domingo, 3 de noviembre de 2019

NOVENA A LA SANTA FAZ DE ALICANTE

PIADOSA NOVENA A LA 
SANTA FAZ 
DE NUESTRO REDENTOR 
JESUCRISTO
Cuya reliquia milagrosa es venerada 
en el Real Monasterio de Santa Clara de Alicante
La imagen puede contener: 3 personas

Dispuesta por un corazón devoto de la Santísima Faz
Año 1756


ACTO DE CONTRICCIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios, y Hombre verdadero, Criador Padre y Redentor mío, por vuestro Rostro Santísimo, os pido tengáis misericordia de mí, y me concedáis tu dolor tan vehemente de mis pecadas, que por ser Vos el ofendido, muera de sentimiento y entregue mi espíritu en vuestras manos, limpio de las manchas de la culpa con el agua saludable de la penitencia. No me arrojéis de vuestra Divina presencia; antes con el sudor y sangrado vuestro soberano Rostro lavad mis iniquidades. Confieso Señor mis culpas, y que ellas han desfigurado vuestro Santísimo Rostro, en el cual desean mirarse los Ángeles. Mis culpas fueron las bofetadas, que le acardenalaron, las espinas que taladraron vuestras
divinas sienes; las que ensangrentaron vuestros cabellos, que siendo como la purpura del Rey, ahora no les queda más de purpúreos, que lo que tienen de ensangrentados. Y en fin mis culpas son las que han dejado fin hermosura el Rostro, que era el más hermoso entre los hijos de los hombres. Por esto arrepentido digo, una y mil veces que me pesa de haber pecado. Espero en vuestra divina bondad y misericordia, que me concederéis perdón cumplido de mis pecados, perfecta caridad para amaros, para que, viviendo en tu gracia, consiga ver y gozar vuestro Santísimo Rostro en la gloria. Amén. Jesús.


DÍA PRIMERO
ORACIÓN
Oh Santísima Faz, Vos sois divina luz, que alumbráis a los que están de asiento en las tinieblas de la culpa y en la sombra de la muerte. Vos sois el Norte, que enseñáis el camino del Cielo, de quien se desvió por el pecado. Elevada en el aire en manos del V. P. Fray Benito, resplandecisteis como un Sol, a cuyas luces vieron muchos sus culpas y amargamente las lloraron. Entonces se abrieron los Cielos, y se dejaron ver otros dos rostros tan semejantes a Vos, que no se notaba
alguna diferencia; testificando la semejanza, que sois perfectísima copia del Divino Original y que, como el Original, así sois Vos camino, y luz del pecador. Yo te ruego humildemente, oh Luz Divina y lumbre de mis ojos, que destierres
las tinieblas de mi entendimiento para que, apartando mis ojos de la vanidad, y de mí mismo, los ponga fijos en vuestro Santísimo Rostro. Yo os suplico, que desterréis las tibiezas de mi voluntad, para que, inflamada en amor vuestro, os ame perpetuamente en la gloria Amen
Tres Padres nuestros.

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Oh Rostro Divino, que, por medio de un milagro tan grande, como no poder sostener vuestro grave peso los brazos de un Sacerdote, elegiste quedaros en este Religioso Sitio, para ser consuelo de las almas, alegría de los tristes, Iris de paz de los atribulados, y uno todo para todos; pues para conformarnos hasta con los que lloran, derramaste entonces lágrimas, yo adoro con todo mi corazón esta cristalina Lagrima, y humildemente os pido que sea suave licor, que ablande mi dureza, colirio que cure mi ceguedad, centella, que abrase mi alma en el fuego de tu amor divino, y lazo, que una con Vos mi espíritu en la hora de la muerte. Oído fuiste de vuestro Eterno Padre en la Cruz, cuando vuestros ruegos los acompañaste con lágrimas en los ojos: sea esa Divina Lagrima la que acompañe mis suplicas, para que consiga lo que os pido en esta novena, sea la que me alcance verdadera penitencia de mis culpas, mortificación de mi cuerpo, reformación de mi vida, concierto en el desorden de mis apetitos, paciencia en las injurias de mis prójimos, tal cual me es necesaria para vivir con el espirita tranquilo, liberalidad en servirlos y compadecerme de vuestros trabajos, humildad profunda, que me incline a apreciar más, que mi desprecio, Caridad fervorosa, con que quiera a mis prójimos, porque Vos me lo mandáis y un santo temor, con que viviendo sujeto a vuestros divinos preceptos, logre ser pronto en el cumplimiento de ellos, finalmente la gracia por cuyo eficaz medio vea vuestro Santísimo Rostro en la gloria. Amén.


