martes, 15 de septiembre de 2020

NOVENA A SAN FRANCISCO DE POSADAS


NOVENA AL BEATO FRANCISCO DE POSADAS

DEL ORDEN DE PREDICADORES

Según se hace anualmente en el

Real Convento de San Pablo De la Ciudad de Córdoba,

En Málaga. 1821

 

 

ACTO DE CONTRICIÓN

Dios y Señor mío, Padre, Criador y Redentor de mi alma, pésame de haberte ofendido por ser quién eres única bondad infinita. No me pesa por la gloria de que el pecado me priva, ni por la pena terrible a que me condena: pésame por ser la culpa tan grave mal, y el mayor de todos los males por ser ofensa tuya: pésame de que por ella sea agraviado tol o un Dios, que es el sumo bien, y el mayor de todos los bienes. Compadécete, Dios Clementísimo, de esta oveja perdida, que llena de vergonzosa confusión, postrada a tus sagrados pies te pide perdón y misericordia. Recibe las lágrimas amargas de mis ojos, los vehementes suspiros de mi alma atribulada, y el arrepentimiento de mi corazón contrito y humillado. Perdóname, Dios de infinita bondad, que yo propongo, mediante los auxilios de tu divina gracia, no ofenderte jamás, y cumplir las promesas que ofrece mi alma en sacrificio de sus delitos, ante tu adorable majestad. Oye los gemidos de mi verdadera contrición con los que clamo a las puertas de tu piedad inmensa, para reconciliarme contigo en esta vida y después gozarte en la eterna. Amen.

 

 

DÍA PRIMERO

CONSIDERACIÓN

Considera que sin la fe nadie puede salvarse; que esta es la puerta por donde entramos al gremio de la Santa Iglesia, y la que nos adquiere el imponderable honor de ser hijos de Dios. La fe es aquella virtud elevada por la que los padres, patriarcas y profetas creyeron y se salvaron en la cierta esperanza de nuestra redención  y ella es por la que los escogidos, y grandes amigos de Dios obraron milagros, prodigios y maravillas para confirmar la verdadera religión en las leyes natural, escrita y evangélica, y la que después de reunimos en el rebaño del buen Pastor Jesucristo nuestro Redentor, nos proporciona los medios espirituales para hacernos felices en tiempo y eternidad. Contempla cuantos fueron los portentos que obró el Beato Francisco de Posadas, poseído de esta sublime virtud, resucitando muertos, sanando enfermos, profetizando las cosas venideras, y revelando los más profundos secretos del corazón de los hombres para la conversión de sus almas. Empeñare en sostener y conservar con firmeza la fe que profesaste en el santo bautismo, separándote con celosa vigilancia de los riesgos y ocasiones de perderla, a que nos exponen la infidelidad y libertinaje de los impíos de nuestro siglo.

 

ORACIÓN

Dios adorable, cuya religión única, santa y verdadera quiero sostener aun a cosca de mil vidas, si posible fuera siendo tan eficaz ejemplo la fe viva con que te adoro y sirvió tu siervo Francisco: concédenos por su singular protección, que, creyendo en ti, y en todos los artículos que cree y confiesa nuestra madre la Santa Iglesia Católica, viva y muera creyendo y confesando tu adorable y sacrosanta religión, para gracia de tu nombre santísimo, y bien de mi alma. Amén.

 

Ahora se rezan tres Padres nuestros. Pida cada uno la gracia que deseare conseguir por la intercesión de nuestro Santo en esta Novena.

 

 

GOZOS

De privar con el Señor

Muchas pruebas cenéis dadas:

Sed Francisco de Posadas

Nuestro amante Protector.

 

Una luz resplandeciente

Fué del nacer precursora,

No es extraño que la aurora

Preceda al Sol en su oriente:

Santo os aclama la gente

Al ver aquel resplandor.

 

Infante en cuna ayunáis

Mamando una vez al día,

Rompéis el Ave María

Apenas articuláis:

Hijo estimado os mostráis

De la madre del Señor.

 

Entre prodigios nacisteis,

Niño a niños predicasteis,

Niño milagros obrasteis,

Y a muchos Santos hicisteis:

Si niño tanto pudisteis,

¿Cuánto más siendo mayor?

 

Dominico queréis ser,

El Demonio no lo quiere,

Dos mil intrigas sugieren,

Pero burláis su poder:

Porque el que busca el querer

De Dios, siempre es vencedor.

 

Fervoroso en predicar,

En la oración arrobado,

En el altar abrasado,

Incansable en confesar;

Lucir, arder, inflamar

Forman todo tu esplendor.

