jueves, 7 de enero de 2021

PLEGARIA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

PLEGARIA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS PARA PEDIR UNA BUENA MUERTE

 

A tus plantas, Señor, vengo a ofrecerte

De mi vida los últimos momentos,

Los dolores, angustias y tormentos

De mi postrera y gran tribulación.

Para aquellos momentos de amargura

No le niegues, Señor, en su agonía

Un asilo seguro al alma mía,

¡En tu amoroso y dulce Corazón!

 

Cuando expirante en mi doliente lecho

La muerte en busca de mi vida venga,

Cuando rendido de dolor no tenga

Fuerza y valor para poder luchar;

¡Corazón de Jesús yo te suplico!

Contrito y humillado desde ahora

Que me protejas en aquella hora

En que mi vida debe terminar.

 

Cuando el dolor embargue mis sentidos,

Y perdiendo mis pies el movimiento

Me anuncien que se acerca ya el momento

|En que la tierra tengo que dejar;

¡Corazón de Jesús no me abandones!

Haz que brille tu luz en el camino

Que me debe llevar a mi destino,

Dame valor y ayúdame a luchar.

 

Cuando mis manos estrechar no puedan

El Crucifijo en mi angustiado pecho,

Y mi espíritu en lágrimas deshecho

Te pida de sus culpas el perdón;

¡Corazón de Jesús no me abandones!

Dame valor para luchar con bríos,

Y acepta aquellos sufrimientos míos,

De mis culpas en justa expiación.

 

Cuando sin brillo mis marchitos ojos

Ya no puedan mirar la luz del día

Y mi pecho se agite en la agonía

Dolorido, sin vida y sin calor;

¡Corazón de Jesús no me abandones!

Haz que se cumpla mi postrer anhelo,

Remedia, Señor, mi amargo duelo,

Líbrame del infierno y de su horror.

 

Cuando mis labios lívidos y fríos

No te puedan nombrar en su agonía,

Y anegada en dolor el alma mía,

Con el infierno empiece a batallar;

¡Corazón de Jesús no me abandones!

Ten piedad de mi triste desventura,

Y por tu cruz, tu muerte y tu amargura

Contra el infierno ayúdame a luchar.

 

Cuando al mundo se cierren mis oídos

Y el alma confundida en tu presencia

Escuche de tu boca la sentencia

Que de su suerte debe decidir;

¡Corazón de Jesús no me abandones!

Del infierno a la horrible sepultura,

Tú que le diste a la mujer impura

El perdón que a tus plantas fué a pedir.

 

 

Cuando en mi pecho ya por vez postrera

Palpite el corazón lleno de espanto

Y las postreras gotas de mi llanto,

Anuncien mi completa destrucción;

¡Corazón de Jesús no me abandones!

Y en ese instante amargo y tan temido

Concédele a mi espíritu afligido

Un asilo en tu amante Corazón.

Corazón Sacratísimo de Jesús, confío en Vos.

 

 Indulgencia de 300 días, cada vez que se rece y plenaria mensual, una vez cada día

Se concede licencia de esta Superioridad Ecca. para reimprimir la adjunta "Plegaria al Sagrado Corazón de Jesús." Tómese razón.

 

Palacio Arzobispal de Guatemala,

7 de mayo de 1919.

Ricardo Arzú y Roma,

Secretario.

 

 

Se ruega una oración por los difuntos de la persona que reparte esta hojita.

A. M. G. D.

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