DÍA
VIGÉSIMO CUARTO
DE
CUAN AGRADECIDA FUE SANTA TERESA CON QUIEN LA FAVORECÍA
Entre las virtudes que en grado heroico tuvo la Santa Madre Teresa de Jesús, sobresalió mucho la del agradecimiento, y así debía de ser, porque, la que fue tan humilde, lógico era que fuese agradecida a Dios y a las criaturas. El agradecimiento fue lo que más la ayudó para su aprovechamiento espiritual; porque, cuando consideraba lo que a Dios debla y lo mal que, según ella, correspondía a los beneficios divinos, se deshacía en lágrimas y se afligía grandemente. Tratando de esta virtud, decía la Santa que, sí de suyo el alma es agradecida y amorosa, más la hace tornar a Dios la memoria de las mercedes recibidas que todos los castigos del Infierno. Tan agradecida fue para los que la hacían algún bien, que llegó hasta el caso de estar rogando muchos años por un hombre que la dio un vaso de agua, yendo de camino a una de sus fundaciones. En uno de sus monasterios había un clérigo que confesaba a sus monjas, y que, por otra parte, las era contrario y las perjudicaba en algunas cosas: la priora dio cuenta la Santa de lo que pasaba, pareciéndola que convenía despedirle, a lo cual respondió Teresa: «Por amor de Nuestro Señor le pido, hija, que sufra y calle, y no traten de que echen de ahí a ese Padre, por más trabajos y pesadumbres que con él tengan, como no sea cosa que llegue a ofensa de Dios; porque me acuerdo que cuando nos quisieron engañar con una casa que nos vendían, él nos desengañó, y nunca se me puede olvidar el bien que en esto nos hizo, y del trabajo que nos libra; y siempre me pareció siervo de Dios y bien intencionado. Bien veo que no es perfección en mí esto que tengo de ser agradecida; debe ser natural, que con una sardina que me dan me sobornarán». Estas palabras de la Santa Madre indican bien claramente, como vemos, cuan agradecidísima fué con quien la favorecía.
OBSEQUIO
Demos
hoy una limosna, ofreciéndola a Nuestro Señor en agradecimiento a los
beneficios recibidos.
MÁXIMA
Haga
siempre lo que le dicen los de casa, si no es contra obediencia, y respóndales
con humildad y blandura.
ORACIÓN
Gloriosa
Virgen Santa Teresa de Jesús: por el agradecimiento tan grande que profesasteis
a Dios, y por el que tuvisteis siempre con todos los que os favorecían, os
suplico, Santa mía, me alcancéis del Señor la virtud del agradecimiento, que es
una de las que más le agradan, y así merezca gozar en vuestra compañía
de su presencia divina en los Cielos. Amén.
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