta santa religiosa, inflamada de ardentísima caridad por Dios, por su gloria y por la salvación de los hombres, era frecuentemente arrebatada en éxtasis; y en tal estado, un día de la Purificación de la Santísima Virgen, mereció ver a la Madre de Dios vestida de un hábito blanco y de un gran escapulario azul, teniendo entre sus brazos a su divino Hijo, y acompañada de un coro de vírgenes vestidas de la misma manera. La Santísima Virgen dirigiéndose á la religiosa, le dijo estas maternales palabras: «Vaya Úrsula, ten buen ánimo; no llores más; cambia tus suspiros en dulcísimo gozo, y escucha con atención lo que va a decirte mi Jesús, que también lo es tuyo».

Entonces el adorable Niño habló a la religiosa y le dijo que él deseaba se fundase una ermita en la cual viviesen, a la manera de los ermitaños y bajo el título de la Inmaculada Concepción de María, treinta y tres vírgenes revestidas con hábitos de la misma forma y color que el que llevaba entonces su Madre, prometiendo él distribuir particulares gracias y bienes espirituales a las que abrazasen este género de vida y cuidadosamente cumpliesen en la soledad cuanto se les ordenase. Grande fué el gozo de la venerable Úrsula al oír tal promesa; más, como su grande caridad no se contentaba con eso, suplicó a Nuestro Señor que también otorgase dichos beneficios a todos aquellos que, viviendo en el siglo y profesando una fiel y constante devoción a la Virgen Madre, guardasen la castidad con arreglo a su estado y llevasen un pequeño escapulario de color azul. Todavía duraba su delicioso éxtasis, cuando vió multitud de ángeles que volaban y profusamente repartían por toda la tierra pequeños escapularios azules, lo que dio a entender a la religiosa que sus deseos habían sido agradables a la Misericordia divina.

En consecuencia, la piadosa Úrsula comenzó a confeccionar pequeños escapularios, los cuales, bendecidos por un sacerdote, eran devotamente llevados por los fieles que los recibían. Conforme aumentaban la piedad y sus frutos, el gozo espiritual y la pura alegría de la religiosa eran más intensos; y antes de morir, tuvo el consuelo de ver esta devoción sólidamente establecida y propagada por todas partes.

Cuando la venerable Úrsula pasó a mejor vida, las religiosas, imitando a su Madre, dedicáronse á propagar el escapulario; de suerte que esta piadosa costumbre vino a ser general en Nápoles. Cuando los Clérigos Regulares, que dirigían la ermita, obtuvieron de la Sede Apostólica la aprobación de sus Constituciones y Reglas, fueron también encargados de bendecir el escapulario y de distribuirlo como solían hacerlo las religiosas de la venerable Úrsula. En efecto, por Letras Apostólicas en forma de Breve, con fecha 30 de enero de 1671, el Papa Clemente X otorgaba «a los mencionados clérigos regulares, llamados Teatinos, el poder y la facultad de bendecir los pequeños escapularios azules y de distribuirlos después a los fieles».

El 12 de mayo de 1710, Clemente XI concedió algunas indulgencias a los que llevasen el escapulario; otros Romanos Pontífices hicieron sucesivamente en favor de aquéllos numerosas concesiones; y Pío IX, de feliz memoria, por un Breve que lleva la fecha de 19 de septiembre de 1851, acordó al Prepósito General de los Clérigos Regulares Teatinos y a sus sucesores la facultad de poder delegar a cualquier sacerdote secular o regular, al efecto de bendecir e imponer a los fieles el escapulario de la Inmaculada Virgen María como suelen bendecirlo e imponerlo los sacerdotes de la Congregación mencionada.

Los fieles que recibían el escapulario azul no formaban entre sí cofradía propiamente dicha, de suerte que la inscripción de sus nombres no era necesaria para el lucro de las indulgencias de que se hallaba aquél enriquecido; más en la actualidad esta condición precisa, a consecuencia de la erección canónica de la Cofradía de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María, Madre de Dios. Esta Cofradía fué canónicamente erigida en la iglesia de Sant' Andrea della Valle por el Eminentísimo Parocchi, Cardenal Vicario, el 21 de mayo de 1894. El 6 de julio siguiente, el Sumo Pontífice concedía preciosas indulgencias a los cofrades que en determinados días visiten la mencionada Iglesia de Padres Teatinos; y, finalmente, el 18 de septiembre del mismo año elevaba al rango de Archicofradía, con todos los privilegios que este título lleva consigo, la Cofradía de la Inmaculada Concepción erigida en la iglesia de San Andrés.

