EJERCICIO DEL CATORCE DE MES EN HONOR DE LA
SERÁFICA SANTA FLORENTINA, DE LA ORDEN DE NUESTRO PADRE SAN BENITO
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor
mío Jesucristo, amorosísimo Redentor de mi alma, yo me postro ante vuestra
infinita Majestad y grandeza, como la más vil de todas las criaturas; yo me
humillo ante vuestra Divina presencia confundido de ver, que en vez de
emplearme desde la hora en que comencé a conoceros, en vuestro divino servicio,
he gastado toda mi vida en vuestras ofensas. Me pesa, Dios mío, de haber
pecado, me duelo de todo corazón de no haberos amado como Vos lo merecéis,
siento en lo más íntimo de mi alma el haberos ofendido. ¡Oh, Señor! yo os
suplico por vuestras entrañas llenas de misericordia, y por los méritos de
vuestra fiel esposa y mi abogada la gloriosa santa Florentina, que no os
acordéis de los yerros é ignorancias de mis pasados años, y me concedáis la
gracia de poder llorar mis culpas, de no volver a cometerlas jamás, y de amaros
toda mi vida, hasta la muerte, y por toda una eternidad. Amen.
ORACIÓN
Admirable,
y bella flor de Cartagena vuestra patria, cariñosa Florentina, azucena
singular, elevada por Jesús, para ser "vista de toda la Iglesia. En vos
hizo el Todopoderoso el más vistoso alarde de su amor y poder, adornando
vuestra grande alma con los más delicados primores de, todas las virtudes,
haciéndoos con ellas una de las lumbreras, que brillan en el cielo de la
Iglesia. Yo os suplico con cuanta eficacia puedo, que, pues merecisteis tantos
favores en este mundo de vuestro esposo Jesús, interpongáis por mí vuestros
ruegos, a fin de que su divina Majestad me conceda los bienes que humildemente
imploro en este dia. Ya pues que tanto brilla en vuestro espíritu la luz de la
virtud, servidme, especialmente en este día, de clarísima antorcha, con, cuyo
resplandor sepa desviarme del camino del vicio, y dirigir mis pasos por las
sendas de la virtud verdadera, 'que son las que conducen el alma a la felicidad
de la vida eterna. Haced que sean oídas mis súplicas y peticiones, ejercitad
conmigo vuestra ardiente caridad, consiguiéndome de Dios la más perfecta disposición
para recibirle Sacramentado, el remedio de la necesidad que pido en este día, espero
mucho más el perdón de mis culpas, la imitación de vuestras virtudes, la
caridad con mis prójimos, el logro de una muerte santa, y la salvación eterna
de mi alma. Amen.
Ahora
se rezan con la mayor devoción posible tres Padre nuestros y Ave Marías con
Gloria Patri, a la gloriosa santa Florentina, y luego esta oración.
ORACIÓN
Oh
flor lozana de Jesucristo, dulcísima santa y gloriosa virgen Florentina, prado
amenísimo de todas las virtudes, sagrado incendio del Divino amor, esposa
escogida entre millares para ser las delicias del Criador: yo el menor de
vuestros devotos, os ruego humildemente que recibáis benigna, como obsequio de
mi devoción, estos Padre nuestros y Ave Marías, y me alcancéis de vuestro
Esposo verdadera contrición, entera confesión de mis pecados, y penitencia
final en la última hora de mi vida, ¡Oh
amante protectora mía, santa Florentina! yo me encomiendo a vuestra intercesión
y gloriosos merecimientos, suplicando devotamente que os dignéis mirar el sincero
amor que os tengo, y la firmísima confianza de mi corazón en vuestro
patrocinio. Alcanzadme, de su divina Majestad, gracia especial de imitaros en
todas las virtudes, pero singularmente en la ardentísima caridad con que le
amasteis como un abrasado serafín: sea este, santa mía, el fruto particular de
la devoción con que os venero, y séalo también el prepararme desde ahora con
una santa vida para la muerte que se me acerca: asistidme pues en la última
agonía, en que la muerte, tan descortés como ella, nos suele, sin avisar,
atropellar; alcanzadme de vuestro divino Esposo, fe viva, esperanza firme, y
caridad tan encendida, que en ósculo de amor, mi alma vuelva el aliento, a
quien se lo dio; y respirando con su favor, pase a vivir donde no hay muerte,
sino vida eterna de ver, y amar a nuestro Dios. Amen.
Ahora
se reza una salve con la siguiente:
DEPRECACIÓN
Florentina bendita,
Del alto firmamento, Bellísima rosa,
Mis ojos alzo a ti. Cándida azucena,
Condúceme benigna Fragante y hermosa;
De tu piadosa mano
Estrella refulgente,
Al gozo soberano,
Precioso ornamento
A la mansión feliz.
Del alto firmamento, Bellísima rosa,
Mis ojos alzo a ti. Cándida azucena,
Condúceme benigna Fragante y hermosa;
De tu piadosa mano
Estrella refulgente,
Al gozo soberano,
Precioso ornamento
A la mansión feliz.
L\: Ruega por nosotros, bienaventurada Florentina.
R\: Para que nos hagamos dignos de las promesas de Cristo.
ORACION.
Rogámoste, Señor, que a nosotros tus siervos, que hacemos memoria del natalicio
de la bienaventurada virgen santa Florentina, nos hagamos por su intercesión
participantes de los gozos eternos, y coherederos de tu Unigénito Hijo, que
contigo vive y reina por los siglos de los siglos. Amen.
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