jueves, 27 de diciembre de 2018

NOVENA A LA BEATA MARÍA ANA DE JESÚS








DEVOTA NOVENA A LA BIENAVENTURADA MARÍA ANA DE JESÚS


RELIGIOSA DEL SACRO, REAL Y MILITAR
ORDEN DE DESCALZOS DE NUESTRA
SEÑORA DE LA MERCED


MADRID 1797



ACTO DE CONTRICCIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Criador y Redentor mío, en quien creo, a quien amo con todo mi corazón, sentidos y potencias: Me pesa en el alma de haberos ofendido, solo por ser quien sois: ofrezco confesar todos mis pecados: propongo la enmienda y espero me los perdonareis por los méritos de vuestra Pasión Santísima, y los de vuestra Madre Amantísima y que por los ruegos de la Gloriosa María Ana de Jesús, me daréis gracia, para que aborreciendo la culpa, viva en Vos, sin que vuelva más á pecar, haciendo penitencia de mi vida pasada. Así lo prometo, y espero los poderosos auxilios de vuestra gracia para gozar la vida eterna. Amen.



ORACIÓN PARA TODOS LOS DIAS
Gloriosísima Virgen, y Bienaventurada María Ana de Jesús, puesto a vuestros sagrados pies en reconocimiento de alta amorosa dignación de nuestro Dios y Señor , con que os formó objeto dignísima de sus Divinos cariños, uniendo vuestra voluntad a la suya con indisoluble amor a su infinita Bondad, y también hacia nosotros, como lo confirman los continuados socorros que vuestros devotos han experimenta" do siempre en sus necesidades, aflicciones, y trabajos, humildemente os suplico os dignéis de continuarme en la Divina presencia todos los buenos oficios de Abogada y Protectora 5 pues por tal os nombré y constituyo para todo el tiempo de esta miserable vida: ofreciéndoos el rezar todos los días tres veces el Padre nuestro, y Ave María con el Gloria Patri, para imitaros en la veneración, y obsequio que tributáis á la Trinidad Santísima. Amen.



DIA PRIMERO
¿Quién sin ojos a Dios ve? Fe.
¿Quién en premio a Dios alcanza? Esperanza.
¿Quién es la suma verdad? Caridad.
De esta suerte procurad, Alma,
esas tres que os esmaltan,
Pues no hay ver a Dios si os faltan fe, Esperanza, y Caridad.

ORACION
Gloriosísima Virgen, y Bienaventurada María Ana de Jesús, mi Abogada y  Protectora, en reverencia de los copiosos raudales de favores, y de gracias con que la Trinidad Beatísima se dignó regar el delicioso campo de vuestra Alma dichosa para que produjese los más sazonados  y abundantes frutos en las Virtudes Teológicas: yo os suplico y rendidamente imploro vuestra intercesión benigna para alcanzar de la Divina Bondad los celestiales rocíos que necesita mi alma para que fructifique también dignos frutos de Fe, Esperanza y Caridad con que sirviendo y complaciendo a mi Dios, logre yo vivir y morir en su santa Fe Católica, adornado de su gracia, para así asegurar mi felicidad eterna. También os suplico me alcancéis del Señor lo que deseo en esta Novena, si conviene a la salud de mi alma. Amen.



GOZOS


Pues que sus gracias reparte,
Por tus virtudes el Cielo,
Sed, María Ana, el consuelo
De aquel que llegue a implorarte,

Madrid, Corte distinguida,
Ha tenido la fortuna
De haberos dado la cuna,
Siendo por vos más lucida,
Y pues vuestra santa vida
Es de sus glorias esmalte.

Santiago su alegría
En todo la consiguió
Con el Bautismo que os dio,
Y también Feligresía
Y pues conserva en el día
El desvelo en elogiarte.


Desde niña merecisteis
El verte en Dios reengendrada,
Pues de su amor abrasada,
Por tu Esposo le elegisteis,
Y pues así conseguisteis
De culpa privilegiarte.

Fuiste en la Fe singular,
En la Humildad el espejo,
En la Paciencia el reflejo,
Y en Caridad ejemplar:
Dios te llegó a señalar,
Porque puedas por tu parte,

En la Oración fué elevada
Tu alma a la mayor luz,
Viendo a Jesús en la Cruz,
Que fué á tus hombros pasada
Y pues fuiste coronada
De espinas por ensalzarte.