Poco tiempo después, el Reverendísimo Padre Francisco de Paula Ragonesi, Prepósito General de los Clérigos Regulares, publicó una nota en que anunciaba la erección de que hablamos, y luego añadía: «En lo sucesivo, la recepción del escapulario azul es inseparable de la entrada en la Archicofradía; por consiguiente, los nombres de los que reciben el escapulario deben ser necesariamente inscritos en un registro de la misma; y en donde ella no exista, es preciso enviar los nombres de los recipiendarios a un convento de Padres Teatinos, o a una cofradía agregada a la de Sant' Andrea della Valle... Las recepciones del escapulario azul hechas sin inscripción antes de conocer la Archicofradía, son válidas».

 

CÉDULA PARA LOS QUE HAN VESTIDO EL SANTO ESCAPULARIO AZUL - CELESTE DE LA CONCEPCION DE MARÍA

Con facultad apostólica de N. SS. Padre el Papa___________ he agregado y vestido el santo Escapulario azul celeste del Misterio de la Inmaculada Concepción de María á ___________________________________________ en el día____ del mes de________ del año ________ y lo he admitido a la participación de todas las obras santas que se hacen en la Congregación Teatina de Monjas oblatas y de Ermitañas de la Concepción de Roma y Nápoles, y al goce de todos los privilegios y gracias espirituales a ella concedidos por la santa Sede; y para el ayuno perpetuo promovido por los Clérigos Regulares Teatinos en honor de la Inmaculada Concepción de María, le ha tocado el día ___ del mes de _______ con tal que no sea en domingo o en otro día festivo: en cuyo caso se diferirá al día siguiente o en el día que más fácilmente pueda hacerse . Se hará lo mismo en caso de enfermedad o por otro impedimento legítimo.

El Delegado.


El fin principal de los que reciben el santo escapulario debe ser rogar fervorosamente a Dios Nuestro Señor por la reforma de las costumbres y el sincero arrepentimiento de los pecadores. Para más fácilmente obtener el efecto de sus oraciones interpondrán el valiosísimo apoyo de la Inmaculada Concepción, en quien la Beatísima Trinidad se complace; y como la castísima Virgen no puede ser propicia sino a los que generosamente luchan contra sus propias pasiones, conservarán la castidad con más celo que el avaro sus tesoros, convencidos de que la Madre del Amor Hermoso les ayudará en las tentaciones, les dará la victoria, y al fin de la vida terrestre, que pronto pasa, les pondrá en posesión del cielo, en posesión de Jesús nuestro Amado, al cual sean honor y gloria por los siglos de los siglos.

 

DESCRIPCIÓN DEL ESCAPULARIO

El escapulario de la Inmaculada Concepción se compone de dos piececitas de paño o estameña de color azul, (22 de agosto de 1842), unidas por dos cordones o cintas cualesquiera. Puede adornarse con la imagen de la Purísima, pero no es necesario.

 

 


 


viernes, 30 de julio de 2021

TRIDUO Y VISITA A NUESTRA SEÑORA DE LOS ÁNGELES DE COSTA RICA


TRIDUO Y VISITA A NUESTRA SEÑORA DE LOS ÁNGELES

EN OBSEQUIO A LA MILAGROSA IMAGEN QUE CON ESTE TÍTULO SE VENERA EN LA CIUDAD DE CARTAGO, DE LA CUAL ES PATRONA INSIGNE, LO PROPIO DE LA DIÓCESIS DE COSTA RICA

 

Compuesto por el R. P. Dionisio Llorens, Franciscano Capuchino

Barcelona, España

Año de 1913

 

TRIDUO

 

ACTO DE CONTRICIÓN

Jesucristo, Hijo del Eterno Padre, que, por amor a los hombres, bajasteis del Cielo a redimirnos, por medio de vuestra dolorosa pasión y muerte ¿Qué pecador habrá que no aliente su esperanza, al contemplar el infinito valor de su rescate? Considerando lo muy obligados que estamos a amar y servir a tan generoso bienhechor y lo mal que le hemos correspondido, debían romperse de dolor nuestros corazones, pero la malicia los ha endurecido y solo un milagro de vuestra misericordia puede mover estas piedras, que frías por la culpa no sienten, ni conocen el fatal estado de perdición en que se hallan. ¿Quién podrá interceder por nosotros? Solo Vos, Inmaculada Madre, siempre Virgen María, Reina de los Ángeles y Corredentora de los pecadores, por ella, pues ¡Oh Jesús divino! os pedimos nos perdonéis y nos deis gracia eficaz para dejar el vicio y practicar la virtud, y así ir a gozar de vuestra amable vista por toda la eternidad. Amén.

