EJERCICIO DE LA NOVENA CONSAGRADA A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA CON EL TÍTULO DE PASTORA DIVINA
SE VENERA EN LA IGLESIA PARROQUIAL DE LA VILLA
DE CANTILLANA, FORMADA A INSTANCIAS DE LA PIADOSA ASOCIACIÓN DE SEÑORAS POR EL
SR. LICENCIADO D. JUAN BAUTISTA ROMERO Y GANTE, PBRO.
Cantillana, 1852
ACTO DE CONTRICIÓN
Jesús
mío dulcísimo, Pastor amoroso de las Almas, que en aras de tu eterna caridad al
hombre, descarriado de su legítimo y primitivo aprisco, viniste para servirle
de introductor en el huerto cerrado de tus más gustosos y saludables pastos, y
entonces gozoso volviste al seno de tu Padre, cuando aseguradas tus ovejas,
dejaste amarrado al pie de tu divino cayado al lobo voraz empeñado en su ruina.
Te ruego Redentor amoroso, que movido a lástima por las heridas que en mi alma
ha causado la culpa, me perdones mis voluntarios extravíos, y perdonándome me
busques, y encontrándome me coloques sobre tus hombros, y no me dejes hasta que
vuelva a comer de una vez para siempre los celestiales manjares con que Tú
regalas a tus más queridas y constantes ovejas; que yo te prometo, asistido de
tu divina y poderosa gracia, llorar mi vida pasada; y desde ahora, postrado,
digo con todas las veras de mi corazón: que me pesa en el alma de haberte
ofendido. Misericordia, Jesús mío: perdón, gracia y después la Gloria. Amén.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Jesús
mío dulcísimo, Divino Pastor de las almas, que queriendo que la redención fuese
copiosísima, y que sobreabundase la gracia donde abundó el delito, no sólo te
constituiste Pastor celosísimo de todo el humano linaje dando tu vida por tus
innumerables ovejas sino que en contraposición a Eva que les dio a comer un
pasto de muerte, engalanaste a tu dignísima Madre y augusta compañera en la
obra de tu infinito amor con aquel cúmulo de perfección y eminentes virtudes
que la hiciesen capaz de alimentar a todos con frutos de vida eterna.
Concédenos ¡oh, caritativo Pastor de los Pastores! que así como Ella brilló con
las inequívocas señales de verdadera y solícita Pastora, así nosotros brillemos
con las señales y caracteres de ovejas dóciles y sumisas, para que patrocinadas
por Ella siempre y en todas ocasiones y circunstancia, seamos introducidos en
la amena y encantadora pradera donde hay árboles que dan doce frutos al año y
allí por toda la eternidad cantemos tus alabanzas y las suyas con los ángeles.
Amén.
DÍA PRIMERO
ORACIÓN
Pastora
María, que, elevada a tan honroso cargo por el supremo Pastor Jesucristo, tu
Divino Hijo, llenaste el vasto campo de tan sagradas obligaciones, practicando
en grado eminente la meritoria y fecunda virtud de la fe, creyendo que a pesar
de tantos y tan poderosos obstáculos, se cumplirían sin falta las cosas que se
te habían dicho de parte del Señor. Te ruego, ¡oh fidelísima Pastora mía! que
por lo mismo que fuiste todavía más feliz en percibir la fe de Cristo que en
concebir su inmaculada carne, nos consigas para entrar en el redil de
Jesucristo el don inestimable de una fe dócil y operatoria que nos haga obrar
con arreglo a nuestra santa creencia, para que en unión contigo merezcamos ver
cara a cara y gozar por toda la eternidad a nuestro Dios y Señor. Amén.
Después
de concluida la oración del día, se rezarán tres avemarías gloriadas, pidiendo
a la Divina Pastora por la conversión de las ovejas descarriadas:
L/: Pastora María, ruega por nosotros
pecadores.
R/: Para que seamos dignos
de alcanzar las divinas promesas.
