TRIDUO
REVERENTE A SAN ANDRES AVELINO
DÍA
PRIMERO
PUREZA
Glorioso
San Andrés, cuya pureza heroica compitió con la angélica; pues desde vuestra
primera edad practicasteis diligente las reglas de esta virtud prodigiosa, exponiendo
el delicado cuerpo a los tormentos más duros, y despreciando de la vida los más
evidentes riesgos, sufriendo gustoso aquellas tres mortales heridas, con que
atrevido os maltrató el furor ciego de aquel amante impuro, que intentaba
alterar el casto sosiego de las vírgenes esposas de Jesucristo, a vuestro
cuidado encargadas: juntando a esta constancia firme, el ofrecer en sacrificio
vuestros inocentes ojos para apagar de una mujer atrevida el impuro fuego de un
afecto lascivo, con que intentó asaltar vuestro casto corazón, guardando en él
hasta la edad decrépita un temor santo, un continuo recelo de perder tanto
bien, y tan preciosa joya. Suplicoos, Santo mío, me alcancéis gracia para
resistir a los pensamientos impuros, y huir las ocasiones que facilitan el
precipicio, para que nunca fluctúe mi alma en el proceloso mar de la
incontinencia y sufra con firme constancia cualquiera oposición enemiga, que en
la observancia de esta virtud se me ofrezca. Alcanzadme también con vuestra
intercesión poderosa la gracia que humilde os suplico, para mayor honra y
gloria de Dios, y salvación de mi alma.
Se
rezará tres veces el Padrenuestro, Ave María y Gloria Patri. Y acabados se dirá
la oración siguiente.
ORACIÓN: Omnipotente
y eterno Dios, y amante soberano del corazón más puro, que al bienaventurado
San Andrés Avelino adornasteis con la preciosa joya de la castidad, ayudándole
para vencer las grandes dificultades que en el engañoso siglo se ofrecen;
concededme por su gloriosa intercesión la gracia de observar esta virtud
heroica, para que adornada mi alma con esta cándida vestidura os alabe
eternamente en la Gloria. Amén.
RESPONSORIO
Si
deseas los milagros:
que
Andrés con mano propicia
dispensa,
si verte libre
pretendes
de apoplejía:
Póstrate
humilde a sus aras,
invoca
a Andrés con fe viva,
su
imagen, aceite o flores
toma,
y veras maravillas.
Si
quieres en el forzoso
tránsito
de aquesta vida
con
los Santos Sacramentos
vencer
la última agonía;
Gloria
eterna sea al Padre,
al
Hijo sea infinita,
y
al que de entrambos procede
uno
en esencia Divina.
L/:
Por la intercesión de San Andrés Avelino, muerto de un accidente apoplético.
R/:
Libradnos
Señor de repentina, é improvisa muerte.
ORACIÓN:
Señor Dios omnipotente, que, por medio de un accidente de apoplejía, piadosamente
del ministerio del altar recibiste en el santuario de vuestra eterna Gloria a
San Andrés Avelino, concedednos que por sus merecimientos é intercesión,
libradnos de los peligros del mismo accidente, y prevenidos con los Santos
Sacramentos, merezcamos ser felizmente recibidos en la eterna gloria de
vuestros Santos por los méritos de nuestro Señor Jesucristo. Amén.
DÍA
SEGUNDO
AMOR
DE DIOS
Amantísimo
protector Andrés Avelino, cuyo amor a la Divina Majestad pudo compararse al de
los abrasados serafines, acreditando el ardor de vuestro corazón el
resplandeciente fuego que le daba nueva forma, cuando en ella le dejasteis ver
à un devoto vuestro , a impulsos de cuyo ardor era siempre vuestra solicitud la
mayor honra y gloria de Dios, pidiéndole cada día nuevo tormento que padecer
por su amor , envidiando santamente á : los mártires en su padecer glorioso:
siendo efecto del mismo ardor vuestra fiel vigilancia a los llamamientos
divinos, acreditada maravillosamente al pronunciar tres veces las palabras:
INTROIBO AD ALTARE DEI , empezando la misa, cuando os dio el accidente
apoplético, como respondiendo a los tres llamamientos del celestial esposo. que
expresando tres veces la palabra Veni, convido a vuestra alma al eterno
descanso: Os suplico, Santo mío, me alcancéis de aquel amante dueño de las
almas, un deseo puro de padecer por su amor, y una resignación constante a su
Divina voluntad; para que despreciando cuanto el mundo estima, sea único mi
afecto a su bondad infinita. Alcanzadme también la gracia, que os pido para
mayor honra y gloria de Dios, y salvación de mi alma.
Se
rezará tres veces el Padrenuestro, Ave María y Gloria Patri.
ORACIÓN:
Omnipotente y eterno Dios, que al glorioso San Andes concedisteis la virtud
grande de una caridad ardiente, resplandeciendo en su corazón abrasado en vivas
llamas de vuestro amor concededme por su intercesión poderosa, que arda mi alma
en el fuego de vuestro amor divino, para que, apeteciendo, solo el padecer por
Vos, esté siempre vigilante en obedecer vuestros divinos mandamientos, y os
goce en eternidades de gloria. Amen.
