NOVENA A SAN JUAN DE BRITTO, MÁRTIR
DE
LA COMPAÑIA D E JESUS
Puesto de rodillas delante de la sagrada imagen de San
Juan de Britto, y hecha la señal de la cruz, se dirá el siguiente
ACTO DE CONTRICION
Señor mío Jesucristo, crucificado por mi amor que no queréis la muerte del pecador,
sino que se convierta a Vos, y viva la vida verdadera de la gracia; haced
misericordia del mayor de todos, y per donadme por vuestro Sagrado Corazón,
manantial de bondad y mansedumbre, las innumerables culpas que le eh cometido hasta
el presente; que ya las detesto de corazón todas en general, y cada una de ellas
en particular, y propongo, auxiliado de vuestra divina gracia, antes morir que
pecar. Amen.
DIA PRIMEROORACION
Bienaventurado Juan de Britto, que conservaste la paz del
alma, y recogimiento de los sentidos aun en el bullicio del palacio del rey de
Portugal, mostrándote tan insensible a las alabanzas, como a las injurias de
los otros cortesanos con quienes tenías que alternar, y mereciendo por esta
igualdad de ánimo, que desde entonces te dieran los gloriosos títulos de santo
y de mártir: alcánzame de la Divina Majestad que no me pague de las alabanzas
de los hombres, ni me desanime por sus vituperios, para que no deje por respetos
humanos lo que entienda ser de mayor gloria suya, y provecho de mi alma. Amen.
Ahora se rezarán
tres Padre nuestros tres Ave Marías y tres Gloria Patris en honra de San Juan
de Britto, y luego se pedirá mentalmente al Señor, por sus méritos, la gracia especial
que se desea alcanzar.
ORACION FINAL PARA TODOS LOS DIAS.
Amadísimo Jesús mío, Unigénito de Dios, esplendor de su
gloria, y figura de su sustancia, que habiéndonos enseñado por Vos mismo el
camino de la vida eterna, deseoso de que todos los hombres se salvasen, y
viniesen al conocimiento de la verdad, mandasteis luego á los Apóstoles
predicasen el santo
Evangelio á toda criatura, y después habéis perpetuado la
misma predicación por otros varones apostólicos, á quienes habéis dado un nuevo
socorro en estos últimos tiempos con la fundación de la Compañía de vuestro
dulcísimo Nombre. Concededme benignamente, por los méritos y martirio de San
Juan, que os dio á conocer en cinco reinos infieles, la gracia de enseñar y
practicar vuestra celestial doctrina siempre y en todo lugar, para salvar mi
alma y las de mis prójimos; y además otorgadme, si conviene á vuestra mayor
gloria y mi provecho espiritual, la merced especial que os pido en esta Novena.
Amen.
Antífona. Este Santo peleó por la ley de su Dios hasta
la muerte, y no temió las amenazas de los impíos, porque estaba fundado sobre
la firme piedra.
L/:
De gloria y honra le coronaste, oh Señor.
R/: Y le pusiste
sobre las obras de tus manos.
OREMOS: Oh Dios, que para propagar
la fe católica entre los indios fortaleciste con invicta constancia a San Juan,
mártir tuyo; concédenos por sus méritos é intercesión, que los que celebramos
la memoria de su triunfo, imitemos también los ejemplos de su fe. Por Cristo
nuestro Señor. Amen.
DIA SEGUNDO
ORACION
Gloriosísimo mártir Juan de Britto, que oída la voz del Padre celestial,
que te llamaba á la Compañía de su Santísimo Hijo Jesucristo, dejaste al punto
por seguirle en verdadera desnudez de espíritu, los bienes temporales, las
distinciones mundanas y honras de la corte, tu madre y hermanos, y todas las
cosas; alcánzame del Padre de las luces las que necesito para concertar todas
las acciones de mi vida según su divino beneplácito, y una suma docilidad á sus
primeras inspiraciones, para que aprovechadas estas me dé otras nuevas, con que
vaya creciendo de día en día en la perfección propia de mi estado. Amen.
DIA TERCERO
ORACION
Invicto mártir de
Jesucristo, Juan de Britto, que te negaste á ti mismo desde la flor de tu edad y
llevaste durante el resto de ella tu cruz siguiendo al divino Maestro, é
imitándole en todo, y muy principalmente en no perdonar á fatiga de ninguna especie,
para ganarle almas que le sirviesen fielmente y amasen de todo corazón; Ruégote,
amadísimo abogado y protector mío, interpongas tu eficaz valimiento con nuestro
amantísimo Redentor, para que se digne darme la perfecta abnegación de mi
voluntad, la constancia en llevar hasta la muerte la cruz de mi estado, y la
mayor semejanza posible de todos mis afectos, palabras y acciones con las
suyas. Amen.