Se
tendrá ahora un rato de oración donde cada uno podrá pedir lo que estime
conveniente, y se concluirá todos los días con la siguiente
DEPRECACIÓN
Dios
y Señor mío, Pastor vigilantísimo de las almas, que llenando por Ti mismo todas
las penosas obligaciones que te imponía tu tierno pero espinoso cargo viniste
en tu misericordia a instruirnos en los medios más oportunos para ingresar en
tu supremo redil; y que, no satisfecho tu intenso amor con haber dado tu vida
por todas tus ovejas, nos legaste en tu divino testamento como Madre y solícita
Pastora a la Santísima Virgen María, para que incesantemente velase por
nosotros y fuese el canal seguro por donde nos viniesen tus gracias. Por su
intercesión poderosa te rogamos, dueño de nuestras almas, que una vez llamados
por Ti, y por Ti introducidos en el vergel ameno de tu Iglesia, sigamos los
pasos de nuestra celestial Pastora, para que a su imitación tengamos una fe
viva, una humildad heroica, una obediencia ciega, una misericordia
desinteresada, amemos la oración, seamos en el cuerpo y en el alma tan puros
como los ángeles, estando dispuestos a derramar toda nuestra sangre en
testimonio de nuestras católicas creencias, y en obsequio de la salud y
felicidad espiritual de nuestros hermanos: y viviendo todos los días en tu
gracia, oh hermosísimo Pastor de los pastores, merezcamos morir asistidos de
nuestra amada Pastora María, para que con los ángeles y santos podamos cantar
tus bondades y sus misericordias en la Gloria, por los siglos de los siglos. Amén.
DÍA SEGUNDO
ORACIÓN
Pastora
María, que, enriquecida por Dios con las exquisitas gracias, lejos de
envanecerte, heriste el corazón de tu Amado con el cabello de tu cuello, o sea,
con el humilde concepto que formaste siempre de Ti misma, reconociendo que la
humildad es el sólido fundamento de toda santidad. Te ruego, ¡oh riquísima
Pastora! que con esa misma luz que tenías para conocer la infinita bondad y
grandeza de Dios, y tu propia pequeñez ensalzada por su Gracia, nos alumbres en
nuestras tinieblas, y entrando por la humildad a formar parte del rebaño
escogido, subamos a la cumbre de la perfección cristiana para que después de
imitarle en la tierra, nos regocijemos contigo en la Gloria. Amén.
DÍA TERCERO
ORACIÓN
Pastora
María, que, asociada por Dios al plan de la humana redención, reparaste con tu
sumisa y absoluta obediencia el inmenso daño que hizo Eva con su osada e
inconcebible desobediencia, puesto que requerida por un Ángel para que
prestases tu necesario consentimiento a la obra de todos los siglos, por el
amor que tenías a la obediencia, no quisiste llamarte con otro nombre, que con
el de esclava. Te rogamos, ¡oh encantadora Pastora! que así como Tú, desnuda de
toda voluntad, ni con las obras ni con el pensamiento contradijiste al Señor,
sino que siempre viviste obediente a su soberana voluntad, hagas que nosotros,
conociendo su voz y siguiéndola, nos desnudemos de toda inclinación altiva, y
nos pleguemos al sacrificio, que de nuestro orgullo nos exige tu divino Hijo,
para que venciéndonos a nosotros mismos, logremos gozar la libertad de hijos de
Dios en la Gloria. Amén.
DÍA CUARTO
ORACIÓN
Pastora
María, que, constituida por Dios trono del divino Salomón, en el cual habitando
el Verbo encarnado, te llenó de misericordia, para que como Madre de Ella,
socorrieses a todos los que, necesitados implorasen tu auxilio, llenando tan
cumplidamente tu honroso y caritativo cometido, que si en vida socorrías a los
menesterosos, aun sin que te lo pidiesen, tu misericordia ha crecido, porque
desde el empiezo ves mejor las miserias de los hombres todos, que son tus
hijos. Te rogamos, ¡oh, la más compasiva de las madres y más cariñosa de las
Pastoras! que de tal modo llenemos las leyes de misericordia, que todos los
necesitados bendigan vuestro nombre, para que habiéndote imitado generosos,
gozosos te acompañemos en la Jerusalén celestial de la Gloria. Amén.