 

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

¡Oh Reina de los cielos! cuyo poder y hermosura admiran los ángeles y engrandecen a los hombres, porque sois Madre nuestra, no desdeñándoos de llamar hijos a los pobres pecadores. Con esta confianza venimos a postrarnos ante vuestra presencia, en este santo templo, donde os aparecisteis para favorecernos en nuestras necesidades, mostrándonos vuestro amor en esa pequeña y milagrosa Imagen, por la que hacéis tantos milagros, premiando así la fe con que os veneran vuestros hijos, aclamándoos en sus trabajos, pues hallan siempre alivio en sus males y socorro en sus penas. ¡Oh Reina de los Ángeles! recibid estas humildes oraciones que os dedicamos en este Triduo, honrando los tres días de vuestras apariciones, en las que manifestasteis que era vuestra voluntad que aquí os buscásemos, para derramar sobre nosotros vuestras gracias celestiales. Aquí tenéis a vuestros sagrados pies al más necesitado de vuestros hijos, pidiéndoos amparo para sí y para todos los atribulados, pues sois refugio de los tristes y salud de los enfermos. Volved vuestros ojos a esta porción de vuestro cariño y no dejéis sin consuelo a los que en Vos confían. Amén.

 

 

DÍA PRIMERO

 

MARÍA, REINA DE LOS ÁNGELES, HIJA DE DIOS PADRE

MEDITACIÓN

Saludamos los cristianos a la Virgen Santísima, como Hija, Madre y Esposa de nuestro Dios, y en estos títulos descansa la razón teológica y ascética de las imponderables grandezas y privilegios de María Inmaculada y los motivos de nuestra confianza. Como consecuencia de tan divinos dictados atribuimos a María una plenitud participada y conforme a la humana condición, de poder, sabiduría y amor, que consideramos de modo absoluto en el Padre Eterno, en el Verbo Hijo y en el Divino Espíritu. Por el poder, sobre toda ponderación y sobre cuanto podemos barruntar en nuestros ensueños de grandeza, llamamos a nuestra Madre, María Inmaculada, Omnipotente por gracia, y afirmamos ser sus ruegos como mandatos para el Criador, pues todo lo alcanza y jamás ha sufrido repulsa en sus peticiones. Efecto de tan incomprensible poder de la Virgen María, es su dominio sobre los cielos y tierra y sobre los abismos. En los cielos porque está sentada junto al trono de Jesucristo, situado en lo más elevado del celeste empíreo y en el lugar más distinguido sobre los coros de los ángeles y de los bienaventurados, de los que ha sido constituida reina y soberana, y a quien rinden honor y vasallaje los moradores de la eterna bienaventuranza. En la tierra donde todas las generaciones la aclaman bienaventurada y le dirigen alabanzas y los humanos corazones acuden a ella en demanda de auxilio y protección, pues María es la defensora de las almas atribuladas, la victoria de las oprimidas, al guía y sostén de las perfectas, la salvadora de las gracias y favores que ha resuelto otorgar el Omnipotente Dios a sus criaturas, la árbitra de las leyes naturales en cuanto se relaciona con sus bondades, la salud de los enfermos, el bienestar de los corazones rectos y la esperanza de los pecadores y de toda la creación. Y sobre los abismos, donde María domina por el terror que su nombre infunde en los demonios, por el espanto que les ocasiona su presencia, y porque no les permite realizar sus designios, antes, se los desbarata por completo, siendo ella sola para los infernales espíritus más terrible que un ejército puesto en orden de batalla. ¿Quién no sentirá ensanchársele el corazón, al recordar que este ser tan poderoso, que esta Virgen Inmaculada, que es la Reina de los Ángeles y de las criaturas todas, es también nuestra cariñosísima Madre? ¿es la que se interesa por nuestra salvación mucho más de lo que nosotros mismos podemos hacerlo a favor nuestro? Confiemos pues en María, e imploremos su indefectible protección todos los días de nuestra vida. ¡Oh María! Nuestra Señora de los Ángeles, Hija de Dios Padre, Omnipotente por gracia, rogad por nosotros.

