NOVENA
AL MILAGROSO NIÑO DE ATOCHA
Que
se venera en su Santuario de Plateros,
en
Fresnillo Zacatecas
con
licencia eclesiástica
ADVERTENCIA
Y MODO DE HACER ESTA NOVENA
Incomparables
son los beneficios que nos hace diariamente el Santo Niño de Atocha, en quien
debemos confiar con fé y en verdad de corazón, que oirá benigno nuestra súplica
en el instante, día u hora en que lo llamemos, por tanto, sera muy útil que el
primero y último dia de esta novena, estemos con la disposición necesaria para
alcanzar lo que pedimos, y los demás dias ejercitar algunas obras de piedad
principalmente con los niños pobres de sus padres; también haciendo oración por
las pobres almas del Purgatorio así tengamos del Santo Niño buen despacho en
nuestras participaciones.
Esta
Novena se puede hacer en todo tiempo, pues siempre necesitamos recurrir al
Santo Niño cuando nos vemos rodeados de trabajos o aflicciones, porque sin El
nada somos y estando El de nuestra parte nada nos faltará y asi alcanzaremos lo
que de corazón le pedimos.
ACTO
DE CONTRICCION
OH
HERMOSISIMO NIÑO DE ATOCHA! La candidísima de amor infinito, adorado Niño de mi
corazón, fuente inagotable de maravillas, caudal de portentos, manantial de
consuelos y padre de toda piedad y misericordia. Oh preciosísimo Niño de
Atocha! A tus pies soberanos humildemente se postra este ingrato y vil pecador,
quien desea a costa de sus lágrimas desagraviarte suplicandote le perdones sus
culpas, interponiendo por intercesora a tu Santísima Madre. Con tal seguridad
llega confiado, pues Tú eres el insondable piélago de bondad; a Tí, bien mio, a
Tí suspira mi infeliz y pobrecita alma avergonzado de estar ante tu divina
presencia, te dice en verdad de lo íntimo de su corazón, que le pesa de haberte
ofendido, pero idolatrado Niño de Atocha, por ser quien eres te pido que me des
la contricción que diste a Dimas, las lágrimas de Pedro, las dulces expresiones
de Agustín, para así desagraviarte como lo desea mi corazón: No Niñito, no
cortes el hilo de mi fatal vida, dame tiempo para hacer penitencia y llorar mis
culpas, como se lo concediste a Santa María Magdalena, y juntamente te pido la
resistencia de Alcántara, para ser así grato a tus divinos ojos, poder por
medio de la penitencia limar y quitarte los grillos que tienes puestos, los
cuales están en la mano de tu Santísima Madre. Oh Niño de Atocha! Oh gallardo!
Oh Niño Misericordioso! Perdóname de haberte ofendido y me propongo no
ofenderte más, pues te lo pido por tu Santísima Madre Santa María de Atocha por
su pureza intacta, por aquella virginal leche que mamaste de sus purísimos
pechos y por el dolor que tuvo cuando te circuncidaron: amorosísimo Niño de
Atocha, espero en Tí, confío en Tí, y por Tí creo lograr mi salvación, y lo que
por medio de esta novena humildemente te pido y creo verdaderamente no salir
desconsolado con lo que sabes necesito; espero que mis aflicciones, mis
trabajos, mis necesidades, mis penas, mis desconsuelos, me los volverás todos
gozos dando a mis tribulaciones goces y a mis prisiones libertad, pues eres mi
padre y todo mi bien ampárame, socorreme, asisteme, defiendeme, favoreceme en
la hora de la muerte, presentate a mi vista con el lucido escuadrón de los
angeles, recibiendo mi alma en tus brazos, para que descanse en Tí y goce de
las delicias celestiales en tu amable compañia, por los siglos de los siglos.
Amén
ORACION
Para
todos los días a su Santísima Madre después del acto de contricción
Inmaculada
Madre de Dios, María Santísima de Atocha, agradable Sagrario del Espíritu
Santo, puerta del reino de los cielos, divina Aurora, por quien después de Dios
vive toda criatura racional de la tierra; inclina a mi esos tus bellísimos
ojos, ilumina esta ciega y pobrecita alma, mirala, Madre de Misericordia, tan
envejecida y apolillada con los apetitos de mis pasiones; compadecete, Señora,
de su ruina, para que alcance de tu Santísimo Hijo, la renueve, la limpie y la
restituya a su gracia, concediendome tambien lo que le pido en este día, y
suplicale me de luz en el alma, para que conozca y vea yo mismo lo errado que
he andado, desviado del redil y rebaño de su divina gracia, y no vuelva a
tropezar con los engaños y deleites del mundo, dandome fuerza para no caer
nuevamente en la red del demonio, ni me dejes perecer en los precipicios de la
carne. Si, amorosísima Madre, cierto estoy que hasta ahora no ha habido uno que
haya implorado tu protección, que halla salido desamparado; con tal certeza,
hoy me postro a implorar tu divino auxilio y espero que serás mi intercesora
para con tu Santísimo Hijo y alcanzaremos todos los que juntos y congregados
recurrieremos a implorar de tu divino Niño su amparo en las tribulaciones,
logrando merced y gracia, concediendo benigna a nuestras peticiones un buen
éxito en nuestras necesidades, así espirituales como temporales; así lo
esperamos del Santo Niño de Atocha, tu querido Hijo, que si este favor que le
pedimos nos conviene y es de su agrado nos lo conceda en honra y Gloria suya, y
si no, que se haga su santísima voluntad, dandonos una perfecta resignación en
esta vida para que sirviendole y llevando con paciencia los trabajos y
aflicciones, logremos una buena muerte. Amén
Aqui
se rezan tres Padres Nuestros y Tres Ave María con Gloria al Padre, luego la
jaculatoria y milagro del día, después se ofrecerá con la oración última de
cada uno y así se hará en todos los demás dias siguientes.
