PÍA DEVOCIÓN EN HONOR DEL SANTÍSIMO PADRE
Y PATRIARCA SANTO DOMINGO DE GUZMÁN
Dispuesta por el Bachiller Don Pedro
Ignacio Rosillo.
México, 1815
ACTO DE CONTRICCIÓN
¡Oh
soberano y celestial Domingo, hermosura del mundo, lustre de la Iglesia y ejemplo
de humildad!, pues habiendo sido santificado y confirmado en gracia, os teníais
por tan gran pecador, que pedíais a Dios al entrar en los lugares, no los
asolase por entrar un hombre tan ingrato; compadeceos, Padre dulcísimo, de mi
soberbia, vanidad y presunción; ¿en qué pude fundarla, polvo y ceniza? ¿Qué
hallo en mí para engreírme, a vista de tantas culpas, que me trasformaron en
bruto, siervo del pecado y esclavo del demonio? Negociadme, amantísimo Padre,
una humildad hija de vuestro espíritu, para que en adelante conozca lo frágil
de mi ser, lo mucho que ofendí a mi Dios; de suerte, que este humilde
abatimiento sea medio para verme exaltado en la Gloria. Amén.
RESPONSORIO
L/: ¡Oh maravillosa esperanza la que diste a los
frailes que te lloraban en la hora de tu muerte, prometiéndoles que desde el
cielo les serías de más provecho!
R/: Cumple, oh Padre, lo que dijiste:
ayúdanos con tus plegarias.
L/: Tú que brillante con tantos milagros en los cuerpos
de los enfermos, danos la ayuda de Cristo para sanar nuestras debilidades.
R/: Cumple, oh Padre, lo que dijiste:
ayúdanos con tus plegarias.
Oh, luz de la Iglesia, doctor de la verdad, rosa de
paciencia, marfil de castidad, tú nos diste gratuitamente el agua de la
sabiduría, predicador de la gracia, llévanos a la Patria Celestial.
L/: Ruega por nosotros Beato Padre
Domingo.
R/: Para que seamos
dignos de alcanzar las promesas de Cristo
OREMOS: Ayuda
a tu Iglesia, Señor, con los méritos y doctrina de nuestro Bienaventurado Padre
Domingo, e interceda también con bondad por nosotros quien fue experto de tu
verdad e insigne predicador. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
AZUCENA PRIMERA
HUMILDAD
Amantísimo
Padre mío Santo Domingo, cuya humildad fue tan grande, que no habiendo viendo
jamás cometido culpa alguna mortal, te tenías por el mayor pecador del mundo,
yo te suplico rendidamente, me alcances de nuestro Dios, verdadero conocimiento
de mis culpas, para que las llore con verdadera contrición, y conociendo mis
vicios, me humille como debo, para que así te imite cuanto pueda en la humildad
en esta vida, y después te acompañe en la gloria. Amén.
AZUCENA SEGUNDA
POBREZA
Amabilísimo
Padre mío Santo Domingo, que, por el amor de mi Jesús, te abrazaste tanto con
la santa pobreza voluntaria, que no tenías ni un rincón para recogerte de
noche. Yo te pido, que entrañes en mi corazón tal amor a la santa pobreza, que,
renunciando de todo corazón, toda propiedad de él mundo, siga desnudo al que
por mi murió desnudo en la cruz, para que así vaya a gozarle en tu compañía en
la gloria. Amén.
Padre
nuestro, Ave María, Gloria.
AZUCENA TERCERA
CASTIDAD
Esclarecido
Padre mío Santo Domingo, Ángel en la castidad, que, para conservarla intacta,
nunca viste el rostro a mujer alguna, yo te suplico con todo mi corazón, me
alcances de mi Dios y Señor, me conceda que yo te imite en esta virtud, y que
de suerte guarde yo la vista, que nunca vea cosa que me cause mancha en la
pureza, para que así sea mi alma digna habitación de él Espíritu Santo en esta
vida, y después de ella, logre su vista en tu compañía en la gloria eterna.
Amén.
Padre
nuestro, Ave María, Gloria.
