DÍA
VEINTESÉIS
Amor
de San Francisco a la Eucaristía
“”Oh
grandeza admirable, oh bondad estupenda, oh humilde excelencia que el soberano
del Universo, Dios e Hijo de Dios, se humille hasta esconderse por nuestra
salud bajo las especies de pan, reflexionad, hermanos míos, sobre el
anonadamiento de un Dios, abrid y dilatad en su presencia los corazones,
humillaos ante sus ojos para que os exalte, no os reservéis nada vuestro para
que el que todo entero se os da, reciba también de vosotros cuanto sois”… Así
describía el Seráfico Padre, y quien así sentía, ¡Como no amaría al Sacramento
del Amor! Serafín del sagrario, su corazón fue lámpara encendida ante la
Eucaristía, y las frases más ardientes de sus labios y las palabras más
seráficas de su pluma dedícolas a predicar el amor a Jesús Sacramentado en nuestros
altares. ¿Amas, veneras, visitas tu devotamente el Sagrario?
Máxima:
Besando vuestros pies, os conjuro a todos, tratéis con respeto y amor el Cuerpo
y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.
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