QUINARIO
O
DEVOCIÓN DE CINCO DÍAS EN HONOR DE LAS CINCO LLAGAS QUE EL REDENTOR DEL MUNDO
IMPRIMIÓ EN EL CUERPO DE SU AMADA ESPOSA LA SERÁFICA Y CÁNDIDA
VIRGEN
SANTA CATALINA DE SIENA
DE LA
TERCERA ORDEN DE PREDICADORES
A
DEVOCIÓN DE UN RELIGIOSO DE LA MISMA SAGRADA ORDEN
Con
licencia
Impreso
en la Puebla de los Ángeles, en la oficina de D. Pedro de la Rosa
Año de
1793
ADVERTENCIAS
Aunque
se puede hacer en cualquier tiempo del año, pues siempre necesitamos el favor
de los santos, y para alcanzar una contrición verdadera de la Santa Madre
Catalina, quien, sin injuria de los demás, gozó de singular patrocinio para
alcanzar por su medio esta gracia, más por cuanto la Religión de Predicadores
celebra sus Llagas el día Primero de Abril, será muy acertado comenzar esta
devoción el día veintisiete de marzo. Y cuanto las fuentes del Salvador se nos
comunican en los sacramentos, y en especial en el Augustísimo de la Eucaristía,
será muy del caso recibirla devotamente el primero y el último día, o en el que
se celebran las Llagas. También será conveniente en estos días, leer algún
capítulo de la Vida de esta gran Santa. Y supuesto que el fin de este
devocionario se pone la utilidad de la meditación de los dolores de Jesús, te
encargo que en los días del Quinario y Llagas, lo practiques con mayor empeño. Mira
en esto, como en todo lo demás que quisiere practicar tu fervor y devoción (a
la que no quiero poner límites ni medida) sigue el dictamen de tu confesor, a
quien te encargo mucho des cuenta hasta de lo más mínimo. Esto supuesto, la devoción
se practicará como se sigue:
ACTO DE
CONTRICIÓN
Señor
mío Jesucristo, crucificado y herido por mi amor, que con esas cinco
preciosísimas Llagas de tus pies, manos y costado, pusiste en tierra (mejor que
David a Goliat con las cinco piedras) el gigante fiero del pecado, que es el
único mal que debemos aborrecer los que conocemos cuanto te costó exterminarlo
del mundo. Esas mismas Llagas, Jesús mío, dan confianza a un alma tan cargada
de pecados como la mía, a llegar con el deseo de gustar las aguas saludables
que manan de esas fuentes preciosísimas. ¿Cómo negaréis el perdón a un alma por
quien diste la vida y expendiste el precio todo de tu Sangre? ¿O que utilidad
tendrá esta para mi si bajo a los abismos? No Señor, no ha se ser así, sino que
intercediendo esa Divina Sangre, que clama mejor que la de Abel, he de lograr
el beneficio de una gracia eficaz para arrepentirme de todas mis culpas, como
me arrepiento, y para enmendarme, como lo propongo, fiado en tu gracia santísima.
Rómpase este mi corazón de dolor de haberte ofendido, caiga muerto a tus pies
antes de que vuelva a ofenderte. No me negarás esta gracia, pues piadosamente
creo ruega por mí, mi Abogada y Protectora Santa Catalina de Siena, a quien hiciste
en esta vida, participante de tus Llagas y Corazón y en la eterna has coronado
de gloria. Amén.
DÍA
PRIMERO
ORACIÓN
Divino Verbo humanado, cuyas misericordias no tienen número, y cuya bondad no puede dejar de comunicarse, y por eso no contento con venir al mundo con conversar con los hombres, hecho uno de ellos, quisiste se abriesen en tu Santísimo Cuerpo cinco fuentes principales, para derramar por ellas el precioso bálsamo de tu Sangre para nuestra salud. Yo alabo tu misericordia, y con la mayor veneración, adoro y reverencio la Llaga Santísima de tu Pie Izquierdo, te doy gracias por haberla padecido por mi amor, y te ofrezco los méritos de mi querida Madre y Protectora Santa Catalina, a quien, por asemejarla a ti, señalaste con una Llaga en su pie izquierdo, comunicándole tanto tu piedad y misericordia, que la traían siempre inquieta en las miserias de sus prójimos, y te suplico por este favor y sus elevados méritos, infundas en nosotros un continuo recuerdo de lo que padeciste por nuestro bien, y, una propensión grande a favorecer a los desvalidos, juntamente el favor que pido en este Quinario, si es para tu mayor gloria y bien de mi alma. Amén.