 

Predicando enamoráis,

Contemplando enternecéis,

Celebrando enardecéis,

Confesando acaloráis,

Conversando mejoráis,

Admira vuestro fervor.

 

Anunciáis lo que vendrá,

Penetráis los corazones.

La gracia todos sus dones

En Vos desplegando está:

El que a Vos a encontrar va

Siempre se encuentra mejor.

 

A Córdoba sorprendisteis,

El teatro le cerrasteis,

Los escándalos quitasteis,

Las virtudes promovisteis:

Hijo amante engrandecisteis

De vuestra Patria el honor.

 

Si dos mitras renunciáis,

La cruz solo apetecéis,

A los pobres socorréis

Y de serlo os gloriáis:

A ser máximo llegáis

Creyendo ser el menor.

 

Francisco sois, y en verdad

El de Sales en dulzura,

El de Borja en la cordura,

El de Axis en la humildad,

El de Paula tu caridad,

U n Xavier predicador.

 

Jesucristo el corazón

Regala a vuestro cariño,

La Virgen su leche y niño

Os dona en otra ocasión:

Tan grandes finezas son

Incentivo a vuestro amor.

 

Desde entonces noche y día

N o cesasteis un momento

A que tomase incremento

El Rosario de María:

Esta devoción hervía

Donde erais su promotor.

 

Curáis pechos cancerosos,

Dais leche con abundancia,

Asistís en la lactancia,

Y en los pircos peligrosos:

Muchos casos portentosos

Por Vos ha obrado et Señor.

 

De Catalina en el día

Nacisteis y profesasteis,

Cuando de ella celebrasteis

A vuestro lado asistía:

Oh cuanto os abrasaría

En vuestro santo fervor.

 

Y a que estáis con el Señor

En las celestes moradas:

Sed Francisco de Posadas

Nuestro Amante protector.

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Señor Dios Omnipotente, que en el Cielo y en la tierra eres glorificado en tus santos, a quienes te dignas dispensar gracias tan singulares, distinguiéndolos con las augustas señales de santidad, y dándolos a conocer entre los hombres por tus íntimos y familiares amigos ; habiéndote manifestado tan admirable en tu siervo francisco, concediéndole las dispensaciones más generosas de tu gracia infinita, enriqueciendo su bendita alma con los más preciosos dones, apareciendo en el mundo como varón de prodigios, y brillando en el firmamento de la Iglesia como astro luminoso y varón singular en virtudes y maravillas, siendo en su pueblo Apóstol, Reconciliador, Profeta y Ángel de paz, sobresaliendo en el celo por la conversión de las almas, y en la devoción fervorosa a tu Santísima Madre: concédenos por su poderosa intercesión la fiel observancia de tu santa c inmaculada ley; la penitencia y contrición de nuestras culpas; la extensión y prosperidad de nuestra Madre la Iglesia, y la felicidad de nuestro Católico Reino, con los bienes espirituales y temporales que más nos convengan, y sean conformes a tu santísima voluntad. Amén.

 

 

 

 

DÍA SEGUNDO

CONSIDERACIÓN

Considera, que, así como por la te conocemos a Dios, por la esperanza ros conducimos a su posesión. Esta virtud consoladora es la que nos hace aspirar con fortaleza al único y arduo negocio de nuestra salvación eterna, y ella es la que vence todos los obstáculos, contradicciones y adversidades que se nos pueden oponer en el camino de la cruz para conseguirla. Con esta virtud se mantuvo el Beato Francisco de Posadas siempre constante, tranquilo y resignado en las, más violentas persecuciones que experimentó desde su niñez, permitiéndolo Dios así para acrisolar más y más su virtud acendrada y mérito extraordinario, y esta esperanza que al Santo le ofrecía tantos bienes y consuelos que la virtud que con eficaz y ardiente celo recomendaba a todos, aconsejando a los atribulados, enfermos y perseguidos a que confiasen en Dios, correspondiendo en ellos los prometidos efectos de su caritativa persuasión. Aprende de este heroico Santo a esperar en el Señor en todo tiempo, especialmente en el de la adversidad y a entregarse confiado en los amorosos brazos de Padre Celestial, que cuida de todos los que tenemos la gloria de ser y llamarnos hijos suyos.

