martes, 2 de junio de 2020

JUEVES A SAN FELIPE NERI



JUEVES CONSAGRADO AL PATRIARCA SAN FELIPE NERI


ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Criador, Padre y Redentor mío amabilísimo, por ser Vos quien sois, digno de ser amado sobre codas las cosas: me pesa, Señor, de haberos ofendido, propongo firmemente la enmienda de mi vida, y espero de vuestra infinita bondad, que me daréis la gracia necesaria para emprenderla, y continuar en vuestro santo servicio hasta la muerte. Amén.


DEPRECACIÓN

Glorioso Padre y Patriarca San Felipe Neri, Apóstol de Roma, modelo de perfección, espejo de santidad, luz clarísima de la Iglesia; por aquel fervorosísimo celo, ardiente llama dé caridad con que a mayor gloria de Dios y bien de las Almas, empleasteis todo el tiempo de vuestra laboriosa vida en procurar el provecho espiritual y temporal del prójimo, os suplico humildemente, que desde esté instante hasta el último de mi vida me dispenséis vuestra poderosa protección, para que por ella alcance yo la rectitud de mis pasos en el camino de la virtud: la reforma de mis costumbres, pureza de Conciencia, enfrenamiento de mis desordenadas inclinaciones, el perdón de mis pecados, que arrepentido detesto con todo mi corazón: los auxilios necesarios para mi sucesiva universal enmienda; y también la particular gracia, que por vuestra mediación solicito en este día, si ha de ser para honra del Señor, y utilidad de mi Alma. Amén.

Se solicita la gracia que se desea alcanzar, y luego se dice lo siguiente:


PRECES

Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos.

Dios Padre Celestial

Dios Hijo, Redentor del mundo

Dios Espíritu Santo

Trinidad Santa, un solo Dios

Santa María R/: ruega por nosotros.

Santa Madre de Dios

Santa Virgen de las vírgenes

San Felipe

Vaso del Espíritu Santo

Hijo de María

Apóstol de Roma

Consejero de los Papas

Voz de la profecía

Hombre de los tiempos antiguos

Santo amable

Héroe del retiro

Padre suavísimo

Flor de pureza

Mártir de caridad

Corazón flamígero

Discernidor de espíritus

Gema de los sacerdotes

Espejo de la vida divina

Modelo de simplicidad

Ejemplo de sencillez

Luz de santa alegría

Imagen de la infancia

Retrato de la ancianidad

Director de almas

Pescador de los vacilantes

Guía de la juventud

Patrón de tu propiedad,

Anfitrión de los Ingleses

Tú que observaste la castidad en tu juventud

Tú que buscaste a Roma por divino consejo

Tú que por largo tiempo te escondiste en las Catacumbas

Tú que recibiste al Espíritu Santo en tu corazón

Tú que experimentaste tan admirables éxtasis

Tú que tan amablemente serviste a los pequeños

Tú que lavaste los pies de los peregrinos

Tú que tuviste sed de martirio

Tú que distribuiste diariamente la palabra de Dios

Tú que volviste tantos corazones a Dios

Tú que conversabas tan dulcemente con María

Tú que resucitaste a los muertos

Tú que estableciste tus casas en toda región

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.

Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos.


L/: Ruega por nosotros, San Felipe.

R/: Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

 

ORACIÓN: Oh Dios, que elevaste a tu Confesor el bienaventurado San Felipe a la gloria de tus santos, concédenos propicio, que cuantos nos alegramos por su conmemoración, aprovechemos el ejemplo de sus virtudes. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.


RESPONSORIO

Si buscas prodigios, luego

Los tendrás, si estando en gracia

Tu devoción y eficacia,

Dirige a Felipe el ruego.

 

R/: El nuestras dolencias sana,

Del mar, y viento el rigor,

Mitiga, y es protector

De la religión cristiana.

 

Cuidados, y adversidades

De los ánimos serena,

El fuego aplaca, y enfrenta

Granizos y tempestades.

 

Reprime los terremotos

Los energúmenos cura;

Y en la pobreza procura

Socorrer a sus devotos.

 

Su intercesión cada día

Restituye vida al muerto,

Y es el camino más cierto,

Para el favor de María.

 

Oh gran Felipe, consuelo

Y esperanza de salud,

Oh espejo de la virtud,

Solicítanos el Cielo.

 

A Dios Trino y Uno en tanto

Sea el honor y por memoria

De tus Prodigios y gloria

Danos tu auxilio, gran Santo. Amén.


 

GOZOS

Felipe, si es tu blasón

Que el Cielo de almas se llene,

Pedid lo que más conviene

Para nuestra salvación.

 

Fénix del amor divino

Que en sacro fuego abrasado

Os advertís transformado

En Serafín peregrino:

Como que Dios os previno

Para su grata mansión.

 

Vuestro cuerpo virginal

Un templo a Dios le prepara,

Donde el corazón es el ara,

Y el pecho el arco triunfal:

El rito el más celestial

Y todo vos la oblación.

