NOVENA
A LA BIENAVENTURADA
JUANA DE AZA
MADRE DEL PATRIARCA
SANTO DOMINGO DE GUZMÁN
A LA BIENAVENTURADA
JUANA DE AZA
MADRE DEL PATRIARCA
SANTO DOMINGO DE GUZMÁN
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor santo, Dios grande y omnipotente, uno en la esencia y trino en las Personas, en quien creo, en quien espero, y a quien amo sobre todas las cosas; que por solo vuestro querer me criasteis de la nada, sin que yo lo mereciera, y formasteis a vuestra imagen y semejanza, y redimisteis con vuestra sangre preciosa derramada con afrenta y con dolor por m í, vuestra indigna criatura: ¡oh Señor, en cuya presencia tiemblan y se estremecen los Ángeles, a quien yo vil gusanillo de la tierra lie ofendido con atrevimiento insufrible, quebrantando vuestros santos preceptos, y. despreciando vuestros amorosos auxilios! Ruegoos escuchéis piadoso mi oración: pésame Señor, de mi horrible ingratitud, pésame de haber pecado, pésame de haberos ofendido. Y pues sois infinitamente bueno, y me esperáis con los brazos abiertos para tornarme a vuestra amistad y concederme el perdón, dadme vuestros auxilios para que llore mis culpas hasta borrarlas enteramente con la mudanza de vida y lágrimas de contrición verdadera. Amén.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DIAS
Señor mío Jesucristo, misericordiosísimo Redentor mío, que en la bienaventurada Juana de Aza y sus gloriosos hijos Domingo y Manes disteis a la Iglesia la idea de todas las virtudes, para que al contemplarlas se alentará nuestra flaqueza, y conociéramos el poder maravilloso de vuestra divina y soberana gracia, y la virtud de la santa oración, que fue escuela donde esta Madre admirable y virtuosa enseñó a sus hijos a hacer buen uso de vuestras misericordias: Ruegoos, Señor, que por sus méritos y gran valimiento me concedáis la gracia de imitar sus virtudes, y hacerme digno de su protección poderosa; pues para mayor gloria vuestra y honor de vuestros amados siervos, utilidad de la santa Iglesia, provecho de mi alma, remisión de mis culpas y conversión de todos los pecadores, os ofrezco esta Novena. Y por cuanto no soy digno de ser oído de vos, suplicoos. Señor, os dignéis unir esta humilde oración a la que vos hicisteis a vuestro Padre desde la Cruz, y a los méritos de vuestra Madre Santísima y de vuestra sierva la bienaventurada Juana y sus santos hijos, para que en su compañía con todos los Ángeles y bienaventurados os bendiga y alabe por los siglos de los siglos. Amén.
DÍA PRIMERO
ORACIÓN
Gloriosísima Madre mía, bienaventurada Juana de Aza, digna madre de unos hijos tan dóciles a vuestras sabias y prudentes exhortaciones, cuya ejemplar vida fue documento y norma de oración, en cuya pura fuente les enseñasteis a beber las aguas saludables de una dulce contemplación y devoción fervorosa, que les condujo al alto y encumbrado monte de la perfección evangélica: alcanzadme, Madre mía, que yo aprenda de ellos a levantarme sobre todas las cosas de la tierra, y desee y suspire únicamente los bienes eternos para cuya posesión he sido criado. Y como ellos por la santa y fervorosa oración llegaron a poseer todas las virtudes con que tanto agradaron a Dios y se hicieron dignos de sus grandes misericordias, logre yo también guardar viva fe', y solamente esperar en la divina bondad, y amar a mi Dios con todo mi corazón para que siendo prudente en las adversidades y desgracias, constante en padecer, justo en mis obras, sobrio en mis deseos y moderado en mis palabras, consiga la perseverancia final necesaria para alcanzar la gloria. Amen.
