PEQUEÑO
ROSARIO DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA
(Usamos
el rosario ordinario)
En
la cruz, en lugar de: Creo en Dios, decimos la siguiente oración, compuesta por
San Luis de Gonzaga:
Oh
María, mi augusta soberana, desde ahora y por todos los días de mi vida y por
el momento de mi muerte, me coloco bajo tu protección especial y poderosa.
Recomiendo mi cuerpo, mi alma a la ternura de tu corazón lleno de misericordia;
Dejo a tu cuidado mis esperanzas, mis dolores, mis consuelos, mis miserias, mi
vida y el fin de mi vida, para que, por tus méritos, todas mis obras se regulen
según tu voluntad y la de tu divino Hijo. Que así sea.
En
cada grano grande, recitamos el Gloria patri, etc., luego: Dios te salve, María,
etc.
En
cada pequeño grano, decimos la siguiente oración:
L/:
Bendita sea la Santísima y purísima Inmaculada Concepción de la Santísima
Virgen María, Madre de Dios.
R/:
Para siempre, que así sea.
Si
rezamos este Rosario con otra persona, esa persona responde: Para siempre, que
así sea.
CONSAGRACIÓN
A MARÍA DESPUÉS DE ESTE ROSARIO
Oh
María, Madre de Dios, sin pecado concebida, nos dedicamos por tiempo y por la
eternidad a la ternura de tu Inmaculado Corazón; Damos gracias a Dios con toda
la Iglesia del cielo y la tierra por darte un corazón tan bueno por los
pecadores.
L/:
Madre admirable, que todas las naciones
R/:
Glorifiquen tu nombre.
Que todos los pueblos alaben las virtudes de tu inmaculado corazón.
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