PRIMERA
JACULATORIA
Niñito
de Atocha Como poderoso,
Niñito
Prodigioso, que mis aflicciones
Niñito
Divino, me las vuelvas gozo,
Niñito
Amoroso, pues Tú eres mi Padre
Postrado
te pido, mi encanto y reposo.
PRIMER
MILAGRO
En
el mes de febrero de 1829, le acontenció a Maxima Esparza caer presa en la
Villita de la Encarnación, en los días de la función que anualmente hacen
aquellos moradores a María Santísima de la Candelaria; la cual no teniendo
quien hablara por ella, duró hasta el mes de agosto del mismo año; y habiendo
salido con pena de destierro, caminó para el Real de Catorce, donde le sucedió
la misma desgracia durando presa tres meses, y volviendole a aplicar la misma
pena, se dirigió a Saltillo donde por sus malas costumbres volvió a caer por
tercera vez presa, en cuya prisión duró desde abril hasta septiembre que salió
nuevamente desterrada por cordillera para la ciudad de Durango, donde duró en
aquella cárcel por término de un año; y mirando que no tenia quien por ella
abogase ni esperanza de salir, invocó con verdad de su corazón al Santo Niño de
nuestra Señora de Atocha, quien le oyó benigno y le sacó de aquella cautividad
en que se veía, pues en todo el tiempo que existió en ella no hubo quien fuera
en su defensa hasta que el Santo Niño de Atocha en traje de joven gallardo le
visitó en aquella prisión, llevandole una torta de pan a nombre de su Madre,
diciendole que en la tarde de ese día vería a su juez y se haría hechor a su
causa, lo que causó no poca admiración a la rectora y presas; y llegando la
hora que le citó el Niño, salió en libertad bajo las condiciones de ir a su
cargo, el cual al salir le dijo que le siguiera sin perderle de vista; así lo
hizo, tomando una calle recta que sale al camino de Fresnillo, al llegar a una
lagunita se cerró la noche y perdió a aquel Niño que le llevaba a su casa; pero
advertida ella de que le había dicho el Niño que su Madre era María de Atocha,
y el se llamaba Manuel de Atocha, prosiguió su camino toda aquella noche, y al
salir el sol se vio llegando a Fresnillo; ignorando la morada de aquel Niño y
sabiendo los moradores de aquel Real los portentos tan singulares que el SANTO
NIÑO DE ATOCHA, obra diariamente, la condujeron a la casa del Cura, a quien
informó lo que habia pasado en su última prisión, quien después de haberse
cerciorado bien de ella, la condujo a aquel Santuario donde se halla tan raro
portento y al ver la citada Maximina el bello relicario de Santo Niño, postrada
en tierra y anegada en lágrimas le tributa infitias gracias en recompensa de
tan admirable prodigio, le patentiza su fe y su amor con el presente milagro,
demostrando a los devotos del Santo Niño de Atocha, la mas singular maravilla
que con ella hizo, haciéndole ver con el retablo que le puso en el Santuario de
Plateros, para certificarlo a todo devoto, afligido que implore al Santo Niño
su protección.
PRIMER
DIA - ORACION
Graciosísimo
Niño de Atocha, arca soberana del Santuario Supremo, yo te saludo y alabo en
este primer dia y te ofrezco estos Tres Padres nuestros y Ave Marías con Gloria
Patria, adornados con la primera jaculatoria, en memoria del primer instante o
momento en que María Santísima, tu querida Madre, recibió el anuncio del
arcángel San Gabriel, y por el gozo que recibió cuando le dijo: "Dios te
salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo". De cuyo tálamo
saliste para ser amparo de los tribulados, consuela, visitados de presos y
único remedio de deshauciados, y por aquella primera jornada que hiciste oculto
en el citado tálamo, desde Nazaret hasta el monte Tabor, donde después de
crecida edad obraste el misterio de tu transfiguración y les enseñaste a tus
discípulos tu Gloria: te pido amorosisimo Niño de Atocha, me sea concedido lo
que pretendo en esta novena, dandole el feliz despacho de mi súplica, y
solicitud para lo cual interpongo los méritos del coro de los santos angeles,
pues a estos espíritus soberanos, dispusiste que guardasen a los hombres;
espero su intercesión para no salir desconsolado y lograr una perpetua amistad
para consigo y alcanzar una feliz muerte; gozarte en las delicias de tu Gloria.
Amén.
Aqui
se hace la petición según la necesidad de cada uno, luego se dirá la siguiente
oración, la que sirve para todos los dias después de la petición; concluyendo
ésta, se rezarán nueve Ave Marías a la Santísima Virgen de Atocha y se le
ofreceran con la última oración.
