jueves, 18 de junio de 2020

NOVENA A LA DIVINA PASTORA


EJERCICIO DE LA NOVENA CONSAGRADA A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA CON EL TÍTULO DE PASTORA DIVINA

 SE VENERA EN LA IGLESIA PARROQUIAL DE LA VILLA DE CANTILLANA, FORMADA A INSTANCIAS DE LA PIADOSA ASOCIACIÓN DE SEÑORAS POR EL SR. LICENCIADO D. JUAN BAUTISTA ROMERO Y GANTE, PBRO.

Cantillana, 1852

 

ACTO DE CONTRICIÓN

Jesús mío dulcísimo, Pastor amoroso de las Almas, que en aras de tu eterna caridad al hombre, descarriado de su legítimo y primitivo aprisco, viniste para servirle de introductor en el huerto cerrado de tus más gustosos y saludables pastos, y entonces gozoso volviste al seno de tu Padre, cuando aseguradas tus ovejas, dejaste amarrado al pie de tu divino cayado al lobo voraz empeñado en su ruina. Te ruego Redentor amoroso, que movido a lástima por las heridas que en mi alma ha causado la culpa, me perdones mis voluntarios extravíos, y perdonándome me busques, y encontrándome me coloques sobre tus hombros, y no me dejes hasta que vuelva a comer de una vez para siempre los celestiales manjares con que Tú regalas a tus más queridas y constantes ovejas; que yo te prometo, asistido de tu divina y poderosa gracia, llorar mi vida pasada; y desde ahora, postrado, digo con todas las veras de mi corazón: que me pesa en el alma de haberte ofendido. Misericordia, Jesús mío: perdón, gracia y después la Gloria. Amén.

 

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Jesús mío dulcísimo, Divino Pastor de las almas, que queriendo que la redención fuese copiosísima, y que sobreabundase la gracia donde abundó el delito, no sólo te constituiste Pastor celosísimo de todo el humano linaje dando tu vida por tus innumerables ovejas sino que en contraposición a Eva que les dio a comer un pasto de muerte, engalanaste a tu dignísima Madre y augusta compañera en la obra de tu infinito amor con aquel cúmulo de perfección y eminentes virtudes que la hiciesen capaz de alimentar a todos con frutos de vida eterna. Concédenos ¡oh, caritativo Pastor de los Pastores! que así como Ella brilló con las inequívocas señales de verdadera y solícita Pastora, así nosotros brillemos con las señales y caracteres de ovejas dóciles y sumisas, para que patrocinadas por Ella siempre y en todas ocasiones y circunstancia, seamos introducidos en la amena y encantadora pradera donde hay árboles que dan doce frutos al año y allí por toda la eternidad cantemos tus alabanzas y las suyas con los ángeles. Amén.

 

 

DÍA PRIMERO

ORACIÓN

Pastora María, que, elevada a tan honroso cargo por el supremo Pastor Jesucristo, tu Divino Hijo, llenaste el vasto campo de tan sagradas obligaciones, practicando en grado eminente la meritoria y fecunda virtud de la fe, creyendo que a pesar de tantos y tan poderosos obstáculos, se cumplirían sin falta las cosas que se te habían dicho de parte del Señor. Te ruego, ¡oh fidelísima Pastora mía! que por lo mismo que fuiste todavía más feliz en percibir la fe de Cristo que en concebir su inmaculada carne, nos consigas para entrar en el redil de Jesucristo el don inestimable de una fe dócil y operatoria que nos haga obrar con arreglo a nuestra santa creencia, para que en unión contigo merezcamos ver cara a cara y gozar por toda la eternidad a nuestro Dios y Señor. Amén.

Después de concluida la oración del día, se rezarán tres avemarías gloriadas, pidiendo a la Divina Pastora por la conversión de las ovejas descarriadas:

 

 

L/: Pastora María, ruega por nosotros pecadores.

R/: Para que seamos dignos de alcanzar las divinas promesas.

