NOVENA
DE LA MILAGROSA IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA DE LOS POBRES
QUE
SE VENERA EN LA SANTA IGLESIA CATEDRAL DE SANTA LUCÍA DE ZACATECOLUCA Y EN LA
IGLESIA DE SAN FRANCISCO DE GUATEMALA
Con
Licencia Eclesiástica, 1940.
ACTO
DE CONTRICIÓN
Señor
mío Jesucristo, mansísimo cordero de Dios, Padre de amor, con los brazos
abiertos de tu misericordia, estás esperando al pecador arrepentido. Yo soy el
más abominable de todos, pero en tu misericordia, espera su remedio la mayor
miseria. Grandes son mis pecados, pero mayor es tu misericordia. Me criaste de
la nada, y yo ofendiéndote, me hiciste cristiano en el bautismo, y yo
ofendiéndote, me llamaste con dulces inspiraciones, y yo ofendiéndote, me has
conservado la vida, sufriendo muchos y muy feos pecados, y yo ofendiéndote,
moriste en una cruz por mi amor y yo ofendiéndote, y todavía, me esperas, me
llamas, me convidas con tu amor. ¡Oh ceguedad! ¡Oh ingratitud! ¡Oh quien se
hiciera pedazos de dolor de haberte ofendido, siendo mi único bienhechor! Ya no
más ofenderte, muera, muera mil veces, que volver a la culpa. Misericordia mi
dulce Jesús. Misericordia, amoroso dueño de mi alma. Por amor de María
Santísima, perdóname mis pecados, dadme gracia en la muerte, y tu gloria en la
eternidad. Amén Jesús.
PRIMER
DÍA
ORACIÓN
¡Oh
Reina de los Ángeles! ¡Oh Emperatriz de la gloria! Que, como Cedro admirable,
te exaltaste en el Líbano, porque como el Cedro en el Líbano, excede en altura
a todos los árboles, así tu en santidad a todos los Santos. El Cedro con olor
ahuyenta las serpientes, así favoreciendo tú, las armas de este reino, ahuyentas
sus enemigos. El Cedro es incorruptible, y su resina libra de la polilla, y tu
Señora, en tu Concepción fuiste libre de la culpa, que corrompió a todo el
género humano, y la resina de tu devoción, libra a todos los que te aman, de la
polilla de la deshonra. Líbranos de la confusión y deshonra que han de padecer
los réprobos en el día tremendo del juicio. Como Cedro hermosísimo recíbenos
bajo la sombra de tu patrocinio, para que en esta vida nos libres de la infamia
de nuestros enemigos, te sirvamos con amor y te alabemos con afecto devoto, y
tengamos la dicha de verte por toda la eternidad en la gloria. Amén.
Aquí
se rezan nueve Aves Marías con Gloria Patri, en honra de la Concepción de
María, luego se hace la petición y después:
ORACIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS
¡Oh
poderosísima Reina y Madre de Misericordia! Pues quieres, te veneremos en la
milagrosa Imagen de la Pobre, por ser esta la más propia Imagen de tu
Concepción Inmaculada, pues desde aquel dichoso instante fuiste pobre, amando
solo a Dios, y empleando todas tus potencias solo en su amor, y en toda tu vida
santísima despreciasteis las riquezas, y todos los bienes perecederos del
mundo, dándonos la virtud de la humildad, que es el encanto del corazón de
Dios, y el imán con que lo trajiste del cielo a tu vientre. Limpia nuestros
corazones de la escoria del mundo, y adórnalos con la joya preciosa de tu amor.
Haz piadosa Madre, que solo se empleen nuestros corazones en amarte, porque tu
amor es mayor riqueza que todos los tesoros del mundo. ¡Oh quien te amara como
te aman los serafines del cielo! ¡Oh quien ardiera y consumiera en tu amor! ¡Oh
quien muriera con la fuerza de tu amor! ¡Oh madre de la pobreza y consuelo de los
pobres! Enriquece nuestras almas con la margarita preciosa de tu amor, que así
no se verán pobres en el justo tribunal del tremendo Juez, y conseguirán por tu
intercesión los premios eternos de la Gloria. Amén.
Se
concluye la novena, diciendo con todo fervor y devoción lo siguiente:
Alégrate María, porque eres Hija de Dios Padre.
Alégrate
María, porque eres Madre de Dios Hijo.
Alégrate
María, porque eres esposa del Espíritu Santo.
Alégrate
María, porque fuiste concebida en gracia.
Alegra
mi corazón con la dulzura de tu amor.
Bendita
seas bellísima María, refugio amoroso de pecadores.
Bendito
sea Dios Padre, que te escogió por hija.
Bendito
sea Dios Hijo, porque te escogió por madre.
Bendito
sea Dios Espíritu Santo, porque te escogió por esposa.
Bendita
y alabada sea la Beatísima Trinidad, que tanto te engrandeció ¡Oh María!
Bendita
y alabada sea la Santísima Trinidad, porque crió a mi Señora la Virgen María,
pura y limpia de la culpa original, y llena de gracia en el primer instante de
su ser natural. Amén.
