miércoles, 1 de septiembre de 2021

Mes de la Merced

 MES 
en honor de
 NSTRA. SRA. DE MERCEDES

Imagen milagrosa de Nuestra Señora de la Merced
venerada en su santuario en la Ciudad de
Santiago de los Caballeros de León en Nicaragua


Padre Antonio Pastor Codesal, OP

Con las debidas licencias

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León, Nicaragua, 1966


DOS PALABRAS


Este mes dedicado a la Santísima Virgen de Mercedes es la misma antigua Novena tres veces reimpresa, y ahora levemente corregida, aumentada y adaptada para ser convertida en un mes de Septiembre. Se dividen, corrigen y adaptan los días, se aumentan los ejemplos. Esto es todo el cambio, exigido por la creciente devoción a la Santísima Virgen de Mercedes. Muchos ejemplos hablan del Rosario pero debe tenerse en cuenta que esta devoción del Rosario se reza a la Stma. Virgen María en todas sus advocaciones, y es su devoción predilecta.


Redentora de Cautivos es la Santísima Virgen de Mercedes. El cautiverio más duro y peligroso para el hombre es el de sus pecados y vicios. Por eso iremos considerando los vicios capitales, que son las más temibles cadenas; y también las cadenas contrarias por cuya eficacia se rompen dichas cadenas; terminando con algunas consideraciones generales sobre el vicio y la virtud, que será como el remache de todas las meditaciones precedentes.


Quiera la Santísima Virgen de Mercedes bendecir estas humildes páginas.


  1.  P. C.


DÍA PRIMERO

Oración primera para todos los días


Santísima Virgen María, el dulce y consolador título de Nstra. Sra. de Mercedes manifiestamente nos dice cómo es de compasivo vuestro Corazón y de poderoso vuestro auxilio. 


Corredentora del género humano deseáis principalmente la vida pura y la salvación de las almas. Pero vuestro corazón, a ejemplo del de vuestro Hijo, acude también a remediar las penas temporales de los hombres.


Los cristianos que gemían en las duras mazmorras de los infieles enternecieron vuestras maternales entrañas e inspirasteis la idea de fundar una Orden de redención de cautivos, o de Merced, a San Raimundo de Peñafort, a San Pedro Nolasco y al Rey Jaime de Aragón.


Pues echad sobre nosotros una mirada de compasión; ved nuestras almas con tantas cadenas de vicios y pecados; nuestra vida con tantas angustias y tribulaciones, sed Redentora de nuestras vidas y de nuestras almas y; alcanzadnos la merced de vivir cristianamente, de morir santamente, de reinar gloriosamente en el cielo. Amén.


MEDITACIÓN

LA SOBERBIA ES ABORRECIBLE A DIOS


La soberbia es apetito desordenado de la propia excelencia; deseo de dignidades, honores y alabanzas sobre nuestro merecimiento; independencia y rebeldía para con nuestros Superiores.


Soberbia fue el pecado de Lucifer en el cielo, negándose a servir a Dios, soberbia es el pecado de nuestros primeros padres en el paraíso, negándose a obedecer a Dios.


Tienen soberbia los que no creen en Dios, ni reconocen sus beneficios; los que no admiten nada sobre la humana razón; los que creyendo en Dios no creen en Jesucristo, enviado por Dios; los que creyendo en Jesucristo, no  creen en la Santa Iglesia fundada por Jesucristo; los que creyendo en la Iglesia, no creen en el ministerio de los sacerdotes ordenados y consagrados por la Iglesia; los que se engrien despreciando a sus hermanos, por los cuales ha derramado su Sangre nuestro divino Redentor.


Para castigar la soberbia de Lucifer, Dios lo echó al infierno con los ángeles rebeldes; para castigar la de Adán y Eva, los echó del Paraiso y los condenó a sufrimientos que pesan sobre toda la humanidad; para castigar la soberbia de los hombres confundió su lenguaje en la torre de Babel; a todo lo soberbio le llegará su humillación y castigo.


El Espíritu Santo nos dice por Tobías: “nunca permitas que la soberbia tenga señorío sobre tus pensamientos, sobre tus palabras; porque de ella tomó principio nuestra perdición”. (C. IV. 14).


EJEMPLO


Cuenta el P Auriema que una humilde pastorcita preparó con muchas economías un manto para la imagen de la Santísima Virgen que estaba en una Ermita del monte, a donde iba con frecuencia llevándole ramos de flores. 


Sucedió que yendo un día de viaje dos religiosos vieron acercarse un grupo de doncellas distinguidísimas, y una mucho más que las otras. Los religiosos preguntáronles quiénes eran. Respondió la más distinguida: “yo soy la Madre de Dios que voy con estas vírgenes a visitar a una pastorcita en agonía, la cual siempre me ha honrado y visitado mucho”. Y diciendo esto desaparecieron. (S. Alfonso María Ligorio, Glorias, c. 10).


Oración final para todos los días


Santísima Virgen de Mercedes, Madre queridísima y Reina soberana de mi corazón. Yo os consagro en este día todo mi ser y os pido Mercedes para todas mis necesidades. Os consagro mi inteligencia para que Vos la iluminéis con la lumbre de fé viva; os consagro mi corazón para que Vos lo gobernéis con la dulce y segura fuerza de vuestro amor; mi cuerpo y mis sus sentidos para que para que Vos los guardéis de obras malas; os consagro mi vida, para Vos la conduzcáis por los caminos de Dios; que son los del cielo y la eterna dicha. 


Y humildemente os pido Mercedes para todas mis necesidades; la Merced de vuestro poderoso auxilio contra los tres mortales enemigos del alma: mundo, demonio y carne; las pompas del mundo, las tentaciones del demonio, y las malas inclinaciones de la carne; y finalmente la perseverancia en la Divina Gracia para salvarme.


Quiero vivir y morir en la dulce y dichosa esclavitud de vuestro amor. No me abandonéis, oh mi amada Virgen de Mercedes; guiadme en la vida, asistidme en la muerte y recibidme en la gloria. Amén. 


Tres Avemarías a la Stma. Virgen de Mercedes.


DÍA SEGUNDO


MEDITACIÓN

LA HUMILDAD ES GRATA A DIOS


La humildad, como especial virtud, significa sujeción del hombre a Dios; y a los hombres, por Dios. (S. Th., 2-2 q 161 a 1). La humildad es sujección razonable y ordenada, que no abate ni menoscaba la propia dignidad, antes al contrario, la fortalece y garantiza. Pues quien se humilla será ensalzado y quien se ensalza será humillado (S. Mt., XXVII, 11). El Señor nos dejó mandado que aprendiéramos de Él manso y humilde de corazón (S. Lc., C. VIII). La Santísima Virgen María cantó diciendo “porque miró la humildad de su esclava, por eso me llamarán bienaventurada todas las generaciones” (S. Lc. 1, 38). 



Por la humildad nos levantamos hasta Dios porque Dios resiste a los soberbios, y da su gracia a los humildes.


EJEMPLO


Refiere el P. Bovio que una mala mujer, llamada Elena, entró casualmente en una iglesia donde se predicaba del Santo Rosario. Debido a ésto compró ella uno, que empezó a rezar con muchas distracciones; pero al fin lo rezaba con devoción. Esto la llevó finalmente al confesionario, y un día la Santísima Virgen le habló desde una imagen ante la cual rezaba, y le dijo: “Elena, basta ya de ofensas; desde hoy muda de vida y yo te favoreceré”.


Así fue en efecto, y Elena murió en olor de santidad; algunas personas vieron que al morir su alma volaba directamente al cielo. (Id Ib C. 110)


DÍA TERCERO


MEDITACIÓN

LA AVARICIA NOS HACE RUINES Y DESPRECIABLES


“Las riquezas son de suyo indiferentes; no merecen el nombre de malas; la persona que hace mal uso de ellas es la mala.


Cabe compararlas a la escalera por donde se puede subir y se puede bajar. Por ellas unos suben a la eterna gloria, otros bajan al eterno fuego. Puede haber propiedades sin avaricia, poseyendo las cosas como si no se poseyesen, según frase de San Pablo (I Cor. VIII. 30); y puede haber avaricia sin propiedades, no teniendo nada y apreciando desmesuradamente tenerlo todo.


Muchos que profesan horror a los vicios concluyen por abrazarse con éste. Con la vejez ceden y se amortiguan otros vicios; pero la avaricia, como hiena que goza encarnizándose en los cadáveres, llega a roer a los que muy pronto serán roidos de los gusanos. En el naufragio de todas las esperanzas terrenas, al verse el hombre cerca de las costas de la eternidad, a donde le empuja, en el alborotado torbellino, el oleaje de la vida, se abraza en su desesperación al oro como a tabla de salvación, sin reparar que el oro es metal pesado y lo sumerge en el abismo.


El avaro cercana y suprime sus limosnas, y termina por cerrar las puertas de su corazón y no tener entrañas, o tenerlas de bronce, para con sus hermanos.” (López Peláez, Los siete pecados capitales.)