OFRECIMIENTO
DE LA PETICION - ORACION
Portentosísimo
Niño de Atocha, bien mío, hermosura sin igual de los cielos, encanto de los
corazones, dulcísimo creador mío; único dueño de mi alma, piadosisimo Jesús de
mi vida, alegría incomparable de toda criatura, oh generosisimo Niño! Quien
sino a Tí divino Manuel? Quien sino a Tí amorosísimo Niño? A Tí que eres raudal
de beneficios; a Tí que eres padre de la misericordia: y todo nuestro ser en
esta vida, a Quien sino a Tí que eres el inmenso, el infinito, el solo Dios
verdadero? Tú eres nuestro Padre, nuestro Redentor, nuestro conservador y todo
lo que somos. Adorente los angeles, las criaturas, todos te alaben en la
tierra, las plantas; las flores y todo lo que tenga ser te engrandezca, las
aves todas se regocijan en oir tu dulce advocación. Pacientisimo Niño, Tú sabes
las necesidades que tengo, las aflicciones que me cercan, como a tus divinos
ojos nada es escondido. A Tí, poderosisimo Niño, presento mis quejas, mis
trabajos y angustias, confiado en que me las aceptarás benigno, concediendome
lo que en esta petición te pido, pues Tú eres el árbol frondoso; al que se
aloja a tu sombra le llenas de felicidades, Tú eres el que conviertes los
enojos de tu padre en dulces misericordias; Tú eres el mediador entre tu Padre
y los hombres; Tú nos prodigas a cada día, a cada hora, a cada instante tantas
bondades, tantos beneficios, los que no somos capaces de corresponder como
debemos. Mas ahora postrados delante de Tí, implorando tu clemencia como Tú
eres el autor de nuestra vida a quien debemos todo nuestro ser y así espero que
como eres Todopoderoso y estás sentado en la silla de la sabiduría, en esa
silla de potestad, te dignaste instituir el Sacramento de la penitencia para
que con el purifiquemos nuestras almas y volvamos a tu amistad infinita. Yo te
ofrezco estas oraciones para que se las presentes a tu Eterno Padre; y por
ellas logren descanso las benditas almas del Purgatorio y nosotros, todos los
necesitados, tengamos consuelo y merezcamos alcanzar en Tí, Niño de Atocha, lo
que deseamos; dandonos juntamente una verdadera contricción y arrepentimiento
de nuestras culpas para llegar a verte en la Gloria. Asi lo esperamos de tu
piedad, siendo siempre en nuestro favor hasta la consumación de los siglos y en
el dia del jucio esperamos verte para pasar a gozarte en la celestial
bienaventuranza eterna. Amén.
SEGUNDA
JACULATORIA
Niñito
de Atocha, En aqueste dia
Hijo
de María Pues todo lo puedes
Reluciente
antorcha Oh Majestad pía!
Nuestro
amparo y guía Encanto del orbe
Acepta
mi súplica Del mundo alegría
SEGUNDO
MILAGRO
En
el año de 1834, en el mes de mayo, dia 8, le aconteció a D. José María Delgado,
cajero que era de una tienda de la ciudad de Fresnillo, al estar despachando a
los marchantes que estaban comprando en aquella funesta hora, al cerrar la
noche entraron unos hombres impíos armados con sables, con la estratagema de
comprar bebidas de la que es común halla en esas negociaciones, lo que mirando
que estaba solo, al instante validos de la embriagues, le injuriaron con
palabras ofensivas e improvisadamente le hirió uno de ellos, pasandole con el
sable de lado a lado, y no logrando el dañado intento que llevaban, echaron a
huir, dejando al mencionado D. José María desmayandose y dandole próximos
letargos de muerte: el que mirandose tan malamente herido, invocó al Santo Niño
de Atocha con todo su corazón, quien le oyó, y en término de cuarenta y ocho
horas sintió aquel caballero en sí mismo el raro prodigio y maravilla con que
el Santo Niño le mostró su misericordia, restableciendose en pocos días su
salud y hallandose enteramente sano. En gratitud de tal beneficio esta en el
Santuario su retablo, en constancia de tal prodigio donde esta él dandole
infinitas gracias al Santo Niño y a su Santísima Madre, por el milagro que
recibió de quien todo lo puede hacer.
SEGUNDO
DIA - ORACION
Bellísimo
Niño de Atocha, iris hermoso de clemencia, bondadoso Niño purísimo, yo te
saludo y alabo en este Segundo día y te ofrezco estos Tres Padres nuestros y
Ave Marías con Gloria Patri, hermoseandolos con la Segunda jaculatoria en
recuerdo de aquella Segunda jornada que hiciste en compañia de aquellos
peregrinos Santos, tus queridos Padres, oculto en aquella arca virginal, desde
el monte Tabor hasta la ciudad de Naín, donde después de haber sufrido y
experimentado tantos trabajos y lluvias del cielo, los aires fríos, las
penalidades del camino, de aquellas veredas ásperas y peligrosas, la aridez de
aquellos campos; fatigando aquel varón justo y casto esposo de María, buscaba
posada en los mesones para su querida esposa y se la niegan, despidiendole con
palabras necias y desabridas; y por aquel desconsuelo con que se quedó alojado
en aquella noche en un rincón de un desabrigado portal de allí mismo llorando
la dureza de aquellos corazones. Por estas angustias que sufrieron ambos
esposos, te pido Niñito de Atocha, que concedas el feliz éxito y despacho de mi
súplica, para lo cual interpongo el coro de los arcangeles, pues a estos
divinos espiritus les tienen encomendados los negocios importantísimos de tu
Gloria y espero por intercesión de los patriarcas y profetas, no quedar corrido
y averagozado sin alcanzar el favor que solicito, pues se claramente que quien
confía en Tí no sale desamparado; en tal confianza, Niño hermoso, creo que
usarás conmigo de tus misericordias y me darás feliz acierto hasta verte en la
ciudad celestial, para alabarte eternamente en la Gloria. Amén
Aquí
se hace la petición.
