VISITA AL STMO. SACRAMENTO
y otras oraciones
por el Rev. Pbro.
MARIANO DUBÓN
Siervo de Dios
AVE EUCARÍSTICO
Por el Rvdo. Padre MARIANO DUBÓN
Yo te saludo, ¡Jesús Sacramentado, el más hermoso de los hijos de los hombres! yo te saludo, ¡mi bien amado, celestial prisionero de amor, que velas siempre por mí! Bendito seas por todo lo que existe, bendito sobre todo por mi pobre corazón, que te prefiere a todo lo creado.
¡Oh, Hostia Santa, fuerza del alma desterrada! ¡Divina Eucaristía, obra maestra del Corazón de mi Jesús!, se mi más dulce pensamiento, ahora que te adoro oculto bajo el velo eucarístico; y en la hora de mi muerte ven, oh Jesús Sacramentado, con María y José, a recibir mi suspiro. Así sea.
VISITA AL STMO. SACRAMENTO
por el Rvdo. Padre Mariano Dubón
¡DULCÍSIMO JESUS! Venimos a visitaros en la amorosa cárcel del Sacramento donde encerráis vuestra inmensidad para solicitar más vivamente nuestra devoción y al acercarnos a Vuestra Sagrada Persona pedimos ante todo el perdón de nuestros pecados y después imploramos Vuestra bendición.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria y Jaculatoria.
Jaculatoria: En todo lugar y en todo momento sea bendito y alabado mi Jesús Sacramentado.
¡DULCÍSIMO JESUS! No nos basta vuestro perdón, pues necesitamos vuestro amor, queremos acercarnos a Vuestra Sagrada Persona para sentir el suave calor que comunicáis a las almas devotas del Sacramento de Vuestro Amor.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria y Jaculatoria.
¡DULCÍSIMO JESUS! No nos basta Vuestro Amor, necesitamos más, pues deseamos imitaros y ya que por nuestro amor fuisteis crucificado, dadnos lugar en el árbol de la Cruz concediendonos paciencia para soportar las penas de la vida por vuestro Amor.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria y Jaculatoria.
¡DULCÍSIMO JESUS! La devoción al Augusto Sacramento de vuestro amor es como licor agradable y fuerte que sostiene la vida del alma, haced pues que aborrezcamos el deleite de los venenos mundanos que emponzoñan y matan al alma.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria y Jaculatoria.
¡DULCÍSIMO JESUS! Fuerza de los débiles, consuelo de los tristes, descanso de los fatigados, nosotros venimos al Sagrario a buscar en vuestra compañía la fortaleza, el consuelo y el descanso que tanto necesitamos.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria y Jaculatoria.
¡DULCÍSIMO JESUS! Os damos acciones de gracias por la institución de la Sagrada Eucaristía y os suplicamos encerreis nuestro espíritu dentro de la cárcel del Sagrario para disfrutar allí siempre la dulzura de vuestra amable compañía.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria y Jaculatoria.
JESÚS MÍO SACRAMENTADO:
Ampárame bajo tu divinidad. Guíame por un buen sendero. Que se aparte de mí todo lo malo y perverso, para no dejarme manchar ni siquiera por un mal pensamiento. Protégeme para que la miseria se aleje de mi hogar y de mí. Ilumíname con tu poderosa luz celestial el camino de la dicha. Así sea.
Infinitamente sea alabado, mi Jesús Sacramentado, en los cielos y en la tierra vuestro nombre sea adorado.
Se repite tres veces con Padre nuestro, Ave María y Gloria.
Jesús, Dios de bondad, Padre de misericordia y Redentor del mundo, aquí me presento delante de Vos, con un corazón humillado, contrito y confuso; a pediros el auxilio de la divina gracia, para soportar con paciencia los trabajos, penas y aflicciones a que puedo verme sujeto durante mi permanencia en este valle de lágrimas.
Cuando juzguéis oportuno someterme a la prueba de la tribulación. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria y Jaculatoria.