A Jesús Sacramentado,
En grande amor abrasada,
Y en él siempre enajenada,
Fué tu espíritu entregado;
Y pues por eso has logrado
De Extática el nombre darte.

No hay pena ni enfermedad,
Aflicción ni desconsuelo,
En que no conceda el Cielo
Por tus ruegos la piedad;
Y pues Dios su Caridad
Por tus manos nos reparte.

Amada de Dios Eterno,
Pues lo tienes de tu parte,
Sed María Ana el consuelo
De aquel que llegue a implorarte.





Ven Esposa de Jesucristo, recibe la corona que el Señor te ha preparado para la eternidad.

L/: Se derramó la gracia en tus labios.
R/: Por tanto, Dios te bendijo eternamente.

ORACION
Señor de las virtudes, clementísimo Dios, que adornasteis a la Beata Virgen María Ana de innumerables dones de tu gracia, concédenos por su intercesión que imitemos sus acciones a la que reverenciamos con grande veneración por Jesucristo Señor nuestro. Amen.




ORACIÓN A MARÍA SANTÍSIMA PARA TODOS LOS DÍAS
¡Amantísima Virgen María, Templo y Sagrario de la Santísima Trinidad! Pues concebisteis en vuestras purísimas entrañas al Hijo del Eterno Padre, quedando siempre virgen, antes del parto, en el parto, y después del parto, por este singularísimo Misterio, alcanzadme, Señora, que, purificada mi alma de la culpa, le reciba yo Sacramentado con la pureza que lo hacía vuestra escogida Hija María Ana y que por aquel privilegio que la engrandeció en ser escogida
azucena, que plantada por Vos en el Jardín de vuestra Sacra Orden de Mercenarios Descalzos, fué regada con el santo rocío de vuestra asistencia y favor merezca yo que sean oídas mis súplicas de vuestro amantísimo Hijo, y que regada mi alma con el rocío de la gracia, viva siempre en ella, repitiendo aquellas devotísimas palabras de vuestra gloriosa Hija: "Bendita sea la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas, y un solo Dios verdadero, en quien creo, adoro, y protesto de vivir en su Santa Fe Católica, Apostólica Romana y deseo derramar mi sangre por el honor del Evangelio." Amen.



DIA SEGUNDO
Nada te turbe,
nada te espante, Todo pasa:
Dios no se muda:
Quien a Dios tiene, nada le falta.

ORACION
Gloriosísima Virgen, y Bienaventurada María Ana de Jesús, en cuya Alma, para que fueseis clarísimo ejemplar de la perfección cristiana radicó el Señor aquella tan admirable tranquilidad de orden o paz interior, que jamás pudieron causar en vuestro corazón turbación alguna, inquietud o novedad, ni los oprobios ni los baldones, ni los malos tratamientos de criaturas, ni vuestras continuas enfermedades tan dolorosas ni aquellos desamparos, y sequedades de espíritu , ni aquel fuego tan abrasador de vuestro cuerpo y tan activo, que a vos misma os parecía ser fuego de Purgatorio, por tan excelsos merecimientos os suplico, que alcanzándome de el Señor la impresión en alma de vuestras Máximas, se radique, y afirme cada día más en solo Dios. Alcanzadme también la gracia particular que deseo en esta Novena, si ha de ser con aquella paz que apetezco con toda mi alma. Amen.





DIA TERCERO
¿Quién causa seguridad?  humildad.
¿Quién me corona en presencia? paciencia.
¿Y quién arrebata al Cielo? celo
Pues mí Dios, á vos apelo,
Del Mundo en que no hay verdad:
Dadme por vuestra bondad Humildad, Paciencia, Celo.

ORACION
Gloriosísima Virgen y Bienaventurada María Ana de Jesús, pasmoso ejemplo de Humildad, de Paciencia y de aquel Celo tan debido al honor de nuestro Dios, y Señor: humildemente os suplico con los mayores deseos, me alcancéis de su gran misericordia la verdadera humildad para que conociéndome perfectamente a mí mismo, y lo mal que correspondo a sus continuos amorosos beneficios, logre yo el sufrimiento en las adversidades , y trabajos que para mí corrección me envíe por su paternal amor, qué abrasado mi corazón de su purísimo amor, cele también con el cuidado que debo la salvación de mi alma , y la de todos mis prójimos: separándome de darlas aun la más leve ocasión de su ruina espiritual. También os suplico me alcancéis Señor la gracia particular que deseo si ha de ser para salud de mi alma. Amén.




