lunes, 22 de junio de 2020

DEVOCIÓN A LA VIRGEN DEL PERPETUO SOCORRO POR LAS ÁNIMAS DEL PURGATORIO


SÚPLICAS A NUESTRA SEÑORA DEL PERPETUO SOCORRO EN ALIVIO DE LAS ALMAS DEL PURGATORIO

 

 

¡Oh Madre del Perpetuo Socorro! tan grande es vuestra bondad, que no podéis descubrir miserias sin compadeceros. Mirad, os suplicamos, con caritativos ojos las afligidas almas que sufren en el purgatorio, sin poderse procurar alivio alguno en sus tremendas penas y moveos a compasión. Por vuestra piedad y por el amor que tenéis a Jesús, os pedimos, mitiguéis sus sufrimientos, y les procuréis eterno descanso. Pero ¡ah! ¡cuán dolorosa debe ser para vuestro maternal corazón, la conducta de innumerables cristianos, que dejan en el olvido las pobres almas del purgatorio! ¡Esperan nuestros sufragios y apenas hay quien se acuerde de ellas! ¡Oh María! dignaos inspirar a todos los fieles una tierna y viva compasión por nuestros hermanos difuntos; comunicadles un ardiente deseo de ofrecer por ellas obras satisfactorias, y ganar, en su favor, cuantas indulgencias les sean aplicables, a fin de que pronto vayan a gozar de Dios. Oíd ahora las súplicas que por ellas os hacemos:

 

Para que salgan de aquella tenebrosa cárcel. R/: imploramos tu perpetuo socorro, o Madre de bondad.

 

Para que Dios les perdone la pena de sus pecados,

 

Para que se abrevie el tiempo de sus sufrimientos,

 

Para que se apaguen sus llamas abrasadoras,

 

Para que un rayo de luz celestial ilumine sus horrendas tinieblas,

 

Para que sean consoladas en su triste abandono,

 

Para que alcancen alivio en sus penas y amargas angustias,

 

Para que su tristeza se cambie en perpetua alegría,

 

Para que se mitigue su ardiente sed de los bienes eternos,

 

Para que se llenen pronto sus deseos vivísimos de entrar en la gloria,

 

Por las almas de nuestros padres o hijos,

 

Por las almas de nuestros hermanos,

 

Por las almas de nuestros parientes,

 

Por las almas de nuestros amigos,

 

Por las almas de nuestros bienhechores,

 

Por las almas que sufren en aquellas llamas por culpa nuestra,

 

Por las almas de aquellos, que en su vida nos hicieron sufrir,

 

Por las almas más desamparadas,

 

Por las almas que sufren mayores tormentos,

 

Por las almas que están más cerca de entrar en el cielo,

 

Por las almas que durante su vida te han amado más a ti y a tu divino Hijo,

 

Por las almas de aquellos, que sufren hace más tiempo,

 

Por todas las benditas almas del purgatorio,

 

Por tu inefable misericordia,

 

Por tu inmenso poder,

 

Por tu maternal bondad,

 

Por tu incomparable maternidad,

 

Por tus preciosas lágrimas,

 

Por tus acerbos dolores,

 

Por tu santa muerte,

 

Por las cinco llagas de tu amado Hijo,

 

Por su sangre divina derramada por nosotros,

 

Por su dolorosísima muerte en el árbol de la Cruz,

 

Por qué se apliquen con abundancia a los difuntos las súplicas de los vivos,

 

Para que la gloriosa legión de los santos las socorra sin cesar,

 

Para que los nueve coros de los ángeles las reciban con regocijo,

 

Para que tus ojos maternales les echen una mirada de compasión,

 

Para que las haga felices la vista de tu divino Hijo,

 

Para que por la contemplación de la Santísima Trinidad sean bienaventuradas,

 

Para que se haga cada día más fervorosa nuestra devoción a las almas.

 

Para que se ofrezcan siempre más y más oraciones, indulgencias y obras satisfactorias para ellas,

 

Para que nosotros recibamos el premio eterno de nuestra devoción a las almas,

 

Para que las almas, que hayamos librado del purgatorio, hagan un día lo mismo con nosotros,

 

ORACIÓN

O Madre compasiva del Perpetuo socorro, mirad, os ruego, a esas afligidas almas que la justicia de Dios tiene sumergidas en las llamas del purgatorio. Ellas son caros objetos del amor de vuestro divino Hijo; ellas lo han amado durante su vida, y al presente se abrazan en deseos de verle y poseerle; pero no pueden romper sus cadenas por sí mismas, ni salir del fuego terrible que las devora. ¡Conmueva vuestro tierno corazón la vista de su dolor! Dignaos consolar esas almas que os aman y suspiran sin cesar por Vos; son hijas vuestras, mostrad que sois para ellas Madre del Perpetuo Socorro. Visitadlas, mitigad sus penas, abreviad sus sufrimientos y apresuraos a librarlas alcanzando de vuestro divino Hijo les aplique los méritos infinitos del santo sacrificio que por ellas se celebra. Amén.

 

Un credo por los devotos

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