EJEMPLO


En el libro Tesoro el Rosario con el número 85 se cuenta el siguiente milagro. Había un caballero muy rico y muy piadoso, gran devoto de la Santísima Virgen, ante cuya imagen, que tenía en el Oratorio de su palacio, pasaba horas del día y de la noche.


Su mujer entró en sospechas al notar que salía del cuarto dormitorio algunas noches, y tardaba en volver.


¡Oh fuerza terrible de los cielos!, una noche, al quedar sola en el dormitorio, se degolló. Al volver el piadoso marido la encontró muerta y bañada en sangre. Volvió él a orar ante la Virgen presentándole su aflicción. Al acabar su oración, ya su mujer estaba otra vez viva y sana; se arrojó a los pies de su marido diciendo: Perdonadme, que por vuestras oraciones la Santísima Virgen me ha librado del infierno, y me ha devuelto a la vida. (Id. Ib. C III9).


DÍA CUARTO


MEDITACIÓN

LAS RIQUEZAS SON ESPINAS


Espinas llamó Cristo a las riquezas en la parábola del sembrador (S. Lc. VIII 44) y ningún abrojo tan punzante para el corazón, pues “el amor de las riquezas más atormenta con su deseo que deleita con su uso; pues enlaza el alma con diversas tentaciones; enrédala con muchos cuidados; convídala con vanos deleites; provócala a pecar e impide su quietud y reposo. Y sobre todo esto, nunca las riquezas se adquieren sin trabajo, ni se poseen sin cuidado, ni se pierden sin dolor; más lo peor es que, pocas veces se alcanzan sin ofensas de Dios (V. Granada, Guía de pec. Lib. III c. V) y sin graves faltas contra el prójimo al que en vez de ayudar en sus dificultades se hunde más en ellas, olvidando hasta la noción de lo que es caridad cristiana. 


Cristo despreció todas las riquezas y comodidades por hacer bien al hombre y redimirlo; y el avaro desprecia a todos, y aún al mismo Dios, por el placer de amontar riquezas.


EJEMPLO


A la edad de 17 años estudiaba San Francisco de Sales en París, a la vez que frecuentaba las iglesias con gran piedad. 


Pero el Señor le permitió que padeciese grandes desolaciones espirituales, y hasta que sufriese violenta tentación de que ya estaba condenado en vida.


Un día de estos entró en una iglesia, y se detuvo a orar delante de una imagen de la Santísima Virgen de quien era muy devoto; le prometió rezar todos los días el Rosario, y le pidió que lo ayudara en tan graves tentaciones. Al terminar su oración se sintió otro, lleno de confianza, con lo cual se aumentó su devoción a la Santísima Virgen María. (Id. Ib. C. IV).


DÍA QUINTO


MEDITACIÓN

EL DESPRENDIMIENTO ES AMABLE Y DIGNIFICA


El amor del hombre debe fijarse en las riquezas inmortales que tienen por centro a Dios y desprenderse de las transitorias cuando sean obstáculo para conseguir aquellas.


Las transitorias producen alegría expansiva y tumultosa que se parece a los torrentes producidos por un nublado; pasa el nublado dejó de correr el torrente. Las inmortales producen alegría profunda y verdadera que se asemeja a los ríos inagotables. Esta alegría sólo el amor de Dios la produce. Y el amor de Dios levanta su llama en el corazón cuando lo encuentra limpio de amores desordenados de la tierra.


“Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” (S. Mt. C. V). dijo el Señor. ¿Quién más rico que Él, Creador y dueño del Universo? ¿Quién vivió en más pobreza que Él, que nació en el establo, fue reclinado en un pesebre, vivió sin hogar, murió sin vestido en la cama de una Cruz?


EJEMPLO


El ejemplo más señalado de la Santísima Virgen de Mercedes lo constituye la fundación de la Orden de la Merced.


Era en 1218, época en que gran parte de los cristianos españoles gemían en las terribles mazmorras de los infieles moros en el norte de África. La Santísima Virgen María, Madre de Dios, se enterneció de la suerte de los cristianos que perdían la vida a fuerza de tormentos y penalidades; y en algunos casos más desgraciados también perdían la fé, y con ella la vida del cielo. Ella misma inspiró a San Raimundo de Peñafort, a San Pedro Nolasco y al Rey Jaime de Aragón la Orden de Redención de Cautivos, o de la Merced, para lograr la libertad de los encarcelados por los moros.


Aprobada por el Sumo Pontífice esta Orden desplegó grande celo en su misión, consiguió la libertad de muchos prisioneros, redimidos con dinero, y a veces con la prisión de religiosos mercenarios, que se quedaban en rehenes, salvando así las vida y las almas de muchos infelices cristianos.


DÍA SEXTO


MEDITACIÓN

LA POBREZA DE LA VIRGEN


La Virgen María es quien mejor nos puede explicar estas lecciones. El hijo es para la madre amor personificado y viviente; pues ¿en qué grado no había de serlo Jesús para la Santísima Virgen?


Por juntar dinero, para los hijos faltan muchas veces los padres a la justicia y caridad con el prójimo y a la santa Ley de Dios; pero la Virgen María por cumplir la voluntad de Dios sufre con paciencia la pena de ver a su Hijo sin cuna, peregrinar pobre y morir desnudo. Se contenta con sostener la casa con el rudo trabajo de su esposo José el carpintero, ¡y es la Madre de Dios, soberano, dueño de todas las cosas!


Aprende, alma, de estos tan altos ejemplos, a no poner tu afecto en las riquezas del mundo, para que no perezcas con ellas; ponlo en las cosas inmortales y lo serás tú en la eterna gloria. Amén.


EJEMPLO


Refiere el P. Manuel Mariano Rivera que en 1652 se declaró terrible peste en Barcelona, a tal punto que fueron muchísimas las muertes ocurridas.


Para implorar la clemencia divina se pensó en sacar procesionalmente a la Santísima Virgen de Mercedes por las calles, en procesión de penitencia. Luego de esto se empezó a notar la mejoría en la ciudad, sanaron muchísimos enfermos por cuya vida se temía, y en breve tiempo cesó la terrible plaga. Todos consideraron esto como especial favor de la Virgen de Mercedes, y así lo manifestaron acudiendo a su templo a darle gracias por tan señalado favor, y aumentándose la devoción a la Santísima Virgen María. (Mes de Mercedes,por un religioso de la Merced, B. Aires, 1919, p. 106).


DÍA SÉPTIMO


MEDITACIÓN

LA LUJURIA EMBRUTECE Y DEGRADA


“De las tres concupiscencias que vio San Juan ocupando y señoreando el mundo, pone la primera la concupiscencia de la carne. Y a la verdad, ninguna hay otra ni más extendida ni más arraigada, ni que cause estragos más funestos.” (López Paláez obra cii).


Es propio del hombre gobernarse por la luz de la razón y los dictados de la recta conciencia, cumpliendo así los altos destinos que Dios le ha señalado.


Pues ninguna cosa aventaja a este vicio en cubrir con tinieblas densas y palpables la luz de la razón, en perturbar la recta conciencia, apartándola del camino del deber, precipitándola en los fangales más inmundos, en los precipicios de mayor espanto. Y ¡ojalá que muchos cumplieran con rectitud las leyes de la Divina Providencia en este punto, y no se dejaran vencer de los mismos irracionales!


EJEMPLO


Dña. María Pallando, que vivía en Barcelona, cayó gravemente enferma, temiéndose una muerte inmediata. Acudió ella a la Santísima Virgen de Mercedes de quien era muy devota. La enfermedad empezó a ceder, y por fin, Dña. María quedó completamente sana. 


En agradecimiento y recuerdo del beneficio recibido llevó toda su vida el escapulario de la Virgen de Mercedes, y estando para morir ordenó ser enterrada con el hábito de Ntra. Sra. de Mercedes. Su muerte acaeció el 29 de abril del año 1710. (Id. Ib., p. 1318).


DÍA OCTAVO


MEDITACIÓN

EXTRAVÍOS DE LA IMPUREZA


Llora la madre los desvíos del hijo; la esposa los del marido; la Santa Madre Iglesia los de tantos fieles que en vez de glorificar y llevar a Cristo en sus cuerpos, como quiere San Pablo, llevan encarnado el espíritu de inmundicia, siendo tronos de Satanás los que debieran ser templos vivos del Espíritu Santo. Y nada es de extrañar si se atiende a los peligros en que, a sabiendas, se colocan muchos fieles que aman esta clase de peligros sobre todas las cosas.


¡Oh, que la diversión es necesaria, se dice, y si la cuerda del arco está siempre tensa pronto se romperá!


Pero, no son las diversiones honestas las que agradan, sino aquellas de que decía San Francisco de Sales: “estas impertinentes recreaciones, de ordinario, enflaquecen las fuerzas, enfrían la caridad y despiertan en el alma mil suertes de malas acciones”. (López Paláez, obra cii).


San Basilio Magno llora y exclama: “oh cristiano, profesas el símbolo de la fe, y danzas en los bailes. También los hijos de la gracia se juntan en los bailes con los demonios enemigos de las gracias”(Id. Ibid.). Y San Pedro Crisólogo advierte y dice: “el que quiera divertirse con el demonio, no espere gozar con Cristo”. (Id. Ibid.).