TERCERA
JACULATORIA
Aunque
Grillitos tienes Te hace pedimento,
En
cualquier momento Tu lo sacas de ella
Los
dejas y vas Lleno de contento;
A
obrar un portento; Te tributan gracias
Y
el que en su aflicción Con acatamiento.
TERCER
MILAGRO
En
el año de 1836, a 1o. de marzo, le aconteció a Mariano García la desgracia de
que estando trabajando en el tiro de Barriento, que está en el cerro de Proaño
de Fresnillo y a la vez es puerta de la mina del Barreno, en la cual fué
barretero el expresado García, donde un bote del malacate número dos, le sacó
colgando del cotón que vestía, en el que le subió en aquel estado hasta la
Segunda ventanilla de dicho tiro; y mirandose en tal trance, invocó de todo
corazón al Santo Niño de Atocha y por maravilla del Niño se metió en el bote
del malacate número cuatro que iba bajando en el que salvo la vida, y en el que
al llegar abajo le ven sus compañeros que estaban en el plan y le sacan de él
admirandose del pasado suceso; y él viendose libre del peligro en que se hallo,
en señal de gratitud y recompensa, consagra y dedica al Santo Niño su retablo,
poniendolo en su Santuario, para que vean todos los que fueren a visitarle tan
admirable prodigio y con mas fe lo aclamen en cualquier necesidad o tribulación
en que se hallen.
TERCER
DIA - ORACION
Dulcísimo
Niño de Atocha, cielo divino de excelsa majestad, yo te saludo y alabo en este
tercer dia y te ofrezco estos tres Padres nuestros y Ave Marías con Gloria
Patri, acompañados con la tercer jaculatoria en memoria de aquella tercera
jornada que en el vientre virginal de tu castísima Madre hiciste desde la
ciudad de Naín hasta los campos de Samaria, donde después de tu crecida edad te
salieron aquellos diez leprosos y te suplico por aquel Nuevo viaje de penas y
trabajos que en esta jornada padeciste, viendo en aquellos caminos a tus
queridos Padres despreciados de viadantes pasajeros, por suma pobreza. Con
reverencia te suplico, acompañado del tercer coro de angeles, accedas compasivo
a mi solicitud y por gozo que tuvo tu querida Madre Santa María de Atocha,
cuando al entonar en la capilla angelica el Gloria in Excelsis Deo resonando
con dulce armonía la delicada voz dandote gracias como deseado y tierno Niño
amante por linaje humano: y por esto me sea concedido el galardón de mi súplica
para lo cual pongo por intercesores los meritos del coro de los principados,
por los cuales y por medio de los angeles y arcangeles que alumbrado e
instruyendo y mandando, cuidan de la salud de los hombres, hagas que en la hora
de la muerte vuelva a resonar la dulce canción de Gloria a Dios en las Alturas
para ir a gozarte para siempre. Amén
Aquí
se hace la petición.
CUARTA
JACULATORIA
Del
atribulado; Raudal de portentos
Eres,
niño amado, pues el que te invoca
Oyendo
benigno, No es desamparado
Niñito
adorado; Le acudes al punto
Vos
sois el consuelo, Con amor y agrado
CUARTO
MILAGRO
En
el año de 1836, en el mes de Julio, día 27 andando Jorge García, minero que fue
ese tiempo de la mina del Barreno, registrando las labores en compañia de un
palero, le aconteció la desgracia de habersele caido encima una panza del cañon
donde andaba, la cual le agarró debajo dandole a él una piedra en la cabeza y
hombro hasta rematarle en pie izquierdo que fue el que le lastimó; y viendose
en tal precipicio, invocó en aquel instante tres veces al Santo Niño de Atocha,
quien con su poder santísimo le favoreció que no muriera sin el Sacramento de
la Extrema Unción; pues a los gritos que daba llamando a los demás barreteros,
ocurrieron unos, quienes sacaron a ambos dos, y no sacó ese hombre otro mal
alguno, mas que la citada lastimada del pie y el palero que le acompañaba, que
también le tocó tal desgracia, con una rotura en la cabeza; por lo que viendo
dicho minero tan rara maravilla que el Santo Niño le hizo en aquel instante, le
dedicó su retablo para certificar con él, prodigio tan singular, dando las mas
inauditas gracias de su corazón, por el portento digno de toda consideración,
que todo devoto del Santo Niño se puede imaginar.
CUARTO
DIA - ORACION
Graciosísimo
Niño de Atocha, Círculo eminentísimo de piedad infinita; yo te saludo y alabo
en este cuarto día y te ofrezco estos tres Padre nuestros y Ave Marías con
Gloria Patri; en unión de esta cuarta jaculatoria, en memoria de aquella cuarta
jornada que hiciste al pozo de Sichén en el lecho preciosísimo de las carísimas
entrañas de tu querida Madre Santa María de Atocha, como divino Salomón, donde
conociendo que se acercaba tu dichoso parto desenvuelve el fardito del ajuar de
tu ropita, y puesta de rodillas lava la camisita y paños que llevan prendidos
para envolverte como rico tesoro de los cielos. Te suplico, Niño de Atocha, que
por medio de estas penalidades que te recuerdo, logre alcanzar de Ti lo que
pretendo. Y creo alcanzarlo por aquel gozo que tuvo tu divina Señora cuando
aplicaba sus labios de nácar a tus preciosas mejillas, con los mas tiernos
requiebros y amorosos coloquios, te estrechaba entre tus brazos como
amorosísima Madre tuya y con ardientísimos deseos se abrazaba su corazón por
ver tu sagrada humanidad alimentada con la dulce leche de sus pechos, por lo
que espero de Tí divino Niño, conseguir por todo esto el feliz despacho que
deseo; y al fin de esta novena mereceré hagas de tus maravillas para conmigo,
calmando mis conflictos y tribulaciones, dandome en esta vida la paz y reposo,
y al fin de ella una dichosa muerte para ir a ensalzarte por los siglos de los
siglos. Amén
Aquí
se hace la petición.