DÍA SEGUNDO
ORACIÓN
Oh Rostro Soberano de mí Señor Jesucristo, piélago dé amor y estimulo de buenos afectos, en vuestra presencia me pongo a contemplar, cuan desfigurada está por mi amor vuestra hermosura. Siendo el más hermoso entre los hijos de los hombres, veo vuestra Cara bañada con la sangre que de vuestras divinas sienes sacaron las penetrantes espinas; vuestros bellísimos ojos hinchados, y derramando lagrimas; y vuestros graciosos labios, que antes destilaban mirra, llenos de polvo, ocasionado de las repetidas caídas, que disteis con la Cruz a cuestas. Oh Imagen Soberana, que vivamente representáis, cuanto me amó mi dulce Esposo Jesús! que vivamente reprehendéis lo poco que correspondo a este amor; pues me perturba al menor trabajo y en la tribulación fuera de mi Esposo busco el consuelo. Yo os suplico por todo lo que por mi padecisteis, que no me neguéis el amor grande, que a todos los pecadores manifestáis; que me tratéis con misericordia, y a mi alma la hagáis amante, y fiel Esposa vuestra hasta la muerte. Amén.
Tres Padres nuestros.


DÍA TERCERO
ORACIÓN
Oh Hermosísimo, amabilísimo y suavísimo Rostro de mi Señor y amado Esposo Jesucristo, que os dignaste quedar impreso y estampado en el velo de vuestra Sierva la Verónica; pero tan lastimado, en él me manifestáis el horrible golpe, que, con mano desnuda, una ornada, descargó el ingrato siervo del Pontífice y las pesadas burlas, que los Sayones os hicieron: Yo os suplico Rostro Divino, por el amor grande con que toleraste estas injurias, que estampes en las telas de mi corazón la Imagen dolorosa, que imprimiste en el velo de vuestra Sierva; para que, mirándome en ella, aprenda por vuestro amor a sufrir las injurias de mis enemigos, ¿cómo podre Dios mío, vengarme de ellos, si pongo los ojos de la consideración en vuestro lastimado Rostro; si veo la paciencia con que sufriste tantas injurias, execraciones y blasfemias? ¿Cómo podré dejar de amar a quien me injuria y aborrece si atiendo a las llamas que, por los ojos, boca y oídos despide el fuego de vuestro amor? Lleguen, Señor, también a mi corazón estas llamas para que me abrasen, y consuman en amor vuestro por una eternidad. Amén.
Tres Padres nuestros.


DÍA CUARTO
ORACIÓN
Oh Santísima Faz, alegría del Cielo, gloria de los que os aman, prisión suave y amorosa de los que os desean; oculta tenéis con un velo vuestra belleza, quizá por no ver la fealdad de mis culpas, como vuestro siervo Moisés se cubrió el rostro por no ver los pecados de su ingrato Pueblo: Yo os suplico. Señor, que me manifestéis vuestro Divino Rostro, aunque tan afeado por mis pecados, que así le quiero y adoro. También os pido me concedáis, que todas las inmundas salivas y demás injurias con que está afeado, componga un hacecillo de mirra, que día y noche le traiga en mi pecho: esta meditación sea mi mayor sabiduría, el lleno de mi ciencia, el tesoro de mi salud, la copia de mis merecimientos, y la bebida saludable de mi alma: esta consideración sea la que me fortifique en lo adverso, y me comprima en lo prospero, y la que entre lo alegre, y triste de la presente vida, me conduzca al Cielo, a gozar de vuestra Santa Cara. Amén.
Tres Padres nuestros.