-Medítese lo que acaba de leerse y pídase la gracia que se desea alcanzar.

 

 

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

 

-Amorosísimo Dios Omnipotente y Padre de las misericordias, yo os adoro, bendigo y glorifico porque escogiste entre todas las criaturas a la Santísima Virgen María, para que fuera vuestra Hija predilecta y Madre de la Divina Gracia, comunicándole vuestro amor y poder para socorro y remedio de nuestras necesidades y dolencias, y para que en ella fueseis glorificado ahora y por los siglos infinitos. Amén.

 

Dios os salve, Hija dulcísima del Eterno Padre, yo os doy mil parabienes con todos los ángeles y bienaventurados, por las gracias y poder con que os coronó como a Hija predilecta, fortalecednos Señora, contra todas las asechanzas de nuestros enemigos, ahora y en la hora de nuestra muerte. Así sea.

-Padre nuestro, Ave María y Gloria.

 

 

-Amoroso Dios y sapientísimo Hijo del Eterno Padre, yo os adoro, bendigo y glorifico, porque entre todas las mujeres, escogisteis singularmente para Madre vuestra y Madre de las Misericordias a la Santísima Virgen María, comunicándole vuestro amor y sabiduría para que fuera refugio en nuestra tribulaciones y congojas, y para que en ellas fueses glorificado ahora y por los siglos infinitos. Amén.

 

Dios te salve, Madre dulcísima de Dios Hijo, yo os doy mil parabienes con todos los ángeles y bienaventurados, por todas las gracias y sabiduría con que os coronó como a Madre amantísima, alumbrad Señora mi entendimiento con la luz de la fé, para no perderme en las sombras y tinieblas del pecado. Así sea.

-Padre nuestro, Ave María y Gloria.

 

 

-Amorosísimo y Divino Espíritu por naturaleza Santo, que sois todo amor y todo fuego, yo os adoro, bendigo y glorifico, porque entre todas las vírgenes, escogiste por esposa singularmente vuestra y Madre de pureza, a la Santísima Virgen María, comunicándole vuestro amor y santidad, para que fuera amparo y consuelo en todas nuestra angustias y penas, y para que en ella fueses glorificado ahora y por todos los siglos. Amén.

 

Dios os salve, Esposa dulcísima del Espíritu Santo, yo os doy mil parabienes con todos los ángeles y bienaventurados, por el singular amor con que os coronó como a Esposa castísima, encended, Señora, nuestro corazón en el amor de Dios, para servirle y después gozarle en vuestra compañía por toda la eternidad. Así sea.

-Padre nuestro, Ave María y Gloria.

 

 

Bendita sea tu pureza

y eternamente lo sea,

pues todo un Dios se recrea

en tan graciosa belleza.

A Ti, celestial Princesa,

Virgen Sagrada María,

yo te ofrezco en este día

alma, vida y corazón.

Mírame con compasión,

no me dejes, Madre mía.

 

L/: Tu Inmaculada Concepción, Virgen Madre de Dios

R/: Anunció la alegría a todo el mundo.

 

ORACIÓN: Oh Dios, que por la Concepción Inmaculada de la Virgen María preparaste a tu Hijo una digna morada, y en previsión de la muerte de tu Hijo la preservaste de todo pecado, concédenos por su intercesión llegar a ti limpios de todas nuestras culpas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

 

 

 

DÍA SEGUNDO

 