EJEMPLO


Entre los muchos favores que la América Hispana ha recibido de la Virgen de Mercedes cuéntase el famoso hecho de haber salvado a la ciudad de Quito de los efectos del Volcán Pichincha en el año 1575.


El 8 de septiembre de dicho año, el Volcán amaneció en terrible actividad, con extensa lluvia de fuego. Los habitantes de Quito acudieron al templo de La Merced a implorar misericordia de la Santísima Virgen María, sacando su imagen en procesión.  El Volcán entró en calma, y todos lo atribuyeron a la intercesión de la Virgen de Mercedes, de tal manera que el ayuntamiento de la ciudad hizo voto solemne el 14 del mismo de acudir todos los años a la fiesta que se celebraría el 8 de septiembre.


El pueblo ecuatoriano en agradecimiento de ese y otros muchos favores ha coronado solemnemente la imagen de la Virgen de Mercedes el año 1918, celebrando a la vez, el VII centenario de su descenso a Barcelona. (Id. Ib. p. 146).


DÍA NOVENO


MEDITACIÓN

LA PUREZA NOS ACERCA A DIOS Y LA VIRGEN


Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios (S. Mt. C. V) dijo el divino Maestro. El de corazón manchado no puede ver a Dios que es todo pureza, no puede gozarse con la Virgen María que es Inmaculada.


A medida que las pasiones se someten a la razón la impureza, especialmente, el alma adquiere más altos ideales, más nobles sentimientos, se dispone para el ejercicio de la virtud, camino real que nos lleva a Dios.


La pureza con su hermosura y aroma da un tinte sobrehumano a la vida, y atrae la admiración y el respeto aún de los que no la practican. Con razón Santo Domingo de Guzmán, capellán regalado de la Virgen María y fundador del Rosario, recomendaba en su lecho de muerte a sus hijos, que cultivasen la pureza para hacerse venerar de los pueblos.


Como el corazón es la fuente de donde manan las obras, si quieres saber como anda de clara o turba la fuente, pon los ojos en lo que haces. Los pensamientos que tienes, los amores que te preocupan, las ilusiones que alimentas, los pasos que das, tu conducta, en una palabra, le dirá si es clara o turbia la fuente de tu corazón.


Y si, por acaso, alternas la diversión inmoral de la noche con la misa y comunión de la mañana siguiente, y juntas los trajes escandalosos con el rezo del Viacrucis y Novenas, recuerda y aplica a tu persona la máxima de Crisólogo, “el que quiera divertirse con el demonio no espere gozar con Cristo’


EJEMPLO


En el primer viaje de Cristóbal Colón a las Américas trajo en su carabela una imagen de la Virgen de Mercedes, regalada por la reina Isabel al P. Infante, religioso de la Merced, y compañero  de viaje de Colón. Habiéndose establecido en la isla Española, cerca de la Ciudad de Santo Domingo, fueron y viéronse en muy grave peligro, del cual salieron, según la general creencia, por la intercesión de la Sma. Virgen de Mercedes a quien invocaron en su aflicción. (Id. Ib. p. 155)


DÍA DÉCIMO


MEDITACIÓN

GUSTO DE LA PUREZA


Para amar y amar con vehemencia, la santa virtud de la pureza, pídele a Dios y a la Virgen te den a gustar sus purísimos deleites, que una vez probados, arena y bajeza juzgarás los demás cosas en su comparación.


La Virgen María es modelo para todos; lo es para la persona religiosa que ha hecho voto de vida de pura; lo es para la persona que viviendo en el mundo desea guardar su pureza, de las tentaciones, como lirio entre espinas; lo es para la persona casada que ha de ser fiel y santa en el cumplimiento de los graves deberes de su estado.


Pues acude a Ella sea cual fuere el estado en que vivas; y al mismo tiempo que le dirijas tus oraciones y súplicas, aléjate de todo peligro del mal, huye de las ocasiones, y conservarás la limpieza de corazón para que un día puedas ver a Dios en su gloria. Amén.


EJEMPLO


Refiere la Crónica del Convento Mercedario, La Asunción, de Sevilla, España, que un día no asistió al coro la Madre María de la Santísima Trinidad. Al ver las otras religiosas que tardaba en llegar, pensaron que pudiera haberle sucedido alguna cosa grave. Fueron a buscarla a su celda y la hallaron en éxtasis. Volvió en sí a la voz de la Superiora que la llamó, y al pedirle explicaciones declaró, “que había ido al mar a sosegar con el Escapulario de la Santísima Virgen María una horrorosa tormenta que padecían los de una flota”.


Todo lo cual fue confirmado a los pocos días por un náufrago que llegó al convento dando a detalles de todo. (Id. Ib. p. 277).


DÍA UNDÉCIMO


MEDITACIÓN 

POR LA IRA SE PIERDE LA PAZ DE DIOS


Hay pasiones que son malas de suyo: su nombre es nombre de pecado. Así la envidia que es la tristeza de bienes ajenos. Ninguna disculpa puede hallarse para la tristeza ante el mérito prójimo;  por eso ninguna disculpa puede hallar la envidia para dejar de ser mala.


Otras pasiones son malas o buenas, según el uso que de ellas se hace. La ira pertenece a esta categoría, ira es apetito o deseo de venganza. Apetecer o desear la venganza para la corrección de los vicios, para la conservación de la justicia es cosa laudable. Tened ira, más no pequéis, dice el Salmo. El manso Jesús arrojó del templo a los mercaderes con justa ira, al ver profanada la casa de Dios, casa de oración, y convertida en cueva de ladrones. 


Cuando la autoridad castiga y ejerce la venganza con juicio verdadero y recto orden, procede cumpliendo un ministerio que ha recibido de Dios, como dice San Pablo.


Pero acontece que, debido a nuestra fragilidad, difícilmente se halla ira sin pecado. Pues o no se desea con rectos fines la corrección del vicio o el mantenimiento de la justicia; o hay exceso de ejecución del castigo; o finalmente se desea el mal para el prójimo como un desahogo a la pasión inflamada. Por eso dice el Señor por San Mateo (S. Mt. C. V) “todo el que tenga ira contra su prójima será reo de juicio”, y San Pablo escribiendo a los de Éfeso les dice (Eph C IV) “la indignación y la ira deben desaparecer totalmente de entre vosotros”.


EJEMPLO


En 1617 sufrió la Ciudad de Santo Domingo grandes y espantables terremotos; los vecinos despavoridos acudían a los templos, especialmente al de la Virgen de Mercedes, implorando clemencia.


Al poco tiempo cesaron los temblores, creyéndolo todos obra de la Santísima Virgen María. Debido a esto la proclamaron patrona de la isla de Santo Domingo y ofrecieron solemnemente celebrarle Función todos los años. (Id. Ib. p. 300).  


DÍA DUODÉCIMO


MEDITACIÓN

EFECTOS DE LA IRA


Casi siempre suelen ser abominables los efectos de la ira, el primero de los cuales es perder la paz del Señor y la que debemos tener con nuestros hermanos los hombres, y perdida la paz, y puestos en guerra, se derivan todos los horrores de la guerra. El Espíritu Santo nos dice que “ni la ira, ni el furor vehemente tienen misericordia” (Prov. C. XXVII). San Agustín nos previene que la ira con facilidad se convierte en odio, y este aumenta las cosas de tal manera que toma por viga lo que no es sino una simple paja (Regla). San Gregorio hace este relato del iracundo “el corazón acelera sus palpitaciones con los estímulos de la ira, el cuerpo se pone tembloroso, el rostro se enciende, los ojos se turban, la lengua se traba en sus clamores sin saber lo que dice (Apend. S. Th. 2a e 2a e; 9158 a 4). San Gregorio y Santo Tomás de Aquino dicen: que por la puerta de la ira entran muchos y grandes males: la inquietud, la indignación de la mente, las contiendas con el prójimo, las palabras confusas y desordenadas, y hasta injurias y blasfemias contra Dios (S. Th. 2a 2a e; 9158 a 7).


Porque así empieza la ira, turbando el pensamiento con los hervores impetuosos, revistiendo las cosas y ofensas de imaginación, desatando las lenguas en palabras injustas y produciendo graves y quizá no reparables daños. Se piensa mal, se murmura, se calumnia faltando gravemente a la caridad y a la justicia.


EJEMPLO


En los últimos años del siglo XVIII fue llamado un sacerdote a confesar a un caballero de importancia, el que, al llegar el sacerdote, se hallaba sin sentido. El sacerdote se retiró a celebrar una misa a la Santísima Virgen por el bienestar del enfermo. Terminada la misa fue avisado de que el enfermo había mejorado y pedía confesión.


Extrañado el sacerdote, el enfermo le dijo: padre, es pura bondad de la Santísima Virgen, a quien diariamente rezo el santo Rosario, por recomendación de mi madre moribunda. El caballero, que había dado graves escándalos, murió santamente. (Mes del Rosario, P. Garzón, 1924, p. 149).