DIA CUARTO
¿Cómo seré más prudente? obediente.
¿Cómo mi vida se engasta? casta.
¿Cómo seré que más sobre? pobre.
Pues mi Dios, vuestro amor obre.
Que para no me perder No hay juro mejor, que ser Obediente, Casta, y Pobre.


ORACION
gloriosísima Virgen y Bienaventurada María Ana de Jesús, cuya prudentísima sabiduría os hizo obediente a la voluntad Divina hasta engastar vuestra Alma en el candor más precioso de purísima azucena, preservándoos de aquellas tan lastimosas espinas, que suele traer consigo la abundancia de las terrenas riquezas, humildemente os suplico me alcancéis del Señor, que obediente en todo a su santa voluntad, viva yo en perpetua castidad según que corresponde a mi estado; y pobre con la pobreza de espíritu. También os suplico me alcancéis lo que pido en esta santa Novena, si ha de ser para bien y provecho de mi alma. Amen.






DIA QUINTO
¿Cuál es el Puerto de salud? virtud.
¿Quién saca al Alma de quicio? vicio.
¿Quién la da a la perfección? oración.
Vivamos con discreción, No se engañando ninguno,
Que no son para en uno Virtud, Vicio, y Oración.


ORACION
Gloriosísima Virgen y Bienaventurada María Ana de Jesús,, cuya sabia discreción os hizo tan admirable en el candor, y en la inocencia de vida por medio de la oración, y unión intima con la Divina Bondad, como que no solo conservasteis la preciosísima joya de la gracia bautismal, sino también la añadisteis los más subidos esmaltes de virtud y perfección hasta el fin de vuestra vida ejemplar; humildemente os suplico me alcancéis de la misericordia de nuestro Dios y Señor, que desengañado yo de mi necio discurrir, acierte en adelante a vivir siempre en la presencia de Dios, ajeno de todo vicio, dado todo a la virtud, cumpliendo sus mandamientos santísimos, y mereciendo el incomprehensible Premio ofrecido por su amor a todos sus escogidos. También os suplico me alcancéis esta Novena la gracia particular que deseo sí fuese conforme a la voluntad de Dios. Amen.




DIA SEXTO
¿Quién los sentidos conquistan? la vista.
¿Quién causa deshonra y mengua? la lengua.
¿Quién cebado es más injusto? el gusto.
Pues saldrás de pena, y gusto, Alma, si en vela te pones:
Mira que son tus Ladrones La Vista, la Lengua, el Gusto.


ORACION
Gloriosísima Virgen María Ana de Jesús, vigilantisima Esposa del Esposo inmaculado, cuyo filial casto temor en reverencia de su suprema excelencia desde los primeros años ocupó vuestro tierno corazón como Ayo, y vigilantísimo Maestro para dar rectitud más amable, y más graciosa al uso de todos vuestros sentidos, como confiesan, y publican cuantos lograron vuestro honestísimo trato; humildemente os suplico me alcancéis de la misericordia de Dios el mismo Don celestial de su filial Casto temor; para que moderado yo en mi Vista, en mi Lengua y en mi Gusto, sean todas las acciones de mi vida honestas y elevadas a merecer mi felicidad eterna. También os suplico me alcancéis la gracia particular que deseo conseguir, si ha de ser a mayor gloria de Dios. Amen.





DIA SÉPTIMO
¿Qué será la que se humilla? sencilla.
¿Cómo estará provocada? callada.
¿Y si la tienen por tonta? pronta.
Pues sin duda se remonta Mi alma al supremo Cielo,
Si fuere con santo celo, Sencilla, Callada, y Pronta.


