NOVENA DEL DICHOSO MENDIGO, BIENAVENTURADO POBRE Y PATRÓN DE LOS POBRES SAN LÁZARO
ESPECIAL
ABOGADO CONTRA LA PENOSA ENFERMEDAD DE LA LEPRA
Compuesta
por D. Antonio Butín y Buruela, Clérigo Presbítero Domiciliario de este
Obispado de Puebla
Reimpresa
en Puebla de los Ángeles, por los Herederos de la Viuda de Miguel de Ortega, en
el Portal de las Flores
Año de 1774
AL
LECTOR
Lector
mío, si la buena disposición en basa y fundamento de las virtudes todas, según
el Apóstol San Pablo, necesario es que limpiemos nuestras conciencias, llegando
a la franca mesa del altar, para hacer con debida disposición este santo
ejercicio y novena al glorioso San Lázaro, para conseguir especial patrocinio
por su intercesión con Dios nuestro Señor. Y si Lázaro quiere decir: Para
ayudar, a Lázaro principalmente debemos invocar con continuas súplicas y ruegos
para nuestras ayudas, y es así, porque con sus ejemplos admirables, está
siempre pronto a ayudarnos con su patrocinio; por lo cual se ha dispuesto esta
novena, que puede hacer cada uno en cualquier tiempo del año, y al comenzarla,
se confesará y comulgará en honor del Santo. Hecho el acto de contrición
fervorosamente, dirás la oración preparatoria, luego se rezarán tres Padres
nuestros, Aves Marías y Gloria, a la Santísima Trinidad, y a la desnudez,
dolores y necesidades que padeció su segunda persona en su benditísima Pasión,
la oración del santo, que solo se varía todos los días, y hecha la petición,
finalizará todos con la oración, observando este método en toda la novena.
L/: Abrid,
Señor mis labios.
R/: Para
bendecir vuestro Santísimo Nombre y el de vuestro querido siervo San Lázaro,
limpiad mi corazón, inflamad mi voluntad para que con toda la devoción haga
esta novena, y merezca ser oído ante vuestro Divino Acatamiento, por los
méritos de vuestro querido siervo. Amén.
ACTO DE
CONTRICIÓN
Dulcísimo
Jesús de mi alma, Clementísimo Señor, Padre amorosísimo y Eterno amante mío, a mí
me pesa sobre todo pesar, y de todo corazón haberos ofendido, por ser vos quien
sois, porque os amo sobre todas las cosas, y porque sois Hijo de la Virgen María:
Yo propongo con toda resolución, enmendar mi vida, confesándome y satisfaciendo
por mis pecados según mi obligación, así Señor, confiado en vuestro favor y
gracia, espero que me habéis de perdonar por los méritos de vuestra
preciosísima Sangre. Amén.
ORACIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS
Señor
mío Jesucristo, Dueño de mi alma, que te dignaste padecer tantas afrentas hasta
morir en una Cruz por la Redención del Linaje Humano: Postrado humildemente a
tus pies, te suplico hagas aceptable ante tu divino acatamiento mis obsequios,
para que, con tus méritos, y los de tu querido siervo San Lázaro, se los
presentará a tu Eterno Padre, que contigo vive y reina por los siglos de los
siglos. Amén.
Se
rezarán tres Padres nuestros, Aves Marías y Gloria, a la Santísima Trinidad y
luego la siguiente:
DÍA
PRIMERO
ORACIÓN
Pacientísimo
santo mío San Lázaro, que sufriste con tanta paciencia la extrema necesidad de
tu sustento corporal, padeciendo terribles hambres y sed: Yo te suplico que,
por ella, me concedas resignación en las adversidades de esta vida, para que,
alcanzando victoria de ellas, merezca en la otra, coronarme con la inmarcesible
corona de la Gloria. Amén.
Aquí se
hace la petición y luego lo siguiente:
ORACIÓN
FINAL
Inmenso
y Eterno Dios, Trino y Uno, yo os adoro y reverencio con todo mi corazón, y
conociendo mi indignidad, omisión y tibieza, interpongo los méritos de vuestro
muy querido siervo San Lázaro, para alcanzar lo que pido en esta novena, si es
de vuestro agrado y bien de mi alma. También os suplico, miréis con benignidad
a los Príncipes Cristianos, poniendo entre ellos paz, a vuestra Santa Iglesia
aumento en sus fieles, y reduciendo a los infieles y paganos a nuestra fé, a
las Almas del Purgatorio aliviando sus penas, y a los pecadores trayéndolos a
verdadera penitencia de sus pecados, para que, detestados estos, consigan
vuestra gracia, y caminen seguros a vuestra gloria. Amén.