 

Se tendrá ahora un rato de oración donde cada uno podrá pedir lo que estime conveniente, y se concluirá todos los días con la siguiente

 

DEPRECACIÓN

Dios y Señor mío, Pastor vigilantísimo de las almas, que llenando por Ti mismo todas las penosas obligaciones que te imponía tu tierno pero espinoso cargo viniste en tu misericordia a instruirnos en los medios más oportunos para ingresar en tu supremo redil; y que, no satisfecho tu intenso amor con haber dado tu vida por todas tus ovejas, nos legaste en tu divino testamento como Madre y solícita Pastora a la Santísima Virgen María, para que incesantemente velase por nosotros y fuese el canal seguro por donde nos viniesen tus gracias. Por su intercesión poderosa te rogamos, dueño de nuestras almas, que una vez llamados por Ti, y por Ti introducidos en el vergel ameno de tu Iglesia, sigamos los pasos de nuestra celestial Pastora, para que a su imitación tengamos una fe viva, una humildad heroica, una obediencia ciega, una misericordia desinteresada, amemos la oración, seamos en el cuerpo y en el alma tan puros como los ángeles, estando dispuestos a derramar toda nuestra sangre en testimonio de nuestras católicas creencias, y en obsequio de la salud y felicidad espiritual de nuestros hermanos: y viviendo todos los días en tu gracia, oh hermosísimo Pastor de los pastores, merezcamos morir asistidos de nuestra amada Pastora María, para que con los ángeles y santos podamos cantar tus bondades y sus misericordias en la Gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

 

DÍA SEGUNDO

ORACIÓN

Pastora María, que, enriquecida por Dios con las exquisitas gracias, lejos de envanecerte, heriste el corazón de tu Amado con el cabello de tu cuello, o sea, con el humilde concepto que formaste siempre de Ti misma, reconociendo que la humildad es el sólido fundamento de toda santidad. Te ruego, ¡oh riquísima Pastora! que con esa misma luz que tenías para conocer la infinita bondad y grandeza de Dios, y tu propia pequeñez ensalzada por su Gracia, nos alumbres en nuestras tinieblas, y entrando por la humildad a formar parte del rebaño escogido, subamos a la cumbre de la perfección cristiana para que después de imitarle en la tierra, nos regocijemos contigo en la Gloria. Amén.

 

 

DÍA TERCERO

ORACIÓN

Pastora María, que, asociada por Dios al plan de la humana redención, reparaste con tu sumisa y absoluta obediencia el inmenso daño que hizo Eva con su osada e inconcebible desobediencia, puesto que requerida por un Ángel para que prestases tu necesario consentimiento a la obra de todos los siglos, por el amor que tenías a la obediencia, no quisiste llamarte con otro nombre, que con el de esclava. Te rogamos, ¡oh encantadora Pastora! que así como Tú, desnuda de toda voluntad, ni con las obras ni con el pensamiento contradijiste al Señor, sino que siempre viviste obediente a su soberana voluntad, hagas que nosotros, conociendo su voz y siguiéndola, nos desnudemos de toda inclinación altiva, y nos pleguemos al sacrificio, que de nuestro orgullo nos exige tu divino Hijo, para que venciéndonos a nosotros mismos, logremos gozar la libertad de hijos de Dios en la Gloria. Amén.

 

DÍA CUARTO

ORACIÓN

Pastora María, que, constituida por Dios trono del divino Salomón, en el cual habitando el Verbo encarnado, te llenó de misericordia, para que como Madre de Ella, socorrieses a todos los que, necesitados implorasen tu auxilio, llenando tan cumplidamente tu honroso y caritativo cometido, que si en vida socorrías a los menesterosos, aun sin que te lo pidiesen, tu misericordia ha crecido, porque desde el empiezo ves mejor las miserias de los hombres todos, que son tus hijos. Te rogamos, ¡oh, la más compasiva de las madres y más cariñosa de las Pastoras! que de tal modo llenemos las leyes de misericordia, que todos los necesitados bendigan vuestro nombre, para que habiéndote imitado generosos, gozosos te acompañemos en la Jerusalén celestial de la Gloria. Amén.

