OBSEQUIOS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS EN EL SANTÍSIMO
SACRAMENTO DEL ALTAR
QUE PUEDEN HACERSE EN QUINCE DÍAS, O DIVIDIRSE EN
QUINCE HORAS, O PRACTICARSE TODOS EN UNA.
Reimpreso en Puebla de los Ángeles
Imprenta de D. Pedro de la Rosa
Año de 1809
ACTO DE CONTRICIÓN
¡Oh amabilísimo Corazón
de mi Jesús Sacramentado, centro finísimo de los amores eternos y Divino Erario
de la Santísima Trinidad! Corazón amante, nido de tus enamoradas esposas, las
almas santas, que te buscan con veras. A ti clama mi pobre corazón, por tus
amores suspira mi pobre alma, por tus grandezas anhela mi flaco espíritu. A ti
me acojo, y con lágrimas de lo íntimo de mi alma, te pido me perdones y te
dignes admitir este mi pobre obsequio, que deseo sea para tu mayor honra y
gloria. Amén.
PRIMER OBSEQUIO
A LA HUMILDAD CON QUE ESTÁ JESÚS SACRAMENTADO
De este Corazón
amante
Pretendo, Jesús
Divino,
Que el verdadero
camino
Me enseñe y haga
constante.
Amantísimo Corazón de mi
enamorado Dueño, y dulcísimo Jesús, que con ardiente caridad concebiste, y en
tu amabilísimo Corazón aceptaste el remedio del linaje humano, y con
profundísima humildad quisiste ostentar tus finezas, escondido Dios en el
hombre, cuyo disfraz Divino ostentas en esa Mesa, enamorado. Yo te suplico, me
des gracia para gustar como debo y deseo, las dulzuras de este pan. Amén.
SEGUNDO OBSEQUIO
A SU OBEDIENCIA
Este Corazón,
Señor,
La fragua divina
es,
En que quiero de
esta vez
Quedar sin el
propio amor.
¡Oh Corazón deífico y
amoroso! ¡Oh fragua que arde impetuosa para mi remedio! ¡Oh verdadero arcaduz
de todos los amores! ¡Oh Señor Sacramentado! Oye íntimos ayes con que te busco,
mira los afectos con que mi ama se desea unir contigo, entra en ella por medio
de este Pan: estréchala y únela a ti, y acábese en mi todo lo que no eres tú,
que eres mi vida y mi solo amor, y por la obediencia con que admitiste la
muerte de Cruz por mí, haz que yo por ti admita todo lo que tú quieras hacer de
mí. Amén.
TERCER OBSEQUIO
A SU POBREZA
Deja que mi
corazón
Salga violento del
pecho,
Y que a tus
plantas desecho
Muera o viva, gran
Señor.
¡Oh mar inmenso de todas
las gracias! ¡Oh piélago insondable de las misericordias todas! ¿para qué me
buscas, Corazón de Jesús? ¿Para qué me llamas, si soy menos que la nada, y soy
inútil polvo, y por esto incapaz Señor, de ser apreciado de ti, pues sin mi
eres Dios, y eres todas las cosas y no se aumenta conmigo tu Ser, ni se
disminuye tu potestad sobre todas las cosas? Esto Señor, más me descubre mi
miseria, pues no mereciendo me llamas, y sin ser a ti necesario, me buscas.
Penetra los centros de mi corazón, y pues te quisiste hacer pobre por mí,
enriquéceme con tu pobreza, y remedia con ella a todas las almas. Amén.
CUARTO OBSEQUIO
A SU CARIDAD
De esta cárcel tan
estrecha
En que prisionero
muero,
Sácame Señor, que
quiero
Vivir por tu amor
desecho.
Centro dulcísimo de mi
vida, Dueño amabilísimo de mi corazón, Jesús sacramentado, bien veo Señor, cuan
de corazón me amas, y cuan de veras me buscas, cuando así te disfrazas y por
asemejarte a mi te anonadas, y todo tu Señor te limitas a la estrechez de mi
pecho. ¡Oh infinita caridad! ¿Dónde quieres entrar sin detenerte Señor, mi
pobreza, mi pequeñez, mi inutilidad, mi vileza? Quien soy yo Señor, delante de
ti, tú lo sabes, y pues lo sabes, entra y hazme digno de ti, por tu amable
Corazón. Amén.
QUINTO OBSEQUIO
A SU PACIENCIA
Encamina mis
deseos
A Ti, mi enamorado
Esposo
Porque solo halle
reposo
En redimirme a tus
trofeos.