AZUCENA CUARTA
CARIDAD
Amorosísimo
Padre mío Santo Domingo, que, por tu ardiente caridad, deseabas padecer las
penas del infierno, sin perder la gracia, por el remedio de los pecadores, yo
te suplico con todo mi corazón, me alcances de la divina piedad, que no permita
que yo me condene, sino que por tu intercesión, me dé aborrecimiento de mis
vicios, gracias para mudar de vida, tiempo para hacer penitencia y una muerte
en su santísima gracia, para que así vaya a alabar su infinita misericordia en
tu compañía, eternamente en la gloria. Amén.
Padre
nuestro, Ave María, Gloria.
OFRECIMIENTO FINAL
Dulcísimo
padre Santo Domingo, reparador de la Iglesia, apóstol de María, que al nacer os
recibió en sus brazos, fortaleció muchas veces con la leche de sus virginales
pechos, reveló la devoción del Santísimo Rosario, bajó del cielo el hábito que
visten vuestros amados hijos, y lo que excede toda ponderación, cuando
tomándoos de la mano, dijo para expresar su cariño: “No podía estar sin tu
presencia, o tu memoria, si viviese en carne mortal”, desposándose visiblemente
con Vos en presencia de Cristo y de muchos cortesanos del Cielo. ¡Oh amantísimo
Padre! Cuánto os debe el mundo; pues os presentó la Madre de Misericordia,
acompañado de vuestro querido hermano San Francisco delante de Dios, que como
juez airado estaba con tres lanzas para acabar con él con hambre, peste y
guerra, fiando de vuestro celo la conversión de los pecadores. Como uno de
ellos me acerco a vuestra presencia, con segura confianza de alcanzar por
vuestra intercesión la Divina Misericordia; y pues cuanto pedisteis a Dios lo
alcanzasteis, como Vos mismo dijisteis, ¿a dónde acudiré Santo mío, sino a Vos?
Bien sabéis la necesidad que padece mi alma y el consuelo de que necesita.
Aplicad, Padre mío, vuestra poderosa intercesión, para que por vuestros méritos
alcance de la Divina piedad la gracia y favor que pido en este ejercicio, si
conviene para honra de Dios y bien de mi alma. Amén.
LETANÍAS
Señor,
ten piedad
Cristo,
ten piedad
Señor,
ten piedad
Cristo,
óyenos
Cristo,
escúchanos
Dios
Padre Celestial,
Dios
Hijo Redentor del mundo,
Dios
Espíritu Santo,
Santa
Trinidad, Único Dios,
Santa
María,
Santa
Madre de Dios,
Santa
Virgen de las vírgenes,
Santo
Domingo, nuestro augusto padre,
Santo
Domingo, astro de la Iglesia,
Santo
Domingo, luz del mundo,
Santo
Domingo, antorcha de la gracia,
Santo
Domingo, rosa de paciencia,
Santo
Domingo, sediento de la salvación de las almas,
Santo
Domingo, deseoso del martirio,
Santo
Domingo, gran director de almas,
Santo
Domingo, hombre del Evangelio,
Santo
Domingo, doctor de la verdad,
Santo
Domingo, marfil de castidad,
Santo
Domingo, varón de corazón verdaderamente apostólico,
Santo
Domingo, pobre en bienes de la fortuna (mundanos),
Santo
Domingo, rico en la pobreza de tu vida,
Santo
Domingo, celoso por la salvación de los pecadores,
Santo
Domingo, trompeta del Evangelio,
Santo
Domingo, heraldo celestial,
Santo
Domingo, modelo de abstinencia,
Santo
Domingo, sal de la tierra,
Santo
Domingo, sol resplandeciente en el Templo de Dios,
Santo
Domingo, modelado por la Gracia Divina,
Santo
Domingo, revestido de manto real,
Santo
Domingo, flor deslumbrante en los jardines de la Iglesia,
Santo
Domingo, que rociaste la tierra con tu sangre preciosa,
Santo
Domingo, provisión de trigo en los graneros celestes,
Santo
Domingo, que resplandeces entre las vírgenes,
Santo
Domingo, líder y padre de la Orden de Predicadores,
Cordero
de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor
Cordero
de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor
Cordero
de Dios que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros
L/:
Ruega por nosotros, Santo Domingo.
R/:
Para que en la hora de la muerte seamos recibidos contigo en el Cielo y
alcancemos las promesas de Cristo.
ORACIÓN: Dios
todopoderoso, te suplicamos que la protección de santo Domingo, tu siervo,
reconforte a quienes somos oprimidos bajo el yugo de nuestros pecados. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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