ORACIÓN
A LOS SANTOS HERMANOS DOMINGO Y MANES,
PARA TODOS LOS DÍAS
Amantísimos padres y hermanos míos Domingo y Manes: por aquella leche que mamasteis á los pechos de vuestra dichosa madre, y por el celo y religiosa piedad conque la virtuosa y bienaventurada Señora procuraba infundir en vuestras almas las cristianas y sublimes virtudes que heredó de sus nobles y gloriosos progenitores, rogad a mi Señor Jesucristo acepte mi oración, y me conceda la gracia que le pido en esta devota y santa Novena, Amén.
GOZOS
Pues tres hijos venturosa
Diste a luz esclarecidos,
Escucha nuestros gemidos
¡Oh Juana! madre dichosa.
De sangre augusta y real
Hermosa al mundo naciste,
Y de gracia recibiste
Precioso y rico caudal;
Dones que en tu alma dichosa
El Cielo vio agradecidos.
Tu humildad vida seguía
Santa, honesta y retirada,
Y a ser perfecta casada
El Cielo te disponía:
Guzmán en tan digna esposa
Logró sus votos cumplidos.
Antonio, fruto primero
De este enlace venturoso,
Anuncio fue luminoso
Del segundo y del tercero,
Que a su virtud asombrosa
Dieron aumentos crecidos.
Domingo y Manes, dechados
De cristiana perfección,
De tu devota oración
También son frutos colmados:
Que á madre tan virtuosa
Tales hijos son debidos.
Tu amor con leche les daba
El celo puro y ferviente
De Hermenegildo valiente
Que en tu sangre circulaba,
Y recibiste gloriosa
De Pelayos y Ramiros.
Ministros del Dios Eterno
Tus hijos su voz sonaba,
E l Cielo se alborozaba
Y bramaba el hondo averno;
Y á penitencia preciosa
Muchos lloraban movidos.
A los que de profusión
Tus limosnas acusaron.
Los milagros asombraron
De tu devota oración:
Clamaste a Dios fervorosa
Y ellos quedaron corridos.
A reinar subiste al Cielo,
Que os recibió con gran fiesta,
Y tal gloria manifiesta
Vuestro cuerpo acá en el suelo;
Á quien la patria obsequiosa
Tributa cultos rendidos.
Abismada en dulce gozo
Con solo Dios te gozaste,
Y corona preparaste
De inmortal laurel frondoso.
Con que su frente gloriosa
Ciñen tus hijos queridos.
Dais agua en la sequedad
Y la langosta ahuyentáis,
Á las estériles dais
Frutos de fecundidad:
L a embarazada medrosa
Sus deseos ven cumplidos.
Pues tres hijos venturosa
Diste a luz esclarecidos:
Escucha nuestros gemidos
¡Oh Juana! madre dichosa.
ORACIÓN
PARA CONCLUIR LA NOVENA TODOS LOS DÍAS
¡Oh Rey de la gloria y Señor de las virtudes, que subisteis a los Cielos triunfante de la muerte y del pecado, para reinar con el Padre y el Espíritu Santo en los siglos de los siglos! ¡Oh Señor, principio y fin de todas las cosas, que por tí fueron hedías en el Cielo y en la tierra, y publican la grandeza de tu poder, bondad y sabiduría! os suplico que por los méritos de vuestra sierva la bienaventurada Juana y sus gloriosos hijos, des paz a la Iglesia, victoria y felicidad a los Príncipes cristianos, espíritu de obediencia y sumisión a sus pueblos, gracia y bendición a los justos, contrición a los pecadores, y alivio en sus penas a las almas que padecen en el Purgatorio, para que todo ceda en honor de vuestro Nombre santo, a quien es debida la gloria, la bendición y la alabanza, el honor, el poder y el imperio. Y pues sois maravilloso en vuestros Santos y os complacéis en sus ruegos, salvad mi alma por los de esta santa Familia para que eternamente os bendiga en la gloria. Amén.