Ínclito Monarca de los
cielos, nobilísimo Corazón de mi adorado Señor, Padre de amor, hoy como te daré
gracias por la heroica paciencia con que te hayas en estas aras, sufriendo
tantos desacatos como delante de ti cometerán tantas almas, y más de todas, la
mía. ¡Oh Jesús, como sufres en tu presencia! ¡Cómo no me arrojas de ella a los
abismos, cuando tan ingrato no se corresponder a tus infinitas liberalidades y
misericordias! Pero bien se conoce que quieres perdonarme a mí y a todos, pues
tan paciente nos sufres, y así por estas tus misericordias, anhelamos para que
por ellas nos rescates a tu gracia. Amén.
SEXTO OBSEQUIO
A SU AMOR INFINITO
Haz que esta alma
que te adora
Humilde se rinda a
ti,
Para que no se
halle en mí,
Más que tu amor en
toda hora.
Mansísimo y amorosísimo
Corazón de mi Jesús, lleno de infinito amor para tus criaturas pobres, pues a
fuerza de él, más y más se esmera cada día tu grandeza, y tu amor empeñado, ha
desatado lo inmenso, y no limitando sus
proezas, más y más rinden cada día a vuestra soberanía, y la tienen disfrazada
en esas aras: alabado seas eternamente. ¡Oh almas ingratas! Que cuando Dios por
amores vuestros se liga, se ata, se aprisiona en este Sacramento, vosotras
adúlteras le volvéis las espaldas. ¡Oh Señor! Perdónanos y danos la mano de tu
misericordia para salir del cieno de nuestras miserias, y amarte a ti solo, que
nos amas. Amén.
SÉPTIMO OBSEQUIO
A SU SUFRIMIENTO
Haced Divino
Jesús,
El que arda mi
corazón
En tu amor, pues
no es razón
El que ciegue a
vuestra luz.
Conozco, Divino Amante,
Corazón de mi Dulcísimo Jesús, que tú eres la vida de mi alma, que el recreo de
mi pobre y flaco espíritu, por ti anhela, por ti suspira, y a ti con lágrimas
se rinde mi miseria. Oh Señor, que corrido y que avergonzado estoy! Pero a vos
mi Jesús, que paciente os miro en esas aras, convidándome a vuestras
misericordias infinitas, cuando más ingratas las desmerezco, cuando menos me
aprovecho de ellas, me llego. Con vuestra gracia me deseo enmendar, con vuestra
sangre deífica me deseo lavar, con vuestra Pasión dolorosa deseo sanar, vuestra
Cruz deseo sea llave maestra que me facilite la entrada a vuestro Reino. Amén.
OCTAVO OBSEQUIO
A SU SER ALTÍSIMO
Y pues tanto el
amor es,
En que tu corazón
arde
Ya, mi Jesús, no
se aguarde
Mas abrazarme esta
vez.
¡Oh Señor de los
serafines, que imperas y dominas sobre las esferas, y tu altísimo Ser se
encumbra sobre todo sin límite, sin medida, sin taza! ¡Oh Señor increado, que
no tiene fin tu Soberanía sobre todo grande, sobre todo altísima, sobre todo
incomprensible, pero sobre todo amable para los hombres! ¡Oh Corazón generoso
de Jesús! ¿Qué pretendes, que deseas, que quieres de quien es menos que la
nada? En este Sacramento, Señor, no tienes otro fin que amarnos, que
favorecernos, que entrarnos en tu Corazón Santísimo. Aquí nos tienes rendidos a
tu Imperio, confesando tu Ser, y nuestra miseria, vigorízanos, abrázanos y
haznos dignos de ti, para tu mayor honra y gloria. Amén.
NOVENO OBSEQUIO
A SU PODER
Acaba, Señor,
acaba,
De anegarme en ese
mar,
Porque me llegue a
acabar
El tiro de esta tu
aljaba.
¡Oh Corazón Santísimo de
mi Jesús, traspasado por mí con intensísimo y sumo dolor al ver mis
ingratitudes y deslealtades! ¡Oh Señor Sacramentado de mi corazón, que, no
mirando las ingratitudes de las criaturas pobres, ligas por ellos tu infinito
poder, y te dejas ultrajar y vituperar de tantos, y más que todo de mí! ¡Oh
Señor, como me sufres en tu presencia! ¡Cómo no me consumes y me arrojas de
ella, pues no correspondo a tantas liberalidades! Pero aquí Señor, me postro
delante de ti, aquí me rindo a tus pies, para que consumas en mí, todo lo que
no eres tú, y me perdones por ti mismo, y por los méritos de mi Señora, la
Virgen María. Amén.
DÉCIMO OBSEQUIO
A SU INFINIDAD
Por ti suspiran
mis ansias,
Por ti anhelan mis
suspiros,
Mi Jesús, haz que
tus tiros
No se malogren en
mi alma.