QUINTA
JACULATORIA
En
Tí confiado Por la intercesión
Con
fe y devoción De tu amada Madre
Postrado
te ruego Y en esta occasion
Que
tu protección Logre lo que pido
No
nos falte nunca; En mi petición
QUINTO
MILAGRO
En
el año de 1837, el día 6 de noviembre tuvo María Eleuteria García la desgracia
de que estando sentada en la puerta de su casa, llegó un infame hombre
asestándole puñaladas, de las cuales fue herida mortalmente del pecho y cara y
María Catalina Rivera, que estaba allí con ella, viéndola en tal aflicción,
invocó al Santo Niño de Atocha, quien benignamente la libró salvandole la vida,
porque no pereciera en aquel dia sin los auxilios necesarios; y para demostrar
el singular prodigio que el Santo Niño le hizo en tan extrema necesidad en que
se vió, puso su retablo en el Santuario de Plateros, manifestando en él su
acontecimiento, en que se halla dandole gracias al Santo Niño , después de
haberle restablecido su salud, con la misma señora que en aquel peligro le hizo
compañia, el que nos servirá a todos los que recurrimos a implorar su divino
auxilio; para mas reconocimiento, demostrandonos que son incontables los
portentos que ha hecho, hace y hará diariamente, con el que lo llame de todo
corazón.
QUINTO
DIA - ORACION
Perenne
Niño de Atocha, incomparable y maravilloso Niño; yo te saludo y alabo en este
quinto día y te ofrezco estos tres Padres nuestros y Ave Marías con Gloria
Patri, enriquecidos con esta Quinta jaculatoria, en memoria de aquella Quinta
jornada que hicieron tus queridos Padres desde el pozo de Sichén, hasta aquel
lugarejo llamado Necmas, donde tomaron por hospicio una inhabitable morada de
ovejas, aunque con alegres balidos los recibieron los corderillos gustosos de
su compañía, manifestándoles la alegría que les ocupaba en esa noche, por
aquella humildad con que se recogieron entre los pinos en aquella posada de
brutos, por el cordial amor que le profesas a tu querida Madre Santa María de
Atocha, te pido me sea concedido lo que solicito en mi indicado fin, y espero
que por todo esto que te ruego, tendre la dicha de alcanzar el feliz despacho
de mi súplica, para lo cual interpongo los méritos de ésta áspera
peregrinación, acompañandolos con el coro de las virtudes, por las cuales obras
milagros infinitos, propios de tu soberano poder; yo confío que por tan grandes
intercesores, mereceré ser escuchado en estas mis quejas que te demuestro en
este día; y creo finalmente no salir desconsolado porque estoy cierto y
confiado que el que te busca te halla y a quien te invoca le asistes; ven
poderosísimo Niño en nuestro amparo; ven siempre en nuestra defensa y
concedenos una feliz muerte para ir a acompañarte en el dichoso Necmas de la
eterna Gloria. Amén
Aquí
se hace la petición.
SEXTA
JACULATORIA
Médico
divino Le das la salud,
Eres
por virtud, Y él da testimonio
Con
exactitud Despacha benigno
Le
alivias su mal, Mi solicitud.
SEXTO
MILAGRO
En
el mes de noviembre de 1838, se hallaba Albino Ibarra enfermo gravemente de una
rosada en lo interior, y habiendo padecido mucho tiempo de ella sin encontrar
remedio en lo temporal que le diera alivio a su incurable mal, recurrió a
implorar al Santo Niño de Atocha pidiendole con íntimas veras de su corazón le
restableciera su salud si le convenía, y si no que hiciera su santísima
voluntad, a lo que el Santo Niño, viendo la necesidad en que se hallaba aquel
hombre y ue los facultativos trataban dehacerle la operación, le mostró su
misericordia y a pocos días se hallo bueno y salvo por el milagro de su
Majestad Santísima y para testimonio de esta maravilla puso su retablo en el
Santuario del Santo Niño en el que está dandole infinitas gracias al medico tan
soberano, por tan singular prodigio.
SEXTO
DIA - ORACION
Agraciadísimo
Niño de Atocha, que riendote estas, regocijandote con tu querida Madre, yo te
saludo y alabo en este sexto día y te ofrezco estos tres Padres nuestros y Ave
Marías con Gloria Patri y los acompaño con esta Sexta jaculatoria en memoria de
aquella Sexta jornada que hiciste, colocando en el vientre divinisimo de tu
Santísima Madre Santa María de Atocha, hasta a aquel despoblado sitio donde a
los doce años de edad te lo perdiste de vista. Por este dolor que sintió en su
corazón después de haber sufrido con tan modesta humilidad tantos trabajos,
subiendo los montes, pisando los altos copos de nieve con sus delicadísimos
pies, atravesando serranías, sufriendo los aires fríos, la lluvia del cielo y
la ingratitud e inclemencia del tiempo. Te pido por todo esto que te hago
recuerdo, me sea concedido el favor que te suplico en esta hora, para lo cual
interpongo los méritos de todas las dominaciones que preceden a todos los
espiritus inferiores y son ministros de tu Divina Providencia; y ellos se
sujetan a tu voluntad siempre y por estos grandes méritos y por lo que te
recuerdo cada día en esta novena, introduciendolos a mi súplica, espero no
salir sin alcanzar lo que tanto solicito, y después al fin de mi vida alcanzar
tu gracia hasta gozarte en el paraíso celestial de la eterna morada. Amén
Aquí
se hace la petición.