ORACION
Oh gran Dios, Padre de misericordia, y Providencia justísima, que, a los sencillos de corazón, á los puros de intención os dignáis revelar vuestros secretos, ilustrando sus almas con las clarísimas luces dé los Dones soberanos de vuestro Divino espíritu, guiándonos a la unión intima con vos a Patria Celestial por los caminos ignorados de los Sabios, y Filósofos del siglo; repetidas gracias os doy porque así Os dignáis también revelarlos a mi alma con el ejemplo, y celestial sabiduría de la sencillez santa de vuestra Esposa María Ana; y por sus merecimientos os ruego con humildad os dignéis de dirigir todos mis pasos en la santa sencillez en pureza de intención, para que se remonte mi alma a gozar vuestra Divina presencia en la Patria Celestial. Concededme también lo que deseo en esta Novena si es conducente a este fin. Amen.



DIA OCTAVO
¿Cómo a Dios iré volando? bajando.
¿Cómo estaré en Dios viviendo? muriendo.
¿Cómo estaré en Dios obrando? amando.
Pues ya amor me está llamando Si volar, vivir, y obrar
Dios mío se han de alcanzar, Bajando, Muriendo, Amando.



ORACION
Gloriosísima Virgen y Bienaventurada María Ana de Jesús, milagro de la humildad, asombro de mortificación, incienso incesante en el amor a la infinita Bondad; humildemente os suplico me alcances de la misericordia de Dios, que penetren en mi alma los más ardientes rayos de la celestial doctrina que me dais en vuestras Sagradas máximas; para que bajando yo de alta presunción, y vanidad; muriendo a mis gustos, y apetitos contrarios a la razón, viva solo en amor puro a mi Dios. También os suplico me alcancéis del Señor la gracia particular que deseo en esta Novena, si ha de ser para salud de mi alma. Amen.




DIA NOVENO
¿Cómo o cuando moriré? no sé.
¿Pues qué? o cómo estoy dudando? cuando.
Pues el morir es de fé, moriré.
Dios mío, pues qué diré
Que despierte mi deseo, Si, aunque lo digo, y lo creo,
No sé cuándo moriré.


ORACION
Gloriosísima Virgen y Bienaventurada María Ana de Jesús, cuya atenta, vigilancia para en el día de vuestra última hora mereció que os fuese la más feliz, y dichosa entre tiernísimos ósculos, y dulcísimos coloquios con vuestro crucificado Esposo, nuestro amoroso Jesús, ardiendo más y más en los incendios de amor a la inmensa Majestad; humildemente os suplico por tantos merecimientos, me alcancéis de la misericordia de Dios, que atento yo, y preparado dignamente para aquel lance terrible, sea un volcán de amor Divino el que consuma, como en vos, nudo que detiene mi alma en lo grosero del cuerpo: y vuele mi alma como la vuestra a gozar de aquella gloria que el Señor nos ha preparado por su pasión amorosa, si ha de ser para esta eterna felicidad, alcanzadme también la gracia particular deseo conseguir. Amen.



jueves, 20 de diciembre de 2018

NOVENA A SANTO DOMINGO DE SILOS











PIADOSA NOVENA EN HONOR
DEL
SANTÍSIMO PADRE SANTO DOMINGO DE SILOS


TAUMATURGO ESPAÑOL
REDENTOR DE CAUTIVOS Y ABOGADO DE LA FECUNDIDAD Y DEL FELIZ ALUMBRAMIENTO EN LOS PELIGROSOS PARTOS

ESCRITO POR
DON JOSÉ DE CONTRERAS

AÑO 1944


ACTO DE CONTRICCIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Criador de todo, Dueño de mi vida y Redentor de mi alma: sólo por ser Vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, digo que me pesa de haberos ofendido; pésame, Señor, de lo poco que siento vuestras ofensas. Propongo firmemente confesar mis culpas, con verdadero dolor y constante propósito de la enmienda, para que con mi arrepentimiento merezca vuestra divina gracia. Dámela, Señor, para perseverar en vuestro santo servicio hasta llegar a gozaros en la eterna gloria. Amén


ORACIÓN COMÚN PARA TODOS LOS DIAS
Clementísimo Padre mío Santo Domingo de Silos, Moisés segundo de la ley de gracia y padre cariñoso de pobres desvalidos: yo el más indigno de todos imploro humildemente vuestro patrocinio, y os suplico me alcancéis del Padre
de las misericordias lo que necesito y le pido por vuestros méritos en esta Novena; y si mi petición no fuere recta, para mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de mi alma, os ruego no atendáis a lo que mi afecto pide, sino a lo que a mi alma conviene; concediéndome constante resignación en la divina voluntad. Amén.

