DÍA
VEINTICINCO DE MES
DEDICADO
AL GLORIOSÍSIMO MÁRTIR SAN CRISTÓBAL
SÚPLICA
Gloriosísimo
mártir y abogado mío San Cristóbal, refugio de afligidos y poderoso amparo de
los necesitados, yo, vuestro fiel devoto, os suplico y ruego que, si es pata
honra de Dios, gloria vuestra y bien de mi alma, lo que pretendo alcanzar por
vuestra intercesión en este día, me lo alcancéis de aquel Señor, por cuyo amor
disteis la vida, y si no es conveniente para mi salvación, dirigid mi petición a
conseguir perdón de todos mis pecados, y enmienda de mi vida, quedo muy conforme,
gustoso y resignado, en que se cumpla en todo la rectísima voluntad del Señor.
ORACIÓN
Clementísimo
Dios y Señor mío, que con admirable liberalidad mostráis vuestro grande amor, e
infinita bondad en vuestras criaturas, repartiendo en ellas con larga mano,
abundante copia de dones de naturaleza y de gracia, con los cuales
enriquecisteis tanto a vuestro siervo y mi abogado San Cristóbal, que lo adornasteis
con altísima y hermosa disposición, de cuerpo, para que las robustas fuerzas de
sus miembros sirviendo a la gracia, se empleasen en serviros con obras dignas
de vuestro agrado y dirigidas al bien de sus prójimos, yo os ruego y
humildemente os suplico, por los méritos gloriosos e intercesión de este
prodigioso santo, que me deis misericordioso, aquellos eficaces auxilios y
sobrenaturales fuerzas de que necesita mi alma, para sujetar las rebeldías del
cuerpo a las leyes del espíritu y a las influencia de la divina gracia, para que,
refrenando con la mortificación todos mis miembros, con todos os sirva, empleando
mis manos en santas obras, mis pies en rectos pasos, y apartando mis ojos, labios,
pensamientos, potencias y sentido de todo lo que fuere culpa, viva y muera en
vuestro amor y gracia. Y pues por los grandes méritos de este ínclito mártir hacéis
aun a costa de milagros, tantos beneficios a sus devotos, yo os ruego, me concedáis
por su intercesión esta gracia, que pretendo en este día, si conviene para
salvación de mi alma, gloria de San Cristóbal y mayor honra de vuestra Majestad
Soberana, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Aquí
se reza tres veces el Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri, y luego se dirá
la oración siguiente:
ORACIÓN
A SAN CRISTÓBAL
Gloriosísimo Mártir de Cristo, San Cristóbal, refugio de los afligidos, medicina de los enfermos, protección de los desamparados, que, teniendo buen despacho en el tribunal, escudo contra las acechanzas del demonio. Yo, como humilde y fervoroso devoto vuestro, vengo buscando vuestra piedad y amparo, y con cuanta confianza puedo, pongo en vuestras manos mis súplicas y ruegos, por las divinas misericordias, por vuestros méritos y poderosa intercesión, consiga esta gracia y merced que solicito a mayor honra de Dios y gloria vuestra, y con la misma confianza os ruego, os suplico y encarecidamente os pido, que a mí, y a todos los que imploramos vuestro auxilio, nos libréis de la muerte instantánea y repentina, y defendáis nuestras personas, nuestros bienes y familias de los fatales estragos de las tormentas, pestes, hambres, incendios y terremotos, contra todos los cuales daños, os concedió el Señor singular gracia y especial poder. Amén.
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