DÍA
TERCERO
AMOR
DEL PRÓJIMO
Padre
celador de las almas, glorioso San Andrés Avelino, pues fue vuestro corazón tan
diligente, que abrasado del fuego de caridad del prójimo; eran todas vuestras
ansias el celo de su salvación y consuelo, aplicándoos siempre con incesante
fatiga para conseguirlo, sin ser impedimento vuestra edad provecta, conservándose
maravillosamente en este fuego los ardores de vuestro cadáver en el féretro,
cuando a impulsos de la común devoción del pueblo expuesto a su veneración tres
días en la iglesia de San Pablo de Nápoles donde vivíais, no solo se mantuvo
flexible, y con calor como natural; sino que al día tercero derramasteis
líquida, y copiosa sangre, a causa de tres incisiones que por disposición de
los médicos con cuidado se os abrieron en la cabeza y oreja, dejando en aquella
sangre una medicina general que a su contacto, ú de las redomitas en que se
recogió, dona de anualmente en el día de vuestra fiesta se liquida, remedia
toda humana dolencia: Os suplico, Santo mío, me alcancéis de la Majestad Divina
que solo atienda mi cuidado al especial remedio de mis prójimos, para que
empleado en tan caritativo desvelo tribute a la Majestad Divina de tan santo
celo el agradable holocausto. Alcanzadme también la gracia que os pido, para
honra y gloria de Dios, y salvación de mi alma.
Se
rezará tres veces el Padrenuestro, Ave María y Gloria Patri.
ORACIÓN: Omnipotente
y eterno Dios, que en el doloroso teatro de la Cruz mostrasteis amoroso la
solicitud y celo de las almas, encomendándolas cuidadoso a vuestra Santísima
Virgen Madre: Os suplico, que por la intercesión, y méritos del glorioso San
Andrés concedáis á mi alma, que con todas veras atienda al espiritual provecho
de mis prójimos, dejándoles en mis palabras y obras un ejemplo vivo de un obrar
recto, para que logren ellos la reforma de sus costumbres, y mi alma por
vuestra infinita misericordia se emplee en vuestras divinas alabanzas en la
Gloria. Amen. Responsorio, y oración.
GOZOS
Á SAN ANDRES AVELLINO
Pues
que sois tan bienhechor
y
en todo tan peregrino;
R/:
Sed San Andrés Avelino,
nuestro
especial protector.
De
niño ya fuisteis tanto,
que
avara nuestra fortuna
vos
venera en la cuna
por
admirable, y por santo;
disteis
al infierno espanto,
y
al mundo mucho esplendor.
Por
defender la pureza,
una
herida os da villana,
y
una hermosura liviana:
os
ofrece su belleza;
pero
vuestra fortaleza
destierra
su torpe amor:
En
cánones laureado,
defendiendo
la inocencia,
temió
vuestra gran conciencia
hasta
el más leve pecado;
y
el empleo ha renunciado
por
este santo temor:
Buscáis
mayor perfección
en
observancia extremada,
que
se alimenta de nada
fuera
de la devoción;
su
ejercicio es oración,
y
Dios su procurador:
Allí
con rígido celo
en
púlpito y confesiones,
y
hasta en las conversaciones
declarabais
vuestro anhelo;
encaminabais
al Cielo
al
más rudo pecador:
La
apoplejía cruel
os
embistió en el altar,
por
tres veces porfiar
le
costó dar el laurel;
al
Cielo subiste fiel
a
coronaros de honor.
En
la gloria colocado
procuro
vuestra asistencia,
no
falte vuestra presencia
al
triste desconsolado;
y
al pobre necesitado,
y
al que gime con dolor:
En
partos desesperados
dais
feliz alumbramiento,
obráis
luego algún portento,
quedando
todos pasmados;
y
hasta los desalentados
cobran
por Vos gran valor:
Vengan
a Avelino luego
sana
el manco, él cojo, el tullido,
el
desgraciado, el herido,
el
mudo, el sordo у el ciego
el
eclesiástico o lego
le
hallan remediador.
Sepan
que a Avellino toca
dar
remedio sin medida,
pues
hasta darnos la vida
se
hallará a pedir de boca;
esta
dicha nos provoca
a
buscarle con fervor:
Dios
y su Madre publican,
que
busquen los pecadores
en
nuestro Santo favores,
porque
en él los depositan;
dicen
a los que visitan
quieren
por él el favor:
Pues
que sois tan bienhechor,
y
en todo tan peregrino;
R/:
Sed San Andrés Avelino,
nuestro
especial protector.
ANTÍFONA:
No sea que el día de la muerte nos alcance de repente, busquemos tiempo para el
arrepentimiento y no podamos encontrarlo.
L/:
Por intercesión de San Andrés Avelino sálvanos del mal de apoplejía.
R/:
Y de súbita e improvista muerte líbranos Señor.
OREMOS:
Dios que al Beato Andrés Avelino lo llevaste a tu gloria eterna para que
sirviera en el altar de tu santuario; te pedimos nos protejas de la enfermedad
de apoplejía; danos por sus méritos e intercesión el evitar el peligro de esa
enfermedad y recibamos tus sagrados misterios felizmente en tu santo
tabernáculo por toda la eternidad. Por Cristo Señor Nuestro. Amén.
Tomado
del Libro “Triduo Reverente que en Afectuosas Súplicas consagra la devoción
cristiana a San Andrés Avellino, Clérigo Seglar, hijo del gran Padre y
Patriarca San Cayetano; Prodigiosísimo con sus devotos y especial abogado en
accidentes apopléticos”. Barcelona, Imprenta de la Viuda e Hijos de Brusi. Año
1824.
Colaboración de Carlos Villaman
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