Aquí se rezarán tres Padre nuestros y tres Aves Marías gloriados, en honor y reverencia del Santo, y después la, oración siguiente:


DIA PRIMERO
Gloriosísimo Padre mío y mi abogado Santo Domingo de Silos, Pastor celoso del rebaño de Jesucristo, remedio universal de necesitados: pues os concedió piadoso el Cielo caridad suma para consuelo de los afligidos, ejercitadla conmigo, que con hambre y sed llego a buscar en vos mi refrigerio, alcanzándome de la bondad infinita de Dios, que con el néctar precioso de su divina gracia apague el fuego de mis pasiones y nutra mi corazón de buenos deseos y firmes propósitos, para que, en adelante, como ovejuela humilde, observe constante las suaves y apacibles leyes del buen Pastor Jesucristo, borre con lágrimas de verdadera penitencia mis culpas, y consiga el favor que solicito en esta Novena a mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de mi alma. Amén.

Ahora, alentando cada uno su afecto con verdadera fe y esperanza, con aquellas expresiones que le dictase su devoción, pedirá a Santo Domingo de Silos el favor que desea conseguir en esta Novena.


ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Piadosísima y Purísima Virgen María, Madre verdadera de nuestro Redentor Jesucristo, templo escogido del Divino Verbo, medianera feliz de los hombres, vida, dulzura y esperanza nuestra, Tribunal de misericordia. Trono seguro de la gracia, y puerta dichosa de la eterna gloria: acordaos. Reina de los ángeles, que no se ha oído hasta ahora que hayáis dejado sin consuelo al que ha llegado confiado a pedíroslo; nadie ha hecho presente a vuestra piedad su miseria, que no haya experimentado vuestra misericordia; y ninguno ha recurrido a vuestro patrocinio, que le hayáis desamparado. Animado yo, Emperatriz soberana, de esta esperanza, y confiado en vuestras entrañas piadosísimas, me arrojo a vuestros pies, seguro de hallar socorro en mis necesidades. No sea yo, Señora, sólo el desgraciado. Confieso que mis culpas merecen que suspendáis el favor de vuestros beneficios; pero siendo ellas el mayor desconsuelo que padece mi alma, son también el primer motivo que tengo para implorar vuestra clemencia.
Madre sois de pecadores, y así os lo suplico. Virgen de vírgenes, que saquéis mi alma del infeliz estado de la culpa, para que quitado este impedimento no sean mis ruegos despreciados, antes bien oigáis piadosa mis súplicas, y otorguéis misericordiosa lo que con todas las veras de mi corazón os pido por la intercesión poderosa de vuestro fiel siervo y especial favorecido, mi amado Padre Santo Domingo de Silos, si ha de ser para mayor gloria de Dios y bien de mi alma. Amén.



GOZOS
AL GLORIOSO SANTO DOMINGO DE SILOS


Pues tenéis asegurado
Para con Dios el favor,
Sednos Padre y Protector,
Abad de Silos sagrado.

En Cañas noble nacisteis,
Tan Manso de corazón,
Que de un perfecto varón
Firmes esperanzas disteis
Y pues de Dios el agrado
Mereció tu tierno amor,

A pastor, de tierna edad,
Tus padres te destinaron,
Y muy presto disfrutaron
Frutos de tu caridad.
Y pues Dios ha declarado
Con un milagro tu amor,

Te llamó la Omnipotencia
Del Sacerdocio al estado,
Y al verte tan sublimado
Fué santa tu complacencia.
Así dejas tu ganado
Y obedeces al Señor.

Buscas en la soledad
De un desierto tu reposo,
Persigue a tu santidad.
Y pues le dejas burlado,
Siendo siempre vencedor:

Dejas gustoso el desierto
Porque en él temes delito;
Y en la casa de Benito
Hallas el seguro puerto.
Y pues en ella has logrado
Tu sosiego sin temor,

La envidia de tu virtud
Corrompe ajenas entrañas,
Y al Monasterio de Cañas
Te envían por su inquietud.
Al verle ya reparado,
Milagros obra el Señor.