SEPTIMA
JACULATORIA
El
preso, al enfermo Niño, perecer;
Niñito
a mi ver, Tú al preso le das
Lo
ampara y asistes Libertad y ser,
Con
tu gran poder; También al enfermo
Y
a ninguno dejas Quién lo podrá hacer?
SEPTIMO
MILAGRO
En
el mes de mayo de 1839 le aconteció a José María Díaz la desgracia de haber
muerto a otro a puñaladas en el acto de pleito, el cual al instante fue
aprehendido por la autoridad de Fresnillo, la que mirando el asesinato que este
hombre había hecho, le formó causa criminal y sin administrarle apelación
ninguna, se sentenció el tribunal de justicia a diez años de presidio y al
hacer ver el remate de su causa al dicho Díaz, al oírla relatar invocó en su
corazón al Santo Niño de Nuestra Señora de Atocha, y obedeció a lo sentenciado,
besa su causa y volviendo a su prisión con lágrimas en los ojos invoca
nuevamente al Santo Niño , con entera confianza de que no había de llegar a
cumplir lo sentenciado, pues estaba cierto de que el Santo Niño , no le había
de desamparar y por El habría de conseguir su libertad y El habrá de ser su
defensor, su fiscal y su juez y le había de sacar de aquella prisión, quien se
lo concedió, pues no duró más que un año tres meses en la cárcel de allí mismo;
a tal grado, que cuando menos pensaba salir en libertad lo consiguió y en
testimonio de tal milagro, puso en el Santuario de Plateros el presente
portento, en la misma forma que consta en esta Novena y en que se halla,
dandole al Santo Niño infinitas gracias por el raro prodigio, el que nos
acreditará que quien aclama a su protección no le deja perecer ni en trabajos
ni en prisión.
SEPTIMO
DIA - ORACION
Admirable
Niño de Atocha, incomparables son tus maravillas, candidísimo Niño, yo te
saludo y te adoro, yo te alabo y te ofrezco estos tres Padres nuestros y Ave
Marías con Gloria Patri, los uno con esta septima jaculatoria en memoria de
aquella séptima jornada que hiciste a la ciudad santa de Jerusalén, en las
entrañas purísimas de tu querida Madre que te servian de palacio y habitación
donde despues de tu crecida edad obraste los misterios de la Redención y a
donde se le presentaron a tu Madre María Santísima, al pasar por aquellas
calles las nuevas jornadas que habias de hacer en ellas, de tribunal en
tribunal y las jornadas tan malas que habias de hallar en aquellos pretorios,
porque en una de aquellas casas habias de ser aprisionado y en una de sus plazas
habias de ser atormentado con cinco mil azotes y en cuya representacion eran
sus ojos Fuentes de lagrimas; por esta consideracion que tuvo de aquellas
benditas lagrimas que derramó al pasar por el Monte Calvario, donde con
abundancia aumentaba su llanto, porque conocio que alli era donde habias de
expiar en el patibulo de la Cruz. Por estos sentimientos que compungian a su
corazón en aquel instante te pido, amorosísimo Niño de Atocha, que oigas mis
súplicas y remedies mis necesidades, para lo cual interpongo los méritos del
connato que tenias en que se cumpliera en Tí la voluntad de tu Padre celestial,
por lo que humildemente te ruego y espero que me darás el feliz consuelo en lo
que solicito, dandole buen despacho a mis peticiones; y pues nuevamente te interpongo
los meritos de los tronos en que descansas como en el trono de tu Gloria y
asiento de tu Majestad; y por todos estos méritos espero no salir desconsolado
de Tí y gozar de una feliz muerte para ir a acompañarte en la celestial
Jerusalén de la Gloria. Amén.
Aquí
se hace la petición.
OCTAVA
JACULATORIA
Diversos
portentos, Me sea concecido
Niñito
querido Lo que solicito,
Haces
diariamente Con deseo crecido
A
que está afligido; Logrando el favor
Yo
a la vez te ruego Que hoy postrado te pido
OCTAVO
MILAGRO
En
el año de 1840, en el mes de mayo, se vió enferma gravemente de dolor de
costado Doña Juliana Codina, vecina de la ciudad de Jerez, de resultas de un
cansancio, la cual habiendose visto sumamente agravada y que no hallaba remedio
alguno que le prometiera alivio en lo temporal, con veras de su corazón invocó
al Santo Niño de Atocha, quien al momento le envió el alivio y en pocos dias le
restableció su salud, conservándole la vida; y en recompensa de gratitud a esta
maravilla le puso su retablo en el Santuario de Plateros manifestando tan raro
prodigio y en esta ella y su esposo Don Francisco Orozco, esta dandole
infinitas gracias al Santo Niño y es constante testimonio para toda criatura
devota o necesitada, que en medio de las enfermedades, conflictos o peligros en
que se hallare, invocare al Santo Niño con la dulce advocación de Nuestra
Señora de Atocha, espere confiado en que calmará al instante su aflicción o
trabajo que tuviere, porque El es quien todo lo puede; y siendo de su agrado
hace cuanto le pedimos en su nombre o por intercesion de su Santísima Madre,
pues El es medico celestial. El nos colma de bendiciones y cada hora hace
diversos portentos como consta en lo que presento.
