MES
DE ENERO
CONSAGRADO
AL MILAGROSO NIÑO JESÚS DE PRAGA
Compuesto
por el P. Fr. Gabriel de Jesús, C.D.
OBLACIÓN
Os
contemplo, os reverencio, os adoro en vuestra Santa Infancia, oh, Jesús, mi
salvador. Admiro con el silencio de la admiración este prodigioso estado de
humildad, lo tomo por principio, por tipo, por modelo de lo que quiero parecer a
los ojos de los hombres: á El me dedico, á El me consagro de la manera más
especial a fin de conseguir gracia para mí, salud y protección particular.
Protesto delante de Vos que el mayor deseo de mi alma es vivir pequeño,
ignorado, y olvidado del mundo, pues sé que sólo, a este precio tendré mi parte
en las delicias eternas que reserváis a los niños y a los que se os parecen.
DÍA
PRIMERO
EL
MILAGROSO NIÑO JESÚS DE PRAGA Y SU CULTO
¡Qué
encantos encierra la luz! ¡Cuánto de repulsivo las tinieblas! Por esto, cuando
el sol viene al mundo, con él viene la animación y la vida. Pero existe un
orden, un mundo sobrenatural en el que hacen las veces de tinieblas la
ignorancia y la malicia. ¿Y qué es la ignorancia? La carencia de conocimientos.
¿Y qué es la malicia? La ausencia de la bondad. Para remediar estos males y
para disipar estas tinieblas, el Eterno Padre ha enviado a su Hijo Jesucristo,
que es la luz verdadera que ilumina al mundo. De ahí la prisa que se da la
Iglesia por que los hombres se aprovechen de esta luz, al proponer, entre
otras, la devoción y culto al Santo y Milagroso Niño Jesús de Praga, cuyo fin
principal es poner ante la consideración de todos los fieles los sublimes ejemplos
de virtudes de su Santa Infancia para inflamar nuestros corazones en el amor
del Verbo Encarnado. Además de esto, desea la iglesia con dicho culto poner
bajo la protección del Divino Infante a todos los cristianos y de preferencia a
los niños y niñas, a fin de que su inocencia quede a salvo de las asechanzas y
corrupción del mundo.
¡Oh
dulcísimo y amabilísimo Niño Jesús de Praga! Postrado a tus pies, reconozco que
estoy en el deber de no cerrar mis ojos a los divinos esplendores de tu luz, y
seguirte sin jamás perderte de vista en lo que me restare de vida, ya que como
tú dices en el Evangelio, el que me sigue, no anda en tinieblas. Ilumíname
Señor, y habla a mi corazón. No me hablen las criaturas en tu presencia, Jesús
mío; háblame Tú solo, a fin de que cada día procure yo mejorarme y hacerme más
fuerte contra las tentaciones. Madre mía del Carmen, pido tu bendición, para
empezar a proseguir y terminar con fruto este mes que consagro a tu Divino
Hijo, el Milagroso Niño Jesús de Praga, para conocerle más y seguirle. Amén.
EJEMPLO
EL
CARMELO DE PRAGA
Este
convento fue uno de los fundados por la religiosidad y generoso apoyo del
emperador austríaco Fernando II, para dar gracias a Dios por la victoria
obtenida contra los calvinista en 1620. Las tropas llevaba en su pecho el
escapulario del Carmen, y arengadas que fueron por el Venerable Carmelita
Descalzo Fray Domingo de Jesús María, general de la Orden durante el
pontificado del Papa Paulo V. Logrando barrer y apagar el fuego que aquellos
herejes, habían causado en la bella ciudad de Praga. Fue en esa misma ciudad
donde el Niño Jesús forjó sus hermosos ojos para trono de sus piedades y
oficina de sus primeros prodigios y milagros, que muy luego se habían de
repetir en todo el orbe cristiano. gracias a la propaganda que los hijos de
Santa Teresa de Jesús, capitaneados por el insigne Carmelita alemán Venerable
P. Cirilo de la Madre de Dios.
INVOCACIÓN
AL NIÑO JESÚS.
-Amor
de Jesús Niño, abrasad mi corazón.
-Bondad
de Jesús Niño, atraed mi corazón.
-Caridad
de Jesús Niño, perdonad a mi corazón.
-Paciencia
de Jesús Niño, soportad mi corazón.
-Providencia
de Jesús Niño, velad sobre mi corazón.
-Reino
de Jesús Niño, estableceos en mi corazón.
-Santidad
de Jesús Niño, purificad mi corazón.
-Poder
omnísono de Jesús Niño, afirmaos en mi corazón.
-Voluntad
de Jesús Niño, disponed de mi corazón.
-Celo
de Jesús Niño, devorad mi corazón.
El
Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. Jesús está ante nosotros, venid y adorémosle.
Bendito y alabado sea por siempre Jesús. Amen.
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