jueves, 11 de julio de 2019

DOS DE MES A SAN FRANCISCO DE PAULA

DEVOCIÓN DEL DOS DE MES
AL
SERÁFICO PADRE SAN FRANCISCO DE PAULA




Puesto de rodillas delante del Santo, o de una cruz, después de signarse con la santa, cruz, dirás lo que sigue:

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, criador y redentor mío, por ser vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, a mí, me pesa y me pesa en gran manera, porque me pesa, de todo corazón, de haberos ofendido: no es gracia tuya destruir al pecador, sino destruir en él el pecado. Esto te pido arrepentido, que yo propongo firmísimamente de nunca más pecar: así lo espero de tu misericordia, dándome tu santa gracia y tu ayuda, para no ofenderte en toda mi vida. Amen.



ORACIÓN
¡Oh maravillosa omnipotencia de Dios, que enriqueciendo tanto al abrasado serafín S. Francisco de Paula, le hiciste admirable en lo prodigioso de su vida, elevándole con tu poder a tan alta jerarquía, que su vida era un puro milagro! Alábente, Dios mío, tus ángeles y bienaventurados, pero también haz que nosotros acá en la tierra te alabemos, haciendo que estas alabanzas sean con humildad, y con el corazón abrasado en amor de tu infinita bondad, sin que permita tu altísima misericordia que para cosa alguna te ofendamos. Así te lo pedimos y suplicamos por la intercesión de S. Francisco de Paula: y pues le has hecho tan ilustre en los milagros, haz que uno de ellos sea el que salgamos de la esclavitud del demonio, mundo y carne, dirigiendo todas nuestras acciones, como las de nuestro Santo, a la mayor honra y gloria tuya; para que así acabemos en paz la peligrosa carrera de nuestra vida, por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que contigo vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amén.

Aquí se rezan seis Padre nuestros y seis Ave Marías, en honra de los seis años, que estuvo nuestro Santo en el desierto.


ORACIÓN
Padre mío clementísimo S. Francisco de Paula: yo doy a Dios infinitas gracias de que ya goces en el Empíreo de la visión suprema del altísimo misterio de la santísima Trinidad de nuestro Señor Jesucristo, y de María santísima, de quienes fuisteis tan devoto y amartelado. Por estas tan incomparables delicias, te ruego, santo mío, que con tu intercesión conserves y libres de sus enemigos a la santa Iglesia: que reine 1a paz entre los príncipes cristianos: que alumbre Dios a los infieles, a los herejes, y a los que están en pecado mortal, para que salgan de tan infeliz miseria; y así ellos como nosotros, amemos a Dios con lo íntimo de nuestra alma. Haz, santo mío, que este corto obsequio le reciba tu inexplicable caridad: y junto con los méritos de Cristo, los de María santísima, los de los bienaventurados, y justos de la tierra, se lo presentes a Dios; y pídele que conceda: entra la petición. Y tú, Santo mío, haz porque yo en todo este mes no ofenda a tu Dios y mío. Te encomiendo mi casa, mi familia, las personas todas que están bajo de mi jurisdicción y dominio: mira con ojos de piedad este reino, este legar; finalmente, te pido por los enfermos, encarcelados, caminantes de mar y tierra: a todos líbranos de hambre, pestes, rayos, tempestades, de malas compañías, y de morir sin los santos sacramentos: haciendo, santo mío, que en nuestras obras tengan alivio las ánimas del purgatorio, pues por ellas te ofrecemos cuantas indulgencias hoy ganáremos: y a nosotros danos cuanto hemos menester, y cuanto nos falta, para ir a alabar a Dios eternamente en el cielo. Amen.







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