DÍA QUINTO
ORACIÓN
Oh Rostro Soberano de mi amado Esposo Jesús, joya preciosísima de la gloria, instrumento escogido de Dios para remedio de toda necesidad como lo dijo vuestro Siervo Fr. Benito y se vio al punto experimentado en las benignas lluvias, que enviaste a la tierra dejándola saciada para que correspondiese a su
tiempo con abundante cosecha: yo os adoro, os alabo, os amo, y con todo mi corazón os venero y pido, que os dignéis oír mis peticiones, y remediar mis necesidades, manifestándome vuestra Santa Cara, y poniendo en mi vuestros divinos ojos, como los pusiste en vuestro Apóstol San Pedro, para que viviendo a esta divina luz todas mis culpas, las llore amargamente, como las lloró el Apóstol y por este medio, logre como el veros por una eternidad en la gloria. Amén
Tres Padres nuestros


DÍA SEXTO
ORICIÓN
Majestuoso Rostro de mi Señor Jesucristo, copia perfectísima del Divino Original, que si este despedía rayos de luz, como lo afirmó San Gerónimo: Vos comunicáis luces de beneficencia a este vuestro Monasterio, a la Ciudad de Alicante, y su contorno, y a todos los que os invocan con fé viva: yo os amo con todo mi corazón y os suplico, que extendáis los rayos de vuestra luz a todas las criaturas, que formasteis a vuestra imagen y semejanza; para que, alumbradas con las luces de la fé, todas conozcan el beneficio, que continuamente reciben de vuestra liberal mano, conocido, le confiesen, y confesado se exciten al más fino agradecimiento, con que pueda empeñar más vuestra asistencia, para vivir y morir en vuestra gracia, y después ver vuestro Santísimo Rostro en la gloria. Amén.
Tres Padres nuestros.


DÍA SÉPTIMO
ORACIÓN
Oh Santísima Faz, en la cual me dejó mi amado Jesús una idea y ejemplar de paciencia, y toda virtud, para que mirándole atentamente le copie en mi corazón: yo venero aquel indecible sufrimiento con que toleraste ser escupida, siendo digna de ser adornada de toda criatura. Yo adoro la paciencia con que oíste ser llamado Pseudo-Profeta, siendo el Señor de los Profetas: yo reverencio la conformidad con que permitiste tantas heridas en este Divino Rostro, que, al verle, las ondas del Mar le reverenciaron, y el Sol ocultó sus luces por no verle tan maltratado. Yo os suplico, que desterrando de mi corazón todo amor proprio, y del mundo, me comuniquéis paciencia para sufrir injurias, amor para perdonarlas y fuego de caridad, para que, amándoos aquí sobre todas las cosas,
merezca en premio, ver vuestro Santísimo Rostro en el Cielo. Amén.
Tres Padres nuestros.


DÍA OCTAVO
ORACIÓN
Oh Rostro amable deseado de todas gentes, apetecido dé los Ángeles y Bienaventurados, que, aunque claramente os ven, gozan y poseen siempre, os desean; os ven, y desean veros, aun cuando os están contemplando: yo venero Señor, vuestra amable hermosura, que aun dejándose ver, con una suavidad fuerte y una fortaleza suave, atraéis la voluntad de los Ángeles y Bienaventurados, para que deseen lo mismo, que están viendo; y os ruego que no dejéis libre mi voluntad, que no sabe apetecer fino lo terreno, que no dejéis libres mis ojos, que solo apetecen ver vanidades, fino que con la suavidad fuerte, y fortaleza suave de vuestra gracia aprisionéis mi voluntad, ojos, lengua, y sentidos, para que solo quiera y apetezca á Vos solo desee ver vuestra hermosura, y la goce con los Ángeles y Bienaventurados por una eternidad en la gloria. Amén.
Tres Padres nuestros.


DÍA NOVENO
ORACIÓN
Oh Misericordioso Rostro de mi Señor Jesucristo, que cuando te manifiestas a los débiles, y flacos; les haces fuertes y robustos contra los enemigos, como lo practicaste en vuestro siervo Jacob, que habiéndoos visto cara a cara, quedó hecha salva su alma: yo adoro la dignación con que os manifestáis, y os ruego, en la hora de mi muerte, os dejéis ver para salvar mi alma y la hagáis fuerte, y robusta contra sus enemigos: no me manifestéis entonces rostro de Juez, que me veré conturbado, sino de Padre amorosísimo, para que sea salvo. Y así os vea en aquella hora quien hace penitencia de sus culpas; convertidme, Señor, ahora a Vos, dad a mis ojos una fuente de lágrimas para llorar convertido mis culpas, y el a ver despreciado vuestras inspiraciones y misericordias, esto será, Oh amor suavísimo, manifestarme vuestra Faz Divina en aquella hora, y ser mi alma salva, para gozaros eternamente en gloria. Amén.
Tres Padres nuestros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ANOTACIONES

Al hablar sobre la piedad popular, es referirnos a aquellas devociones que antaño se hacían en nuestros pueblos y nuestras casas, cuando se...