martes, 23 de julio de 2019

TRIDUO A SAN FRANCISCO DE GERÓNIMO









TRIDUO
EN HONRA DEL
SAN FRANCISCO DE GERÓNIMO
DE LA COMPAÑIA DE JESUS

COMPUESTO
Por el P. Luis Pannizzoni de la misa Compañía.

TRADUCIDO DEL ITALIANO AL ESPAÑOL
Por el Dr. D. Damián Serró Presbítero y limosnero de la Santa Iglesia
de Mallorca.

Para común utilidad de los fieles, y para promover la devoción a nuestro Beato; pues mediante esta confiesa el traductor serle deudor de la gracia particular de haberlo librado, y curado de un fuerte accidente apoplético, que sufrid en la avanzada edad de 74 años, dejándole paralitica toda la parte derecha, y casi del todo impedido el uso de la lengua.

PALMA
EN LA IMPRENTA DE SALVADOR SAVALL.
AÑO 1816.


DIA PRIMERO
SÚPLICA
Oh humildísimo San Francisco, que no obstante los grandes méritos que adquiristeis con las incesantes fatigas de vuestro Apostolado y con las muchas almas que ganasteis para Dios; no obstante, los dones muy elevados que Dios os concedió, y los innumerables prodigios obrados por vuestra poderosa intercesión; no obstante, la grande veneración que os demostró toda clase de personas, y la inocencia bautismal que conservasteis toda vuestra vida: no obstante todo esto os creíais el mayor pecador del mundo, digno del desprecio y odio de todas las criaturas, por lo que injuriado, abatido, y maltratado, puesto de rodillas pe disteis perdón a los que os ofendían, y con tales actos de humildad, no solo conseguisteis aplacar su cólera, sino que los convertisteis a Dios: tened piedad de mi pobre alma, llena de soberbia, falta de méritos, cargada de pecados, y por esto merecedora de toda humillación y castigo, que sin embargo de esto no sabe humillarse delante de los hombres, ni delante de Dios. Por lo que Protector mío amantísimo os suplico me alcancéis del Señor el perdón de mis culpas, y un verdadero espíritu de humildad y penitencia así que imitando estas virtudes tan características vuestras en la tierra, merezca juntamente con vos ser exaltado en el Cielo, Así sea.
Se rezarán tres veces el Padre nuestro, Ave María y Gloria.



DIA SEGUNDO
SÚPLICA
Oh San Francisco, Serafín de caridad, que antes de morir obligado por obediencia a manifestar la principal gracia, que os concedió Dios, para común instrucción de vuestros hermanos Religiosos, pudisteis ingenuamente afirma a ver procurad siempre la mayor gloria de Dios. Con esta sincera confesión bien demostrasteis cuan perfectamente cumplisteis el divino precepto de amar a Dios con todo el corazón, con toda la mente, con toda el alma, porque a medida del amor hacia a Dios, creció el empeño de glorificarlo. Qué maravilla pues, que Dios para manifestar las luces de vuestra mente, y la devoción de vuestra alma hacia él, unas veces con luminosos rayos coronase vuestra cabeza, y otras con el alma arrebatase en alto aun vuestro cuerpo. A vuestra vista, amabilísimo Beato, cuan confundido quedo yo, porque en lugar de amar a mi Dios, repetidas veces le he ofendido, y en lugar de procurar su gloria, he buscado la mía, y la satisfacción de mis desordenadas pasiones, quebrantando sus preceptos. A vos, por tanto, recurro o Seráfico Protector mío, para que me alcancéis de Dios un verdadero arrepentimiento de tan graves ofensas cometidas contra él, y un grande amor a su Bondad, y que después de obtenida esta gracia que os pido, pueda yo juntamente con vos amarle, y glorificarle eternamente en el Cielo. Así sea. 
Se rezarán tres veces el Padre nuestro, Ave María y Gloria,


DÍA ÚLTIMO
SÚPLICA
Cuán grande fuese oh San Francisco vuestro amor hacia Dios, y el empeño de glorificarlo, también lo hace ver vuestra caridad hacia el próximo en los cuarenta años de vuestro Apostolado, en el cual ninguna excesiva fatiga, ningún respecto humano, ningún peligro de la vida pudo retardar jamás vuestro celo. Tan ardiente era este por la salvación de los otros, que para contentarlo Dios os comunicó su poder obrando tantos milagros por vuestro medio a beneficio de las almas, y de los cuerpos; ahora dando instaneamente la salud a enfermos desahuciados; ahora resucitando muertos ahora aliándose presente en el mismo tiempo en lugares remotisimos a remediar diferentes necesidades. A más de eso os concedió Dios su Sabiduría, descubriéndoos los pecados ocultos de la conciencia de otros, manifestándoos los secretos arcanos de lo que había de suceder en lo futuro, y el estado feliz, o desgraciado de los que habían muerto. A vos pues, o grande Apóstol, á vos presento una súplica toda conforme a vuestro celo. Mi alma está gravemente enferma con tantas viciosas pasiones que la dominan, y tal vez ya muerta a la gracia, por tan graves pecados como ha cometido. Ella de vos que soy tan poderoso delante el Señor, pide un corazón puro, un corazón contrito y humillado, para que pueda curar de su mortal enfermedad, y volver establemente a la vida de la gracia, y dar frutos de verdadera penitencia que la aseguren el conseguir, el perdón de sus culpas, y la perseverancia final. ¿Podréis vos despreciar esta humilde suplica? Ah no, qué vuestro celo no lo permite; y yo seguro de conseguir esta gracia daré eternamente a Dios juntamente con vos toda gloria. Así sea.
Se rezarán tres veces el Padre nuestro, Ave María y Gloria.





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