Amabilísimo Esposo de las
almas, que enamoradas y rendidas de tus finezas te aman, te adoran, te sirven,
te veneran, hazme una de ellas. ¡Oh almas dichosísimas, si yo os imitara, si yo
muriera a tan impetuosas corrientes de amor como del Corazón de mi Jesús
brotan! ¡Oh Señor infinito, que sin tasa nos das tus bienes, que sin límite nos
franqueas tus liberalidades, nos enriqueces y con infinito amor nos amas, no te
desdeñes de nuestras vilezas, antes si como a hijos nos acojas bajo de tu
protección, y nos manifiestes patente tu enamorado Corazón! ¡Oh Señor! Por tu
infinito amor, haznos capaces de ti, quita de nosotros todo lo que te
desagrada. Amén.
UNDÉCIMO OBSEQUIO
A SU HUMILDAD
Haz Fidelísimo
Dueño
Que abrace mi
esperanza,
De ti, y con gran
confianza
En esto ponga mi
empeño.
¡Oh Arca Sacrosanta! ¡Oh
nido dulcísimo de los amores de mi alma! ¡Oh humanísimo Jesús disfrazado por mi
amor, y todo para mí! Yo Señor, todo para ti, aunque tan miserable y vil,
postrado ante tu Humanidad Santísima, ofrezco todo mi ser, y todos los centros
pobres de mi alma y corazón. ¡Oh Altísimo Señor! Purifícalo, abrásalo, éntralo
en ti mismo por esa amplísima puerta de tu Costado: no me dejes de tu mano,
quita de mi todo lo que me aparta de ti, dame un corazón conforme al tuyo, haz
mi alma diga de ti por tu amor infinito. Amén.
DUODÉCIMO OBSEQUIO
A SU DIVINIDAD
Jesús de mi
corazón
Corazón de mi
Jesús,
Tú eres el sacro
arcaduz
De mi llanto y de mi
amor.
Dulzura de mis afectos,
blanco de mis atenciones, disfrazado galán, enamorado Esposo, a tu Divinidad me
acojo, a tu encumbrado Ser aspiro, a tu Alteza con tiernos ayes clamo. ¡Oh que
disfraces! ¡Oh que embozos! ¡Oh que amores oculta esta Hostia! ¡Qué accidentes
te rinden a esas aras! ¡Oh enfermo de amor! Sáname con tus achaques, pues
adoleces para que yo viva, pues padeces para que yo no muera, pues me das tu
Divinidad, para que yo sea tuyo, abrásame con el fuego con que se abrasa tu
Corazón, y no permitas que carezcan de tu gracia las almas que criaste para tu
recreo, hazlas gustar a todos los ardores de ese Corazón Santo. Amén.
DECIMO TERCER OBSEQUIO
A SU DULZURA
Acaba Señor, acaba
De avivar tu ardor
en mí,
Porque merezca,
que así
Se encamine a mi
tu aljaba.
¡Oh Poderoso Señor: dulce
hechizo de mis ansias! ¡Oh Corazón todo almíbar! Panal Divino, donde las abejas
tiernas, donde las Almas Santas embriagadas con el mosto dulcísimo de tu
Sangre, suavizan sus penas, endulzan sus azares, fortalecen sus congojas y se
arman valerosas con el escudo de tu Corazón, divisa de fuertes, arma poderosa
contra los enemigos contigo, carácter de predestinados, se alistan bajo la
bandera de la Cruz, para quedar victoriosas de los asaltos del común enemigo. A
ti me acojo, ármame de ti, líbrame de mi mismo, fortalece a tus cristianos, haz
que ninguna alma se pierda, centella viva llamas para abrasarlas a todas en tus
amores, pues por todas estas en esas aras. Amén.
DÉCIMO CUARTO OBSEQUIO
ESTAR COMO INSENSIBLE EN EL SACRAMENTO
Dulce Corazón,
dame alas
Para volar hacia a
ti,
Y que ya no se
halle en mí
Más que de amor
rica gala.
Señor Fuerte, Señor
Poderoso, Señor amable, Padre mío, Dios mío, Rey mío, Corazón mío ¿A dónde vas
amor Divino? ¿Qué intentas, Jesús amoroso, cuando así insensible te muestras,
sin darte por entendido de los desacatos, de los ultrajes con que las almas
adulteran tu amor? ¡Oh Corazón Paciente, que todo esto te penetra! ¡Oh Corazón
amabilísimo, que todo te lastima, que todo te llega, y con todo no se da por
vencido tu pecho de la ingratitud del mío, antes sí, al ver nuestra miseria,
parece que te das por más obligado, y más y más desata tu Corazón generoso el
caudaloso rio de las misericordias para perdonarnos! Fiados en tanto amor, te
pedimos, nos perdones por ti mismo. Amén.
DÉCIMO QUINTO OBSEQUIO
A SER DE TODO DE CADA UNO SIN LÍMITE
¿Para qué tantas
ternezas
Corazón enamorado,
Con quien tan
cruel se ha mostrado
A tan heróicas
grandezas?
