sábado, 7 de septiembre de 2019

TRIDUO A SAN NICOLÁS DE BARI





TRIDUO EN REVERENCIA DEL SANTÍSIMO PADRE Y ARZOBISPO DE MYRA 
SAN NICOLÁS EL MAGNO


AL DEVOTO LECTOR
Acuérdate que toda devoción
es inútil sino lleva el amor de
Dios y del prójimo.
El primero, te exige vivir en
gracia de Dios y el segundo,
practicar la limosna con generosidad.
Con licencia eclesiástica.


HIMNO
Insigne Prelado y Santo glorioso,
Recibe propicio la humilde oración
Del pueblo, que acude constante y piadoso
A tí de milagros portento asombroso,
Que a todos prodigas tu gran protección.

ORACIÓN
Oh Dios, que adornaste al bienaventurado Nicolás Obispo, con el don de innumerables milagros, concédenos por sus méritos y ruegos, seamos libres de las llamas eternas, por Jesucristo, Nuestro Señor, Amén.


ACTO DE CONTRICCIÓN
Dios de infinita santidad, que odias el pecado y aborreces la iniquidad, humildemente postrado ante tu soberana Majestad y convencido de mis innumerables faltas, detesto desde lo íntimo de mi alma las culpas con que tantas veces he ofendido a tu inmensa bondad con temerario desprecio de tu poder y vil ingratitud por los incontables beneficios que de tí he recibido y recibo cada día. Quisiera que el dolor que ahora siento por causa de mis iniquidades y el amor a tu bondad ultrajada redimiese mi corazón de los pecados y yerros, reconciliándome contigo, fuente inagotable de misericordia. Hacedlo así por los méritos de Jesucristo y la gloria de tu Santísima Madre y de los Santos todos que reinan en el cielo, y atendiendo a los ruegos de San Nicolás, cuyo favor imploro y espero alcanzar en este triduo. Amén.


DIA PRIMERO
Glorioso San Nicolás, que dejaste en la Iglesia ejemplos admirables de tu vivísima fé apacentando a los fieles con los puros pastos de la doctrina revelada, que supiste inculcar con fidelidad de buen pastor y que defendiste con ardor contra las insidias de los porfiados herejes que en tu tiempo quisieron contaminarlas, llegando a padecer tormentos y destierro por confesarla; haz que, por tu intercesión, se fortalezca y acrezca mi fé, para poder luchar contra los enemigos, que con diabólica impiedad pretenden borrarla de nuestras almas y destruir toda la obra de Jesucristo sumergiendo al mundo en un torpe materialismo, desviando al hombre de su legítimo fin y haciéndole esc1avo de sus pasiones; y alcánzame de la Suprema Bondad que muera confesando a Cristo, para que merezca reinar con él en tu compañía en el cielo. Amén.
Pídase la gracia que se desea conseguir.


ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Providentísimo pastor de las almas San Nicolás, fiel instrumento de la divina bondad y constante propugnador de la fidelidad de Dios en sus promesas; haz que cada día sea en mí más firme la fé en la divina providencia y que todos mis actos sean informados por esta virtud, acatando en todo momento los designios de Dios; y alcánzame la gracia que espero confiado en tu valiosísima protección y, que nunca niegas a tus devotos, para que, favorecidos con tus bondades, sepa cantar las misericordias del Señor y las maravillas con que glorifica a sus Santos. Amén.


