DEVOCIÓN DEL 24 DE MES A SANTA ROSA DE LIMA
Acto de
contrición. Señor mío Jesucristo etc.
ORACIÓN
Amabilísimo Salvador mío, Cordero inmaculado que te
apacientas entre azucenas, vengo en estos nueve días a admirar el poder de tu
gracia y a bendecirlo lleno de regocijo por los exquisitos dones que concediste
y la excelsa santidad a que elevaste a la inocentísima virgen santa Rosa de
Lima. Bendito seas ¡oh Señor! qué tan admirable te muestras en tus santos. Por
sus méritos te ruego me concedas el verdadero dolor de mis pecados, la completa
enmienda de mi vida y la imitación de sus virtudes. Pídote igualmente me
concedas esta gracia que solicito (hágase la petición) si es conducente
a tu gloria y salvación de mi alma. Yo conozco cuan indigno soy de tus favores;
pero confío mucho en tu misericordia y si yo no tengo otra cosa que defectos y
pecados, ofrézcote las virtudes, penitencias y merecimientos de la Virgen esclarecida
que quisiste fuera la patrona y abogada de todas las Américas, por la que
espero oigas mis súplicas y las despaches favorablemente. Amen.
SÚPLICAS
I. Oh gloriosísima virgen santa Rosa, primera flor de la
América Meridional, que desde el primer día de tu existencia diste claros
indicios de tu futura santidad, apareciendo tu rostro transfigurado con los
colores, suavidad y perfumes de una rosa; milagro de donde se tomó tu nombre;
alcánzame del Señor, que si he tardado tanto tiempo en convertirme, si he
perdido tantos años de mi vida en inútiles devaneos, ahora vuelva al fin
sinceramente al Señor y compense el tiempo perdido con mi diligencia y fervor
en el servicio divino.
Padre nuestro, Ave Marta y Gloria Patri.
II. Oh gloriosísima virgen santa Rosa, que por devoción a la
inmaculada Madre de Dios quisiste ser llamada Rosa de Santa María y que, movida
de su ejemplo a la tierna edad de cinco años, hiciste voto de perpetua castidad
y para quitar a tu padre el propósito de inducirte al matrimonio, con tus
propias manos cortaste tu cabellera; alcánzame del Señor la fuerza necesaria
para resistir a las tentaciones de la carne, a fin de que guardando la castidad
propia de mi estado, vaya a ser tu compañero en la gloria. Amen.
Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri.
III. Oh gloriosísima virgen santa Rosa, honra de la tercera
orden dominicana, que, para vivir en unión con Dios, te hiciste una ermita en lo
más retirado de tu casa y allí te entregaste a la contemplación de las cosas
celestiales y la más rigurosa penitencia, siendo constantes y rígidos tus
ayunos, continuas tus vigilias y sangrientas tus disciplinas y cilicios,
alcánzame del Señor un grande amor a la mortificación cristiana, sin la que no
puede conservarse la santa castidad, para que así persevere en la gracia y
amistad de mi Dios.
Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri.
IV. Oh gloriosísima virgen santa Rosa, que sufriste todo
género de pruebas, como enfermedades, persecuciones e injurias de parte de tus parientes
y aun de tus domésticos y aun del mismo cielo, pues padeciste mucha desolación
y aridez de espíritu mostrando con tu constancia que ni el infierno, ni el
mundo, ni el mismo cielo eran capaces de apartarte del amor de Jesucristo; alcánzame
del Señor una grande resignación en los trabajos y padecimientos de la presente
vida y una grande firmeza en el servicio divino hasta el día en que espire en
el ósculo del Señor.
Padre nuestro, Ave María y Gloría Patri.
V. Oh gloriosísima santa Rosa, a quien el Señor, una vez
pasados los días de prueba, colmó de espirituales delicias regocijándote con la
aparición de tu ángel custodio, de santa Catalina de Sena y de la misma Virgen María
a quien tanto amaste, y que mereciste oír de los labios de Jesús: «Rosa
de mi corazón, se tu mi esposa» alcánzame del Señor que muera yo en su gracia para
que El mismo reciba mi espíritu y lo lleve a la bienaventurada mansión de la
gloria en donde sea tu compañera en cantar eternamente las alabanzas del Señor.
Amen.
Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri.
ANTÍFONA
Ven
¡oh Esposa de Cristo! Recibe la corona que te preparó el Señor desde toda la
eternidad.
L/: La gracia se ha difundido en tus labios.
R/: Por eso
te bendijo el Señor desde toda la eternidad.
ORACIÓN
Oh Dios
omnipotente y dador de todos los bienes que quisiste floreciera en las Indias
la bienaventurada Rosa, prevenida con el rocío de la gracia celestial y como
modelo de virginidad y de paciencia, concede a nosotros tus siervos que
caminando apresurados en pos del buen olor de sus virtudes merezcamos ser el
buen olor de Cristo que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.
Amen.
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