Se
reza un Credo.
SEGUNDO
DÍA
ORACIÓN
¡Oh
belleza de los cielos! ¡Oh encanto de los serafines! ¡Oh María, consuelo y
alegría de los pobres! Ciprés maravilloso, que excedes prodigiosamente a todos
los árboles gloriosos de la Sión militante y triunfante. Ciprés milagroso eres,
porque Ciprés quiere decir gracia, el Ciprés nunca pierde sus verdores, se
ponía en los sepulcros, para significar que los que yacían muertos, habían de
resucitar a una vida sin muerte. El ciprés es enemigo de la serpiente. Tú eres
el Ciprés de gracia desde el primer instante de tu ser lleno de gracia, nunca
perdiste los admirables verdores de tus virtudes. Poniéndote con amor y
devoción en el sepulcro del alma, recibe la inmortalidad de la gloria. Enemiga
eres de la serpiente, desde aquel primer instante en que le quebraste la cabeza
y humillaste la altivez de su soberbia. ¡Oh dulce Madre de los afligidos! En
este valle de lágrimas nos vemos combatidos del Dragón, que busca a quien
despedazar, líbranos con las armas poderosas de la gracia, para que gocemos el
regalo de tu belleza en la Sión triunfante de la gloria. Amén.
TERCER
DÍA
ORACIÓN
¡O
dulzura de nuestras almas! ¡Oh regalo de nuestros corazones! ¡Oh dulcísima
María! Palma exaltada en Cadés, de tan alta Santidad, que solo la de Dios es
mayor. La palma con el riego de agua salada, produce muy dulce sus frutos, con
el peso, más se levanta, es insignia de la victoria, sus hojas parecen espadas.
Tu eres la palma más bella, que, con el riego amargo de la pobreza, nos das la
suavidad dulcísima de tus consuelos, con el peso de tu piedad se levanta más tu
misericordia, traes señal de la victoria en el patronato de las armas,
defendiendo con las espadas poderosísimas de tus auxilios a todos los de esta
nación, que devotos te obsequian como a patrona. No nos desampares piadosísima
Madre, míranos con esos bellísimos ojos de misericordia, para que alcancemos la
gracia en la vida y en la muerte. Amén.
CUARTO
DÍA
ORACIÓN
¡Oh
flor suavísima! ¡Oh flor Reina de las flores! ¡Oh rosa bella! ¡Oh rosa rosada
con los incendios de la caridad! Si tu Hijo divino es flor de los campos y
lirio de los valles, tu eres rosa exaltada en Jericó, que quiere decir Luna,
que en sus menguantes significa la pobreza. Luz hermosa que ahuyenta las funestas
sombras de la noche, las tinieblas horribles del pecado, para que no ofendan al
Criador, ni se apeguen las almas a las cosas perecederas del mundo. Rosa eres
de Jericó, que abre sus hojas en las aguas, en las lágrimas de tus devotos,
abres el seno piadoso de tu misericordia. Rosa eres sin espinas y con espinas,
sin espinas que ofenden, y con espinas que defiendes como arma poderosa a los
que te tienen por patrona. ¡Oh Rosa del Paraíso Celestial! Al olor de sus
aromas llévanos sin espinas de culpas al vergel de las delicias eternas, a alabarte
por infinidad de los siglos en la felicidad de la Gloria. Amén.
QUINTO
DÍA
ORACIÓN
¡Oh
hermosísima Reina de los Ángeles, María! Admirable es tu hermosura como la
Oliva en los campos, en campos dichosos de las almas devotas, es bellísima la
hermosura de tu piedad, porque si la paloma llevó al Arca de Noé la Oliva en su
pico, para dar a entender, que ya se habían aplacado los rigores de la Divina
Justicia, así tú, piadosa Madre, vienes por inspiraciones del Espíritu Santo al
Arca de nuestros corazones, poniéndolos libres de la Justicia, que merecen
nuestros delitos. Símbolo es la oliva de la paz, de la clemencia, de la piedad,
de la misericordia. ¿Quién mas piadosa? ¿Quién más misericordiosa que tú, que
eres Madre de Piedad y fuente de misericordia? La Oliva fue consagrada a la diosa
Minerva, diosa de la sabiduría, y con ella fue Minerva coronada. Tu fuiste
delicada desde el primer instante de tu ser a la sabiduría infinita, y ella te
coronó por Reina de todo lo creado. La Oliva se llama el árbol de la luz,
porque produce el aceite que fomenta la luz. Tu eres árbol a todas luces
lucidísimo que produces en nuestras almas la luz divina, que nos enciende en divinos
afectos. Ea pues Señora, abogada nuestra, alumbra nuestras almas, líbranos de
las tinieblas del infierno y llévanos donde veamos en la luz, la luz eterna,
que alegra en los cielos a los que, en la tierra fueron tus devotos. Dichosos son
los que eternamente te alaban. Amén.