DÍA SEGUNDO
¡Oh amantísima madre mía Beata Juana, que apercibida con el escudo de la fé vivíais por ella en santa y religiosa vida, y persuadida de que sin fé es imposible agradar a Dios, regalabais vuestra alma con la contemplación de sus divinas é inefables verdades! ¡Oh dichosa, que alumbrada con esta luz que viva y sin mengua ardía en vuestra alma, penetrabais la altura de los Cielos llegando hasta la presencia de Dios, en donde henchíais vuestro espíritu en el torrente impetuoso de delicias que brotan de su seno, y alegran y regocijan la ciudad santa! alcanzadme. Madre mía, del Señor que yo guarde viva mi fe;, para que meditando día y noche las obras maravillosas de su divina justicia y misericordia inefable/ encuentre como vos en la contemplación de las verdades eternas aquella unción de espíritu y constancia en padecer por su amor, y me haga digno de ver por mis ojos a mi Dios en vuestra compañía y la de vuestros santos hijos , para que colocados todos alrededor de tan dulce y amada Madre cantemos eternamente las divinas misericordias. Amén.
DÍA TERCERO
¡Oh dichosísima Madre mía Beata Juana, que esperasteis firmemente en el Señor, sin que jamás quedara confundida vuestra esperanza, y escuchasteis su voz que dice: tocad a mi puerta y os abriré', pedid y recibiréis! ¡Oh feliz, que hallándoos vigilante en la casa del Señor visteis colmado vuestro gozo por su misericordia inefable; y en torno de los bienes y riquezas de la tierra que mirabais como vanidad y viento, recibisteis de su mano las verdaderas riquezas, y la opulencia y la gloria que son la gracia y las virtudes santas, mejores que el oro y las piedras preciosas y la plata escogida! Alcanzadme del Señor por los méritos de mis santos Padres y dignos hijos vuestros Domingo y Manes, que yo no espere sino en él, y en la virtud de su santo nombre que fue para ellos torre inexpugnable de la que penden mil escudos, armadura de los fuertes, con que vencieron al mundo y hollaron altamente las esperanzas del siglo. Siga yo, Madre mía, tan santos ejemplos, para que, consumado el curso de mi peregrinación en la tierra, podamos decir todos juntos en la gloria: en el Señor esperé y fue mi ayudador. Amén.
DÍA CUARTO
Amorosísima abogada mía Beata Juana, con cuánta razón pudisteis decir que con vuestra santa mediación se enardecía el fuego del amor divino que ardía siempre en el altar de vuestro corazón: ¡oh y como quedabais dulcemente enajenada con la contemplación de las perfecciones de Dios, y vuestra alma con deseo vehementísimo de unirse al Sumo bien con unión perfecta y regalada! ¡Oh intercesora mía! alcanzadme del Señor que la caridad penetre mi corazón de manera que este fuego soberano y divino acabe el de la concupiscencia que me atormenta y aflige; como hizo en vos y en vuestros muy santos y dignos hijos, que inflamados con este ardor vivieron en la tierra como los Ángeles en el Cielo. Mire yo con fastidio los placeres y alegrías del mundo, y solo suspire y desee los bienes eternos, hasta tanto que consiga ver a mi Dios y gozarle en vuestra compañía en la gloria. Amén.
DÍA QUINTO
Poderosísima protectora mía Beata Juana, prudente y virtuosa Abigail, que con bebida alcanzada milagrosamente del Cielo evitasteis vuestra confusión y templasteis la desazón de vuestro buen esposo, quedando llenos de asombro y vergonzoso rubor los que con siniestras acusaciones tachaban de profusión vuestras limosnas. ¡Oh mujer prudente y discreta, que acudiendo a Dios en la premura de vuestro corazón, lograsteis que por los méritos de vuestro hijo Domingo se llenara milagrosamente el vacío que dejó el vino que repartió vuestra caridad entre los pobres! alcanzadme, o Madre mía, por sus méritos y los de vuestro segundo hijo, esta admirable prudencia que suaviza las amarguras de la vida y modera las pasiones, selle mis labios cuando me visitare la adversidad, y levante mi corazón al Señor para que desciendan á mi alma su misericordia y su gracia. Amén.