¡DULCÍSIMO JESUS! Os damos acciones de gracias por la institución de la Sagrada Eucaristía y os suplicamos encerreis nuestro espíritu dentro de la cárcel del Sagrario para disfrutar allí siempre la dulzura de vuestra amable compañía.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria y Jaculatoria.
PLEGARIA
POR EL PBRO. MARIANO DUBÓN
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
Ampárame bajo tu divinidad. Guíame por un buen sendero. Que se aparte de mí todo lo malo y perverso, para no dejarme manchar ni siquiera por un mal pensamiento. Protégeme para que la miseria se aleje de mi hogar y de mí. Ilumíname con tu poderosa luz celestial el camino de la dicha. Así sea.
Infinitamente sea alabado, mi Jesús Sacramentado, en los cielos y en la tierra vuestro nombre sea adorado.
Se repite tres veces con Padre nuestro, Ave María y Gloria.
DEVOTA DEPRECACIÓN
Al Señor Crucificado para alcanzar la Santa Paciencia en nuestras Aflicciones POR EL PBRO. MARIANO DUBÓN
Jesús, Dios de bondad, Padre de misericordia y Redentor del mundo, aquí me presento delante de Vos, con un corazón humillado, contrito y confuso; a pediros el auxilio de la divina gracia, para soportar con paciencia los trabajos, penas y aflicciones a que puedo verme sujeto durante mi permanencia en este valle de lágrimas.
Cuando juzguéis oportuno someterme a la prueba de la tribulación. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando me veas agobiado por todas partes de apuros y contrariedades. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando me falte lo que más necesito. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando tenga que sufrir las inclemencias del tiempo y el rigor de las estaciones. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando sienta arder en mis miembros el fuego de la fiebre. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando me veas sumido en la enfermedad. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando deseare en vano para mis ojos desvelados un sueño reparador. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando el mal saque y consuma lentamente mi carne y mis huesos. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando vengan a llamara mi puerta aflicciones de cualquier clase que sean.
Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando interiores desolaciones tenga obscurecido y como nublado mi espíritu. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando me vea a punto de ser vencido por la tentación. Dadme paciencia, crucificado Señor. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando me vea precisado a reprimirla vivacidad de mi carácter. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando por excesivo abatimiento se me haga enojosa la vida. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando me vea hecho carga pesada para mi mismo y para los demás. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando no halle en torno de mí más que motivos de malhumor y tristeza. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando me falte lo que más necesito. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando tenga que sufrir las inclemencias del tiempo y el rigor de las estaciones. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando sienta arder en mis miembros el fuego de la fiebre. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando me veas sumido en la enfermedad. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando deseare en vano para mis ojos desvelados un sueño reparador. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando el mal saque y consuma lentamente mi carne y mis huesos. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando vengan a llamara mi puerta aflicciones de cualquier clase que sean.
Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando interiores desolaciones tenga obscurecido y como nublado mi espíritu. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando me vea a punto de ser vencido por la tentación. Dadme paciencia, crucificado Señor. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando me vea precisado a reprimirla vivacidad de mi carácter. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando por excesivo abatimiento se me haga enojosa la vida. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando me vea hecho carga pesada para mi mismo y para los demás. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando no halle en torno de mí más que motivos de malhumor y tristeza. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando me sienta impotente para todo bien. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando a pesar de mis esfuerzos vuelva a caer con frecuencia en las mismas faltas. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando la sequedad interior parezca extinguirse en mi todo fervoroso deseo. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando pensamientos importunos vengan a distraerme en la oración. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Si permitís que sufra contradicciones. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Si permitís que tenga que luchar con genios difíciles. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Si permitís que me humillen mis superiores. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Si permitís que mis inferiores me contristen. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Si permitís que me abandonen mis amigos. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Si permitís que sea víctima de la desgracia. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Oración
Oh Dios mio! que habeis dispuesto se salven vuestros escogidos por medio de los sufrimientos y de la cruz, ayudame a soportar mis penas con aquel espiritu de paciencia y resignacion de que nos ha dejado tan admirables ejemplos, vuestro Unigenito Hijo Jesucristo, y haced que en todas mis aflicciones, asi del alma como del cuerpo, repita con fe y sumisionlas tiernas palabras que El os dirigio en su agonia en el Huerto: "Padre mio que no se haga mi voluntad, sino la vuestra". Amén.