MARÍA, REINA DE LOS ÁNGELES, MADRE DEL VERBO DIVINO

MEDITACIÓN

Estaba en el poder del Criador, formar para el Verbo Eterno que había resuelto tomar la humana naturaleza, la Madre a su arbitrio, y ¿Quién podrá suponer que no la formase lo más santa y perfecta posible? ¿Cómo no escogerla como altísima predilección entre todas las criaturas y adornarla de los más ricos privilegios concebibles a un ser humano, objeto de las singulares complacencias divinas? Por esto cuanto grade y excelso se encuentra en todas las criaturas, cuanto admirable y digno hay repartido entre todos los seres, decretó el Omnipotente se hallará reunido en la dichosa criatura que había aceptado por Madre, con la sola diferencia de que el Señor depuró esta misma grandeza y estas excelencias, las enriqueció con otros indecibles dones que sobrepujan la capacidad de los sencillo y natural y las dedicó a su Madre, resultando el ser más admirable salido de las manos del Criador. El Verbo – Hijo de Dios hizo a María participante, en la posibilidad de la humana condición, que aquel infinito piélago de sabiduría, con que ordenó todas las cosas y las dispuso a su gloria. Fuele dado a la Virgen Santísima leer con inmensurada capacidad en los decretos de Dios, vislumbró tales divinos misterios y tan excelsas verdades, que mejor que San Pablo pudo decir en su corazón, que excedían a la inteligencia humana, las cosas que le habían sido manifestadas. Por efecto de tan incomprensible sabiduría, el conocimiento que la Virgen María tenía de las verdades de la fe y de la religión, era claro y más penetrante que el de los sabios más esclarecidos y santos más celebrados, pues María, con razón, es llamada Madre y Trono de la sabiduría. Si nosotros queremos poseer la luminosa sabiduría de las verdades de la fé, si deseamos adelantar en la ciencia de la virtud, si anhelamos guiarnos por el admirable conocimiento de la voluntad de Dios, que es el supremo de los conocimientos, estudiemos a María, pidámosle luz, supliquémosle que nos guíe e ilumine en nuestro viaje por el mundo. Recordemos que consecuencia de la incomparable sabiduría de María, que Dios se la comunicó, la Virgen Santísima sabe las inclinaciones de nuestra alma, lee en el fondo de nuestro corazón, conoce nuestras necesidades y no se le oculta el remedio necesario. Y este pensamiento nos anime, y este recuerdo nos obligue a ponernos más y más en sus manos, a solicitar su protección, a obsequiarla con nuestras devociones, a fin de que, se digne venir en nuestro auxilio, ahora y siempre y más particularmente en la hora de nuestra muerte. ¡Oh María, Reina de los Ángeles, celestial Trono de Sabiduría, rogad por nosotros!

-Medítese lo que acaba de leerse y pídase la gracia que se desea alcanzar.

 

 

DÍA TERCERO

 

MARÍA, REINA DE LOS ÁNGELES, ESPOSA DEL ESPÍRITU SANTO

MEDITACIÓN

Las almas que poseen la divina gracia, son templos vivos del Espíritu Santo, que se complace derramando en ellas los subidos dones de que es dispensador magnífico. Cuanto mejor dispuesta se halla un alma tanto se complace el Divino Espíritu en comunicarles sus favores. Por esto nunca comprenderemos suficientemente el cúmulo de privilegios y distinciones de que haría objeto a aquella criatura privilegiada que por antonomasia es su Esposa predilecta. La plenitud del Divino Espíritu descansó en la Virgen María según la capacidad de que la había dotado el poder del Padre y la Sabiduría del Verbo, que era eminentemente superior a las criaturas todas, y solo inferior a la de la persona divina de su Hijo Jesús. Resumen de todos los dones y excelso remate a la vez de tanta perfección, fue el encendidísimo amor que abrasó su corazón. La vehemencia de la llama divina que ardía en el interior de la Virgen Santísima, mil veces habría consumado su preciosa vida material si un milagro continuo no le hubiese conservado las fuerzas naturales. Ensalcemos y ponderemos cuanto nos sea dado el más puro y afectuoso amor de los ardientes serafines, y las arrobadoras ansias y estupendos éxtasis de los santos y bienaventurados y el conjunto de este indecible amor sería pálida figura de la realidad incomprensible de amor y afecto que la Virgen María, posee para Dios, participación excelsa del amor del Divino Espíritu. Como en Dios, el amor de María se traduce en vehementísimo amor hacia las almas, que experimentó su más estupenda crecida al presenciar lo que se dignó obrar el Redentor en favor de las mismas, y rebasó toda ponderación al recibir el encargo del mismo Jesús, de que velase por las almas como tierna madre. La manifestación más arrobadora del amor, es la que señala el amor de una madre, y María es madre de los mortales por expreso encargo de Dios y como a tal debe poseer toda la ternura y todo el amor de que es capaz el corazón de una madre, y en consecuencias es imponderable el amor que la Virgen Santísima tiene a cada uno de nosotros. Es amor de compasión, amor de sacrificio, amor activo y continuo, que no se amortigua por nuestra ingratitud y se halla dispuesto siempre a defender a sus hijos por lo que es llamada, Reina y Madre de misericordia. Si la Virgen María por necesidad nos ama, desea y quiere nuestra salvación, porque es nuestro único bien ¿Cómo no se animará nuestra confianza? ¿Cómo no podrá quedar frio nuestro corazón, cuando se reconoce tan tierna y eficazmente amado? Amemos a María, amemos a nuestra Madre, que puede, sabe y quiere ayudarnos. ¡Oh María Reina de los Ángeles, causa de nuestra alegría, rogad por nosotros!