DÍA QUINTO
ORACIÓN
Pastora
María, verdadera Reina del amor, que, vacía de Ti misma, tuviste siempre el
corazón lleno del fuego de la caridad para con tu Dios y Señor, hasta el punto
de que el amor que le tenías, sobrepujase al que como Criador, como Redentor y
como glorificador le tuvieron, le tienen y tendrán todos los hombres, todos los
ángeles y los santos todos. Te rogamos, ¡oh, Señora de los Serafines! que,
guardadas las posibles proporciones, nuestro corazón como el tuyo arda de día y
de noche en la fragua del divino amor, para que, amándolo en la vida, le amemos
en la muerte, y contigo le amemos en la eternidad por todos los siglos. Amén.
DÍA SEXTO
ORACIÓN
Pastora
María, que, enseñada por Dios a orar, fuiste tan continua y perseverante en la
oración, que desde el primer instante que tuviste vida, y con ella el perfecto
uso de tu razón, comenzaste a tener oración, y no la dejaste, como tan
instruida en la doctrina de Jesucristo, tu celestial maestro, hasta que en un
rapto fuiste arrebatada al empíreo. Te rogamos, ¡oh, estática virgen maría! que
nos alcances un decidido amor a la oración, para que sirviéndonos Tú de modelo,
y desprendiéndonos de todo afecto terreno, podamos aspirar a los goces de la
bienaventuranza, en donde esperamos veros algún día, para siempre alabar,
bendecir y amar juntamente con Vos, a tu Hijo Jesús, por los siglos de los
siglos. Amén.
DÍA SÉPTIMO
ORACIÓN
Pastora
María, que privilegiada por Dios con un cúmulo de gracias tales, que pudiesen
servirnos de seguro guía, para que comprendiésemos el perfecto equilibrio, que
antes del pecado tuviera la naturaleza humana, supiste corresponder tan
plenamente a ellas, y llenaste en tan alto grado las leyes de la pureza y
castidad, que mereciste ser escogida para Madre de un Dios-Hombre, que lo único
que no tomó de nosotros fue la generación carnal con sus inmundas
consecuencias. Te rogamos, ¡oh, Virgen de las vírgenes! que atraídos nosotros
con el olor y fragancia que exhala el lirio frondoso de tu perpetua virginidad,
castiguemos nuestro cuerpo rebelde, y huyamos presurosos todas las ocasiones
peligrosas, e incesantemente oremos, para que, viviendo en la tierra como
ángeles del cielo, en unión contigo asistamos a las bodas del Cordero sin
mancilla, por los siglos de los siglos. Amén.
DÍA OCTAVO
ORACIÓN
Pastora
María, que, sostenida siempre por la divina gracia, y emulando la abrasadora caridad,
con que tu Hijo, Pastor amorosísimo, amó a todos los hombres, sacrificaste como
Él en su obsequio y provecho tu reputación, tu honra, tus privilegios, tu
corazón, tu vida y la vida de tu vida que era Jesucristo, ofreciéndolo
voluntariamente a la muerte y muerte de cruz, para que viviesen, y con nueva
vida los pobrecitos y desgraciados pecadores. Te rogamos, ¡oh, heroica Pastora
de todas las almas! que a imitación tuya y de tu Divino Hijo, demos gustosos
nuestra vida por la salud espiritual y felicidad eterna de nuestros prójimos, a
fin de que, coronados por tus manos, cantemos en la Gloria sus eternas
misericordias por los siglos de los siglos. Amén.
DÍA NOVENO
ORACIÓN
Pastora María, que, conducida por los ángeles a la Gloria, desde allí ejerces tu universal y perpetuo pastoreo en favor de los desgraciados, que moran en esta tierra llena de animales ponzoñosos; no quedando ninguno que, en cualquiera de las situaciones de su vida no experimente los efectos de tu entrañable y singular protectorado. Te rogamos, ¡oh, vigilantisima Pastora de nuestra almas! que vivas siempre cerca de nosotros en la infancia, en la juventud, en la ancianidad, en la salud, en la enfermedad, en las tentaciones, en los puestos elevados, en toda la vida, en la penosa hora de la muerte, para que jamás desistamos de nuestros propósitos, de nuestras obras meritorias con la Gracia, y creciendo cada día de virtud en virtud, obtengamos como el último y mayor de todos los beneficios, el don de la perseverancia final, prenda segura de la Gloria. Amén.
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