OCTAVO
DIA - ORACION
Sapientísimo
Niño de Atocha, general protector de todos los hombres, general amparo de
desvalidos, medico divino de cualquier enfermedad, poderosísimo Niño yo te
saludo, yo te alabo en este octavo día y te ofrezco estos Tres Padres nuestros
y Ave Marías con Gloria Patri, acompañandolos con esta octava jaculatoria por
la octava jornada que hiciste encarnado en las purísimas entrañas de tu
amabilísima Madre, desde aquella ciudad santa de Jerusalén hasta llegar a Belén
donde habiando llegado tu amorosísimo Padre Señor San José buscando posada
entre sus deudos, parientes y conocidos, creyendo que habían terminado ya sus
trabajos, se multiplicaron con nuevas penas porque habiendo llegado con su
castísima esposa, todos le dieron con ellas en la cara. Oh que sentimientos tan
gandes tendría en su corazón, aquel varón justo y casto esposo de María en
aquellas calles buscando posada donde alojar a la emperatriz de los cielos y le
despedían con palabras ásperas y desabridas, tratandole de ocisos y vagabundo,
por verlo con toda humildad y pobreza! Que lágrimas no derramarían sus ojos y
mas cuando habiendo encontrado la noche y desgajandose ya la nieve, corriendo
los aires fríos sin haber encontrado alojamiento ninguno desde las cuatro de la
tarde que comenzó a buscarlo y no lo habia podido encontrar hasta aquella hora
y temiendo no le cogiera el parto en aquella plaza, por cuyos recuerdos que
hago en este dia, te pido me concedas lo que te suplico, para lo cual
interpongo estos méritos y los acompaño con el coro de los querubines y
serafines que estan adornados de perfectísima sabiduría; por los cuales espero,
preciosísimo Niño de Atocha, feliz despacho en lo que te ruego y pretendo;
estoy cierto de que no saldré desconsolado de Tí lograré una Buena muerte, para
llegar a acompañarte a Belén de la Gloria. Amén
Aquí
se hace la petición.
ULTIMA
JACULATORIA
Oh,
Niño de Atocha Remedia, Niño
Suma
Majestad, Mi necesidad!
NOVENO
MILAGRO
En
el mes de marzo de 1841, se vió gravemente enfermo Calixto Aguirre en la ciudad
de Guanajuato, de una enfermedad incurable en parte interior, quien mirándose
agravado por incomparables dolores y dolencias que sentía, ocurrió al Médico D.
Vicente López el que viendolo en la disposición en que estaba y tan desfigurado
de aquella parte, se espantó y le recetó algunas medicinas, las que en el
momento se le aplicaron, mas como sus dolencias se aumentaban
considerablemente, aclamó con veras de su corazón al Santo Niño de Atocha,
prometiendole como le sanara, le dispondría una novena compuesta de la dureza
de su ingenio y llevaría hasta su Santuario su retablo, en que hiciera patente
esta maravilla, entre las muchas que ha obrado este divino Niño con quienes le
han aclamado en sus necesidades. Por fin este medico soberano le dio
resistencia para sufir tan penosa situación en que con su divino auxilio se
confesó, perseverando en sus dolencias hasta la media noche en que se quedó
dormido. Al dia siguiente le reventó la inflación, abriendole 16 bocas, por las
cuales despidió un torrente de sangra cuya corrupción era excesiva. Mirandose
en tal disposicion, invocó de Nuevo al Santo Niño de Atocha, quien a pocas
horas le dio alivio y al fin restituyó la salud con notable admiración de
cuantos le vieron en el estado en que se hallaba, pues le cerraron trece bocas,
quedandole hasta el día tres, sin ir ni a mas ni a menos ni perjudicarle en
nada. En cumplimiento de su promesa, dispuso la presente Novena con el auxilio
de su Divina Majestad y esta seguro que al visitarle y darle las gracias
llevandole su retablo, su misericordia permitira darle el completo de su salud
y volver enteramente bueno a su casa como ha sucedido a muchos de los que con
fe le han invocado en sus tribulaciones.