DÍA DÉCIMO TERCERO


MEDITACIÓN 

POR LA PACIENCIA SE CONSERVA LA PAZ


Del todo contrario son los efectos de la paciencia y mansedumbre. La serenidad del juicio, la tranquilidad de porte y de conducta, el dominio sobre las pasiones en los momentos difíciles, suponen una fuerza sobrehumana,y dan, al mismo tiempo la categoría de alta superioridad a las personas que, por estos medios, mejor que por la ira y la venganza, logran dominio y triunfo en la vida. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra, dijo el divino Maestro (S. Mt. C. V)


Aprende a dominarte. Cuando recibas ofensas o injurias, en vez de pensar en iras y venganzas, piensa en lo que tú has ofendido a Dios y cómo Él te continúa amando; piensa en lo que los hombres ofendieron a Jesús, y cómo Él les hacía beneficios y cómo murió por todos, repite la frase del Padrenuestro: Perdónanos nuestras deudas así como perdonamos a nuestros deudores.


Fija tu consideración en Jesús que no se quejaba cuando lo maldecían; que fue a la muerte como manso cordero. Fija tu consideración en la Virgen María, que sufrió tanto de parte de los hombres, en su más grande amor, que era su Hijo, y con tanta paciencia pensando que así cumplía las disposiciones del cielo.


En Belén, en la huída a Egipto, en Egipto, en Nazaret, en Jerusalén, en toda Palestina, en el Calvario, cuánto no penaría la Virgen María… no hubo dolor semejante a su dolor, porque no hubo amor semejante a su amor entre las criaturas.


EJEMPLO


En 1685 los turcos invadieron Europa, ganaron varias batallas, llegaron a poner cerca a la importante ciudad de Viena. Momentos hubo en que los defensores creyeron su causa perdida, sosteniendo su esperanza con la continua invocación a la Virgen María. El 8 de septiembre de dicho año se hallaban los cristianos reducidos ya al último extremo. En esto reciben la noticia de que se acercaba un ejército polaco del mando de Sobieski para liberarlos, con lo cual se reanimaron. Sobieski hizo celebrar una misa a la Santísima Virgen oyéndola él de rodillas y rezando el Santo Rosario, después acometió a los turcos con estas palabras: “marchemos bajo la protección poderosa de la Madre de Dios”.


El resultado fue que Sobieski entró luego triunfador en Viena, que entusiasmante lo aclamaba su salvador (Id. Ib. p. 139).


DÍA DÉCIMO CUARTO


MEDITACIÓN

ELEVACIÓN DEL ALMA


Ay, alma mía, si tú supieras remontar el vuelo sobre las mundanas preocupaciones y subir a la legión alta y serena de las virtudes cristianas, encontrarías suavísimo deleite en la paciencia  llevada por amor de Dios; y la ira y sus efectos te infundieran honda repugnancia y aversión invencible.


Pero no pretendas alcanzar el absurdo de gustar el deleite de las virtudes, si no te alejas de los vicios y te sobrepones a las humanas vanidades. Sería pretender gozar el aire puro y fresco de las montañas desde inmunda charca de los vicios donde vivieras sumergida.


A Jesús, manso y humilde de corazón, a María, paciente y resignada en manos de la Divina Providencia, pídeles te concedan un corazón caritativo, suave y dulce, para que puedas alcanzar la gloria prometida de los mansos de corazón. Amén.


EJEMPLO


El 7 de octubre de 1571 será la fecha imborrable de los anales de la protección de la Santísima Virgen al pueblo cristiano. En él, y en el golfo de Lepanto los turcos, al mando de Selim II, intentaban apoderarse de Italia, después de haberse apoderado de varios puntos de Europa. Gobernaba la Iglesia, a la sazón, un Pontífice sabio y santo, San Pío V, ilustre hijo de Santo Domingo, y gran devoto del Rosario. El ordenó oraciones públicas en Roma con el rezo del Rosario. La batalla de Lepanto, a pesar de una mayoría asombrosa de los turcos, se decidió a favor de las armas cristianas. El Sto. Pontífice tuvo revelación del suceso. Y la Iglesia ha instituido, como recuerdo, la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias o del Santísimo Rosario.


DÍA DÉCIMO QUINTO


MEDITACIÓN

LA GULA PERJUDICA AL ALMA Y AL CUERPO


Comer y beber, alimentarse,lo ha de menester el hombre para vivir. Y como tiene obligación de mirar por su vida, la tiene igualmente de buscar sus alimentos por el trabajo, y amasar el pan cotidiano con el sudor de su frente, o la fatiga de su inteligencia.


El apetito de comer y beber es inclinación puesta por Dios en la naturaleza para excitarnos al trabajo, y conseguir el pan de cada día para nuestra conservación.


Gula no es el apetito de comer y beber, sino el desorden del apetito. Se ha de comer y beber para vivir; vivir para dar cumplimiento a nuestras obligaciones para agradar a Dios que las ha impuesto como medio de santificación y de salud eterna. Pero no se pueden invertir los términos sin pecado; no se han de poner como fin principal y supremo deleite los groseros placeres de la gula, sin desprecio del cielo, y grave ofensa de Dios, y pecado mortal del alma. De los que tal hacen escribe San Pablo que no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a su propio vientre, al que tienen por su Dios (Rom. C. XVI 18; Philip C. III 19).


Tres Avemarías para que la Virgen María, Redentora de cautivos, nos libre del cautiverio de los tres enemigos del alma: mundo, demonio y carne, y nos conceda la gracia que le pedimos. Avemaría...


EJEMPLO


El P. Almeida, en libro titulado Gemidos de la Madre de Dios, refiere que cierto día se le presentó en el confesionario una persona tan fuertemente ligada con una amistad criminal, que ella misma, creyéndose condenada, pensaba que era imposible cambiar de conducta, el padre le aconsejó que rezara el Santísimo Rosario por siete días consecutivos, al cabo de los cuales se le presentó de nuevo ya más sosegado el corazón, y en disposición de confesarse, pues ahora no creía imposible vencer sus tentaciones.


DÍA DÉCIMO SEXTO


MEDITACIÓN

MODOS Y EFECTOS DE LA GULA


Manifiéstase la gula de varios modos: por el apetito de manjares delicados; por las exigencias de condimentos exquisitos; por la insaciabilidad y precipitación en el comer y beber, dando idea de que se devora una presa más bien que se satisface una necesidad de la vida.


Las consecuencias de tal desorden vémoslas demasiado clara y frecuentes, por desgracia; la razón se entorpece y se hace inhábil para el buen discurso, y llega a perder el gobierno sobre la vida; se buscan y aceptan alegrías insanas y de baja ley; se cae en excesos de palabras descompuestas; en gestos y actitudes vituperables; y finalmente en obras de abyección y de vergüenza con daño gravísimo para la salvación del alma, y aún para la salud del cuerpo (S Th. 2a 2a b. 8,148). Y así los efectos de la gula, especialmente en el beber, degradan la moral y físicamente, y acaban con el bienestar de un sano y alegre vivir, echando sombras, tristezas y dolores sobre la conciencia y sobre la vida.


San Pedro nos dice: “sed sobrios y vigilad, porque vuestro enemigo, el diablo, como león rugiente anda dando vueltas buscando a quien devorar” (1Petr C. V).


Tres Avemarías para que la Virgen María, Redentora de cautivos, nos libre del cautiverio de los tres enemigos del alma: mundo, demonio y carne, y nos conceda la gracia que le pedimos. Avemaría...


EJEMPLO


Refiere el P. Juan Revello, de la Compañía de Jesús, que conoció a un hombre que durante cincuenta años había multiplicado sus pecados, sin confesarse nunca.


Dios le envió una larga enfermedad que lo ablandara y un religioso que lo auxiliase; el enfermo, al fin, se confesó. El religioso le preguntó si había observado o cumplido alguna devoción en su vida, que explicase algo la gran misericordia que Dios hacía con él. El enfermo contestó que todos los días rezaba el Santo Rosario; por lo cual comprendió el buen religioso que la misericordia de Dios había sido alcanzada por la Sma. Virgen María (Id. Ib., p. 335).


DÍA DÉCIMO SÉPTIMO


MEDITACIÓN

LA TEMPLANZA ES SALUD DEL ALMA Y DEL CUERPO


La templanza o sobriedad en la bebida es salud para el alma y para el cuerpo (Rom XIII, 13). San Pablo nos amonesta que no andemos en comidas y ebriedades, sino que mortifiquemos los deseos de la carne, y nos vistamos de nuestro Señor Jesucristo (Rom XIII, 13). Como varón frugal toma de lo que te presenten, no sea que te odien viéndote comer en demasiado nos dice la Sagrada Escritura (Eclc. XXXI, 19). Legumbres y agua pidió el profeta Daniel cuando le presentaban manjares delicados en el palacio real de Nabucodonosor de Babilonia (Dan I, 12). El reino de los cielos, nos dice San Pablo (Rom XIV, 17), no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. Y en carta al Obispo Tito le dice que aconseje a los ancianos y a los jóvenes que sean sobrios (And Tit C II 26).


