CORONA DE ALABANZAS A SANTA TERESA DE
JESÚS
PARA PEDIRLE GRACIA DE IMITAR SUS VIRTUDES
Postrado
ante la imagen de nuestra Seráfica Madre Santa Teresa, y persignado
devotamente, se dirá el Acto de Contrición y la oración que sigue:
ORACIÓN PREPARATORIA
Extática
Madre Santa Teresa de Jesús, dignísima fundadora de la Descalcez Carmelitana; mujer
fuerte en los trabajos y persecuciones con que intentó el Infierno
impedir la insigne obra de vuestra reforma; contentísima en llevar con
indecible tolerancia la pesadísima de los ejercicios espirituales, con que el
Señor os probé por espacio de veinte años, mereciendo ser regalada con
prodigiosos éxtasis y favores; Santa ajustadísima a las perfectas
máximas del Evangelio, hasta prometerá Dios con voto el no ofenderle ni aun
levemente; sapientísima en la ciencia de los santos, habiendo dejado a la
posteridad doctrina celestial en vuestros escritos. Suplicad por mí a vuestro
Divino Esposo Jesucristo que, a imitación vuestra, destierre de mi corazón la
tibieza, sea constante en los ejercicios de piedad, sufrido en las
adversidades, y generoso en vencer todo cuanto impida el aprovechamiento
de mi alma. Espero me alcancéis esta gracia, así como la práctica de las
virtudes que en esta vuestra Corona voy a implorar del Altísimo por medio de
vuestra poderosísima intercesión, en la que tanto confío y de la que
tanto espero, aun ti pesar de mi indignidad, a fin de que, ejercitándome en
ellas en esta vida, pueda gozar con Vos algún día de la bienaventuranza eterna.
Amén.
I.
¡Amado Señor nuestro Jesucristo! Gracias os damos por el eminente don de fe y
devoción al Santísimo Sacramento que concedisteis a vuestra muy amada Virgen
Teresa. Por vuestros méritos y por los de vuestra fiel Esposa, os
rogamos nos concedáis la gracia de una firme fe y de una ferviente
devoción al Santísimo Sacramento del Altar, en donde Vuestra Divina Majestad
quiere permanecer hasta el fin de los siglos, y en el cual os entregáis ti
nosotros con un amor tan grande.
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
¡Oh
Vos, que de un ardiente rayo de amor habéis inflamado el corazón de Santa
Teresa! ¡Oh Divino Jesús! Inflamad también el nuestro, y haced que os
amemos con un amor sin límites.
(Esta
oración se repite después de cada demanda.)
II.
¡Oh misericordiosísimo Señor Jesucristo! Gracias os damos por el eminente don de
esperanza que concedisteis ti vuestra muy amada Virgen Teresa. Por vuestros
méritos y por los de vuestra Santa Esposa, os rogamos nos concedáis una
grande confianza en vuestra bondad, en virtud de la preciosa sangre que habéis
derramado por nuestra salvación.
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
III.
¡Oh muy amado Señor nuestro Jesucristo! Gracias os damos por el eminente don de
amor que concedisteis ti vuestra muy amada Virgen Teresa. Por vuestros méritos y
por los de vuestra amada Esposa, os rogamos nos concedáis el mayor don, el
don principal de vuestro puro amor.
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
IV.
¡Oh dulcísimo Señor nuestro Jesucristo! Gracias os damos por el eminente don de
deseo y resolución que concedisteis a vuestra muy amada Virgen Teresa.
Por vuestros méritos y por los de esta generosa Esposa vuestra, os
rogamos nos concedáis un verdadero deseo y una resolución verdadera de
seros gratos lo mejor que podamos.
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
V.
¡Oh bondadoso Señor nuestro Jesucristo! Gracias os damos por el eminente don de
humildad que concedisteis a vuestra muy amada Virgen Teresa. Por vuestros
méritos y por los de esta humilde Esposa vuestra, os rogamos nos
concedáis la gracia de una humildad verdadera, que siempre nos haga hallar alegría
en las humillaciones, y preferir los menosprecios a todos los honores.
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
VI.
¡Oh libérrimo Señor nuestro Jesucristo! Gracias os damos por el eminente don de
devoción a vuestra dulce Madre y a San José, que concedisteis a vuestra
amada Virgen Teresa. Por vuestros méritos y por los de esta amable
Esposa vuestra, os rogamos nos concedáis la gracia de una tierna especial
devoción a vuestro Padre nutricio San José y a María nuestra Madre.
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
VII.
¡Oh amantísimo Señor nuestro Jesucristo! Gracias os damos por el extraordinario
don de tener herido el corazón, que concedisteis a vuestra muy amada Virgen
Teresa. Por vuestros méritos y por los de esta fervorosa Esposa vuestra,
os rogamos nos concedáis también la herida del amor divino, a fin de que, de
aquí en adelante, no pensemos en amar más que a Vos.
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
VIII.
¡Oh muy amado Señor nuestro Jesucristo! Gracias os damos por el eminente don de
desear la muerte que concedisteis vuestra muy amada Virgen Teresa. Por vuestros
méritos y por los de esta vuestra fiel Esposa, os rogamos nos concedáis
la gracia de desear la muerte, a fin de poseeros eternamente en la patria de la
bienaventuranza.
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
IX.
¡Oh muy caro Señor nuestro Jesucristo! Gracias os damos, en fin, por el eminente
don de una muerte preciosa que concedisteis a vuestra muy amada Virgen Teresa, haciéndola
morir dulcemente y a fuerza de adoraros. Por vuestros méritos y por los
de esta afectuosa Esposa vuestra, os rogamos nos concedáis también una buena
muerte. Si no morimos de amor, muramos cuando menos con vuestro amor, y esta
muerte nos abra las puertas del Cielo, en donde podamos amaros con un amor
perfectísimo.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
L/: Rogad por nosotros, Santa Madre
nuestra Teresa.
R/: A fin de que
seamos dignos de las promesas de Jesucristo.
ORACIÓN: Oídnos,
Señor, Autor de nuestra salvación, a fin de que, celebrando con alegría la
memoria de vuestra muy amada Virgen Teresa nuestra Madre, nos alimentemos con
su doctrina celestial, quedando inflamados por los piadosos sentimientos de su
devoción. Por Jesucristo Señor nuestro. Amén.
ORACIÓN: Señor Dios nuestro, que traspasasteis el corazón puro de la bienaventurada Virgen Teresa, Esposa vuestra y Madre nuestra tiernísima, con un dardo de fuego divino, y la consagrasteis víctima de la caridad. Concedednos, por su poderosa intercesión, que nuestros corazones ardan con el fuego del Espíritu Santo y os amen siempre sobre todas las cosas. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
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