miércoles, 31 de julio de 2019

NOVENA A SAN FRANCISCO DE GERÓNIMO Y GRAVINA

NOVENA
A
SAN FRANCISCO DE GERÓNIMO Y GRAVINA

TRADUCIDA
del latín al castellano por el Sr. Dr. y
Mtro. D. Manuel Gómez Marín, Presbítero
del Oratorio de San Felipe Neri.
MÉXICO. 1841.


Arrodíllate delante de Dios, y sígnate con la santa cruz.


ACTO DE CONTRICIÓN
Dios, Verbo divino, que uniéndote hipostáticamente a la naturaleza humana en el vientre de la Virgen más pura, nos abriste el camino de la tierra al cielo, y nos enseñaste a subirle por medio de la misma Señora, y de tu humanidad sacrosanta: Salvador del mundo, que veniste a librarnos de la tirana esclavitud del demonio: Redentor Jesús, que herido y crucificado por mis pecados, te manifiestas con los brazos abiertos para perdonarme; y conviertes tus llagas en puertas para mi salvación: horrorizado de mi malicia, confundido en mi nada, y avergonzado a tus pies, admiro tus misterios adoro tus providencias, y conozco mis obligaciones. Veo, Señor, que siendo tú único acreedor a mi voluntad y obediencia, se fué mi inclinación a las criaturas, y quebranté tu santa ley. Tú eres digno de infinita alabanza; yo, de eterno castigo: ¡qué amarga es la memoria de haberte ofendido! Abomino mis iniquidades, menos por mi condenación, que por tu agravio. Ejercita conmigo la inefable grandeza con que perdonas tus ofensas: protesto confesarlas, cumplir su penitencia, y no volver jamás a cometerlas. En tu piedad descansa mi esperanza, y mi confianza se asegura en tu poder. Mío fué el pecado: tuyo el arrepentimiento; los justos tienen en tu hermosura su recreo; los malos hallamos en tus misericordias el consuelo. Haz, Padre benigno, sobreabunde la gracia donde abundó la malicia. Cubre mi perversidad con tu clemencia, y se extinguirá como una chispa arrojada en el mar. Dilata, abrasa y consume mi corazón en tu amor. Quítame la vida si he de volver a enojarte, o concédeme el don de la perseverancia en servirte: por tu pasión y muerte, por los dolores y lágrimas de tu Madre Santísima, y por la intercesión y méritos de tu siervo Francisco de Gerónimo. Amen.



DIA PRIMERO
Limosnero cuidadoso, que con los trapos desechos de las roperías formabas vestidos con que cubrir a los pobres desnudos, enseñándonos, cuan fecunda es la economía, gobernada por la misericordia; ejemplo de abatimiento, que, o reputándote el último de la Congregación de las Misiones, besabas los pies dé los hermanos, y de las personas que te salían a recibir en las poblaciones; o comparándote a los aumentos, te hacías tirar de la soga que te ponías al cuello, y caminabas en cuatro pies por los templos, con tierna edificación del concurso: humilde Francisco, que desentendido de circunstancias, talentos, e inocencia, te nombrabas rústico, ignorante, y pecador; e ingeniosa tu virtud, reconocía a Dios los beneficios, y procuraba de los hombres el desprecio: la memoria de tu anonadación me despierta el propio conocimiento, apaga mi soberbia y vanidad, y descubre el ningún fundamento que tienen las apariencias de la vida. Escucho la voz del Señor., que me llama con estas palabras: Si quieres venir conmigo, niégate a tí mismo, toma tu cruz, y sígueme. Así voy a cumplirlo, favorecido de su gracia, y protegido de tu mediación. Amen.

JACULATORIA
Nada fui: de tierra soy,
y podredumbre he de ser:
en pecado nací ayer;
en más miseria vivo hoy.

Tres Padre nuestros y tres Ave Marías gloriados, a la Santísima Trinidad.




ORACIÓN A SAN CIRO
CON LA QUE SE FINALIZA TODOS LOS DÍAS
Médico extraordinario del siglo tercero de la iglesia, que te valías de la medicina de los cuerpos para introducir la salud en las almas, y recibías su conversión por paga de tus visitas: desterrado Anacoreta, a quien las persecuciones de tu patria Alejandría, obligaron a repartir tus bienes, y vivir con traje de solitario en la Arabia feliz predicando la fé de Jesucristo: esclarecido Mártir, que pasaste a Canopo, a esforzar á Atanasia, Teotista, Teodora, y Eudoxia; madre y tres hijas presas por el Prefecto Siriano; animándolas con tu doctrina, y enseñándolas con el ejemplo de ser apaleado, crucificado, quemado con hachas, hervido en una caldera de pez, y degollado en su compañía: a tu eficaz protección encomiendo mis aflicciones, sin dudar que por medio de tu amartelado devoto San Francisco de Gerónimo, que experimentó más de diez mil milagros tuyos, conseguiré tu favor y el suyo, para gloria de Dios, a quien ambos alaban en el cielo por toda la eternidad. Amen.