-Medítese lo que acaba de leerse y pídase la gracia que se desea alcanzar.

 

 

VISITA

 

-Por la señal…

 

ACTO DE CONTRICIÓN

¡Dios mío y Señor mío, que por mi amor quisisteis nacer en un pesebre y morir en una Cruz! ¡Cuan odiosa ha sido mi ingratitud, cada vez que me he permitido ofenderos! ¡Cuan grande mi atrevimiento cada vez que he faltado a vuestra Santa Ley! Vos Señor, ostentando vuestra misericordia para conmigo, os habéis mostrado Dios, pues solo en un Ser Infinito puede caber tanta inmensa bondad, y yo, cada vez que he desobedecido vuestros preceptos, he dado prueba de mi pequeñez, de mi vileza y de mi nada. Por eso vengo ahora arrepentido a implorar vuestro perdón, tanto más necesario, cuanto más ingrato me considero ¡Perdón Dios mío! ¡Perdón Padre amantísimo! os ofendí y al considerarlo, siento vivísimo temor, pero al veros en la Cruz, renace mi esperanza y confío seré perdonado. Así lo espero y por esto con el Profeta Rey, os digo desde el fondo de mi ala: ¡Apiadaos de mí Dios mío, según vuestra gran misericordia! Así sea.

 

 

SALUTACIÓN Y PLEGARIA A LA VIRGEN SANTÍSIMA

¡Reina de los Ángeles, Inmaculada María! a vuestros pies está un pecador, que os saluda con filial cariño, y que desea y siempre ha deseado amaros con todo el corazón, pero no ha sabido manifestar su deseo y no se ha conducido como verdadero devoto vuestro. Sin embargo, ¡Que consuelo tan grande ha sentido siempre que con fe os ah invocado! Recuerdo que, de muy pequeñito, vuestra Sagrada Imagen era par mi muy querida, y que, en las grandes aflicciones de la vida, encontré en vuestro santuario tranquilidad, resignación y paz. Hoy vengo a implorar de nuevo vuestro maternal auxilio, seguro que también seré escuchado, vengo a pediros mucho porque se que podéis mucho, y mucho necesito de vuestro patrocinio. Mis penas, mis deseos, mis necesidades, Vos las conocéis muy bien, porque las madres leen siempre en el corazón de sus hijos, os entrego pues, mi alma y mi cuerpo, y os pido me alcancéis lo que deseo, si ha de ser para un bien eterno, y si no, dadme resignación y un grande amor a Vos, mi Madre querida y Reina de los Ángeles. Amén.

 

-Récense tres Aves Marías saludando a la Santísima Virgen, como Hija del Padre, Madre del Hijo y Esposa del Espíritu Santo.

-Se concluye con la siguiente:

 

 

ORACIÓN

¡María! ¡Consuelo de los afligidos! permitidme llegar a Vos, para depositar en vuestras manos mis alegrías y mis penas, mis temores y mis deseos. Acordaos Señora de los Ángeles y de los hombres, que vuestro Hijo Divino nada os niega, y valeos de vuestro poder en mi favor, ¿habré de hacer el relato de mis necesidades, para que me alcancéis el remedio? ¡Bien se que no! y por esto, me limito a rogaros por mi y por los míos, por las necesidades de la Santa Iglesia, hoy tan combatida, y por mi pobre patria, tan amada de vos, y que tan mal corresponde a vuestros favores. Oídme Señora, acordaos de los motivos que tengo para pediros, acordaos que sois mi refugio porque soy un pecador, mi consuelo, porque estoy afligido, y mi amorosísima Madre porque soy vuestro devoto. Seguro estoy de que no olvidareis estos títulos y esto me basta para quedar consolado. ¡Adiós Madre mía! dadme vuestra bendición, antes que yo abandone este lugar. Recibid mí agradecimiento por los consuelos recibidos de vuestra intercesión y concededme la gracia de alabaros siempre en la vida y por toda la eternidad. Así sea.

 

-Récese una Salve por las necesidades espirituales y temporales de la Iglesia y de la Nación.

ANOTACIONES

Al hablar sobre la piedad popular, es referirnos a aquellas devociones que antaño se hacían en nuestros pueblos y nuestras casas, cuando se...