 

ORACIÓN

Clementísimo Dios y Redentor mío, que nos dejaste encargado en tú santo evangelio, que, en todas las necesidades de esta mortal Vidal, clamásemos y seriamos oídos, llamásemos a las puertas de tu misericordia, y se nos abrirían: yo el más necesitado de los pecadores clamo con los ciemos clamores de un hijo a la clemencia de un padre amante y verdadero, para que, a imitación de tu siervo Francisco, me des conformidad en todos mis trabajos, contradicciones y adversidades, y la más firme esperanza de merecer por ellos, los que unidos a los que padeciste muriendo por mi amor en una cruz, me alcancen la promesa que tienes ofrecida a todos los que lloran, y padecen persecuciones por la justicia en esta miserable vida, y son después consolados en las delicias gloriosas de la eterna. Amén.

 

 

 

 

DÍA TERCERO

CONSIDERACIÓN

Considera que, aunque nuestra fe fuese tanta que resucitásemos los muertos, y mudásemos de un lugar a otro los montes, si no tuviésemos la virtud eminentísima de la caridad, de nada nos aprovecharía: seriarnos como campanas sonoras sin alma, yertos cadáveres sin vida. La caridad es la que le da el espíritu a todas las virtudes y buenas obras, la que anima nuestros merecimientos, la que hace que Dios more en nosotros y nosotros en Dios, y sin la que es imposible justificarse, ni merecer la salvación eterna. Abrasado el corazón del Beato Francisco de Posadas en la llama de este Divino Amor, se sentían muchas veces exteriormente los latidos de su amante corazón, haciéndose sensible a los hombres los efectos admirables de su ardiente caridad. En todas partes, en todo lugar y tiempo, vivía poseído de ese don celestial, pero era en el púlpito, en el confesionario y en el altar, era tan grande la inflamación ardorosa de su bendita alma, que aparecía encendido su semblante con el esplendor de ese fuego celestial y divino. Empéñate mediante los auxilios divinos, en adquirir esta nobilísima virtud, para que separado tu corazón de todos los objetos del siglo y sus vanidades, ames á solo Dios, único bien verdadero en tiempo y eternidad.

 

ORACIÓN

Amorosísimo Señor, que, viniendo a este mundo a encender el fuego de tu divina caridad, manifestaste tantas veces el deseo de qué prendiese su llama en los corazones de tus hijos los hombres, a quienes redimías por amor, y que tan complacido morabas en el corazón de tu amante siervo Francisco, comunicándole las suaves delicias de tu calidad infinita; concédenos por su intercesión, que enamorados únicamente de tu bondad inmensa, a ti solo amemos con todo nuestro corazón, y con todas nuestras fuerzas, pida que tu caridad nos haga dignes de ti en esta vida, y felices en tu gloria. Amén.

 

 

 

 

DÍA CUARTO

CONSIDERACIÓN

Considera, que ninguno puede decir que ama verdaderamente a Dios, si no ama verdaderamente a su próximo como a sí mismo: que Dios no quiere ser amado, sin que amemos a nuestros hermanos y semejantes, a quienes crió con una misma omnipotencia, salvó con una misma redención, y les promete una misma gloria. El Beato Francisco de Posadas, en el ejercicio de la caridad fraternal, fue un sacrificio perpetuo de amor a sus próximos, por quienes diariamente ofrecía a su crucificado dueño, sus trabajos, ejercicios de penitencia y obras meritorias: consolaba al triste, visitaba al enfermo, socorría al menesteroso, vestía al desnudo, convertía a los pecadores, dirigía a los justos, oraba incesantemente por las necesidades de su pueblo, y fue bienhechor y amador heroico de sus más declarados enemigos. Aprende de este sublime ejemplar a amar con caridad evangélica a tus hermanos, prescindiendo de sus agravios y ofensas, y deseándoles todo su bien espiritual, temporal y eterno,

 

ORACIÓN

Dios beneficentísimo, que habiéndote dignado encarnar en las entraña purísimas de una virgen humilde para redimirnos, humillándote hasta el extremo de morir en una afrentosa cruz por los que llamabas hijos, hermanos y amigos, y que expirando en ella, olvidado de sus agravios y delitos, orabas al Eterno Padre por los mismos que te crucificaban, haz que yo abra las puertas de mi corazón, y extienda mis brazos para recibir en ellos a mis prójimos, amigos y enemigos, y que a semejanza de tu amoroso siervo Francisco, me dedique a su bien, para que mi voluntad siempre unida a la tuya, solo entienda en amarte y amaros en esta vida, y después en unión de tus escogidos, a gozarte en la eterna. Amén.