Aquí se
rezan cinco Padres nuestros, Aves Marías y Glorias en honor de las cinco
Llagas, se hará la petición y luego la siguiente:
ORACIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS
Amantísimo Dueño mío, colgado de uno de tus duros clavos, y pendiente por tres horas en la Cruz por la Redención del mundo: yo considero vuestro Santísimo Cuerpo como el mejor paraíso de donde salen cinco Fuentes que riegan con abundancia todo el mundo, y alegran la ciudad de Dios, pues por medio de estos sacratísimos raudales se reparan las quiebras, de que no estuvo libre el cielo. No permitas Señor, que tanta Sangre se derramada se inutilice en mi alma por culpa mía, acuérdate que esos clavos y lanza abrieron la puerta del cielo al ladrón feliz, y así no la cierres a este pobre pecador, que por afecto y devoción a tus Llagas Sacratísimas practica esta devoción en honor tuyo y de tu aceptísima Virgen y Madre mía Santa Catalina, a quien señalaste con los sellos de la Redención, para darnos motivos de confianza, pues a quien tanto amáis, nada negaréis. Concédenos pues, por los méritos de tu Pasión y Muerte, y los de mi querida Madre, aquello sin lo cual no podemos ser felices, que es una perfecta conformidad contigo, que eres imagen del Padre, y que sean nuestras palabras y obras tales, que quien viere nuestra conducta, entienda luego que somos discípulos tuyos, este será el complemento de tus misericordias, que cantaremos eternamente en la Gloria. Amén.
Aquí se reza un Creso al Corazón de Jesús, y se
concluye con la siguiente:
ORACIÓN
FINAL
¡Oh que
felicidad la tuya Madre mía amantísima, que mereciste que tu dulce esposo
Jesús, quitándote antes tu propio corazón, te diese el suyo! Porque si, como
dice el mismo Señor, del corazón salen todos los pecados que manchan al hombre,
teniendo tu un Corazón Divino ¿Qué podía producir sino santidad, pureza, y una
facilidad natural para obrar bien? De suerte, que no sentirías repugnancia,
sino una tal inclinación a todo lo bueno, que por necesidad habías de resistir
a todo lo malo. Con mucha instancia, pedías desde luego, como David al Señor,
te diese un corazón limpio, y su Majestad, que adelanta las peticiones de los
suyos, te concedió el Corazón más puro y limpio que podía hallarse en cielo y
tierra. ¡Oh Corazón de Jesús en Catalina! ¡Oh feliz Catalina hecha dueña del
Corazón de Jesús! ¿Qué puedes pedir a este Señor que se demore en concedértelo,
pues eres dueña de su Corazón? Yo creo que aquel deseo del bien de los
prójimos, que ardía en tu pecho mientras vivías, lejos de apagarse, antes se ha
encendido más en la bienaventuranza, ya sabes que estamos en este destierro,
cercados de enemigos, que no pretenden otra cosa que robarnos el verdadero bien,
que es Dios. ¿Y ese tu grande y piadoso Corazón podrá sufrir que padezcamos
esta quiebra tan lamentable? No puedo creerlo de tu piedad, antes confío con
todas veras, nos has de alcanzar un corazón de hijos de Dios, para que, despreciando
todo lo terreno, solo aspiremos a lo celestial, y así, uniéndonos al Señor en
esta vida por gracia, le gocemos en la Gloria. Amén.
DÍA
SEGUNDO
ORACIÓN
Divino
Verbo humanado, Sabiduría del Padre, que conociendo había pecado el hombre por
el apetito de ciencia, quisiste por ti mismo enseñarle la verdadera Sabiduría,
que consiste en saber servir al Autor de la vida, y para abrirle las puertas a
este conocimiento, determinaste se abriesen cinco en tu Santísimo Cuerpo. Yo
alabo tu infinita sabiduría, y con la mayor veneración adoro y reverencio la Llaga
Santísima de tu Pie Derecho, te doy las gracias por haberla padecido por mi
amor, y te ofrezco los méritos de mi querida Santa Catalina, a quien señalaste
con una Llaga en su pie derecho, y te comunicaste tanto, que por ti mismo le
enseñaste las letras, y diste tanta sabiduría, que sin estudio humano, resolvía
las más elevadas dificultades de la Teología, y te suplico por este favor y por
sus elevados méritos, infundas en nosotros un continuo recuerdo de lo que
padeciste por nuestro bien, y aquella ciencia con que conozcamos a ti, que eres
la fuente de toda la felicidad, y a nosotros, que somos abismos de miserias, y
juntamente el favor que te pido en este Quinario, si es para tu mayor gloria y
bien de mi alma. Amén.