Con valor muy singular
Resistes a un Rey ansioso,
Que te pide codicioso
Las alhajas del altar.
Dejó el Señor bien premiado
Con prodigios tu valor.
Sednos Padre y Protector,

Y su dicha pronostica
El cielo, pues te publica.
En sacrificio incruento
Liciniano iluminado
Te admira reparador.

Con tres coronas de gloria
Premia el Cielo tus desvelos,
Y asegura los recelos
De la futura victoria.
Quedaste muy alentado
Con tan supremo favor.

Si la esposa llora triste
La falta de sucesión,
Tu patrocinio le asiste
Con frutos de bendición.
De los partos abogado
Tienes la gloria y honor.

Fruto de tu protección
A los ruegos de su madre
Es el Guzmán, grande Padre
De una ilustre Religión:
Y si t u nombre le has dado.
Él te ha colmado de honor.

Los cautivos a millares
Quita a los moros tu celo,
Trasladándolos de un vuelo
A Silos y a otros lugares.
Los hierros que allí has llevado
Te predican Redentor.

Pues tenéis asegurado
Para con Dios el favor,
Sednos Padre y Protector,
Abad de Silos sagrado.




L/: Rogad por nosotros, nuestro Padre Santo Domingo.
R/: Para que seamos dignos de las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

ORACION: ¡Oh Dios, que habéis ilustrado vuestra Iglesia con los esclarecidos méritos de vuestro Confesor Domingo, y llenándola de gozo con los gloriosos milagros que este Santo obró en la redención de cautivos: conceded a estos vuestros siervos que seamos instruidos por sus ejemplos y libertados por su patrocinio de la esclavitud de todos nuestros vicios! Por Cristo Señor nuestro. Amén.



DIA SEGUNDO
Gloriosísimo Padre y mi abogado Santo Domingo de Silos, que cuando el mundo os brindaba con sus falsas delicias y aparentes bienes, despreciasteis con animosa resolución sus engaños, huyendo a la soledad de un desierto, para tratar sólo con Dios y haceros formidable al enemigo común: Ruegoos. Protector mío, que me alcancéis de la Divina Majestad una resolución verdadera, para que a imitación vuestra desprecie los falsos halagos y bienes caducos y transitorios del mundo, poniendo todos mis deseos en los verdaderos bienes y tesoros celestiales y que mi corazón no se aparte de la contemplación y presencia del Divino Ser: y que consiga lo que os pido en esta Novena, a mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de mi alma. Amén.



DIA TERCERO
Gloriosísimo Padre mío y mi abogado Santo Domingo de Silos, que cuanto más adornado de virtudes en la soledad de un desierto vivía vuestro corazón afligido y temeroso, pensando, en fuerza de vuestra profundísima humildad, que estaba muy distante de la perfección, y ansioso de conseguirla, resolvisteis despojaros de vuestra voluntad propia, depositándola en manos de la obediencia, vistiendo la santa cogulla del Patriarca de las Religiones San Benito, con que asegurabais el acierto; alcanzadme del Señor que imitando vuestra humildad me confunda justamente al reconocer mi soberbia, y que esta virtud profundice sus raíces en mi alma para sufrir con resignación todas las adversidades de esta vida, verdadero conocimiento de mis culpas para borrarlas con mis lágrimas, y que consiga lo que os pido en esta Novena a mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de mi alma. Amén.



DIA CUARTO
Gloriosísimo Padre mío y mi abogado Santo Domingo de Silos, que a los primeros pasos que disteis en el camino de la virtud, os admiraron todos casi en el grado sumo de la perfección, viendo la prontitud extraordinaria con que practicabais las insinuaciones de la obediencia, por arduas y duras que fuesen, gobernado por el precepto de la santa Regla que previene que el súbdito ha de obedecer a su Prelado, no sólo en lo arduo y dificultoso, sino también en lo imposible: Ruegoos, Protector mío, que me alcancéis de la Divina Majestad que verdaderamente me desnude de todo cuanto sea amor propio, y que con alegría resigne mi voluntad en la suya para obedecer y observar los preceptos de la divina ley; y lo que os pido en esta Novena a mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de mi alma. Amén.


