DEVOCIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
PARA EL PRIMER VIERNES O DOMINGO DE MES
Palma de Mallorca, año de 1839
Alabado
sea el sacratísimo Corazón de Jesús en el santísimo Sacramento del altar, y la
purísima concepción ele María santísima sin mancha de pecado original en el
primer instante de su ser natural. Amén.
Corazón
de Jesus, templo dignísimo del eterno Padre: R/: inflama mi corazón en el amor divino
en que te abrasas.
Corazón
de Jesús, asiento del Verbo divino:
Corazón
de Jesús, morada del Espíritu santo:
Corazón
ele Jesús, sagrario de la santísima Trinidad:
Corazón
de Jesús, en quien habita toda la plenitud de la divinidad:
Corazón
de Jesús, en quien están depositados los tesoros de la Sabiduría eterna:
Corazón de Jesús,
en quien se encierran las ric1uezas del Amor increado:
Corazón
de Jesús, afligido por nosotros:
Corazón
de Jesús, injuriado por nuestras ingratitudes:
Corazón
de Jesús, herido con la lanza por nuestros pecados:
Corazón
de Jesús, fuente de toda consolación:
Corazón
de Jesús, refugio de todos los atribulados:
Corazón
de Jesús, amparo y defensa de los que te adoran:
Corazón
de Jesús, delicias de todos los santos:
ORACIÓN
¡Oh
mi divino maestro, mi dulce Jesus! hablad que vuestro siervo os escucha. Hablad,
que yo escucharé lo que interiormente me diréis. Bienaventurada el alma que os
escucha, mientras vos solo habláis palabras ele vida, de consuelo y de paz.
Hablad, y con vuestro dedo imprimid en mi corazón vuestras palabras, para que
las entienda, las guste y las practique: haced que las verdades que vengo a meditar
enciendan en mí el divino fuego, de modo que, conocida y gustada la suavidad de
vuestro dulcísimo Corazón, aprenda a despreciar las cosas terrenas y amar las
celestiales. Amén.
Léase
la meditación; después de la cual se dice la oración siguiente:
MEDITACIÓN
Mi
Dios, vos habéis herido mi corazón con vuestras palabras: habéis disipado mis
tinieblas y os habéis dado a conocer a mi alma. Mas ¿de qué me serviría esto, si
no pusiese en práctica todo cuanto os habéis dignado inspirarme? Ea, no permitáis
que tantos documentos y ejemplos y tantas pruebas de vuestro amor haya de
servirme de confusión y de angustia en el día del juicio: oídme ahora con benignidad
y perfeccionad en mí la obra de vuestra misericordia. Jesus mío, la única gracia
que os suplico es de ser en todo y por todo conforme a vuestro Corazón, de
corresponderle, y de arder en aquel mismo incendio el que arde. Haced pues que la
dulce violencia de sus inmensas llamas abrase enteramente mi corazón, y que yo muera
a todo lo que no sea vos por vos; para que en lo venidero no viva sino en
vuestro Corazón, y de su misma vida, amándoos con ardor, é imitándoos fielmente
en la tierra, para después amaros y alabaros en él y por él en el gozo eterno del
paraíso. Amén.
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