jueves, 27 de agosto de 2020

MES DE AGOSTO AL INMACULADO CORAZÓN - DÍA VEINTISIETE

 


DÍA VIGÉSIMO SÉPTIMO

MEDITACIÓN

Compete al Corazón fidelísimo de María el hermoso título de Reina y Madre de la gracia y misericordia, ya por habernos dado su Hijo santísimo, autor de la gracia y fuente de misericordia; ya por sus compasivas entrañas maternales, que son todo misericordia y bondad; ya también por haberla constituido Dios dispensadora de sus tesoros y riquezas y querer que todas las gracias nos vengan por medio de María. Así se expresan los Santos, singularmente San Bernardo y San Alfonso María de Ligorio. No hay género de miserias que no esté dispuesto a remediar este Corazón misericordiosísimo, ni linaje de gracias que no quiera concedernos, si nos convienen. Además, como dijo el Señor a Santa Matilde, fue su Corazón virginal asiduo en la contemplación, consiguiendo por sus méritos innumerables gracias a los hombres. Pero, aunque muchas recibimos de su generosidad, sin que a nosotros se nos haya ocurrido el pedírselas, está puesto en razón que para alcanzarlas se las pidamos. Y ¿quién habrá que tema repulsa de un Corazón tan bueno y deseoso de ampararnos? No; a nadie rechaza que acuda a él con confianza. 

¡Oh Corazón compasivo de María! Mira mis miserias y necesidades, los peligros que me rodean y los enemigos que me combaten. Confieso que por mi ingratitud pasada no merezco ser oído; pero sé que tu bondad es mayor que mi ingratitud, y que nunca desvías tu rostro del que en ti confía.

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

ANOTACIONES

Al hablar sobre la piedad popular, es referirnos a aquellas devociones que antaño se hacían en nuestros pueblos y nuestras casas, cuando se...