DÍA VEINTE DE CADA MES
EN HONOR Y CULTO
DEL
TRÁNSITO DEL SEÑOR SAN JOSÉ
Hecha la señal de la cruz, se dice:
ACTO DE CONTRICIÓN
Dulcísimo
Jesús, dueño de mi alma: ¿cuál cubería ser mi confusión y vergüenza al
presentarme tantos y tan enormes delitos con que be ofendido a tu inmensa
bondad? Y ¿cuál deberá ser el temor que ocupe mi corazón, al ver despreciada
por mis pecados la recta justicia? Mas ¡oh amor de Dios! Tu bondad, sí, solo tu
bondad y misericordia me alientan, y vuelvo a tí arrepentido y lleno de
confianza de que me perdonarás, y más cuando te veo reclinado en ese corazón.
todo encendido de caridad; en ese propiciatorio divino de los brazos de tu
estimativo Padre Señor San José esperando por los méritos de tu sagrada pasión,
y por la intercesión de este tu fiel siervo, me has de perdonar y dar tu gracia
para no ofenderte más, y servirte hasta el fin de mí vida. Amén.
ORACIÓN
Protector
mío Señor San José: sí, como es una verdad que conforme sea la vida así será la
muerte ¿cuál sería tu felicísimo fin, pues tu vida fue tan prodigiosa y
admirable, que por tus virtudes y excelsa santidad mereciste te asistieran
personalmente en tu muerte, con admirable dignación, Jesús y María! Alcánzame,
Santo mío, por este tan singular privilegio, el que cuando yo llegue al término
de mi vida, no me falten del corazón y labios, Jesús, María y José. Amén.
Aquí se rezará un Credo y se dirá la siguiente:
ORACIÓN
Patriarca
soberano, Señor San José, que habiendo sido tu vida en todo conforme con el
Divino beneplácito, y habiendo sido también un fidelísimo cooperador a los
altísimos designios de la Providencia, en orden á los hombres; en el tránsito
que hiciste de este mundo a la eternidad, consumaste tu último aliento,
conformando tu voluntad con la de Dios, ausentándote de tu adorado Hijo Jesús
tu amantísima Esposa María Santísima, y desempeñando cumplidamente los oficios
de precursor del Hijo de Dios para con los Santos padres del Limbo; concédeme,
Santo glorioso, el que por tus méritos é intercesión, así cumpla yo la divina
voluntad en mi vida, que en los últimos instantes de ella merezca el que me
anuncies la posesión de la bienaventuranza de la gloria. Amén.
Se hace la petición, y se reza la
siguiente:
ORACIÓN
Santísima
Madre de Dios y Señora Nuestra, que en el tránsito felicísimo de tu castísimo
Esposo señor San José, no solo llevaste con resignación el apartarte de su
dulcísima compañía, sino que, en unión de tu Hijo y Dios verdadero, presentaste
a tu Eterno Padre el preciosísimo tesoro de su purísima alma, enriquecida y
adornada con las más inestimables virtudes, gracias y privilegios. Conozco,
Señora, cuánto te agrada el que los hombres honremos en esta vida a tu Esposo
Santísimo; y por complacerte le consagro este día, haciendo memoria en él de su
dichosísimo tránsito de esta vida a la eterna. Y dando gracias a la Beatísima
Trinidad por la incomparable gloria a que sublimó a este su fiel siervo, y
pidiendo humildemente que por sus méritos y por la poderosísima intercesión de
este Santísimo Patriarca, merezca yo en la hora de mi muerte sea mi alma
presentada en su acatamiento por manos de Jesús, María y José. Amén.
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