miércoles, 12 de agosto de 2020

NOVENA AL BEATO DALMACIO MONER

 

NOVENA DEL BEATO DALMACIO MONER Y SIQUER

DE LA ORDEN DE PREDICADORES

NATURAL DE SANTA COLOMA DE FARNES Y PATRONO DE LA CIUDAD DE GERONA

COMPUESTA POR

D. JOAQUIN MANUEL DE MONER

Gerona, 1864

 

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor y Dios mío Jesucristo, Padre de las Misericordias, que, para la salvación del linaje humano, derramasteis vuestra sangre preciosísima, y ardiendo ahora en amor infinito, con gemidos inefable, llamáis a las cerradas puerteas de nuestro endurecido corazón, aquí me tenéis postrado ante vuestra presencia soberana, humildemente rendido a vuestros pies, os abro las puertas de mi pecho, confieso todas mis gravísimas culpas. Vengo con lágrimas de penitencia a suplicaros, con la efusión de mi alma a pediros me las perdonéis todas, me apartéis siempre de las ocasiones de pecar y concedáis la gracia de enmendarme constantemente de mis muchas maldades, a cuyo fin interpongo por intercesor y poderoso medianero y Patrón al Beato Dalmacio Moner, al cual vos llamasteis y escogisteis para siervo vuestro y apoyo mío, para que adherido yo a vuestra voluntad soberana, a sus grandes merecimientos acogido pueda un día veros y con el adoraros en la Gloria Amén.

 

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Inmaculada Emperatriz de cielos y tierra, templo de Dios vivo, arca del Santuario, Jerusalén celestial iluminada con los resplandores de las más excelsas virtudes, María Santísima Madre de Dios y Señora nuestra, a quien mejor que á vos podré acudir, en medio del encenagamiento de mis pecados y en el hondo abismo de mis fallas, a quien como a la que llena de amor y de santa esperanza ningún mal habito resiste, no hay culpa que no combata, no hay maldad que no aterro vibrando las armas de su clemencia y los maternales rayos de su vista y predilección para con los pequeñuelos. Concededme pues las gracias que necesito, los favores que me convienen del infinito umero de vuestros méritos, amparado de los que duren su vida con vuestra decidida protección le concedisteis y ganó vuestro esclarecido devoto, el Beato Dalmacio Moner con su pureza, con su mortificación, con su abnegación, con sus continuos ayunos, con su obediencia, con su pobreza evangélica, con su castidad, con su humildad, y principalmente con su encendida caridad, para que con vuestra poderosa intercesión y la suya, consiga el particular favor que espero alcanzar con esta novena, si es a mayor gloria de Dios y vuestra, ofreciéndoos a este fin, tres Aves Marías y un Gloria Patri. Amén.

 

DÍA PRIMERO

ORACIÓN

Purísimo Dalmacio que resistiendo desde vuestra niñez, los fuertes alahagos de la carne y del mundo, con servasteis toda vuestra vida tan limpio vuestro noble corazón que jamás logró el enemigo infernal verle manchado con el contagio de la culpa mortal, bien sé que habiendo yo perdido por mis gravísimos pecados, la gracia bautismal, no debo acercarme a Vos, ni merezco recibir las bendiciones debidas a las almas puras, más confiando en vuestra clemencia me atrevo a pediros humildemente purifiquéis mi alma, la limpiéis de mis iniquidades, la lavéis de sus culpas, para que puro solo a Dios ame, solo a él quiera, solo a él sirva, siguiendo vuestras pisadas que conducen a la felicidad eterna. Amén.

Se reza un Padre nuestro, Ave María y Gloria.

 

GOZOS

De absterior y penitencia,

Pasmo, norte y ejemplar:

Sed Dalmacio tutelar,

Del país en toda urgencia.

 

Vuestro linaje bien quiso

Santa Coloma os le dio

Y vuestro celo ordeno

Seguir luego a Jesucristo,

Procurándole imitar,

En todo con excelencia:

 

De Domingo la virtud,

Seguiste con perfección,

Entrando en su religión

Desde vuestra juventud,

Su observancia regular

Guardaste con eminencia:

 

Vuestra humildad es tan grande,

Fue profunda y peregrina,

Que vuestra virtud destina

Vivir del mundo ignorado,

Sabiendo así soportar

Del demonio la potencia:

 

Guardia fiel de la pureza,

Siempre fuiste con rigor

Lo que, en cuerpo e interior,

Guardaste con entereza,

Huyendo sin nada hablar

Aun de hermanos a presencia:

 

Los regalos que buscaste

Todo el curso de la vida,

Fue la pena más crecida,

Co que os mortificasteis,

Procuraste castigar

Vuestro cuerpo sin clemencia:

 

De la soledad amante,

Huiste con gran porfía,

De la humana compañía

De cuevas hecho habitante,

No cesando de alabar

La alta increada esencia:

 

Vuestra santidad celosa

Una cueva fabricó,

Donde mucho ejercitó

La contemplación dichosa,

Empezando ya a lograr,

Gracias de la Omnipotencia:

 

Con ángeles conversaste

Viviendo en cuerpo mortal,

Vida haciendo angelical

Su agilidad imitaste,

Echándoos a volar

Para cumplir la obediencia:

 

Envíoos, cosa extraña,

Una conserva María,

Por la sed que os afligía

Cansado en cierta montaña,

Viniendo así a remediar

El cielo vuestra indigencia:

 

Riesgos y males prolijos,

Os hallan siempre abogado,

Y los padres han hallado

Consuelo en Vos a sus hijos,

Que, los dientes al echar,

Curáis de toda dolencia:

 

L/: Ruega por nosotros ¡Oh Dalmacio!

R/: Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.