Consideremos a la Virgen María, Madre de Dios, viviendo en la más grande pobreza. Siendo Esposa de un pobre y humilde carpintero no había de tener manjares delicados en su mesa. En cambio, si se vio obligada a comer el duro pan del destierro en Egipto por las crueldades de Herodes. Pero Ella sabía que Dios llena de bienes a los hambrientos, y deja pobres a los ricos (S. Lc. I 53).


Tres Avemarías para que la Virgen María, Redentora de cautivos, nos libre del cautiverio de los tres enemigos del alma: mundo, demonio y carne, y nos conceda la gracia que le pedimos. Avemaría...


EJEMPLO


Santa Matilde, leyendo un día estas palabras que el divino Salvador agonizante dirigió a su Madre, “mujer, he ahí a tu hijo”, pidió a Dios que le hiciese la misma gracia que  concedió a San Juan, y que dijera a la Santísima Virgen: “mujer, he ahí a tu hija”. El Señor la oyó, y ella tuvo el gran placer de oír la voz de Jesús que la recomendaba a su madre. 


Pidamos todos a Jesús que nos encomiende a su Madre Santísima, y procuremos hacernos dignos de tan grandes favores, agradando a tan excelsa Madre. (Id. Ib., p. 378).


DÍA DÉCIMO OCTAVO


MEDITACIÓN

IMITEMOS AL MAESTRO


Consideremos el ejemplo del Divino Maestro que eligió una Madre humilde y pobre, y vivió en hogar donde el pan de cada día era amasado con el sudor de un humilde carpintero, que pasó cuarenta días de riguroso ayuno en el desierto, y que en la hora de su agonía, crucificado, diéronle a beber hiel con una justa y debida abstinencia. Pues el alma vence así más fácilmente las pasiones, y se prepara para recibir la gracia de Dios, y practicar las virtudes; y el cuerpo se ve libre de muchas enfermedades que tienen su origen en hartura y abundancia. Oh alma mía, imita en lo posible a estos altos ejemplos de sobriedad; Jesús y María, como han hecho los Santos. El gran apóstol Santo Domingo de Guzmán ayunaba de continuo, y no contento con esto, dábase todas las noches tres disciplinas hasta que la sangre llegaba a enrojecer la tierra.


Por la mortificación de la carne y sus concupiscencias debes prepararte a llevar a Cristo en tu cuerpo, y a ser templo vivo del Espíritu Santo (Cor. C III, 16), para merecer más tarde el premio de la gloria. Amén.


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EJEMPLO


San Carlos Borromeo profesó siempre gran devoción a la Santísima Virgen María, a quien rezaba todos los días el Rosario y el oficio. En su catedral erigió capilla y cofradía del Rosario; mandó colocar en la puerta principal de todas las iglesias de su diócesis una imagen de María Santísima, para dar a entender al pueblo fiel que nadie entrará en el templo eterno de la gloria si no le abre María, que es la puerta del cielo. (Id. Ib. p. 406).


DÍA DÉCIMO NONO


MEDITACIÓN

LA ENVIDIA ES MUERTE DE LA CARIDAD


Tristeza o pesar del bien ajeno es la envidia. Para formamos idea exacta de cuando la tristeza, o el pesar del bien ajeno, constituye envidia y pecado, oigamos al padre San Gregorio que dice: “puede suceder muchas veces que, sin perder la caridad, nos alegremos de la ruina del enemigo, y sin caer en envidia, nos de tristeza y pesar su gloria. Esto será cuando veamos que con la ruina del enemigo algunos justamente levantarán la cabeza, y con la prosperidad de él muchas serán injustamente oprimidos. (Apud S. Th. 2a 2a e 9 36 a 2).


Santo Tomás de Aquino precisa y dice: “envidia es tristeza o pesar del bien ajeno que, por exceder al nuestro, oscurece y disminuye nuestra gloria y nuestra excelencia” (S. Th. ibid).


La tristeza no se ha de tener sino de lo malo; y malo para él juzga el envidioso el bien ajeno, porque desea poseer, y triunfar y gozar sobre todos. De ahí la tarea destructora que se impone , pues para él no hay riqueza bien habida, ni honra ni mancha, ni triunfo legítimo, ni mérito sin discusión, ni alabanza que sea justa, ni gloria que deba ser perdurable.


Y él mismo vive en tormento, pues “la envidia abrasa el corazón, seca las carnes, fatiga el entendimiento, roba la paz de la conciencia, hace tristes los días de la vida, y destierra del alma todo contentamiento y toda alegría (V. P. Granada, Guía de pecadores Lib II c. VII).


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EJEMPLO


En 1859 se murió el Cura de Ars, hoy San Juan Bta. Vianney. Al tomar posesión de la parroquia, Ars la encontró como tierra inculta, cubierta de abrojos y espinas. La gente fría, la juventud mundana. El Sr. Cura oraba, lloraba, predicaba. Empezó a rezar el Sto. Rosario todas las tardes en la iglesia. El primer día le acompañaron dos personas; poco a poco fue aumentando la concurrencia. De pronto se destacó un joven como modelo de piedad; le siguieron los otros. Por fin, el pueblo cambió completamente en su aspecto religioso, ya no parecía tierra inculta llena de abrojos y espinas, sino huerto cultivado en el cual se admiraban las flores y frutos de la santa fe católica (P. Álvares, Glorias del Rosario, p. 45).


DÍA VIGÉSIMO


MEDITACIÓN

SEÑALES Y EFECTOS DE LA ENVIDIA


Como dice el más grande sabio doctor de la iglesia, Santo Tomás de Aquino (S. Th. 2a 2a e 9-36 a 2) “el envidioso se dedica a disminuir la gloria ajena, unas veces secreta y cobardemente con la murmuración escondida, otras de un modo manifiesto con la pública detracción, sin que pueda disimular la tristeza de los biene, ni el deleite en los males del prójimo. Y como el deleite produce amor, y la tristeza odio, ama el mal y odia el bien del prójimo, terminando con odiar a la misma persona, lo cual es la muerte de la caridad”. Maestros en la murmuración son los envidiosos, por lo mismo que mucho la ejercitan, aparentan que sólo al bien público y a la santidad de la religión miran en sus palabras.


Este es uno de los pecados más poderosos y perjudiciales que hay, y que más extendido tiene su imperio por el mundo, especialmente por las cortes y palacios, y casas de señores y príncipes; aunque ni deja universidades, ni cabildos, ni religiones por donde no corra (V. P. Grandada ibid).


Sus efectos llegan a los más graves extremos. Por la envidia del diablo entró la muerte en el orbe de la tierra (S. P. II 24

). Por envidia Caín mató a su hermano, el justo Abel (Gen. c. IV, 8). Por envidia Saúl persiguió de muerte a David (Ceu c. XXVII, 4). Y hasta en el mismo Redentor puso sus manos la envidia que lo calumnió, persiguió, atormentó, y, por fin, lo hizo morir en una cruz.

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EJEMPLO


Al llegar un misionero a un pueblo preguntó al Sr. Cura si no habría en el lugar alguna alma piadosa en cuyas oraciones pudiera fiarse el buen éxito de la misión. Le fue indicada una pobrecita, mendiga, anciana contenta con su pobreza, que ordinariamente iba a rezar el Rosario a la Iglesia. La llamó el misionero y le encargó que mientras él predicara rezara el Rosario a su intención.


La misión se terminó con muy copioso fruto, y como el Sr. Cura diera las gracias al P. misionero, este le respondió: “es la pobrecita mendiga a quien usted debe agradecer los frutos de esta misión” (Id. Ib. p. 89).


DÍA VIGÉSIMO PRIMERO


MEDITACIÓN

LA CARIDAD VIDA DEL ALMA


Por ser descendientes de los mismos padres, somos todos hermanos, miembros de la familia humana. Pero, más especial y estrechamente somos hermanos por haber sido redimidos por Ntro. Señor Jesucristo, y pertenecer a la familia cristiana. El primero es parentesco fundado en la sangre de Adán y Eva, el segundo lo es fundado en la sangre de Dios humanado y en la divina gracia. Somos todos miembros de un mismo cuerpo místico, cuya cabeza es Cristo.


Pues ley de vida es que los miembros se favorezcan unos a otros, y se pongan unos a otros, y se pongan a morir por su cabeza. Los pies no se rebelan contra las manos porque éstas sean más nobles, ni las manos pueden despreciar los indispensables oficios de los pies. Cuando un miembro cualquiera está herido, todos sienten el mal y el dolor, así como bien y el gozo cuando se pone bueno.


Monstruos es que en el cuerpo místico cristiano, unos miembros envidian a otros, y les deseen y procuren el mal, y en ellos se gocen.


Por eso, alma mía, “a ningún hombre del mundo aborrezcas, a tus amigos ama en Dios, y a tus enemigos por amor de Dios, el cual, siendo tú primero su enemigo, te amo tanto, que por rescatarte del poder de tus enemigos, puso su vida por ti. Y aunque el prójimo sea malo, no por eso debe ser aborrecido, antes en este caso debes imitar al médico, el cual aborrece la enfermedad y ama a la persona” (V. P. Granada, Lib M. C. VII).