DIA SEGUNDO
Misericordioso y pobre Francisco, que, no bastándote la dracma echada en el gazofilacio, ni el conocimiento de que la caridad se mide por el efecto, pasaste a unir en la confianza de Dios, la falta de los bienes, y el remedio de las necesidades, usurpando piadosamente el oficio a los mendigos. para cargar sobre ti, de puerta en puerta, la vergüenza y los desprecios; discreto distribuidor, que graduabas el socorro por las personas que te había agraviado; las que corrían riesgo en el mundo, O se habían recogido en los Conservatorios; y las impedidas de pedir por su enfermedad, o por su calidad. Ya no tengo disculpa con tu enseñanza: alcánzame de la piedad divina el despego de los bienes terrenos y la caridad con los enfermos, encarcelados y pobres; para que con esta misericordia redima mis pecados, y teniéndola de mí el Señor, que se sujetó a todas estas miserias, consiga alabarle por toda la eternidad. Amen.

JACULATORIA
Mira que representado
en el pobre, Dios te clama:
y quien a tus puertas llama
es, quien los bienes te han dado.

Tres Padre nuestros, y Ave Martas gloriados, á la Santísima Trinidad.




DIA TERCERO
Moisés, de la ley de gracia, que sacaste de la divina Providencia los cuantiosos tesoros que distribuiste en socorrer pobres, mantener mujeres en los conservatorios, dotarlas para religiosas, o casadas, y establecer las festividades del inefable misterio de la TRINIDAD augusta, y del esclarecido SAN CIRO. Paciente y manso FRANCISCO, que, subyugando la pasión más difícil, tres ocasiones recibiste bofetadas, y pusiste la otra mejilla, agradeciendo la injuria, y rogando por el ofensor: varón mortificado por los rústicos, mendigos penitentes, y personas de mal vivir: alcánzame de la majestad divina, que me ha sufrido tantas ofensas, aprenda a ser manso, y humilde de corazón. Amen.

JACULATORIA.
La ira en el rostro rebosa,
y descubre la demencia;
perfecto hace la paciencia,
y en ella el alma se goza.

Tres Padre nuestros y Ave Marías gloriados, a la Santísima Trinidad.





DIA CUARTO
Misionero afligido por los muchos y graves pecados que se cometían, y no podías oír sin que se desataran tus ojos en crecido llanto; exclamando al crucifijo: ¡ah mi Jesús, como te tratan los tuyos! Por aquella continua contrición que ejercitabas, te ruego me alcances del Señor, el sincero y eficaz arrepentimiento de haberle ofendido, solo por ser la suma bondad, a quien debía haber amado; aborreciendo de tal manera mis pecados, que primero que volver a cometerlos, sacrifique la vida, o anteponga las penas del infierno, en donde viviría gustoso, sí allí no se ofendiera a mi Dios. Amen.

JACULATORIA.
Pequé, ¡ay de mí! Dios Santo:
mis culpas me dan horror,
susto, amargura, dolor,
aflicción, suspiro y llanto.

Tres Padre nuestros y Ave Marías gloriados, a la Santísima Trinidad.





DIA QUINTO
Constante y firme Francisco, que en larga vida de setenta y cuatro años jamás descaeciste de la dura fatiga, con que ganabas almas para el cielo: sin embarazarse los ayunos, la oración, las disciplinas, el confesonario, los sermones, los ejercicios de San Ignacio, las visitas de enfermos, y las particulares devociones: ruégale al Señor, que de tal manera cumpla los propósitos que acabo de hacerle, de servirle, que ni las ocupaciones, ni los entretenimientos de este mundo, sean capaces de apartarme de la senda de negarme a mí mismo, y seguir a Jesucristo nuestro Señor: a quien con el Padre, y el Espíritu Santo, adoras en el cielo. Amen.

JACULATORIA.
Yo juré y establecí
guardar firme tu ley pura:
mi Dio?, confirma, asegura
esto que has obrado en mí.

Tres Padre nuestros y Ave Martas gloriados, a la Santísima Trinidad.