Vuestro Divino Espíritu, Señor, restaure la vida cristiana en la sociedad civil y doméstica, en los gobernantes y en los pueblos. Que facilite la reconciliación de los que están separados de la Santa Iglesia por la fe o por la obediencia. Que nos penetre a todos con su celestial rocío; y nos haga fecundos en buenas obras. Así os lo pedimos por Jesucristo vuestro Hijo que vive y reina con Vos, en unión del Espíritu Santo, por todos los siglos de los siglos. Amén.
Cuando a pesar de mis esfuerzos vuelva a caer con frecuencia en las mismas faltas. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando la sequedad interior parezca extinguirse en mi todo fervoroso deseo. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Cuando pensamientos importunos vengan a distraerme en la oración. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Si permitís que sufra contradicciones. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Si permitís que tenga que luchar con genios difíciles. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Si permitís que me humillen mis superiores. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Si permitís que mis inferiores me contristen. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Si permitís que me abandonen mis amigos. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Si permitís que sea víctima de la desgracia. Dadme paciencia, crucificado Señor.
Oración
Oh Dios mio! que habeis dispuesto se salven vuestros escogidos por medio de los sufrimientos y de la cruz, ayudame a soportar mis penas con aquel espiritu de paciencia y resignacion de que nos ha dejado tan admirables ejemplos, vuestro Unigenito Hijo Jesucristo, y haced que en todas mis aflicciones, asi del alma como del cuerpo, repita con fe y sumisionlas tiernas palabras que El os dirigio en su agonia en el Huerto: "Padre mio que no se haga mi voluntad, sino la vuestra". Amén.
ORACIÓN POR LA PAZ DEL MUNDO Y POR LOS PECADORES
Vuestro Divino Espíritu, Señor, restaure la vida cristiana en la sociedad civil y doméstica, en los gobernantes y en los pueblos. Que facilite la reconciliación de los que están separados de la Santa Iglesia por la fe o por la obediencia. Que nos penetre a todos con su celestial rocío; y nos haga fecundos en buenas obras. Así os lo pedimos por Jesucristo vuestro Hijo que vive y reina con Vos, en unión del Espíritu Santo, por todos los siglos de los siglos. Amén.
PBRO. MARIANO DUBÓN (Siervo de Dios)
El “San Mariano de Nicaragua” como se le llamaba. Fue un leal servidor de Jesús, vaso eucarístico de compasión y amor, vino a Nicaragua como una gracia del Espíritu Santo, en fuego de caridad, cumpliendo fielmente con abnegación las divinas enseñanzas de Nuestro Señor. Nació y murió en León de Nicaragua. Vivió para los desamparados y los tristes y se durmió en el seno del Señor el 17 de enero de 1934.
El Padre Mariano Dubón y los huérfanos del hospicio que fundó,
quienes le llamaban papá y él les llamaba hijos.
ORACIÓN
para la devoción privada al Siervo de Dios
MARIANO DUBÓN
Señor Dios nuestro, Padre de infinita bondad, te alabamos y te bendecimos por todas las cosas que haces en favor de nosotros, pecadores; especialmente te alabamos por los signos de tu amor entre nosotros.
A tu hijo Mariano Dubón, sacerdote, lo llenaste de tu caridad, del servicio a los más necesitados, particularmente a los niños, brindándoles techo, comida y sobre todo llevándolos a Ti.
Muestra tu gloria en favor de tu siervo Mariano y concédeme por su intercesión el favor que te pido (pídase). Amén. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
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