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EJEMPLO


El 19 de mayo de 1870, por la tarde, los batallones cercaron el Colegio de los PP. Dominicos de Arcueil, en París.


El Superior, P. Captier, presintió lo peor, y bendijo a sus religiosos así “Bien véis lo que sucede y lo que podemos esperar; si es preciso morir, muramos como cristianos. Adiós, y que la bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo descienda sobre vosotros y permanezca siempre”.


Por varios días sufrieron ludibrios, cárceles y tormentos las mujeres, rifle en mano pedían fusilar a los inocentes religiosos. 


Ellos se fortalecían con el rezo de oraciones y principalmente del Rosario. Por fin, el 25 del mismo mes les llegó la hora; el superior les habló estas breves palabras: “vamos, amigos míos, a morir por amor a Dios”.


Y así fue, habiendo conseguido por la intercesión de María Santísima la fortaleza para el martirio. (Id. Ib. p. 89).


DÍA VIGÉSIMO SEGUNDO


MEDITACIÓN

EL PROGRAMA DEL AMOR


La caridad es amor de Dios y amor del prójimo. Y si alguno dice: “yo amo a Dios”, y tuviere odio contra su prójimo, es mentiroso. Pues si no ama a su hermano a quien ve, ¿cómo ha de amar a Dios a quien no ve? (I Joan c. IV 20)


Imita oh alma cristiana, en hacer el bien, a la Santísima Virgen María que, viviendo gloriosa en el cielo, se apiadó de los cristianos presos y encarcelados en las duras y terribles mazmorras de los infieles, e inspiró a San Raimundo de Peñafort la fundación de la Orden de la Merced, o de Redención de cautivos.


Imita al Divino Maestro que nos amó hasta la muerte, y muerte de Cruz, dándonos su vida; y se nos da, Dios y Hombre, en mantenimiento en la Santa Eucaristía. El programa del amor está en aquellas palabras que, estando por expirar, dijo el Señor sobre sus enemigos: “Padre, perdónalos,que no saben lo que hacen” (S. Lc. c. XXIII, 34).


Endereza por este camino tu amor, para que puedas decir a Jesucristo: Señor, he practicado el amo como tú lo has enseñado con tu doctrina y con tu ejemplo, y confío que ahora en la eternidad seas tú mi amor, mi vida y mi gloria. Amén.


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EJEMPLO


Fue por los principios del siglo presente (siglo XX): Monseñor Dupanloup, Obispo de Orleans, cuenta lo siguiente: recuerdo haber presenciado en mi vida un ejemplo de la eficacia del Ave María que no se me olvidará jamás. Me hallaba junto al lecho de agonía de una señora, de 20 años, procedente de muy linajuda familia francesa. Oh hija mía, qué golpe, le dije. Ella me respondió: ¿Es que no creéis que voy al cielo? Tengo mucha esperanza, le dije. Y ella respondió: yo tengo seguridad, porque he cumplido el consejo de usted. El día de la primera comunión nos recomendó usted que rezáramos el Ave María, y que la rezáramos bien; lo he cumplido siempre; y desde hace cuatro años no he omitido un solo día el santo Rosario.


El marido, los padres, todos estábamos consternados; solo ella estaba tranquila, despidiéndose de nosotros con una muerte celestial. (Id. Ib. p. 106).


DÍA VIGÉSIMO TERCERO


MEDITACIÓN

LA PEREZA ES CONTRARIA EL BIEN DIVINO


Como la envidia es contraria al bien del prójimo, la pereza lo es al bien divino (S. Th. 2a 2a e 9 35 a 2). La pereza produce tibieza que a su vez, oprime al ánimo, como dice el Damasceno (S. Th. loc ctf), quitándole la voluntad de hacer el bien, y cayendo en culpable reposo, o en vagancia. 


Y esta depresión del ánimo para el bien obrar, adquiere más fuerzas tratándose de cosas de Dios, las que, por ser espirituales, no excitan los sentidos, ni hieren la fantasía, ni tienen el estímulo y acicate de la pública opinión, adversa y no propicia, de ordinario.


Los Proverbios nos dicen: “por temor al frío no quiere arar el perezoso: tendrá que mendigar en el estilo y nadie le dará” (Prov. e. VI XIII XXIV XXVI XXIII). El que trabaja su tierra tendrá abundancia de pan; más el perezoso es muy necio”; “quiere y no quiere el perezoso, y para no ir a ningún trabajo, dice: hay leones en el camino”. “Pasé por el campo del perezoso, y vi la viña del necio: las ortigas lo llenaban todo, las espinas cubrían la tierra y las cercas de piedra estaban arruinadas”. “Vete a ver la hormiga, oh perezoso, y fijate en sus costumbres, y toma lecciones de su sabiduría”. “Hasta cuando estarás durmiendo tú, oh perezoso? cuando te levantarás de tu sueño?”.


Estas sentencias del Espíritu Santo tienen sentido espiritual para la vida del alma, además del sentido obvio que da la letra. Y así debes entenderlas, alma cristiana. 


Tres Avemarías para que la Virgen María, Redentora de cautivos, nos libre del cautiverio de los tres enemigos del alma: mundo, demonio y carne, y nos conceda la gracia que le pedimos. Avemaría...


EJEMPLO


A principios de siglo se convirtió al catolicismo el rey Mataafa de Samoa, al Este de Australia. Un día se le pidió que se dejara retratar para dar su fotografía a los cónsules extranjeros. Como estuviera rezando el Rosario cuándo llegó el fotógrafo así se colocó delante de la máquina; se le hizo observar que se retrasara sin ningún emblema religioso, como era costumbre de sus antepasados. El contestó: ellos no eran cristianos, pero yo sí lo soy. (Id. Ib. p. 195).


DÍA VIGÉSIMO CUARTO


MEDITACIÓN

DAÑOS DE LA PEREZA


Para que veas cómo aún de la pereza de las cosas temporales se originan gravísimos daños para el espíritu, oye lo que dice tu Dios por el profeta Excequiel: “esta fue la iniquidad de Sodoma tu hermana: la soberbia, la hartura y la abundancia de pan; el ocio y sus consecuencias, sin que alargase su mano al pobre y desvalido” (Ecq. c. XVI, 49).


Santo Tomás de Aquino razona y explica, diciendo: (S. Th. 2a 2a e 1 35 a 4 ad 2 a m) Nadie puede permanecer mucho tiempo sumergido en la tristeza sin buscar cosas deleitables. Y los que no hallan deleite en las cosas del espíritu buscando en las del cuerpo, vienen a caer en graves males. Como la pereza engendra tristeza sobre las cosas del espíritu, y ésta cause odio y aborrecimiento, terminan los perezosos en odiar y aborrecer lo espiritual, y, cayendo en la desesperación de conseguir el bien de la gloria, se sienten pusilánimes y cobardes no solo para practicar las virtudes arduas y difíciles, sino también para cumplir los preceptos más llanos y suaves. Pretendiendo hallar cosas deleitables con que alegrar la vida, caen en desórdenes, orgias y pecados. Hasta el poeta gentil enseña que “el cuerpo por los excesos de las orgias del día anterior embrutece y arrastra por el fango esta partícula de la inteligencia divina” (Horario cot. Up. A López Peláez loc. cic.). 


EJEMPLO 


Los sumos pontífices han instado siempre al pueblo cristiano para que acuda a la Santísima Virgen María con oraciones, con el fin de alcanzar la misericordia de Dios. 


Recomendado el Santísimo Rosario, se conservan dos constituciones de Sixto IV, dos de Inocencio VIII, una de Alejandro IV, una de Julio II, dos de León X, una de Adriano VI, cinco de Clemente VI, tres de Paulo III, cinco de San Pío V, veintiocho de Gregorio XIII, tres de Sixto V, una de Gregorio XIV,  cuatro de Urbano VIII, una de Inocencio X, nueve de Alejandro VII, dos de Clemente IX, cinco de Clemente X, nueve de Inocencio XI, una de Alejandro VIII, dose de Inocencio XII, cuatro de Clemente XI, una de Inocencio XIII, diez de Benedicto XIII, cuatro de Clemente XII, una de Benedicto XIV, tres de Clemente XIII, cinco de Clemente XIV, nueve de Pío VI, dos de Pío VII, una de León XII, siete de Gregorio XVI, once de Pío IX, quince de León XIII, una de Pío XI. Esto sin contar los Rescriptos Pontificios, que son innumerables, ni las últimas recomendaciones de Pío XI y Pío XII. Por eso aquí se verá como ponen los sumos pontífices su confianza en la Santísima Virgen María. (Id. Ib. p. 198).


DÍA VIGÉSIMO QUINTO


MEDITACIÓN

EL BIEN DE LA CARIDAD


Nada hay áspero, ni difícil para el amor que todo lo sufre y todo lo soporta. Por amores humanos, que se apoyan en ilusiones más que en realidades, hacen los hombres cosas estupendas, y sufren trabajos que al sufrirlos por Dios, los convertirían en santos mártires. Amor y pereza no se armonizan. El que ama es diligente para servir a la persona amada. El que ama a Dios sirve a Dios, guarda sus mandamientos, practica el culto, y hace cuánto sabe que le agrada. Quien ama al prójimo le sirve y le hace el bien que puede, de manera especial en las cosas espirituales, esta es la ley del amor.