DEPRECACIONES
Por el celo ardiente que movió tu corazón a evitar la ruina espiritual de la primera hija de aquél cristiano, a quién fuiste a socorrer en la primera jornada de caridad en favor de aquella familia en peligro; concédeme que yo evite todo mal pensamiento en mí, y sepa evitar la ruina espiritual de mis prójimos, principalmente de aquellos que me están encomendados de alguna manera; y alcánzame la gracia, que imploro de tu protección.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Por la encendida caridad que movió tus pasos en la segunda jornada a la casa del mal aconsejado cristiano, con que quisiste continuar tu hermosa obra de misericordia, haz que yo no desmaye en el buen camino emprendido hasta la muerte; y alcánzame la gracia que por tu intercesión imploro.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Por la prudente' reserva con que quisiste ocultar la admirable providencia con que tu generosidad proyectó a aquella familia, colmándola de gozo y admiración en tu tercera jornada de caridad al dotar a la última de las tres hermanas; haz que yo no busque la recompensa de mis buenas obras en el humano reconocimiento, sino en Dios, que ve nuestras interioridades, y sabe apreciar el valor de nuestros merecimientos; y concededme la gracia que te imploro, para que cante perpetuamente tus bondades, y sea Dios en ti glorificado. Amén.
Padre Nuestro; Ave María y Gloria



ORACIÓN FINAL
¡Oh bienaventurado San Nicolás! a quién Dios ha glorificado con innumerables milagros manifestando su voluntad de que acudamos confiados a tu protección; en tí deposito mis deseos, bien seguro de que los acogerás benigno; retirándome hoy de tu altar lleno de confianza en la caridad que siempre animó todos tus actos en la tierra, tanto mayor en el cielo, cuanto más cerca estás del foco inextinguible del amor divino. Con esta confianza animado (me propongo repetir esta visita y petición, para merecer el favor prometido a la perseverancia); y, en reverencia de las, tres jornadas con que inmortalizaste tu amor al prójimo en la tierra, defiéndeme de todo mal; y haz que merezca ser atendido, para que, reconocido, publique tus bondades, y crezca en el mundo tu devoción, que nos ayude a salvarnos, y poder algún día reinar en tu compañía en el cielo. Amen.



DIA SEGUNDO
¡Gloriosísimo San Nicolás, dechado admirable de confianza en el Señor! que no dudaste renunciar a todos tus bienes arrojándote por completo en los brazos de la divina providencia y que, con gran seguridad en la asistencia celestial, mandabas a los elementos y a la misma muerte y, hasta ejercías dominio sobre las almas haciendo retroceder a los hombres de sus malévolas determinaciones; que teniendo por norma de todos tus actos en esta vida la gloria de Dios, caminaste imperturbable por la senda del bien, sin desmayar ante los peligros y dificultades, que supiste vencer afianzado en la protección divina; alcánzame del Señor esa saludable confianza, de que tan admirables ejemplos nos dejaste, para que mire tranquilo las borrascas de la vida, hasta que, libre ya de todo peligro; goce de la eterna seguridad del cielo. Amén.
Pídase la gracia que se desea conseguir.


DIA TERCERO
¡Oh portento de caridad, llama inextinguible de amor a Dios ya los hombres!, que dejaste huellas saludables, que nos indicasen el camino que conduce al sol de la infinita bondad, moviéndole siempre a impulsos de aquel fuego que ardía en tu pecho, olvidándote de tí para consagrarte enteramente al servicio del Señor, sin perdonar trabajos, sufrimientos ni fatigas; que, a imitación del Maestro Divino, no podían tus ojos ver las necesidades y miserias del prójimo sin apresurarte a socorrerlas y remediarlas; mírame postrado ante tu bendita imagen en demanda de este favor que hoy te pido; no dudando, que quien en la tierra tan unido estuvo a la divinidad y tan misericordioso se mostró con sus hermanos, ahora, más cerca de la fuente de caridad, ha de manifestarse más tierno y compasivo con los que todavía caminamos por este destierro. Hacedlo así para que esta caridad que usas conmigo, aumente en mi alma aquel fuego divino, que me obligue a servir más de veras al Señor, cantando sus bondades, y glorificándote como instrumento de sus infinitas misericordias; hasta que tenga la dicha de gozar en tu compañía de la eterna bienaventuranza. Amén.
Pídase la gracia que se desea conseguir.












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