DÍA
TERCERO
ORACIÓN
Divino
Verbo humanado, Fuente y manantial de toda gracia, que, porque el hombre recobrase
lo que había perdido, bajaste del cielo a la tierra, y pagaste más del precio
que debía, derramando tu preciosísima Sangre, especialmente por tus Sacratísimas
Llagas, que no son otra cosa que raudales de gracia. Yo alabo tu grande
dignación, y con la mayor veneración, adoro y reverencio la Llaga Santísima de
tu Mano Izquierda, te doy las gracias por haberla padecido por mi amor, y te
ofrezco los méritos de mi querida Madre y Protectora Santa Catalina de Siena, a
quien señalaste con una llaga en su mano izquierda, e hiciste enamorarse tanto
de las almas graciosas a tus ojos (manifestándole una que gozaba esta
felicidad) que de buena gana padecería todos los tormentos, aún de la otra
vida, con tal que todos gozasen de tu gracia, y te suplico por este favor, y
por sus elevados méritos, infundas en nosotros un continuo recuerdo de lo que
padeciste por nuestro bien, y un conocimiento claro de lo que vale la gracia,
para que de tal modo la apreciemos, que por no perderla ni un momento, pasemos
gustosos por todos los tormentos, y juntamente el favor que te pido en este Quinario,
si es para tu mayor gloria y bien de mi alma. Amén.
DÍA
CUARTO
ORACIÓN
Divino
Verbo humanado, que por la gran caridad con que perpetuamente nos amaste, bajaste
del cielo a la tierra a tomar carne humana, y recibiste en ella cinco Llagas
causadas más del amor que de los clavos y la lanza. Yo alabo tu inmensa Caridad,
y con la mayor veneración, adoro y reverencio la Llaga Santísima de tu Mano
Derecha, te doy las gracias por haberlas padecido por mi amor, y te ofrezco los
méritos de mi querida Madre y Protectora mía Santa Catalina, a quien señalaste
con una llaga en su mano derecha, y llenaste de tanta caridad y celo de la
salud de los hombres, que estando ya en la bienaventuranza, bajó otra vez a
este mundo, y estuvo en el algún tiempo, por entender en la salvación de las
almas, y te suplico por este favor, y sus elevados méritos, infundas en
nosotros, un continuo recuerdo de lo que padeciste por nuestro bien, y un tan
noble celo de la salud de nuestros hermanos, que con obras y palabras,
procuremos que todos busquen a ti solo, que eres el verdadero bien, y
juntamente el favor que te pido en este Quinario, si es para tu mayor gloria y bien
de mi alma. Amén.
DÍA
QUINTO Y ÚLTIMO
ORACIÓN
Divino
Verbo humanado, Fuente perenne de vida, que por darnos la que habíamos perdido
por el pecado, perdiste la tuya en la Cruz, verificándose lo que habías
prometido cuando dijiste: Yo vine para que tengan vida, y vida en abundancia;
y no contento con las Llagas que habían abierto los clavos, quisiste que
después de muerto se abriese una puerta de vida en tu Santísimo Costado, para
que pudiésemos entrar a registrar tu amante Corazón. Yo alabo tu infinita
bondad, y con la mayor veneración, adoro y reverencio la Llaga Santísima de tu
Costado, te doy las gracias por haberla recibido por mi amor, y te ofrezco los
méritos de mi querida Madre y Protectoras Santa Catalina, a quien señalaste con
una llaga en su lado izquierdo, y quisiste en su fervorosa oración, diese la
vida a muchos, que ya parecían estar abandonados de tu bondad, y te suplico por
este favor, y por sus elevados méritos, infundas en nosotros un continuo
recuerdo de lo que padeciste por nuestro bien, y amor legítimo a la verdadera
vida, que nos haga abandonar los consuelos de esta presente y miserable, y
juntamente el favor que te pido en este Quinario, si es para tu mayor gloria y
bien de mi alma. Amén.
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