domingo, 11 de marzo de 2018

NOVENA A SAN JUAN DE BRITTO




NOVENA A SAN JUAN DE BRITTO, MÁRTIR
DE LA COMPAÑIA D E JESUS

Puesto de rodillas delante de la sagrada imagen de San Juan de Britto, y hecha la señal de la cruz, se dirá el siguiente


ACTO DE CONTRICION
Señor mío Jesucristo, crucificado por mi amor que no queréis la muerte del pecador, sino que se convierta a Vos, y viva la vida verdadera de la gracia; haced misericordia del mayor de todos, y per donadme por vuestro Sagrado Corazón, manantial de bondad y mansedumbre, las innumerables culpas que le eh cometido hasta el presente; que ya las detesto de corazón todas en general, y cada una de ellas en particular, y propongo, auxiliado de vuestra divina gracia, antes morir que pecar. Amen.

DIA PRIMEROORACION
Bienaventurado Juan de Britto, que conservaste la paz del alma, y recogimiento de los sentidos aun en el bullicio del palacio del rey de Portugal, mostrándote tan insensible a las alabanzas, como a las injurias de los otros cortesanos con quienes tenías que alternar, y mereciendo por esta igualdad de ánimo, que desde entonces te dieran los gloriosos títulos de santo y de mártir: alcánzame de la Divina Majestad que no me pague de las alabanzas de los hombres, ni me desanime por sus vituperios, para que no deje por respetos humanos lo que entienda ser de mayor gloria suya, y provecho de mi alma. Amen.

Ahora se rezarán tres Padre nuestros tres Ave Marías y tres Gloria Patris en honra de San Juan de Britto, y luego se pedirá mentalmente al Señor, por sus méritos, la gracia especial que se desea alcanzar.

ORACION FINAL PARA TODOS LOS DIAS.
Amadísimo Jesús mío, Unigénito de Dios, esplendor de su gloria, y figura de su sustancia, que habiéndonos enseñado por Vos mismo el camino de la vida eterna, deseoso de que todos los hombres se salvasen, y viniesen al conocimiento de la verdad, mandasteis luego á los Apóstoles predicasen el santo
Evangelio á toda criatura, y después habéis perpetuado la misma predicación por otros varones apostólicos, á quienes habéis dado un nuevo socorro en estos últimos tiempos con la fundación de la Compañía de vuestro dulcísimo Nombre. Concededme benignamente, por los méritos y martirio de San Juan, que os dio á conocer en cinco reinos infieles, la gracia de enseñar y practicar vuestra celestial doctrina siempre y en todo lugar, para salvar mi alma y las de mis prójimos; y además otorgadme, si conviene á vuestra mayor gloria y mi provecho espiritual, la merced especial que os pido en esta Novena. Amen.

Antífona. Este Santo peleó por la ley de su Dios hasta la muerte, y no temió las amenazas de los impíos, porque estaba fundado sobre la firme piedra.

L/: De gloria y honra le coronaste, oh Señor.
R/: Y le pusiste sobre las obras de tus manos.

OREMOS: Oh Dios, que para propagar la fe católica entre los indios fortaleciste con invicta constancia a San Juan, mártir tuyo; concédenos por sus méritos é intercesión, que los que celebramos la memoria de su triunfo, imitemos también los ejemplos de su fe. Por Cristo nuestro Señor. Amen.


DIA SEGUNDO
ORACION
Gloriosísimo mártir Juan de Britto, que oída la voz del Padre celestial, que te llamaba á la Compañía de su Santísimo Hijo Jesucristo, dejaste al punto por seguirle en verdadera desnudez de espíritu, los bienes temporales, las distinciones mundanas y honras de la corte, tu madre y hermanos, y todas las cosas; alcánzame del Padre de las luces las que necesito para concertar todas las acciones de mi vida según su divino beneplácito, y una suma docilidad á sus primeras inspiraciones, para que aprovechadas estas me dé otras nuevas, con que vaya creciendo de día en día en la perfección propia de mi estado. Amen.

DIA TERCERO
ORACION
Invicto mártir de Jesucristo, Juan de Britto, que te negaste á ti mismo desde la flor de tu edad y llevaste durante el resto de ella tu cruz siguiendo al divino Maestro, é imitándole en todo, y muy principalmente en no perdonar á fatiga de ninguna especie, para ganarle almas que le sirviesen fielmente y amasen de todo corazón; Ruégote, amadísimo abogado y protector mío, interpongas tu eficaz valimiento con nuestro amantísimo Redentor, para que se digne darme la perfecta abnegación de mi voluntad, la constancia en llevar hasta la muerte la cruz de mi estado, y la mayor semejanza posible de todos mis afectos, palabras y acciones con las suyas. Amen.