DÍA
SEGUNDO
ORACIÓN
Dolorosísimo
Santo mío San Lázaro, que todo llagado de lepra, padeciste indecibles
tormentos, fatigas y dolores de tan penosa enfermedad, son hallar en lo humano
lenitivo a tanto padecer: Concédeme Santo mío, por tu admirable tolerancia, que
sufra yo las fatigas corporales, para que limpia mi alma de la lepra de los vicios,
consiga la eterna salud de la Bienaventuranza. Amén.
DÍA
TERCERO
ORACIÓN
¡Oh
Querido Santo mío San Lázaro! que solitario entre tus aflicciones, padeciste
tal desamparo, que aun de los mismos interesados en tu prosapia, experimentaste
ultrajes y menosprecios: Yo te ruego Santo mío, me concedas verdadera humildad
de corazón, para que, imitándote en el abatimiento y desprecio del mundo, merezca
conseguir tu admirable compañía en el cielo. Amén.
DÍA CUARTO
ORACIÓN
Patrón
de los Pobres, bienaventurado San Lázaro, que, hollado y abatido de los
mundanos, yacías a las puertas del rico avariento, aumentando tu dolor y desdicha
con los improperios de su poder, rabia y ostentación: Yo te suplico, me
concedas un espíritu como el tuyo, para que no me congojen las flaquezas de mis
prójimos, sino que, cerrando mi corazón a sus iras, consiga, como tú, hallar
abiertas en mi tránsito las puertas eternales de la Jerusalén Triunfante. Amén.
DÍA
QUINTO
ORACIÓN
Amabilísimo
Santo mío San Lázaro, que continuando la mendiguez de tu vida miserable (a los
ojos de los hombre) sufriste la indignación de aquel avaro rico, que a tu suma
mansedumbre mandó soltar los enfurecidos mastines, para que maltratasen tus
carnes, los cuales, mitigando su orgullo, se rindieron a tu presencia: Yo te
ruego me concedas que sea libre en esta transitoria y deleznable vida, de los
mastines infernales, para que humilladas sus servicies a tu mandato, pueda caminar
seguro a las eternas moradas de la Gloria. Amén.
SEXTO
DÍA
ORACIÓN
Amado
Santo mío San Lázaro, que para expresar tu pena y aliviar tu aflicción, no
tuviste mas amparo que recurrir a el que lo es de los pobres, Dios nuestro
Señor, por no haber quien atendiese a tus lastimables tormentos: Yo te suplico
Santo mío, me alcances del mismo Señor, un nuevo inmaculado Corazón, que, resistiendo
a toda tentación, experimente el desamparo de los vicios, y consiga el único y
verdadero de la gloria. Amén.
SÉPTIMO
DÍA
ORACIÓN
Querido
Santo mío San Lázaro, que sin la luz de la fé, ni esperanza en la Resurrección
de la carne (por oscuridad en aquellos tiempos, hasta declararse con la feliz
venida de nuestro Salvador) fuiste muralla contra toda tentación, y vigilante
atalaya del cumplimiento de tus obligaciones, por cuya razón mereciste el glorioso
timbre de Bienaventurado, y pues la fé es asilo a los Cristianos en sus
trabajos, te suplico que fortificada esta, mude yo mis yerros en los dichosos
aciertos de la Divina Ley, para que observándola en esta vida, merezca ser
ciudadano del Reino de la Gloria. Amén.
DÍA
OCTAVO
ORACIÓN
Amabilísimo
Santo mío, que habiendo llegado los quilates de tu continuo padecer a tan
extremo, con admirable paciencia, abatimiento y humildad, sufriste que el
malvado vulgo manchase tu honor, infamándote y asegurándote ser digno merecedor
de desnudez, hambres y afrentas por tus maldades y culpas: ¡Oh Santo mío! haz que
yo proteste desechar las vanidades del mundo, apeteciendo el menosprecio de él,
y aumentando las virtudes, para que, con este medio, consiga el fin último para
que fui criado. Amén.
DÍA
NOVENO
ORACIÓN
Dichoso
mendigo y bienaventurado Pobre, querido mío San Lázaro, que concluyendo con tu
preciosa muerte la trabajosa temporal vida, conseguiste la eterna y mereciste
el premio de tus imponderables fatigas, tormentos y aflicciones, ser llevado
por misterio de los Ángeles al seno de Abrahán, en donde entonces eran depositadas
las almas santas, y por último ser colocado en la Gloria, en la infinitamente
admirable y sin comparación deleitable presencia de Dios: Concédeme Santo mío,
que me desnude hoy de toda pasión propia, para que viviendo en gracia, muera al
mundo, consiga habitar en tu compañía en el empíreo, donde alabe a Dios Trino y
Uno, por todos los siglos de los siglos. Amén.
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