DIA CUARTO
ORACION
Bienaventurado Juan de Britto, que abrasado del ardiente deseo de llevar la
luz del sagrado Evangelio á la gentilidad, hiciste reiteradas instancias á los
Superiores para que te destinasen á las Misiones más penosas y difíciles, y
habida su licencia, superaste con inaudito valor y rara prudencia las gravísimas
dificultades, que se atravesaron para impedirte la salida de la corte de
Lisboa, triunfando segunda vez del mundo, de la sangre y de ti mismo; meréceme
del Señor, que te alentó en tantas luchas como hubiste de sostener con tan
temibles enemigos, copiosa gracia, que me facilite tan completa
victoria de los míos, que caigan a mis pies, y pase por encima de ellos en
seguimiento de nuestro divino Capitán Jesús. Amen.
DIA QUINTO
ORACION
Oh celosísimo misionero Juan de Britto, que hiciste en la
India oriental la vida más austera, privándote para siempre del vino, de la
carne y del pescado, por ganar aquellas almas infieles, que jamás te hubieran
dado oídos, ni hubieran apreciado debidamente la ley del verdadero Dios, si te
hubiesen visto vivir con menos aspereza que sus brahmanes; impétrame del Señor
tal aprecio y estimación del alma, que no repare en sacrificar las comodidades de
esta vida, ni el reposo, ni aun a mí mismo, no sólo por mi salvación eterna
sino también por la del prójimo. Amen.
DÍA SEXTO
ORACION
Oh San Juan de Britto, que pudiste dar las mismas señales
de tu divina misión que el Apóstol de las gentes, pues también padeciste por la
conversión de los infieles con heróica paciencia todo género de trabajos,
hambre, sed y desnudez, largas vigilias, incesantes afanes, peligros de
inundaciones, temores de las fieras y animales ponzoñosos, y tres
naufragios en solo uno de tus continuos viajes: Suplicote humildemente me
consigas del Señor aquella heróica paciencia que perfecciona las obras de los
justos, para que sean perfectas y cabales todas las mías sin faltar en cosa
alguna. Amen.
DIA SEPTIMO
ORACION
Valerosísimo
atleta de Jesucristo, Juan de Britto, que sufriste por espacio de muchos días,
no solo con extraordinaria paciencia, sino con inexplicable contento, ser
insultado, abofeteado, apaleado, sumergido en un estanque, y azotado
bárbaramente por ocho verdugos sobre una roca hecha fuego por los rayos de un
sol abrasador; impétrame de Dios nuestro Señor la doble gracia de que, á
imitación tuya, lejos de desmayar en las tribulaciones con que se digne
acrisolarme su adorable Providencia, me goce de que se me proporcione ocasión
de padecer por el nombre de su
Santísimo Hijo Jesucristo. Amen.
DIA OCTAVO
ORACION
Humildísimo siervo
de Cristo, Juan de Britto, que vuelto á Europa adornado con las cicatrices de tu
primer martirio, renunciaste repetidas veces el honroso cargo de maestro del
príncipe heredero de la corona de Portugal, y activados los negocios de la
santa obediencia regresaste gozoso á la India, donde poco después declaraste
abiertamente al rey de Portugal, que quería elevarte á la Silla arzobispal de
Granganor, que jamás trocarías la palma del martirio por la mitra episcopal;
Ruégote, me alcances del Señor la verdadera humildad, para que, á tu imitación,
no ambicione jamás las honras ni las distinciones de la tierra, sino la Cruz de
nuestro Señor Jesucristo. Amen.
DIA NOVENO
ORACION
Infatigable apóstol del Maduré y Maravá, Juan de Britto, que después de
haber instruido y bautizado con indecible trabajo más millares de gentiles que
todos tus predecesores en el ministerio apostólico, tuviste la inestimable
dicha que anhelaste toda tu vida, de ser degollado y descuartizado en odio de
nuestra santa fe católica; aboga en este último día de tu Novena por mí,
indignísimo pecador, ante el trono de la divina misericordia, y alcánzame del
Señor el don de la perseverancia final en su santo servicio, para que peleando
varonilmente sus batallas hasta la muerte, merezca ser coronado contigo por el
mismo Señor en la Jerusalén celestial. Amen.
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