¡Oh Corazón Sacramentado!
¡Oh Corazón amplísimo, liberalísimo, magnánimo, rico, misericordioso, amable,
todo mío, de todos, y todo de cada uno! ¡Oh Tesoro, cuyo valor infinito, arde y
se exalta altísimo sobre todo cuanto ser puede! Yo te ofrezco, Divino Corazón,
todas las almas, y todos los corazones que tu criaste, y te suplico, que en esa
hoguera del amor los abrases, que con esas saetas amorosas los cautives, y a
todos los fortalezcas, para que salgan
del miserable estado de la culpa, y en el felicísimo de la gracia, todos te
adoren, todos te veneren, y todos se rindan a tus plantas, para recibir los
tesoros que nos franqueas por tu soberano Corazón. Amén.
AFECTOS AL CORAZÓN DE JESÚS
¡Oh Corazón, Bien
Eterno,
Puerto saludable y
rico
Jesús fuerte,
Jesús santo,
Amabilísimo
Esposo,
Cordero dulce y
benigno:
-Sacrificio poderoso,
-Vida de nuestra
esperanza,
-Luz que alumbras y
deleitas,
-Fuego ardoroso que
abrasas,
-Víctima que purificas,
-Iris de la paz eterno,
-Arcano de maravillas,
-Pan que das vida y
salud,
-Maná que nos vigoriza,
-Fuerte arma que nos
defiende,
-Caudillo que nos anima,
-Señor que nos galantea,
-Padre que nos solicita.
-Sol puro que nos abrasa,
-Lumbre que nos purifica,
-Medicina saludable,
-De todas las gracias,
mina,
-De todos tesoros, mar,
-Vida y salud infinita:
Ten de nosotros
piedad,
Defiéndenos con tu
vista,
Ampárenos tu
clemencia,
Tu Ser nos dé
eterna vida.
OFRECIMIENTO
¡Oh Bien infinito! ¡Oh
Corazón Purísimo! ¡Oh Corazón Pacientísimo de Jesús! Quisiera Señor, que mi
corazón fuera víctima agradable a ti, para que a tus plantas postrado, saliendo
fugitivo de mi pecho, se abrase en ese fuego en que arde tu Real Corazón, y así
sacrificado, llenase con plenitud los deseos que tengo de adorarte, como te
adoran los ángeles, de amarte como te aman los serafines, y si fuera posible
con la perfección que tú mismo te amas, y te ama tu Madre Purísima la Virgen
María. Pero ¡Oh Corazón de mi Jesús! Que indigno me reconozco de llegar a
servirte cómo debo. Más, aunque tan limitado mi amor se extiende a desear. Deseo
tener vivamente cuantos deseos santos es gusto tuyo que tenga, y lo deseo por
obsequiarte. Deseo que los infieles, los herejes y todos los que no te conocen,
tengan amplias centellas de fuego en que tú te abrasas, tengan luces de la
eterna luz, que conozcan a su Padre, a su Pastor, a su Dios, a su Señor, a su
Amante, al que se sacrifica por todos en las aras, al que se da sin límite a
cada uno. Y pues que a todos nos llamas, a todos los convidas, vengan todos,
Señor, y acábese el pecado, muera la culpa, destierra todo lo que no eres tú de
todos, poséelos eternamente, para lo cual te ofrezco este pequeño servicio de
este día (u hora) que deseo sea para tu mayor honra y gloria, para aumento de
los cultos de este Corazón Santo, para que todos te gocemos por toda la
eternidad. Te pido por la paz y concordia de los príncipes y gobiernos
cristianos, tu especial asistencia al Sumo Pontífice y Prelados todos, y el
aumento de la fe católica, para que todos vivamos en tu gracia, y muramos por
tu gloria. Amén.
ALABADO
Alabado y
ensalzado
Sea el Corazón
amoroso,
Del Señor más
poderoso
Del más soberano
Rey.
Sea tu amor y
Santa Ley
Difusa por todo el
orbe,
Y sin que nadie le
estorbe
Con voces místicas
santas,
Rindámosle todas
cuantas
Cosas hay bajo la
tierra.
Pues tu amor no
tiene espera,
Arda fogoso ese
amor
Y por su gloria y
honor,
Sean nuestras
vidas despojo
De su amor, no de
su enojo.
Viva a pesar del
Infierno
Este Corazón, pues
tierno,
Que abrasa por
abrasarnos
Pronto vamos a
postrarnos,
Diciendo en voces
sonoras
Que, por los
siglos, años y horas,
Sea de todos
alabado
El Corazón
deíficado,
De nuestro amante
Jesús
Y sean por su
eterna Luz,
Nuestras almas
abrasadas. Amén.
LAUS DEVS