DIA SEXTO
Ministro de Jesucristo, con quien hiciste pacto de emplear tu entendimiento, fuerzas y vida en convertirle almas, y dilatar su gloria: Apóstol Napolitano, que con los ejercicios de San Ignacio, y con tus sermones en los templos, hospitales, gateras, cárceles, plazas, calles y aldeas de la capital, y poblaciones de las provincias de Otranto y Apulia, diócesis, y abadías de Aber y Abruso, islas de Isquia y Capri, obraste prodigiosas conversiones: sí Médico exterior curaste tantos enfermos con la reliquia de San Ciro, ¿cuántas almas sanarías con la sangre del Cordero? Ruégale que confiese mis pecados con el arrepentimiento, integridad y resolución, con que lo hacían los penitentes que llegaban a tus pies, movidos de tus palabras; y ahora con más proporción impétreme el cielo, que, siendo mi penitencia verdadera, no recaiga en mis pasadas culpas. Amen.

JACULATORIA
Penitencia, penitencia,
y de las culpas dolor;
para alcanzar del Señor
su poderosa clemencia.

Tres Padre nuestros y Ave Marías gloriados. á la Santísima Trinidad.





DIA SEPTIMO
Médico franco, que jamás te negaste a cuantos te llamaron en sus dolencias, sin impedírtelo las continuas ocupaciones de tu apostolado, ni reservarte enfermedad, entre las muchas diversas en especie y accidentes, que afligen a la naturaleza: siervo de Jesucristo, que en tus Misiones acostumbrabas ejercitar al auditorio con actos fervorosos de fé; y a ella correspondieron las milagrosas curaciones, con que la divina providencia comprobó tus desvelos: prepárame con esta virtud fundamental, para recibir el Sacramento de la Eucaristía, llamado por el mismo Jesucristo, misterio de fé; y alcanzaste de su divina Majestad, que en su sagrada mesa, memoria de su pasión, se llene mi alma de gracia, y sea su cuerpo y sangre, prenda segur ha de mi salvación. Amen.

JACULATORIA.
Infeliz del que no creo
á Dios, verdad escondida:
primero perder la vida,
que vacilar en la fé.

Tres Padre nuestros y Ave Marías gloriados, a la Santísima Trinidad.





DIA OCTAVO
Oráculo de la medicina maravillosa. que variabas los apósitos según la calidad de los males: ya aplicando la reliquia de SAN CIRO, con ciertas oraciones que no comunicaste; ya dando a beber el agua tocada con la reliquia; ya ungiendo con el aceite que había alumbrado en su lámpara; ya ministrando en polvo las flores secas que adornaron su altar: Profeta de la nueva ley, que con la promesa de la felicidad que se goza en el reino de los cielos, alentaste y confortaste tantas almas pesadoras y justas, y entre estas a la esclarecida Virgen Teresa de Jesús de Narno: alcánzame la divina virtud de la esperanza, para que aguarde a Jesucristo Sacramentado, y con su Cuerpo y Sángrenlos dones espirituales y temporales, que me aseguren la bienaventuranza. Amen.

JACULATORIA.
No es comparable la vida
más penosa y transitoria,
con la verdadera gloria
que nos está prometida.

Tres Padre nuestros y Ave Marías gloriados, a la Santísima Trinidad.





DIA NOVENO
Glorioso FRANCISCO, imitador del de Asís en la humildad, del de Paula en la fé, del de Javier en la fatiga, del de Sales en la suavidad, del de Solano en el celo, y del de Borja en lo eucarístico, que por cuarenta años trabajaste urgido de la caridad de Dios, a quien del todo sujetaste tu voluntad, y uniste tu entendimiento y te correspondió con la gracia de la santidad, la operación de las virtudes, o curación de las almas, y el clon de profecía, pues en tu vida lloraste de amor a Dios, los pecados del mundo, intercede por mí, para que me abrase con Jesucristo Sacramentado. ¿Quién soy yo, para que de mí se acuerde y venga a visitarme? Consígueme, Santo mío, que le ame con todo mi corazón, con todo mi entendimiento, con toda mi alma y con todas mis fuerzas, hasta la muerte. Amen.

JACULATORIA.
¡O Dios, como a este reo tratas!
Tú me obligas con finezas,
me convidas con promesas,
con cadenas de amor me atas.

Tres Padre nuestros y Ave Marías gloriados, a la Santísima Trinidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ANOTACIONES

Al hablar sobre la piedad popular, es referirnos a aquellas devociones que antaño se hacían en nuestros pueblos y nuestras casas, cuando se...