ADVIENTO
ADORACIONES
Y ORACIONES
ESCRITAS
POR SOR ESPERANZA PUJOL
BARCELONA.
1863
El
Exmo. é llmo. Sr. D. Antonio María Claret, arzobispo de Trajanópolis, y el
llmo. y Rmo. Sr. D. Pedro Espinosa, arzobispo de Guadalajara, en Méjico, concedieron
80 días de indulgencia cada uno, por cada adoración y oración que se rece de
las contenidas en este librito: rogando a Dios por la exaltación de la santa
Fe, destrucción de las herejías, etc.
DÉCIMAS
Entre
ansias y amores
Diviso
una Virgen Madre
Allá
con el Eterno Padre,
Pidiendo
altos favores
Con
su vista de candores:
Se
remonta a lomas grande,
Desprende
un bello Infante
Del
trono de los ardores;
Encendida
en caridad.
Lo
da a los pecadores.
Oigo
felices anuncios
De
caridad y amor,
Pues
el Hijo del Eterno
Viene
por ser Redentor:
Rendidle
todo el amor
Con
mil adoraciones,
Y
antes de su venida
Ofrecedle
ricos dones:
Se
presenta como a Niño
Por
conquistar corazones.
ADORACIONES
Oh
Dios, todo caridad y amor para con vuestras criaturas: yo la más indigna de
todas ellas vengo a vuestra divina presencia a pediros una mirada de
misericordia, la contrición y el perdón de mis pecados; para que purificada de
todo lo que os disgusta, pueda juntarme con la purísima virgen María y con los
santos Ángeles que están a su alrededor. Dios mío, os ofrezco todos mis afectos
y adoraciones, y uno mis deseos con los de vuestra ansiosa Madre, y con los de
aquellos santos Padres que con tantas ansias esperaban vuestra venida, y también
con las de todas las almas justas que en este tiempo de Adviento os ofrecen sus
corazones con más fervor. ¡Oh divino Infante mío! aunque oculto y encerrado en
el purísimo claustro de vuestra enamorada Madre, os ofrezco cincuenta
adoraciones, las que desearía fuesen salidas de un corazón todo fuego y pureza.
Infante enamorado de mi alma, deseo manifestaros las ansias vivísimas que tengo
de vuestra venida, y con mis adoraciones, deseos y fervor pretendo no dejaros
sentir las frialdades y desamor de tantos ingratos, que no quieren reconoceros
ni adoraros. Yo con todo el respeto y la pureza posible os adoraré por todos
ellos, ofreciéndoos otras tantas veces mi corazón: dignaos aceptarlo, Infante mío,
por vuestro amor.
Antes
de los siglos. R/: Yo os adoro, o divino Infante,
y os ofrezco mi corazón.
En
la determinación que Dios Padre hizo de enviaros por nuestra salvación.
Por
la voluntad con que aceptasteis el oficio de Redentor.
Porque
descendisteis del cielo por amor a los hombres.
Porque
en vuestra encarnación os hicisteis niño.
Porque
por el tiempo de nueve meses habéis querido encerraros en el seno de una Virgen.
Porque
os habéis escogido una Madre Virgen.
Porque
habéis tomado nuestra naturaleza para darnos a conocer vuestro amor.
Porque
venís a pedir nuestro amor sin reserva.
Porque
nos obligáis á amaros con precepto.
Gloria
Patri…
Porque
habéis querido nacer con tanta pobreza. R/:
Yo os adoro, o divino Infante, y os ofrezco mi corazón.
Porque
venís a enseñarnos las virtudes.
Porque
os manifestáis al mundo como el más embelesador de todos los infantes.
Porque
queréis tomar vuestro reposo en las almas puras.
Porque
venís a encender los corazones con vuestro amor.
Porque
os habéis hecho nuestro hermano.
Porque
habéis querido habitar con vuestras criaturas.
Porque
habéis tomado la forma de siervo.
Porque
con tantas pruebas nos manifestáis vuestro amor.
Porque
nos habéis dado un corazón capaz de amaros.
Gloria
Patri…
Porque
venís á manifestamos los caminos rectos de la verdad. R/:
Yo os adoro, o divino Infante, y os ofrezco mi corazón.
Porque
venís a perdonar pecados.
Porque
venís a reconciliarnos con vuestro Padre.
Porque
venís a destruir el pecado y la muerte.
Porque
con vuestra venida nos sacáis de hijos de desgracia y nos eleváis a la dignidad
de hijos de Dios.
Porque
habéis querido redimirnos con vuestra preciosísima sangre, y alimentarnos con vuestra
purísima carne.
Porque
os habéis quedado por nuestro amigo y compañero en el santísimo Sacramento.
Porque
habéis instituido los santos Sacramentos.
Porque
habéis venido a abrimos las puertas del cielo.
Porque
queréis ser llamado el Esposo de las vírgenes.
Gloria
Patri…
Porque
nos habéis criado para vuestra gloria. R/: Yo os
adoro, o divino Infante, y os ofrezco mi corazón.
Porque
nos dais luz para conoceros.
Porque
nos franqueáis vuestro amor.
Porque
os dejáis amar de vuestras criaturas.
Porque
queréis ser dueño de los corazones.
Porque
nos enriquecéis con tantas gracias.
Porque
venís a rescatarnos con vuestra sangre, trabajos y muerte.
Porque
nos habéis criado a vuestra imagen y semejanza.
Porque
con vuestra venida habéis disipado todas las tinieblas y errores.
Por
los deseos grandes que la santísima Virgen tenia de redimir a los hombres.
Gloria
Patri…
Por
las adoraciones puras que la santísima Virgen os dirigió desde el primer
instante de su purísimo ser. R/: Yo os adoro, o divino Infante, y os
ofrezco mi corazón.
Por
las que os dirigió el día de vuestra Encarnación, cuando la tomasteis por
Madre.
Por
las que os dirigió mientras estuvisteis encerrado en su purísimo seno.
Por
las que os dirigió a los ocho días antes de vuestro nacimiento.
Por
las ansias vivísimas que tenia de veros con sus purísimos ojos.
Por
el amor grande con que esperaba reclinaros en su purísimo seno.
Por
las vivísimas ansias con que esperaba vuestra venida.
Por
las adoraciones puras y reales que os dirigió el día de vuestro nacimiento.
Por
la alegría que tuvo al vero adorado de tantos ángeles.
Por
el placer puro que experimentó cuando os alimento con su purísima leche.
Gloria
Patri…
Os doy gracias, divino Infante, porque me habéis admitido en este feliz rato a tributaros mis adoraciones; os ofrezco con ellas todo mi corazón y amor con mil voluntades y deseos de que nazcáis y habitéis siempre más en mi corazón. Al mismo tiempo deseo unir estas adoraciones con las de todos los espíritus bien aventurados, para que adorando con toda pureza vuestra infancia, y siguiendo vuestra vida y ejemplos, pueda ir a gozaros en la mansión feliz de la gloria, donde pueda adoraros eternamente. Amen.
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