San Pablo dice: “la caridad es paciente, benigna, no envidiosa, no busca su bien, no se irrita, no piensa mal, no se alegra de lo malo, se goza con la verdad: todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. La caridad nunca muere” (I Cor. c. XIII, 4).


Para vencer la tentación de la pereza y moverte a practicar el bien, considera, alma cristiana, cuántos trabajos pasó Cristo por ti desde el principio hasta el fin de su vida; cómo pasaba las noches sin sueño, haciendo oración por ti; cómo se ocupaba siempre en las cosas que pertenecían a nuestra salud, y sobre todo esto, cómo en el tiempo de su pasión llevó sobre sus sacratísimos hombros, cansados de los muchos trabajos pasados, aquel grande y pesado madero de la Cruz. Pues si el Señor de la Majestad tanto trabajó por tu salud, cuánto será razón trabajes tú por la tuya?


EJEMPLO


El P. Alfonso de Zamora refiere que San Luís Beltrán, apóstol y taumaturgo dominico de las Américas, dio en Valencia a una señora principal un rosario que había llevado a América diciéndole: “tened en gran reverencia este rosario, porque en las Indias ha sanado enfermos, convertido pecadores y aún pienso que ha resucitado muertos”. A otra persona espiritual  le dijo: “Dios me ha hecho esta merced, que con este rosario he resucitado muertos”. En la Bula de Canonización se dice que con el rosario salvó a un náufrago, llamado Santiago Rafael Francés, que por un día y dos noches estuvo nadando en el mar, y a quien el Santo esperó en la orilla con vestido y alimentos, porque sabía que allí iba a llegar.



DÍA VIGÉSIMO SEXTO


MEDITACIÓN

EL AMOR HACE DULCES LOS SUFRIMIENTOS


Mira cuántos trabajos sufrieron los apóstoles cuando fueron por todo el mundo predicando; cuánto sufrieron los mártires; cuánto los confesores; cuánto las vírgenes; cuánto todos aquellos Padres que vivían apartados en los desiertos, y cuánto, finalmente, todos los santos que ahora reinan con Dios, por cuya doctrina y sudores, la fe católica y la Iglesia, se dilató hasta hoy. (V. P. Granada Guía Lib. II c. X).


El glorioso confesor apóstol de Cristo Domingo de Guzmán, pasaba los días predicando a los herejes, y las noches en oración delante del Santísimo Sacramento (Vida de Santo Domingo), imitando la conducta del Salvador del mundo, que predicaba y hacía milagros de día, y pasaba las noches en oración de Dios.


Cuando te fatigaren los trabajos toma este remedio: no compares el trabajo de la virtud con el deleite del vicio contrario, sino la tristeza que ahora sientes en la virtud con la que sentirás después de haber pecado, y la alegría que puedes tener en la hora de la culpa con la que tendrás después en la gloria (V. P. Granada loc. cic.).


Acude a la Santísima Virgen María, tan diligente para cumplir las prescripciones del Antiguo Testamento, aunque a Ella no le obligaran; tan solícita en atender a su Hijo, en buscarle cuando le perdió, en acompañarle en la hora durísima del Calvario, para que Ella te alcance de Dios el gozo en el bien obrar, y con tus virtudes vayas tejiendo tu corona para el cielo. Amén.


EJEMPLO


Una de las más claras formas en que la santísima Virgen nos prueba cuánto es lo que se interesa por nosotros, como Madre de gracia y misericordia, la tenemos en la milagrosa ayuda que dio a su siervo Santo Domingo de Guzmán cuando predicaba contra los errores y herejías, sobre la fe católica. La Santísima Virgen María se le aparece y lo consuela, y lo instruye cómo ha de ejercitar el apostolado para lograr la conversión de los pecadores, inspirándole el Santísimo Rosario. Con esta arma venció Santo Domingo a miles y miles de herejes, ganados para la verdad y el santo amor de la fe católica. Y después en el correr de los siglos, almas incontables han subido al cielo, merced a tan saludable devoción, debida a la gracia y misericordia de la Santísima Virgen María.


DÍA VIGÉSIMO SÉPTIMO


MEDITACIÓN

DEBEMOS APARTARNOS DE LOS VICIOS 


Puesto que de vicios y virtudes hemos venido tratando en este MES DE LA VIRGEN DE MERCEDES, no será fuera de propósito terminarlo con meditaciones sobre el vicio, y sobre la virtud, para que clara y palpablemente se convenza el hombre que es la senda de la virtud, y no la del vicio, la que debe seguir sin desmayo.


Aunque hay muchas razones que persuadan al hombro huir del vicio, vamos a poner solamente dos que tienen cierto carácter fundamental. 


La razón es la guerra y desasosiego interior en que viven los malos (V. P. Granada Guía Lib. I CXX I).


Pues como ellos por una parte carezcan de gracia, que es el freno con que se mortifican las pasiones, y por otra tengan tan desenfrenado y suelto el apetito, que apenas saben que cosa sea resistirle en nada, de aquí nace que viven con infinitas maneras de deseos de cosas diversas, unos de honores, otros de oficios, otros de privanzas, otros de dignidades, otros de haciendas y otros de diversas dignidades, otros de haciendas y otros de diversas maneras de pasatiempos y deleites. Y como no todas las veces pueden alcanzar lo que desean, de aquí vienen a perturbarse y acongojarse de la manera que hace el niño goloso y regalado, que cuando le niegan lo que pide llora y patea y está para reventar. Y como este apetito sea ciego, y no haga diferencia de lo que pueda y no pueda alcanzar desea muchas veces lo imposible, y como el apetito quiere y no puede, codicia y no alcanza, tiene hambre y no hay quien le dé de comer, y muchas veces tiende los brazos en balde, y madruga de mañana y nada consigue, y, a veces, subiendo ya por la escalera lo derriban de los muros abajo, y le quitan de las manos los que parece que ya tenía; de aquí procede el morir, y el reventar, y el acongojarse, y despedazarse dentro de sí mismo por verse tan alejado de lo que desea.


Y acaece en este género de cosas otra más para sentir, y es que, a veces, consiguiendo el hombre lo que parecía iba a hacerle dichoso, se le mete un nuevo deseo en la cabeza, y si no lo alcanza, sufre más con esta sola cosa que no tiene, de lo que goza con todo lo demás que tiene. Bien dijo el profeta Isaías (Is. c. LVII): “el malo anda en tormenta que no puede tener reposo”. Esto mismo es lo que significó Dios (c. X) hablando contra la soberbia y potencia del rey de los asirios, diciendo: que Él pondría flaqueza en medio de su grosura, y fuego debajo de su gloria para que ardiese. Por donde se ve cómo sabe Dios dar un barreno al navío que navega prosperamente, y poner flaqueza en medio de la fortaleza, y ruina en medio de la prosperidad.


EJEMPLO


Si alguno dudare de la protección de la Santísima Virgen María sobre los hombres, no tiene más que hojear un poco la historia religiosa, y verá cómo la Santísima Virgen favorece sin cesar, y en todos los lugares a los hombres.


Prueba evidentemente de ello son incontables Santuarios establecidos en toda la redondez de la tierra, que son otros tantos tronos de gracia y misericordia. No habrá nación católica ninguna, por pequeña que sea, que no cuente con uno o más Santuario de tan bondadosa Madre. Recordemos, entre los antiguos, El Pilar, Guadalupe y Covadonga en España; Guadalupe en Méjico; Ntra. Sra. de los Ángeles en Costa Rica; Chiquinquirá en Colombia; y entre los más modernos, Lourdes en Francia y Fátima en Portugal. Los Santuarios de la Sma. Virgen María son tronos de gracia y misericordia para la humanidad.


DÍA VIGÉSIMO OCTAVO


MEDITACIÓN

DEBEMOS APARTARNOS DE LOS VICIOS


La razón es la servidumbre en que viven los malos (V. P. Granada Id. I. 6 CXVIII XIX)


La más abominable cosa que hay en el tormento del infierno, y peor y más abominable es el pecado, que es causa de ese tormento. Y éste son siervos y esclavos los malos, pues quien comete pecado, esclavo es siervo del pecado. ¿Pues que servidumbre puede ser más abominable que ésta? Y no solo es siervo del pecado, más también de los principales atizadores y movedores del pecado que son el demonio, el mundo y nuestra propia carne. Y con ser esta una cosa, por una parte tan monstruosa y tan lastimera, y por otra tan usada, pasamos por ella ligeramente, sin que nadie se pasme de tan gran desorden por estar el mundo desordenado. Pues, como dice San Bernardo, no se siente el hedor abominable de los vicios por ser tantos los viciosos. Así como en la tierra donde todos nacen negros no se tiene por injuria serlo, y donde todos son generalmente beodos, no se tiene por deshonra la embriaguez, siendo cosa tan vil; así, como en todo el mundo haya tanta monstruosidad, apenas hay quien lo conozca por tal. 


