sábado, 24 de octubre de 2020

MES DE OCTUBRE A SAN FRANCISCO DE ASÍS - DÍA VEINTICUATRO



DÍA VEINTICATRO

Respeto de San Francisco a los sacerdotes

Es el mismo Jesucristo, quien conociendo como nadie la misión divina del sacerdote, le llamó “sal de la tierra, luz del mundo” … no nos admiremos, por lo tanto, de que ante esa excelsa dignidad palidezcan las demás de la tierra y la misma angélica del cielo, según afirma San Juan Crisóstomo. El sacerdote, padre y pastor de las almas, depositario de la doctrina de Jesucristo, con el poder de atar y desatar en la tierra y en el cielo, es algo divino entre nosotros… ¡Que bien lo comprendió San Francisco! Tanto, que, aterrado ante esa excelsa grandeza, jamás quiso ordenarse de sacerdote. Los veneraba con profundísimo respeto, los obedecía ciegamente, y encargó en su testamento, este respeto y reverencia. Llegó al tanto en él, que solía decir: “Si yo me encontrase con un santo del cielo, y con un sacerdote, primero besaría la mano del sacerdote” Aprenda yo del Seráfico Padre este respeto y reverencia a los ministros del Señor.

 

Máxima: ¡Ay de aquel que desprecie a los sacerdotes!

 

 

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