 

ORACIÓN: Dios todopoderoso, que has derramado por toda la creación reflejos de tu infinita belleza y bondad, haciendo el hombre a tu imagen y semejanza, tanto amas a quienes se entregan totalmente, que nos los pones como modelo, quieres que les veneremos y haces innumerables beneficios y milagros por su intercesión. Por ello y mediante tu siervo Dalmacio te rogamos nos concedas un mayor desapego a las cosas terrenales y con ello una mayor correspondencia a tu amor. Amén.

 

 

DÍA SEGUNDO

ORACIÓN

Ejemplar perfecto de perfección, pacientísimo Dalmacio, que cual otro Job sufristeis con valor las mortificaciones más austeras asombrando al mundo con espantosa penitencia, que cual otro Antonio os sepultasteis en ásperas cuevas aherrojando vuestro limpio corazón, alcanzadme os suplico un santo valor para irme varonilmente mortificando, un alegre sufrimiento de los mayores trabajos, una fortaleza en fin para sobrellevar las miserias de esta vida para que como esforzado campeón pueda un día triunfar en la gloria que es el premio de los que combaten como Vos. Amén.

 

 

DÍA TERCERO

ORACIÓN

Santo mío Dalmacio, que, desprendido desde los más tiernos años de los atractivos poderosos de la tierra, dejando vuestra casa y Patria, parientes y amigos renunciaste a todas las cosas у recuerdos del siglo, entrando en el Sagrado asilo de la Religión Dominicana, humildemente os suplico intercedáis con el Señor para que me des prenda voluntaria y efectivamente de todo deseo material, que mis aspiraciones sean todas del espíritu, y que mi único tesoro y posesión sea el Dios bueno y trino, con quien reináis vos y espero estar por todos los siglos. Amén.

 

 

DÍA CUARTO

ORACIÓN

Amantísimo Padre mío Dalmacio, quien es capaz de elogiar, ni aun explicar la prodigiosa abstinencia de manjares y bebidas, los constantes ayunos observados rigorosamente por Vos, así en el Convento y cueva de Gerona, como en el de Marsella, tanto en vuestra juventud como en edad adelantada. Y yo Santo mío, no refrenare mi gula, y concupiscencia carnal con un remedio tan saludable, teniendo a la vista ejemplos tan portentosos de penitencia. Alcanzadme, os pido, la gracia de seguir á lo menos do lejos, y de imitar en cuanto me sea posible de cerca, estas prácticas tan aceptables, a fin de que, domando mi carne, sujetándola a mi espíritu, podamos juntos saborear las dichas celestiales en la eternidad. Amén.

 

 

DÍA QUINTO

ORACIÓN

Fidelísimo Dalmacio, Isaac de la nueva ley, obedientísimo Protector mío, que ofreciendo al Señor en holocausto vuestro puro corazón, corristeis en pos del amado no solo por las vías de la inspiración, sí que, por las señaladas por vuestros Superiores, así sin queja alguna como con deseo ardiente, reformad este duro corazón, ablandad mi voluntad, viciada, conformadme con la divina, único camino que conduce a las mansiones celestiales. Amén.

 

 

DÍA SEXTO

ORACIÓN

Imitador del Salvador del mundo, Dalmacio Santo ¿quién puede contemplar vuestra voluntaria pobreza de bienes y de espíritu sin que sienta disminuir su apego a las riquezas? ¿Qué avaricia puede resistir los fulgores de vuestro apartamiento, primero de vuestra opulenta mundanal fortuna, después de los honores debidos a vuestra acendrada virtud y letras? Haced Santo mío, que los vanos resplandores del mundo no me deslumbren, que abra los ojos a la caducidad de los bienes de la tierra y que, cerrado mi corazón a toda culpa, logre la herencia del cielo que es la vuestra por siglos infinitos Amén.

 

 

DÍA SÉPTIMO

ORACIÓN

Oh castísimo Esposo de Jesús, alma pura del Señor, privilegiado Dalmacio, que conservando toda la vida el singular don de la virginidad, merecisteis conversar con los espíritus angélicos, ser visitado por la Virgen Santísima y que acompañáis ahora al Cordero celestial donde quiera que vaya en premio de vuestra castidad. Ya que mis culpas impidan pertenecerá tan sublime categoría concededme al menos que conquistando hoy un estado puro, adquiriendo virtudes análogas, pueda de lejos, aunque en rango distinto, gozar de la vista de Dios y asociación vuestra. Amén.

 

 

DÍA OCTAVO

ORACIÓN

Si los dones que el Señor concede son en proporción a la humildad de cada uno siendo exaltado el que se humilla, cual serán los que Dios os dispensó en vida y los que disfrutáis después de muerto en las Regiones de la gloria. ¿Cuál será el premio debido a una humildad profunda, a un abatimiento espantoso, a una abnegación tan portentosa como la vuestra? Concededme pues Santo mío un total desprecio de mí mismo, una feliz objeción de mi propio, a fin de que oculto entre con los celajes de la humildad, imite al Señor y siga la única senda del Cielo que es la de los verdaderos humildes. Amén.

 

 

DÍA NOVENO

ORACIÓN

Oh amante puro de Dios, abrasado serafín de la gloria, que, quemado de amor en el altar del Señor, voló vuestra alma a la región de la luz para ser resplandeciente antorcha para los mortales. Iluminad, Dalmacio amoroso, mi entendimiento, obscurecido por el pecado, inflamad mi voluntad inactiva por la tibieza, cortad y separad todos los obstáculos que se oponen a mi íntima unión con mi único bien, mi consuelo, mi felicidad, que es la Trinidad castísima de cuyos coloquios gozáis y espero participar por los siglos eternos. Amén.

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