Si toda la dignidad del hombre consiste en dos cosas, que son; razón y libre albedrío, que cosa más contraria a lo uno y a lo otro que la pasión que ciega el juicio, y lleva detrás de sí el libre albedrío. 


Esta es la miserable servidumbre en que viven; ¿con quién se consuelan en sus trabajos?, ¿a quién se acogen en los peligros?, ¿a quién dan parte en sus penas? y, finalmente, ¿cómo pasan los trances de esta vida los que no tienen el recurso de Dios? 


Vuélvete ahora, alma mía, hacia el Consuelo de los tristes y Redentora de cautivos, la Virgen de Mercedes, para que puedas vivir libre de los monstruos de los vicios, con la alegría y santa libertad de los hijos de Dios. Amén. 


EJEMPLO


La divina Providencia ha querido que la devoción a la Santísima Virgen con la advocación de Mercedes se expandiera y arraigara desde el principio por este nuevo mundo, descubierto y evangelizado por España, juntamente con otras advocaciones principales, como la de la Virgen de Guadalupe, de la Virgen del Rosario, del Carmen, etc. 


Concentrándonos a Centroamérica hallamos que hay importantes iglesias dedicadas a la Virgen de Mercedes;  en Guatemala; San Salvador, León, Granada, Matagalpa en Nicaragua; San José CR, a parte de muchas devociones florecientes en otras iglesias que no la tienen por titular.  


En San José de Costa Rica es digno de notar que las cuatro parroquias están dedicadas a títulos de la Santísima Virgen María: La Merced, El Carmen, La Soledad y La Dolorosa. 


Todo esto nos dice que debemos poner nuestra confianza en la Santísima Virgen María, y rendirle culto a imitación de nuestros antepasados.  


DÍA VIGÉSIMO NONO


MEDITACIÓN

DEBEMOS SEGUIR EL CAMINO DE LA VIRTUD


Podemos considerar dos motivos generales que tenemos para seguir la virtud, a saber, los títulos que ella posee y los privilegios que ella concede.


Títulos de la Virtud


El primer título es excelencia de Dios a quien se sirve con la virtud, porque si acatamos y reverenciamos a un rey, aunque esté fuera de su reino, donde ningún beneficio recibimos de él, por sola la dignidad real de su persona, ¿cuánto más se deberá esto a aquel Señor que, como dice San Juan, lleva escrito en su vestidura y en su muslo REY DE LOS REYES Y SEÑOR DE LOS SEÑORES? Si cuanto una persona más excelente y más alta, tanto se le debe mayor reverencia, necesariamente se sigue que, siendo la excelencia de Dios infinita, de donde se infiere que todo lo que falta a nuestro amor y reverencia para llegar a esta medida, falta para lo que se debe a la dignidad de esta grandeza. 


El segundo título lo forman los beneficios divinos, entre los cuales hemos de considerar como fundamento de toda nuestra creación, pues todos los demás se apoyan en éste; para que por aquí vas cuán grande es y cuán digno de ser y cuán digno de ser agradecido. Otro beneficio es la conservación de la vida, pues si Él dejara de tener providencia sobre nosotros, al punto nos volveríamos nada. Si mucho le debemos porque en un punto nos crió, no le debemos menos porque en tantos nos conserva. Otro beneficio es la copiosa e inestimable redención obrada por Cristo para rescatarnos del poder del demonio y de la pena del infierno. ¿Quién, al considerar ésto, no cerrará los ojos de su entendimiento y abrirá los senos de su voluntad para que ella sienta la grandeza de este amor y beneficio, y ame cuanto pudiere, sin tasa y sin medida? Otro beneficio es la justificación que nos encarece el evangelista San Juan, diciendo: “mirad, qué tan grande es el amor que Dios nos tiene, que nos levantó a tanta honra que nos llamemos hijos de Dios, y lo seamos” (I Juan c. III).

Por la justificación se reforma el hombre interior de malo en bueno, se despoja de Adán y se viste de Jesucristo; de merecedor del infierno se hace legítimo heredero del cielo. Otro beneficio es el de la elección para la vida perdurable, ante todo merecimiento de parte el de la elección para la vida perdurable, ante todo merecimiento de parte del hombre. Pues cuán obligado estará a servir a Dios por un tan grande beneficio como es tenerlo escrito en aquel libro que el Señor dijo a sus apóstoles: “no os alegréis porque los espíritus malos os obedecen, sino alegraos porque vuestros nombres están escritos en el cielo” (S. Lc. c Z).


El tercer título lo forman las postrimerías: muerte, juicio, infierno y gloria. Pues nos obligan a la virtud: la muerte porque es cierta, cotidiana y familiar; el juicio por el rigor con que ha de pasar; el infierno, por las atroces penas con que nos amenaza, y la gloria por los bienes sin fin con que nos halaga y brinda.


EJEMPLO


Un buen ejemplo de las cotidianas mercedes que nos alcanza la Santísima Virgen María lo constituye la devoción que le profesa la ciudad de León de Nicaragua, bajo la advocación de Ntra. Sra. de Mercedes; en calamidades de pestes, de sequías, de guerras, de enfermedades, en lo público; y en mil y mil trances difíciles de la vida, en el orden moral, en lo particular y privado, ha sido evidente y palpable el auxilio de la Santísima Virgen de Mercedes.


Así se explica que la ciudad con sus autoridades civiles al frente pidieran al Excmo. Sr. Obispo Mons. Pereira y Castellón, de grata memoria, que la declarase Patrona de la Ciudad, como así sucedió; que todos los sábados del año tenga misa solemne, a gran orquesta, gratuita, a las cinco y cuarto de la mañana, con templo lleno de fieles; que su mes de septiembre, y sobre todo su fiesta, el 24 del mismo mes, se celebre con gran solemnidad por todas las clases sociales, con una comunión de setecientos hombres y de novecientas mujeres, en misas separadas; que el último año, 1943, toda la prensa diaria local pidiera que fuese declarado día festivo el 24 de septiembre; que a su trono vengan a pedir la bendición nupcial los desposados; y las familias a encargar sufragios por sus queridos difuntos, y todos a pedirle remedio para sus necesidades. 


DÍA TRIGÉSIMO


MEDITACIÓN

DEBEMOS SEGUIR EL CAMINO DE LA VIRTUD


Privilegios que concede la virtud


A los títulos que de suyo presenta la virtud, podemos añadir los privilegios que concede, de los cuales el primero es la providencia especial que Dios tiene de los buenos para encaminarlos a todo bien, y que sobrepuja a todos los amores y providencias que todos los padres de la tierra tienen y pueden tener a sus hijos. La razón de esto es porque ningún padre hasta hoy atesoró, ni aparejó tanto bien a sus hijos cuanto Dios tiene aparejado y prometido a los suyos, que es la participación de su misma gloria.


Otro privilegio es la gracia del Espíritu Santo, que se da a buenos. Y si me preguntas qué cosa es gracia, digote que  gracia, como declaran  los teólogos, es una participación de la naturaleza divina, esto es, de la santidad, de la bondad, de la pureza y nobleza de Dios. Esto declaran los Santos en el ejemplo del hierro, sale de ahí todo abrasado y resplandeciente como el fuego mismo.


Otro privilegio es una especial lumbre y sabiduría que nuestro Señor da a los justos. Si es verdad que por la gracia se aposenta Dios en el alma del justo, y Dios, como dice San Juan (I Joan. c III, 8), es lumbre que alumbra a todo hombre que viene a este mundo, claro está que, cuanto más pura y limpia halle el alma, más resplandecerán en ella los rayos de su divina luz, como lo hacen  los del sol en un espejo muy acicalado y limpio.


De este privilegio se derivan otros muchos, como son las consolaciones del Espíritu Santo que se dan a los buenos, la alegría de la buena conciencia, la esperanza de la divina misericordia, la verdadera libertad, la quietud interior, el consuelo que se recibe en las tribulaciones, y, finalmente, la dicha y alegría que lleva consigo la muerte del justo.


Muévete pues, alma mía, estos Títulos y Privilegios para caminar por la senda de la virtud, para lo cual debes pedir a la Santísima Virgen María, Redentora de cautivos y Dispensadora de Mercedes, que te ayude y fortalezca en tus vacilaciones; y llevándote de la mano por la senda de la virtud en la vida, te acompañe al cielo en la hora de la muerte. Amén.


EJEMPLO


Sea este ejemplo de carácter anónimo, múltiple y universal. Anónimo porque no se nombra a ninguna persona; múltiple y universal; porque bien puede referirse a todas las Mercedes que la Santísima Virgen ha concedido a todos y a cada uno de nosotros.


¿Quién hay que no tenga que agradecer innumerables beneficios a la Santísima Virgen María en sus diversas advocaciones? ¡Cuántas lágrimas enjugadas, cuántas curaciones obtenidas, cuántas tristezas consoladas, cuántos dolores mitigados, cuántas dificultades solucionadas! De este punto de vista todos  podemos ser, ciertamente, ejemplos vivos no de una, sino de innumerables mercedes recibidas de nuestra amantísima Madre, la Santísima Virgen María.


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