NOVENO
DIA - ORACION
Soberano
Niño de Atocha, en Tí tengo puesta toda mi confianza, benignísimo Niño, yo te
saludo y te alabo en este ultimo dia de tu novena y te ofrezco estos tres
Padres nuestros y Ave Marías con Gloria Patri, los presento con esta última
jaculatoria, recomendandotelos en memoria de aquella última jornada que hiciste
oculto en el vientre virginal de tu querida Madre, desde Belén hasta aquel
preparado y dichoso portal, a donde llegaste a las nueve de la noche, y en que
se llegaba la hora de tu deseado nacimiento, hincada de rodillas, juntas las
manos delante del pecho, levantados los ojos al cielo, elevadas las potencies y
los sentidos y toda divinizada, te dió al mundo como divino Mesías de todas las
generaciones y te adoro en los brazos de San Miguel Arcángel y despues te
recibio en los suyos para que te adoraran los santos angeles, que de guardas le
asistieron en el altar sagrado y viendote tiritar de frio y hacer pucheros te
envuelve en aquellas pajas y pañales, te abriga reclinándote hacia si misma,
regalandote y alimentandote con la dulce leche de sus virginales pechos, te
pone entre la paja de aquel pesebre de animales, donde fuiste adorado de los
brutos y de los humildes pastores; dandote los plandeciente sol de justicia,
reconociendote como verdadero Dios; y por el gozo que tuvo tu bellísima Madre
Santa María de Atocha; por haberte parido sin dolor alguno quedando intacta en
su virginidad, te pido me concedas lo que te suplico en mi petición y espero no
salir desconsolado de Tí por el gozo que tuvo tu querido Padre Señor San José,
cuando despertando de aquel dulce sueño en que estaba te vió en los brazos de
la Aurora alegranado al mundo y hecho aquel humilde portal un abreviado cielo
con tu hermosura y resplandor. Por esto que te recuerdo, te ruego y pido
entrañablemente des feliz despacho para lo cual interpongo todos estos méritos
y los del coro de los serafines que te aman con amor ardientísimo, por lo que
espero lograr buen éxito en mi solicitud y lograr una feliz muerte para ir a
darte infinitos plácemes en los apriscos de las eternas moradas, donde canta tu
Gloria con los santos ángeles para siempre. Amén.
ORACION
Para
ofrecer las nueve Ave Marías a María Santísima de Atocha, para todos los días.
Purísima
Madre del Santo Niño de Atocha, trono delicadísimo de la Majestad increada,
fecundo lirio de los valles, fosa celestial de Jericó, relicario purísimo de la
Trinidad Santísima, fuente clarísima donde estaban representadas las
cristalinas aguas de la divina, gracia. Paraíso deliciosísimo, jardín supremo
de la Gloria, panal fecundo de la mas dulce y suave miel, Médica soberana por
quien después de Dios vive todo el orbe de la tierra. Hija querida del Eterno
Padre en quien se regocija y llena de placer, amorosísima esposa del Espíritu
Santo aurora que alegras a todos el mundo, general abogada y firmísima
esperanza de los pecadores y bondadosa Madre Mía. Yo te ofrezco estas nueve Ave
Marías, en memoria de aquellas nueve jornadas que hiciste desde Nazareth hasta
Belén, donde te dignaste dar a luz al verdadero Dios, por cuyo recuerdo espero
de Tí que intercederás como tu Hijo el Santo Niño de Atocha, que me conceda lo
que pido en esta devoción y espero que me lo harás, piadosísima Madre Mía,
valiendome de los medios interpuestos juntos con los de tu intercesión, pues
bien sabes Tu la necesidad con que te lo pido y creo ciertamente alcanzar lo
que pretendo y solicito, dandome antes o al concluir esta novena que le dedico
a tu nombre, el deseo y feliz consuelo de mis trabajos y afanes. Asi lo espero,
confiado de esto, por aquellas tres necesidades que al pie de la Cruz tuviste
viendolo clavado en ella y mas por aquellos sentimientos y dulces expresiones
con que le hablaste en su corazón cuando le tuviste en tus brazos en su
descendimiento; y ruegale a tu querido Hijo el Santo Niño de Atocha, que por
todos los méritos que le hago en cada día venga en mi amparo y que asista con
su santísimo poder, pues El es quien todo lo puede y de El depende mi
solicitud, para que despues de concederme lo que pido, me de una muerte feliz,
para pasar a gozarle en tu compañia y repetirle sin cesar himnos de alabanzas
junto con los coros angélicos que en el dichoso nacimiento le entonaron: Gloria
a Dios en las Alturas y paz a los hombres de Buena voluntad, por los siglos de
los siglos. Amén.
ALABANZA
AL SANTO NIÑO DE ATOCHA
"Niñito
de Atocha, Hijo de María, Reluciente antorcha, nuestro amparo guia.
Divino
Jesus; Este dulce nombre, con tu eterna luz, ilumina el orbe.
Niñito
prodigioso, Venid de Plateros, Y ampara piadoso, A estos tus hijuelos.
Venid
compatriotas, Venid forasteros, Y al Niño de Atocha, Gracias tributemos.
Bienvenido
seas, Niño sempiterno, Bienvenido seas, A darnos consuelo.
Agraciado
Niño, Que riéndote estas, Mostrando cariño, A la cristiandad.
Con
grillos estas, Pero muy contento, Los dejas y vas, A hacer tus portentos.
Al
que triste hallas, Con tribulaciones, Si tu auxilio aclama, Pronto le socorres.
Médico
divino, Tierno relicario, Solo a verte Niño, Van a tu Santuario.
Cuantos
impedidos, Entran de rodillas, Son fieles testigos, De tus maravillas.
Los
presos humildes, Te hacen petición, Y luego son libres, De dura prisión.
A
los ingnorantes, Los alumbras luego, Y a los caminantes, Los libras del riesgo.
Oh,
que grande dicha, Gozais Fresnilleros, Con la gran reliquia, Que se halla en
Plateros.!
Permitidme,
Niño, De mi corazón, Morir con auxilio, De la Extrema Unción, Adios Niño
hermoso, Adios mi querido, Niño milagroso, De ti me despido. Tu dulce memoria,
Nos lleve triunfando, A tu eterna Gloria, A estarte alabando."
Nota:
Los hechos milagrosos referidos en esta Novena solo merecen una fe humana,
mientras que la Iglesia no de su fallo sobre ellos, según lo dispuesto por S.S.
Urbano VIII
No hay comentarios:
Publicar un comentario