EJERCICIO ESPIRITUAL
PARA ADORAR
AL SANTÍSIMO SACRAMENTO
EN LOS TRES DÍAS DE CUARENTA HORAS
DISPUESTO POR UN DEVOTO
Murcia, año de 1783
ADVERTENCIA
Primera:
El fin de imprimir este cuadernito, es para que pueda leerse con limitación à
tres días y en la forma que se leen las Novenas: pues, aunque es verdad, que
hay muchos libritos, y muy especiales sobre, el mismo asunto; pero unos tienen
consideraciones muy largas, y otros las dividen por los días de la semana, los
cuales son muy proporcionados para aquellas partes, en que hay Cuarenta Horas
por todo el año; más en donde no hay tan deseable frecuencia, parece más
oportuna la distribución en tres días y como las tres Virtudes Teologales son
las principales, ha venido bien y el aplicar a cada día una.
Segunda:
Se gana Indulgencia Plenaria y visitando al Señor expuesto en este tiempo de
Cuarenta Horas, concedida por N. SS. P. Inocencio XII.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Altísimo
Señor y Eterno Dios de la Majestad, yo vilísimo pecador, me animo à llegar al
Trono de vuestra Grandeza a pediros misericordia; porque considero, que,
abrasado en vivo amor por vuestras criaturas, bajasteis del delicioso seno de vuestro
Eterno Padre, y os dignáis habitar con nosotros oculto en el Santísimo
Sacramento del Altar, desde donde llamáis à los pecadores, diciendo.
"Venid a mí todos los que trabajáis, y gemís, cargados del triste yugo de
vuestras miserias, que Yo os aliviaré: Venid a mi todos los que, sedientos,
buscáis cisternas disipadas, que no pueden contener agua: Venid à mí, que Yo
soy la fuente de aguas vivas, y el que bebe de esta agua, nunca tendrá sed:
Venid à mí hijos de mi corazón, y hallareis, lo que no podéis imaginar: Venid ,
y no os atemoricéis de mi Grandeza, pues aunque es verdad, que en el Cielo las
columnas del Firmamento se estremecen de pavor en mí; presencia, por
lo mismo vengo oculto, y disfrazado con el velo del Sacramento; y así
venid, venid hijos de mi Alma, que por vosotros me hice Niño, siendo Grande,
por vosotros lloré, por vosotros fui vendido, atado, azotado, escupido,
abofeteado, herido , burlado, y afrentado; por vosotros di mi sangre, y mi
vida, en un madero; y finalmente, vuestro amor me tiene en estos Altares.
DÍA PRIMERO
Soberano Señor Sacramentado, mi Dios, mi
Rey ,y mi Padre Omnipotente, y Santo, suplicoos, tengáis misericordia de mí, y
me concedáis la gracia de que os adore todos los di as de mi vida, con una
vivísima fe de vuestra real presencia en el Augusto Sacramento del
Altar; y que así como Vos tenéis vuestras delicias en estar con los hijos de
los hombres, tenga yo mi dicha en contemplaros presente en nuestros Altares, y
acudir à Vos en mis conflictos, para que de este modo sea libre de los enemigos
que me persiguen y teniendo constancia en el camino de salvación, llegue
finalmente à la tierra de Promisión, que es la Gloria , para alabaros sin cesar
entre los Ciudadanos de aquella dichosa Patria. Amén.
ORACIÓN
Dios mío, creo en Vos, fortaleced mi fe; espero en Vos, firmad mi esperanza; os amo de todo corazón, encended mi amor; me pesa de haberos ofendido, aumentad mi arrepentimiento. Os adoro como a mi primer principio os deseo como a mi último fin, os doy gracias como a mi continuo bienhechor, y os invoco como à mi soberano defensor. Dignaos, Dios mío, de dirigirme por vuestra sabiduría, contenerme por vuestra justicia, consolarme por vuestra misericordia, y ampararme por vuestro poder. Os consagro mis pensamientos, palabras, obras, y trabajos, à fin de que de hoy en adelante piense siempre en Vos, hable de Vos obre según Vos, y padezca por Vos. Señor, hágase en mí, de mí, y de todas mis cosas vuestra santísima voluntad en tiempo y eternidad. Os suplico, que ilustréis mi entendimiento, abraséis mi voluntad, purifiquéis mi corazón, y santifiquéis mi alma. Alentad, Dios mío, mi tibieza, para satisfacer por mis pecados pasados, para resistir à las tentaciones que se ofrezcan, para refrenar las pasiones que me dominan y para adquirir las virtudes que me convienen. Llenad, Señor, mi corazón de un tierno amor de vuestra bondad, de un odio eficaz de mis pecados, de una abrasada caridad para con mis prójimos, y de un firme menosprecio del mundo, y de sus respetos; para que así viva sujeto a mis mayores, caritativo à mis enemigos, fiel a mis amigos, y tratable a mis inferiores. Socorredme, Señor, con vuestra gracia, para vencer la lujuria, con la mortificación; la avaricia con la limosna; la ira, con la paciencia; y la tibieza con el fervor. Concededme, Dios mío, prudencia en las empresas, magnanimidad en los peligros, sufrimiento en los trabajos, moderación en las felicidades, atención en la oración, templanza en la comida, cumplimiento en mis empleos, y constancia en mis resoluciones. Fortalecedme, Señor, para que ponga todo cuidado en mantener una conciencia limpia, un exterior modesto, una conversación edificativa, una conducta ajustada, y que me aplique incesantemente a vencer mis apetitos, a corresponder a vuestra gracia, a observar vuestros preceptos, y a merecer mi salvación. Dadme a conocer, Dios mío, la pequeñez de la tierra, la grandeza del Cielo, la brevedad de esta vida y la eternidad de la otra, para que así me disponga a una buena muerte, tema vuestro juicio, me libre del infierno, y consiga la Gloria, por los méritos de mi Señor Jesucristo. Amén.
