ORACIONES
DE SAN CLARA DE ASÍS EN HONOR DE LAS CINCO HERIDAS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
A
LA HERIDA DE LA MANO DERECHA
¡Alabado
sea y gloria a ti, Señor Jesús! por la herida santísima de tu mano derecha. Por
esta sagrada plaga, perdóname todos los pecados que he cometido contra ti en
pensamiento, palabra y obra, por mi negligencia en tu servicio y por las
sensualidades de las que he sido culpable, ya sea por mirar o por durante mi
sueño. Permíteme guardar un recuerdo piadoso de tu muerte y de tus sagradas
heridas, y que te demuestro mi gratitud volviéndolas en mi cuerpo a través de
la mortificación. ¡Concédemela, tú que vives y reinas por los siglos de los
siglos! Que así sea.
A
LA HERIDA DE LA MANO IZQUIERDA
¡Gloria
y alabanza a ti, dulce Jesús! por la santísima herida de tu mano izquierda. Por
esta sagrada plaga, ten piedad de mí y quita de mi corazón todo lo que allí te
desagrada. Dame la victoria sobre los enemigos acérrimos que me hacen la guerra,
lléname de tu fuerza para que pueda pisotearlos, líbrame por tu muerte
misericordiosa de todos los peligros a los que están expuestas mi vida y mi
salvación. y dignos de hacerme digno de compartir tu gloria en tu reino, oh tú
que vives y reinas por los siglos de los siglos. Que así sea.
Padre
nuestro y Ave María
A
LA HERIDA DEL PIE DERECHO
¡Alabado
sea y gloria a ti, buen Salvador Jesús! por la santísima herida de tu pie
derecho. Por esta sagrada herida, hazme merecer mi perdón por una penitencia
proporcional al tamaño de mis faltas. ¡Oh! Te imploro con tu muerte, mantén a
tu pobre sierva unida a tu voluntad, y mantén su cuerpo y alma de toda
adversidad. Cuando llegue el día terrible, recibe mi alma en tu misericordia y
dale alegrías eternas, oh Señor, que vives y reinas por los siglos de los
siglos. Que así sea.
Padre
nuestro y Ave María
HERIDA
DEL PIE IZQUIERDO
¡Alabado
sea y gloria a ti, oh Jesús misericordioso! por la herida santísima de tu pie
izquierdo. Por esta sagrada plaga, concédeme la gracia de una indulgencia plena
y total, para que con tu ayuda evite la venganza que ejercerás en tu juicio.
¡Te lo pido por tu santa muerte, oh Jesús misericordioso! para que antes de
morir reciba el sacramento de tu cuerpo y tu sangre, con la confesión de todos
mis pecados, perfecta contrición y completa pureza de cuerpo y mente. Que
finalmente reciba el sacramento de la extremaunción para la vida eterna.
¡Escucha mi oración, Señor, que vives y reinas por los siglos de los siglos!
Que así sea.
Padre
nuestro y Ave María
EN
LA HERIDA DEL COSTADO
¡Alabado
sea y gloria a ti, oh amado Jesús! por la plaga santísima de tu lado. Por esta
sagrada plaga, y por esta inmensa misericordia que has mostrado al querer que
tu costado esté abierto, y que te estás desplegando a favor de todos nosotros,
después de haberlo comunicado primero al soldado Longino, te lo ruego, oh muy
-dulce Jesús ! que no te basta con haberme purificado por el bautismo del
pecado original, sino que todavía te dignas librarme de todos los males
pasados, presentes y venideros, por los méritos de tu preciosa sangre, que
ahora es ofrecida y recibido en todo el universo. Por tu muerte tan llena de
amargura, concédeme fe viva, esperanza inquebrantable y perfecta caridad, para
que pueda amarte con todo mi corazón, con toda mi alma y con todas mis fuerzas.
Afírmame firmemente en el bien, para que pueda perseverar valientemente en tu
santo servicio y agradarte ahora y siempre. Que así sea.
Padre
nuestro y Ave María
L/:
Te adoramos, Jesucristo, y te bendecimos.
R/:
De lo que redimiste al mundo con tu muerte y tu sangre.
ORACIÓN: Dios Todopoderoso y Eterno, que redimiste a la humanidad con las cinco llagas de tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, concédenos, te suplicamos, que después de haber honrado estas mismas llagas cada día, que, por los méritos de su sangre y su muerte, evite la muerte súbita y eterna. Te lo pedimos por este mismo Señor Jesús, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Que así sea.
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