 

 

DÍA QUINTO

ORACIÓN

Pastora María, verdadera Reina del amor, que, vacía de Ti misma, tuviste siempre el corazón lleno del fuego de la caridad para con tu Dios y Señor, hasta el punto de que el amor que le tenías, sobrepujase al que como Criador, como Redentor y como glorificador le tuvieron, le tienen y tendrán todos los hombres, todos los ángeles y los santos todos. Te rogamos, ¡oh, Señora de los Serafines! que, guardadas las posibles proporciones, nuestro corazón como el tuyo arda de día y de noche en la fragua del divino amor, para que, amándolo en la vida, le amemos en la muerte, y contigo le amemos en la eternidad por todos los siglos. Amén.

 

 

DÍA SEXTO

ORACIÓN

Pastora María, que, enseñada por Dios a orar, fuiste tan continua y perseverante en la oración, que desde el primer instante que tuviste vida, y con ella el perfecto uso de tu razón, comenzaste a tener oración, y no la dejaste, como tan instruida en la doctrina de Jesucristo, tu celestial maestro, hasta que en un rapto fuiste arrebatada al empíreo. Te rogamos, ¡oh, estática virgen maría! que nos alcances un decidido amor a la oración, para que sirviéndonos Tú de modelo, y desprendiéndonos de todo afecto terreno, podamos aspirar a los goces de la bienaventuranza, en donde esperamos veros algún día, para siempre alabar, bendecir y amar juntamente con Vos, a tu Hijo Jesús, por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

DÍA SÉPTIMO

ORACIÓN

Pastora María, que privilegiada por Dios con un cúmulo de gracias tales, que pudiesen servirnos de seguro guía, para que comprendiésemos el perfecto equilibrio, que antes del pecado tuviera la naturaleza humana, supiste corresponder tan plenamente a ellas, y llenaste en tan alto grado las leyes de la pureza y castidad, que mereciste ser escogida para Madre de un Dios-Hombre, que lo único que no tomó de nosotros fue la generación carnal con sus inmundas consecuencias. Te rogamos, ¡oh, Virgen de las vírgenes! que atraídos nosotros con el olor y fragancia que exhala el lirio frondoso de tu perpetua virginidad, castiguemos nuestro cuerpo rebelde, y huyamos presurosos todas las ocasiones peligrosas, e incesantemente oremos, para que, viviendo en la tierra como ángeles del cielo, en unión contigo asistamos a las bodas del Cordero sin mancilla, por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

DÍA OCTAVO

ORACIÓN

Pastora María, que, sostenida siempre por la divina gracia, y emulando la abrasadora caridad, con que tu Hijo, Pastor amorosísimo, amó a todos los hombres, sacrificaste como Él en su obsequio y provecho tu reputación, tu honra, tus privilegios, tu corazón, tu vida y la vida de tu vida que era Jesucristo, ofreciéndolo voluntariamente a la muerte y muerte de cruz, para que viviesen, y con nueva vida los pobrecitos y desgraciados pecadores. Te rogamos, ¡oh, heroica Pastora de todas las almas! que a imitación tuya y de tu Divino Hijo, demos gustosos nuestra vida por la salud espiritual y felicidad eterna de nuestros prójimos, a fin de que, coronados por tus manos, cantemos en la Gloria sus eternas misericordias por los siglos de los siglos. Amén.

 


DÍA NOVENO

ORACIÓN

Pastora María, que, conducida por los ángeles a la Gloria, desde allí ejerces tu universal y perpetuo pastoreo en favor de los desgraciados, que moran en esta tierra llena de animales ponzoñosos; no quedando ninguno que, en cualquiera de las situaciones de su vida no experimente los efectos de tu entrañable y singular protectorado. Te rogamos, ¡oh, vigilantisima Pastora de nuestra almas! que vivas siempre cerca de nosotros en la infancia, en la juventud, en la ancianidad, en la salud, en la enfermedad, en las tentaciones, en los puestos elevados, en toda la vida, en la penosa hora de la muerte, para que jamás desistamos de nuestros propósitos, de nuestras obras meritorias con la Gracia, y creciendo cada día de virtud en virtud, obtengamos como el último y mayor de todos los beneficios, el don de la perseverancia final, prenda segura de la Gloria. Amén.


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