DIA QUINTO
Gloriosísimo Padre mío y mi abogado Santo Domingo de Silos, cuyo espíritu, alentado y fortalecido con el celo da la honra y servicio de Dios, supo vencer y sujetar la codicia de un Príncipe ambicioso, que intentaba con todo esfuerzo apropiarse los vasos sagrados y alhajas que servían para el divino culto, sin otras armas que las de la constancia humilde, despreciando animoso hasta la propia vida, primero que convenir en tan afrentosa entrega: Ruegoos. Protector mío, que me alcancéis de la Divina Majestad el santo don de la fortaleza, para hacer frente y resistir a todos los vicios, para defender a costa de mi vida la divina honra, y sacrificarla primero que cometer una leve culpa, sin que me sirvan de embarazo los respetos, grandezas ni soberanías del mundo; y lo que especialmente os pido en esta Novena a mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de mi alma. Amén.



DIA SEXTO
Gloriosísimo Padre mío y mi abogado Santo Domingo de Silos, que entra las virtudes heroicas que practicasteis, tuvo la de la paciencia no menor lugar y aplauso, sufriendo con la mayor conformidad las calumnias que inventó el demonio, y tolerando con indecible gozo los penosos destierros que eligió vuestra prudencia, buscando la paz y quietud de vuestra alma: Ruegoos. Protector mío, que yo logre por vuestra intercesión con tal firmeza esta virtud, que, inalterable a las adversidades que me sucedieren, se halle mi corazón con tanta serenidad, que ruegue por aquellos que me las ocasionan, y con este mérito agrade a la Majestad Divina, de quien espero me alcancéis lo que os pido en esta Novena a mayor gloria suya, honra vuestra y provecho de mi alma. Amén.



DÍA SÉPTIMO
Gloriosísimo Padre mío y mi abogado Santo Domingo de Silos, que por la virginal pureza que conservasteis toda vuestra vida merecisteis que María Santísima os enviase desde el Cielo una corona preciosísima de gloria, premio merecido al desvelo con que desde niño habéis conservado esta delicada virtud, sin que el pensamiento más ligero la llegase a empañar: Ruegoos. Protector mío, que compadecido de mi flaqueza me asistáis con vuestra protección, y me alcancéis de la Divina Majestad que yo refrene mis apetitos y la rebeldía de la carne, para que así logre imitaros en los triunfos de las tentaciones contra la castidad, y fijar en mi alma un amor grande a esta virtud; y lo que os pido en esta Novena a mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de mi alma. Amén.



DÍA OCTAVO
Gloriosísimo Padre mío y mi abogado Santo Domingo de Silos, que, por el infatigable celo de la honra de Dios, como siervo fiel y prelado verdaderamente prudente, a quien encargó el Señor el gobierno de sus monasterios de Cañas y de Silos, merecisteis los gloriosos renombres de reparador de sus edificios y restaurador de la disciplina monástica, restituyendo a su primitivo ser el oro oscurecido de la observancia religiosa con vuestra santidad y vigilancia: Ruegoos, Protector mío, que me alcancéis de la Divina Majestad un espíritu celoso de su honra y gloria, infundiendo en mi corazón aquella valentía animosa que Vos tuvisteis para establecerla y la prudencia para conservarla, siendo el primero que la solicite por medio de una inocente vida; y lo que especialmente os pido en esta Novena a mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de mi alma. Amén.



DIA NOVENO
Gloriosísimo Padre mío y mi abogado Santo Domingo de Silos, que peregrinando en la tierra, recibisteis el premio de vuestras virtudes en los laureles con que habíais de ser coronado en la gloria, enviándoos la Divina Majestad tres coronas por mano de sus ángeles, la primera por haber despreciado las vanidades del mundo, la segunda por vuestra singular pureza y haber restaurado el monasterio de Cañas, dedicado a María Santísima, y la tercera por reparador del monasterio de Silos, en donde con vuestra predicación habíais de poblar de almas el cielo: Ruegoos, Protector mío. que me alcancéis de la Divina Majestad que yo sea tan perfecto imitador de vuestras virtudes y santa vida, que conformando enteramente la mía con la vuestra, merezca daros mil parabienes en la eterna patria; y lo que especialmente os he pedido en esta Novena a mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de mi alma. Amén.





ANOTACIONES

Al hablar sobre la piedad popular, es referirnos a aquellas devociones que antaño se hacían en nuestros pueblos y nuestras casas, cuando se...