 

Elevado entre esplendores

Cuando la Misa decíais,

Siempre al encuentro salíais

Al Dios de vuestros amores:

De aquí los grandes temores

Y sacra palpitación.

 

Al que se os lamenta helado,

De su amor mal satisfecho,

Aplicado a vuestro pecho

Lo despedís abrasado.

¡Oh contacto que has formado

Tanta santificación!

 

De Roma Apóstol glorioso,

Que aspirando a su reforma,

Os hacéis espejo y norma

De su Clero numeroso,

Y así lograsteis dichoso

Tan divina pretensión.

 

Al Orbe tenéis atento

Viendo en vos tan familiares

Los milagros a millares,

Las profecías sin cuento.

Para el triste sois contento,

Para el pobre protección.

 

Por la Palma suspiráis,

Y ya que no se os permite,

Ofrecéis como en desquite

La penitencia que usáis:

Y tanta sangre arrojáis

Cuanta os vertiera el Japón.

 

Venera tanta virtud

El mar y se consolida,

Los muertos recobran vida,

Los moribundos salud:

Su regla la juventud,

La ancianidad perfección.

 

Vuestra voz llave del Cielo,

Terror fue para el abismo,

Que atropellado en sí mismo

Huye de aceptar el duelo:

Y en eterno desconsuelo

Publica su confusión.

 

Por caridad noche y día

Tenéis las puertas patentes

Para cuantos penitentes

Vienen a vos a porfía:

Pues para maestro y guía

Lográis particular don.

 

Morador feliz del Cielo,

Que mantenéis soledad

Entre la publicidad,

Que os pide audiencia y consuelo,

Formado para modelo

De la mental Oración

 

Llevando a un pobre el sustento

En noche muy tenebrosa,

En una profunda fosa

Caéis con golpe violento:

Mas un Ángel al momento

Os extrajo sin lesión.

 

En parto el más arriesgado,

Terremoto o tempestad,

Quien os clama con verdad

Halla en vos un abogado

Que piadoso, de contado,

Empeña su intercesión.

 

Vuestra angélica pureza

Azucena fue fragante,

Que a la Iglesia militante

Por sus dotes embelesa:

Pues discernís con destreza

El candor y la infección.

 

Nobleza condecorada,

Hacienda, Mitras, Capelos,

Como amante de los Cielos,

Son para vos polvo y nada:

Conociendo a una mirada

Los que les tienen pasión.

 

Enfermo de amor un día,

Por premiar vuestro cariño,

Os dio su divino Niño

La misma Virgen María.

Los favores que os haría

No admiten explicación.

 

Tomáis con amor filial

De Jesús la lección propia,

Y vino a salir la copia,

Conforme al original:

Dulce, inocente, jovial,

Y humilde de corazón.

 

ANTÍFONA: Este es el que obró grandes virtudes ante Dios, y repleto su corazón con la llama celestial alabó al Señor: que interceda por los pecados de todas las gentes, y nos proteja de todo peligro de alma y cuerpo.

 

L/: Ruega por nosotros, Santo Padre Felipe.

R/: Para que, ardiendo en amor divino, seamos dignos de las promesas de Cristo.


ORACIÓN: Oh Dios, que admirablemente dilataste el corazón de tu confesor el bienaventurado San Felipe, movido agitadamente en el amor divino, fracturando las costillas, te suplicamos por su intercesión que crees en nosotros un corazón puro, y renueves un espíritu recto en nuestras entrañas, para que, con temor y temblor de la magnitud de tu brazo, y amándote con perfecta caridad, merezcamos ser libres de las conmociones de la tierra y de toda adversidad. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Se rezan cinco Padres Nuestros, Aves María y Glorias


DEPRECACIÓN

Amabilísimo Protector mío San Felipe Neri, que, penetrado siempre de la Caridad más intensa, fuisteis durante vuestra admirable Vida, intercesor poderoso en favor de los pecadores: director infatigable de las Almas: consuelo universal de los afligidos: recurro de los necesitados, y promotor del santo ejercicio de Oración. Yo, Santo mío, os elijo desde este día por mi especial, y perpetuo Abogado: pongo en vuestras manos todas mis necesidades espirituales, y temporales, y principalmente la que en la hora, y articulo de mi muerte tendré de un apoyo eficaz para resistir valerosamente las tentaciones, y asechanzas con q te mis enemigos procurarán asaltarme en el último y decisivo combate: y pues tantas veces experimentaron los moribundos el gran valor de vuestra asistencia en aquel apurado trance: de ahora para entonces imploro vuestro socorro: y para no desmerecerle, os ruego me alcancéis los auxilios necesarios para santificar el resto de mi vida y también el particular favor a que aspiro en este ejercicio, si es del agrado de mi Dios, y Señor, y conviene al provecho de mi Alma. Amén.

 

 

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

ANOTACIONES

Al hablar sobre la piedad popular, es referirnos a aquellas devociones que antaño se hacían en nuestros pueblos y nuestras casas, cuando se...