 

 

 

 

DÍA QUINTO

CONSIDERACIÓN

Considera, que la divina providencia ha conducido siempre a los justos por el camino seguro de la humildad, y que los escogidos de Dios, para aspirar a la perfección, no han ido por otra senda que por la de la humillación y abatimiento. Los Santos se han conformado con el ejemplo de nuestro Redentor Jesucristo, que obediente a su Eterno Padre, se humilló voluntariamente hasta la muerte, y muerte de cruz. Contempla cuan repetidas fueron las oraciones, en las que el Beato Francisco de Posadas ejercitó esta virtud, basa y fundamento de todas las demás él nació en los brazos de esta cristiana virtud, ejerció oficios humildes, y buscaba con ansia y con estudio las ocasiones de humillarse y obscurecerse; tenía su mayor complacencia en verse menospreciado, injuriado y abatido, humillándose él mismo por obra y por palabra en los sitios más públicos, para desviar de si, la vanidad que-pudieran sugerirle las honras y distinciones que te tributaban las gentes de todas clases, que tanto le veneraban. Imitaba en esta conducta a su Padre Santo Domingo y a su amado San Felipe Neri, como cambien los siguió en las constantes renuncias que hizo de los Obispados, juzgándose el más indigno é inmerecedor de las distenciones y dignidades de la tierra. Ten siempre presente este altísimo modelo de la humildad evangélica y que, condenando a nuestra ambición y soberbia, reprime los fatales impulsos y tentaciones de la vanagloria, haciéndole ver al hombre su nada y miseria y qué el honor es debido a solo Dios por su alteza y majestad infinita, y solo por participación, a sus criaturas. Ama y practica esta excelente y evangélica virtud, y experimentarás los infinitos beneficios con que la mano poderosa del Eterno enriquece, honra y glorifica a los que por agradarle y servirle con mansos y humildes dé corazón.


ORACIÓN

Omnipotente Dios y Señor que re complaces en derramar tus profusos bienes en el corazón de los humildes, dejando llenos de abatimiento y confusión a los soberbios del siglo: concédeme, que imitando a tu siervo Francisco, que tanto se humilló voluntariamente por ti, no desee ni aspire a otro bien en esta vida, que, al inestimable de tu gracia, y a la dignidad de ser glorificado entre tus escogidos en la patria celestial. Amén.

 

 

 

 

DÍA SEXTO

CONSIDERACIÓN

Considera, que la castidad es de tanta recomendación para con Dios, que como dice el Espíritu Santo, no hay ponderación capaz para encarecer el mérito de un alma casta. No merecemos por las buenas obras, si a ellas no se le acompaña la castidad; ni el Señor habitará jamás en el alma de los deshonestos é impuros de corazón. Nuestro Santo fue vigilantísimo en conservar sin mancha esta celestial virtud; y combatiendo con las más fuertes y poderosas tentaciones, sostuvo una guerra perpetua contra la impureza, mereciendo por premio de sus heroicas virtudes, que la Santísima Virgen le regalase con su necear virginal, y su bendito Hijo con las más preciosas finezas de su amor, especialmente en el Santo Sacrificio de la Misa. Imita este cuidado y esmero, huyendo las ocasiones de perder esta angélica virtud, evitando la vista de todos los objetos que puedan perjudicar a tu arma, para que por su pureza merezca ser digna morada del Espíritu Santo, y enriquecida con sus divinos dones.

 

ORACIÓN

Dios y Señor, amador de la pureza y autor de la santidad, que pata redimirnos te dignaste ornar nuestra humana naturaleza en las, puras entrañas de una Virgen Santísima, y que a tu siervo Francisco le asististe con especiales auxilios, para que triunfase en las más peligrosas tentaciones, premiándole por su fortaleza y angélica castidad con el galardón prometido por tu indefectible palabra a todos los limpios y puros de corazón; concédeme, que yo igualmente agrade en el ejercicio de esta virtud celestial, para servirte en esta vida, y gozar de tu presencia en la eterna. Amén.

 

 

 

 

 

DÍA SÉPTIMO

CONSIDERACIÓN

Considera, que la virtud de la penitencia es el eficaz antídoto que preserva al alma de las enfermedades de la culpa la que cierra fuertemente las puertas del corazón para no dar entrada al pecado; triunfa gloriosamente de las tentaciones, y nos conduce con acierto, por el camino de la cruz a la verdadera felicidad. El Beato Francisco de Posadas fue toda su vida vigilantísimo en mantener el espíritu penitente de la más rigorosa austeridad; mortificando su vista y sus sentidos, domando sus pasiones con cruentas disciplinas, cilicios, ayunos y otros ejercicios penitenciales; dejando así libre a su bendita alma, para que más fácilmente volase al cielo por su contemplación y oración continua y fervorosa. El mereció por estos petos de rigor y mortificación verse confortado por los Ángeles, y por Jesucristo y su Madre Santísima; y experimentó por ellos, aquellas delicias y regalos, que solo son concedidos a las almas entregadas absolutamente al servicio de su Dios. Empéñate con un santo esfuerzo en imitar este espíritu de penitencia y austeridad saludable, para que sana la tuya de las dolencias de la culpa, se haga digna de participar de las mismas gracias y favores.