DIA CUARTO
ORACION
Bienaventurado Juan de Britto, que abrasado del ardiente deseo de llevar la luz del sagrado Evangelio á la gentilidad, hiciste reiteradas instancias á los Superiores para que te destinasen á las Misiones más penosas y difíciles, y habida su licencia, superaste con inaudito valor y rara prudencia las gravísimas dificultades, que se atravesaron para impedirte la salida de la corte de Lisboa, triunfando segunda vez del mundo, de la sangre y de ti mismo; meréceme del Señor, que te alentó en tantas luchas como hubiste de sostener con tan temibleenemigos, copiosa gracia, que me facilite tan completa victoria de los míos, que caigan a mis pies, y pase por encima de ellos en seguimiento de nuestro divino Capitán Jesús. Amen.



DIA QUINTO
ORACION
Oh celosísimo misionero Juan de Britto, que hiciste en la India oriental la vida más austera, privándote para siempre del vino, de la carne y del pescado, por ganar aquellas almas infieles, que jamás te hubieran dado oídos, ni hubieran apreciado debidamente la ley del verdadero Dios, si te hubiesen visto vivir con menos aspereza que sus brahmanes; impétrame del Señor tal aprecio y estimación del alma, que no repare en sacrificar las comodidades de esta vida, ni el reposo, ni aun a mí mismo, no sólo por mi salvación eterna sino también por la del prójimo. Amen.


DÍA SEXTO
ORACION
Oh San Juan de Britto, que pudiste dar las mismas señales de tu divina misión que el Apóstol de las gentes, pues también padeciste por la conversión de los infieles con heróica paciencia todo género de trabajos, hambre, sed y desnudez, largas vigilias, incesantes afanes, peligros de inundaciones, temores de las fieras y animales ponzoñosos, y tres naufragios en solo uno de tus continuos viajes: Suplicote humildemente me consigas del Señor aquella heróica paciencia que perfecciona las obras de los justos, para que sean perfectas y cabales todas las mías sin faltar en cosa alguna. Amen.


DIA SEPTIMO
ORACION
Valerosísimo atleta de Jesucristo, Juan de Britto, que sufriste por espacio de muchos días, no solo con extraordinaria paciencia, sino con inexplicable contento, ser insultado, abofeteado, apaleado, sumergido en un estanque, y azotado bárbaramente por ocho verdugos sobre una roca hecha fuego por los rayos de un sol abrasador; impétrame de Dios nuestro Señor la doble gracia de que, á imitación tuya, lejos de desmayar en las tribulaciones con que se digne acrisolarme su adorable Providencia, me goce de que se me proporcione ocasión
de padecer por el nombre de su Santísimo Hijo Jesucristo. Amen.


DIA OCTAVO
ORACION
Humildísimo siervo de Cristo, Juan de Britto, que vuelto á Europa adornado con las cicatrices de tu primer martirio, renunciaste repetidas veces el honroso cargo de maestro del príncipe heredero de la corona de Portugal, y activados los negocios de la santa obediencia regresaste gozoso á la India, donde poco después declaraste abiertamente al rey de Portugal, que quería elevarte á la Silla arzobispal de Granganor, que jamás trocarías la palma del martirio por la mitra episcopal; Ruégote, me alcances del Señor la verdadera humildad, para que, á tu imitación, no ambicione jamás las honras ni las distinciones de la tierra, sino la Cruz de nuestro Señor Jesucristo. Amen.


DIA NOVENO
ORACION
Infatigable apóstol del Maduré y Maravá, Juan de Britto, que después de haber instruido y bautizado con indecible trabajo más millares de gentiles que todos tus predecesores en el ministerio apostólico, tuviste la inestimable dicha que anhelaste toda tu vida, de ser degollado y descuartizado en odio de nuestra santa fe católica; aboga en este último día de tu Novena por mí, indignísimo pecador, ante el trono de la divina misericordia, y alcánzame del Señor el don de la perseverancia final en su santo servicio, para que peleando varonilmente sus batallas hasta la muerte, merezca ser coronado contigo por el mismo Señor en la Jerusalén celestial. Amen.


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