DÍA SEXTO
Amada patrona mía Beata Juana, que, adornada con la posesión perfecta de las virtudes y guarda de los mandamientos divinos, llevabais en vuestra alma la hermosa imagen de la justicia que procurasteis grabar en la de vuestros santos hijos, que fueron modelo de bien vivir para todos los estados y condición de personas. cuánto me confunde la idea de la santidad que en ellos y en vos resplandece, tan opuesta á mi tibieza y relajación! Enlazados con los Reyes y Príncipes de la tierra, regalados con las divinas misericordias, y amados de Dios trabajaron en destruir el orgullo de las pasiones: yo aprecio lo que ellos no amaban, suspiro por los bienes que aborrecían, y no tomo parte en las desgracias de mis hermanos. Alcanzadme, Madre mía, que yo ame la justicia y aborrezca la iniquidad, para que pueda decir algún día: corrí, Señor, el camino de sus mandamientos divinos cuando ensanchaste mi corazón. Amén.
DÍA SÉPTIMO
¡Oh bienaventurada Juana, dichosa protectora mía! Vos sois aquella mujer fuerte que buscaba con ansia Salomón, y cuyo precio no podía hallarse sino en los más remotos confines de la tierra. Á vos felizmente encontró aquel que dice de sí mismo: he aquí al que es más que Salomón. Á vos encontró llena de fortaleza y de gracia, y en vos puso su confianza, y os constituyó madre de muchos hijos, que son su pueblo de adquisición destinado a publicar las inmensas riquezas de su misericordia y bondad. Vos le consagrasteis llena de fortaleza los tres hijos que os dio naturaleza, Antonio, Manes y Domingo, y el Cielo premió vuestra virtud, y quiso que con solo el menor de ellos se multiplicara a millares vuestra descendencia, para que en toda la redondez de la tierra se cumpliera gloriosamente lo que anunció Salomón, y se levantaran vuestros hijos y os colmaran de alabanzas. Bendita seáis entre miles, porque no degenerasteis de la nobleza y virtud heredada de vuestros padres; bendita porque confortada con el poder del Altísimo obrasteis con fortaleza, vencisteis al mundo, y entrasteis triunfante en el Cielo. Alcanzadme, Madre mía, que yo imite vuestra fortaleza y la de mis santísimos Padres Domingo y Manes, para que siendo digno Hijo vuestro logre la dicha de oír algún día de vuestra boca en la gloria: Hijo mío, gozo mío y corona mía, yo te engendré en el Señor. Amén.
DÍA OCTAVO
¡Oh piadosísima y esclarecida Beata Juana! ¡cuán lejos estuvisteis vos y vuestros santos hijos de ser del número de aquellos que siendo enemigos de la cruz de Jesucristo tienen por dios su propio vientre, y se glorían de aquello mismo que es su confusión e ignominia! No permitáis, abogada mía, pertenezca jamás al número de estos que obligaron al santo Apóstol a derramar amargas lágrimas al recordar los excesos de su gula é intemperancia. Libradme de este vicio que hace a los hombres idólatra de sí mismos: y pues el Señor no solo os dio espíritu de fortaleza y amor, sino también de templanza, alcanzadme que yo imite vuestra sobriedad y abstinencia, y la de vuestros santos hijos, partiendo mi pan con el pobre, contentándome con moderado alimento, vestido honesto, y viviendo como vos sobria y justamente en el siglo; para que así merezca llegar a la vida eterna. Amén.
DÍA NOVENO
Santa y perfecta casada, virtuosísima Beata Juana, que jamás comisteis el pan ociosa en la casa de vuestro marido, y que como aquella que tanto celebraba Salomón porque interrumpía su sueño para dar el pan a sus domésticos, os desvelabais también en la educación de vuestros hijos, y en alimentar vuestra alma y la suya con la divina palabra y con la santa y piadosa conversación: alcanzadme la perseverancia final necesaria para conseguir la gloria ; y como vos teníais siempre preparada la lámpara de la caridad , esperando la venida del Esposo ataviada con los vestidos y galas de las virtudes santas que os hicieron digna de ser admitida a sus bodas, vele yo a imitación vuestra y de vuestros santos hijos en la guarda de los sentidos y ejercicio y práctica de las buenas obras, para que ayudado con vuestros méritos logre la perseverancia final, y ser admitido al gozo de mi Señor. Amén.
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