SEXTO
DÍA
ORACIÓN
¡Oh
María, vida, dulzura y esperanza nuestra! Tú eres plátano misterioso plantado
junto a las aguas de la gracia en los corazones devotos. Plátano quiere decir latitud,
porque son dilatadas sus hojas, hacen agradable la sombra, tienen forma de
escudos. Pone la cigüeña en su nido el plátano para librar a sus hijos de las
aves nocturnas, que los persiguen. Tu eres el refugio agradable de los míseros
pecadores, a todos extiendes el seno piadoso de tus misericordias, todos hallan
en ti el consuelo, el alivio y refrigerio, ninguno bajo la sombra de tu
patrocinio puede perecer, allí están todos tus devotos, libres del príncipe de
las tinieblas, huyen de allí las aves nocturnas del infierno. ¡Que dicha tan
grande gozar de la sombra de tu patrocinio! Con el escudo de tu amparo libres
se hallan las almas de todos los males. No nos desampares en esta vida
miserable, cercada de peligros y horrores, ampáranos bajo la sombra agradable
de tu patrocinio, favoreciéndonos en todas nuestras necesidades, y a la hora
terrible de la muerte, haznos sombra para que se ahuyenten las tinieblas del
infierno, y acabemos la vida invocando el dulce nombre de María, y merezcamos
verte en la gloria. Amén.
SÉPTIMO
DÍA
ORACIÓN
¡Oh
dulcísima María! ¡Oh suavísima Mirra! Que con la fragancia de tus olores recreas
a todo el Universo. Mirra electa y preciosísima es la que voluntariamente
despide el árbol de la Mirra, amarga es la mirra, pero fragantísima, libra de
corrupción a los cuerpos ungidos con ella. Tu Señora tienes tu delicia en
favorecernos, tu voluntad en socorrernos. Nunca más olorosa, que cuando más
piadosa. Comunicas la amargura de la contribución, para que las almas despidan
la fragancia de la penitencia que agrada al mismo Dios. El olor suavísimo de
tus ungüentos nos libra de la corrupción abominable de los pecados. Bendito sea
Dios que te hizo tan piadosa. Bendito sea el Verbo Divino, que, bajando a tu
virginal vientre, te hizo mirra olorosísima para nuestra delicia y remedio. Tráenos
Señora el hacecillo de mirra a nuestros corazones, a tu Hijo piadoso a nuestras
almas, para que llorando amargamente nuestras culpas consigamos el olor de la
penitencia, que deleita a los ángeles, y viviendo en la tierra como ángeles,
merezcamos alabarte en los coros celestiales por toda la eternidad. Amén.
OCTAVO
DÍA
ORACIÓN
¡Oh
María Virgen singular, y Madre de gracia en el primer instante! Como Terebinto
maravilloso extiendes tus dilatados ramos por todo el mundo, favoreciendo y
defendiendo a todos los que con piadoso afecto te invocan, tus hermosos ramos
son ramos de honra y gracia, de gracia porque en ti hallan tus devotos toda
gracia, de honra, porque como Patrona de la honra, vuelves por la honra de los
que se valen de tu patrocinio. Ninguno de tus devotos es deshonrado, porque tú
eres la honorificencia de nuestro pueblo, tu eres la gloria de nuestras almas,
y el consuelo de los pecadores. ¡Oh Madre de la Pobreza altísima! ¡No permitas
que padezcamos la deshonra eterna! Como Terebinto piadoso recíbenos bajo los
ramos de tu protección haciéndonos sombra, para librarnos de la sombra funesta
de la muerte. ¡Oh sombra gustosa! ¡Oh sombra gloriosa! ¡Oh sombra que alumbras
a los que andan en tinieblas! Alumbra Señora a nuestras almas, para librarnos
de la oscuridad espantosa de la culpa, y veamos la luz eterna en la eternidad
de la gloria. Amén.
NOVENO
DÍA
ORACIÓN
¡Oh María! ¡Parra fructífera plantada en la viña de la Iglesia, cuyo fruto es la suavidad de los fragantes olores de tus virtudes! Tus frutos son honra y honestidad, de honra por patrona de la honra, y de honestidad, es, de riqueza, porque siendo venerada en Imagen de Pobre, enriqueces a tus pobres con riquezas de gracias y misericordias. estribando en el olmo de tu amado Hijo, te elevaste para gloria de los cielos. Como Madre de los Pobres descansa en el olmo de nuestros corazones, para alegría de nuestras almas. Fruto de la parra es el vino. Tu Señora, produces en las almas el vino ¿Qué vino? Vino, que alegra los corazones, vino que engendra Vírgenes, vino, que dulcemente embriaga, vino y amor de Dios. ¡Oh vino reveladísimo! ¡Oh vino suavísimo! ¡Oh embriaguez dichosísima de los que beben este vino, que alegra a los cielos! Piadosa Madre del amor hermoso, no tienen vino nuestros corazones, no tienen vino de amor divino. Tu Señora, como parra fecundísima donde abunda este regalado vino, exprímelo en nuestros corazones, para que, como carísimos hijos tuyos, ebrios de amor divino, no sintamos los trabajos de la vida, ni las angustias de la muerte, y vayamos a beber el cáliz preclarísimo de las delicias eternas de la gloria. Amén.
Colaboración de Miguel Morales
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