Ahora se puede tener un rato de Oración
mental y si en acabando se quiere decir los gozos, también van puestos à lo
último de este cuadernito.
DÍA SEGUNDO
Soberano Señor Sacramentado, Esperanza de las gentes, y deseo de los Collados eternos, Padre de misericordias, y Dios de toda consolación, pues que os dignasteis prepararme una Mesa contra los que me atribulan, suplico a vuestra Majestad, os dignéis también, concederme una verdadera, y firme Esperanza en el mar inmenso de vuestra piedad, para que de ambos modos fortalecido contra los asaltos de mis enemigos, pase felizmente la noche de esta vida, hasta que amanezca el día claro de la eternidad, y cante seguro vuestras maravillas en aquella dichosa Ciudad. Amén.
DÍA TERCERO
Soberano Señor Sacramentado, fuego de amor
consumidor , que vinisteis atraer fuego a la tierra, y no queréis, sino que
arda, yo vilísimo hierro frio, posteado ante vuestra Majestad, os suplico tengáis
misericordia de mí, y encendáis en el centro de mi corazón una llama de vuestro
amor, la cual perenemente arda, y me fortifique de suerte que ninguna cosa, ni
la tribulación, ni la angustia, ni la persecución, ni la altura, ni la
profundidad, ni la vida, ni la muerte pueda separarme de Vos, hasta que algún día
os ame perfectamente en aquel dichoso piélago de amor en donde se abrazan los
Querubines y Serafines, por los siglos de los siglos. Amén.
LOORES AL SS. SACRAMENTO
Cantemos con dulce acento
A Cristo en Pan disfrazado;
Seáis por siempre
alabado,
Santísimo Sacramento.
Por este Divino Pan,
De Dios hijos verdaderos
Somos, de Cristo herederos
Todos los hijos de Adán:
Diga cada cual atento,
De tanto bien animado.
Pelícano Celestial,
Que en amor paterno arde,
Hace de su pecho alarde
Con el precioso raudal:
Quien gusta de este alimento,
Queda en él regenerado.
Las más altaneras aves
Al convite son llamadas
Porque después de cebadas
Entonan cánticos graves:
No brutos, que del sustento
Sacan el sueño pesado.
Que suba à ser Dios el hombre,
Y que Dios à ser hombre baje:
De tan raro maridaje,
Quién habrá que no se asombre
Tan desacorde instrumento,
Solo el amor le ha templado.
Tanta es la fuerza del arte
De aqueste Dios escondido,
Que cual cristal dividido
Está todo en cualquier parte;
Artificioso portento
Para ser comunicado.
Los que sin Fe prevenidos
Quieren al blanco tirar,
Miren que no han de acertar
Todos los cinco sentidos:
Sin aqueste documento,
Ha de ser el tiro errado.
Este gustoso Panal
En la boca de un León,
Da la muerte en su ocasión
Al que le recibe mal:
Pero le deja opulento
Al que llega recatado.
Hombre no quieras perder
Logros de tal beneficio,
No te comas el juicio
Cuando vayas à comer:
Limpia contrito, y atento
Toda mancha de pecado.
Procura oveja perdida,
Apartada del rebaño,
Buscar con el desengaño
De tan buen Pastor la vida:
Responde pues al acento
Del Pastor que te ha criado.
L/: Nos has dado Pan del
Cielo
R/:
Que contiene todo consuelo.
ORACIÓN: Oh Dios, que en
este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión, te pedimos nos
concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu
Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
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