 

ORACIÓN

Clementísimo Dios, que para redimir al mundo mandaste a él a tu Unigénito, que abrazando la cruz y muriendo en ella, nos diese el más consumado ejemplo de penitencia, ennobleciendo en sí mismo a esta saludable virtud: concédenos por sus méritos infinitos, y por los de Santo Francisco, que no nos dediquemos jamás del áspero y estrecho camino de la mortificación, para que renunciando los deleites temporales, aspiremos solamente a los que pío metes a aquellos que te sirven eh la mansión eterna de los justos. Amén.

 

 

 

 

DÍA OCTAVO

CONSIDERACIÓN

Considera, que Dios ha querido siempre purificar la virtud de los Santos en el crisol de las persecuciones y adversidades, permitiéndoles contratiempos y tribulaciones, para probarlos más y más en el ejercicio de su fidelidad y amor, y en la caridad para con sus enemigos. En todas estas ocasiones se ha mostrado como padre verdadero, y su amorosa y tierna mano los ha confortado y consolado, para que no pierdan el mérito de la paciencia, y perseveren constantes en el camino de la justificación. Con el Beato Francisco de Posadas, puede decirse, que nacieron para atribularle las persecuciones más obstinadas, y los contratiempos más adversos; en los que ejercitó su heroica paciencia hasta la muerte. Contra todos luchó armado con el escudo de la asistencia de Dios, y los auxilios de su divina gracia; mereciendo en esta batalla, la corona que el Señor tiene prometida a los que legítimamente pelearon por su causa. Conserva a tu corazón y a tu alma siempre firmes en las borrascas de las persecuciones, sostenido en el áncora de la paciencia, para que, no perdiendo el mérito de las buenas obras, te hagas digno de las recompensas prometidas por el Señor a los que por su amor sufren pacientes las injurias y contratiempos, y hacen bien y ruegan por sus perseguidores.

 

ORACIÓN

Incomprensible Dios y Señor, que por tus altos juicios permites que los tuyos sean probados en esta miserable vida en el sacrificio de la adversidad, para mérito de su virtud y paciencia: concédenos por la intercesión de tu Siervo Francisco, que imitando esta necesaria virtud en los trabajos y tribulaciones que nos ofrece esta miserable vida, aspiremos resignados en tu santísima voluntad a gozar la paz y gloria de la eterna. Amén.

 

 

 

 

DÍA NOVENO

CONSIDERACIÓN

Considera, que como dice el Espíritu Santo, al varón que teme a Dios, todas las cosas le suceden con prosperidad; porque el temor reverencial que se tributa a su altísima e incomprensible Majestad, el filial, como á Padre, y el de respeto y humillación, como y eterno Juez, hacen que el alma temerosa de perder el precioso tesoro de las virtudes, viva vigilante en su conservación, y trabaje incansablemente en su perfección y aumento. El Beato Francisco de Posadas no separo jamás de su corazón este necesario y saludable temor, considerándose en todo lugar y tiempo como un reo ante el tribunal rectísimo de la Divina justicia, y como un hijo reverente, que se sujeta con amor y temor a las leyes y preceptos de su padre verdadero. No desvíes de los ojos de tu alma esta presencia divina, que este importante y debido reconocimiento a su omnipotencia y soberanía te justificará, no extraviándote de los seguros caminos de la ley, hasta conducirte al término feliz de una vida donde con plenitud se goza su adorable y gloriosa majestad.

 

ORACIÓN

Dios y Señor de infinita majestad y grandeza, ante quien se postran humilladas todas las criaturas del cielo y de la tierra, siendo tanta tu bondad, que a una miserable nada la has elevado a la dignidad de ser y llamar a los hombres hijos tuyos: concédenos; que, imitando el ejemplo de tu Siervo Francisco, jamás se separe de nuestra alma el conocimiento de lo que somos, y de lo que te debemos, para que amándote y temiéndote se una nuestra voluntad con la tuya, para gozarte temporal y eternamente. Amén.

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