lunes, 30 de noviembre de 2020

ADORACIONES DE ADVIENTO

 


ADVIENTO

ADORACIONES Y ORACIONES

ESCRITAS POR SOR ESPERANZA PUJOL

 

BARCELONA. 1863

 

El Exmo. é llmo. Sr. D. Antonio María Claret, arzobispo de Trajanópolis, y el llmo. y Rmo. Sr. D. Pedro Espinosa, arzobispo de Guadalajara, en Méjico, concedieron 80 días de indulgencia cada uno, por cada adoración y oración que se rece de las contenidas en este librito: rogando a Dios por la exaltación de la santa Fe, destrucción de las herejías, etc.

 

 

DÉCIMAS

Entre ansias y amores

Diviso una Virgen Madre

Allá con el Eterno Padre,

Pidiendo altos favores

Con su vista de candores:

Se remonta a lomas grande,

Desprende un bello Infante

Del trono de los ardores;

Encendida en caridad.

Lo da a los pecadores.

 

Oigo felices anuncios

De caridad y amor,

Pues el Hijo del Eterno

Viene por ser Redentor:

Rendidle todo el amor

Con mil adoraciones,

Y antes de su venida

Ofrecedle ricos dones:

Se presenta como a Niño

Por conquistar corazones.

 

 

ADORACIONES

Oh Dios, todo caridad y amor para con vuestras criaturas: yo la más indigna de todas ellas vengo a vuestra divina presencia a pediros una mirada de misericordia, la contrición y el perdón de mis pecados; para que purificada de todo lo que os disgusta, pueda juntarme con la purísima virgen María y con los santos Ángeles que están a su alrededor. Dios mío, os ofrezco todos mis afectos y adoraciones, y uno mis deseos con los de vuestra ansiosa Madre, y con los de aquellos santos Padres que con tantas ansias esperaban vuestra venida, y también con las de todas las almas justas que en este tiempo de Adviento os ofrecen sus corazones con más fervor. ¡Oh divino Infante mío! aunque oculto y encerrado en el purísimo claustro de vuestra enamorada Madre, os ofrezco cincuenta adoraciones, las que desearía fuesen salidas de un corazón todo fuego y pureza. Infante enamorado de mi alma, deseo manifestaros las ansias vivísimas que tengo de vuestra venida, y con mis adoraciones, deseos y fervor pretendo no dejaros sentir las frialdades y desamor de tantos ingratos, que no quieren reconoceros ni adoraros. Yo con todo el respeto y la pureza posible os adoraré por todos ellos, ofreciéndoos otras tantas veces mi corazón: dignaos aceptarlo, Infante mío, por vuestro amor.

 

 

Antes de los siglos. R/: Yo os adoro, o divino Infante, y os ofrezco mi corazón.

En la determinación que Dios Padre hizo de enviaros por nuestra salvación.

Por la voluntad con que aceptasteis el oficio de Redentor.

Porque descendisteis del cielo por amor a los hombres.

Porque en vuestra encarnación os hicisteis niño.

Porque por el tiempo de nueve meses habéis querido encerraros en el seno de una Virgen.

Porque os habéis escogido una Madre Virgen.

Porque habéis tomado nuestra naturaleza para darnos a conocer vuestro amor.

Porque venís a pedir nuestro amor sin reserva.

Porque nos obligáis á amaros con precepto.

 

Gloria Patri…

 

Porque habéis querido nacer con tanta pobreza.  R/: Yo os adoro, o divino Infante, y os ofrezco mi corazón.

Porque venís a enseñarnos las virtudes.

Porque os manifestáis al mundo como el más embelesador de todos los infantes.

Porque queréis tomar vuestro reposo en las almas puras.

Porque venís a encender los corazones con vuestro amor.

Porque os habéis hecho nuestro hermano.

Porque habéis querido habitar con vuestras criaturas.

Porque habéis tomado la forma de siervo.

Porque con tantas pruebas nos manifestáis vuestro amor.

Porque nos habéis dado un corazón capaz de amaros.

 

Gloria Patri…

 

Porque venís á manifestamos los caminos rectos de la verdad. R/: Yo os adoro, o divino Infante, y os ofrezco mi corazón.

Porque venís a perdonar pecados.

Porque venís a reconciliarnos con vuestro Padre.

Porque venís a destruir el pecado y la muerte.

Porque con vuestra venida nos sacáis de hijos de desgracia y nos eleváis a la dignidad de hijos de Dios.

Porque habéis querido redimirnos con vuestra preciosísima sangre, y alimentarnos con vuestra purísima carne.  

Porque os habéis quedado por nuestro amigo y compañero en el santísimo Sacramento.

Porque habéis instituido los santos Sacramentos.

Porque habéis venido a abrimos las puertas del cielo.

Porque queréis ser llamado el Esposo de las vírgenes.

 

Gloria Patri…

 

Porque nos habéis criado para vuestra gloria. R/: Yo os adoro, o divino Infante, y os ofrezco mi corazón.

Porque nos dais luz para conoceros.

Porque nos franqueáis vuestro amor.

Porque os dejáis amar de vuestras criaturas.

Porque queréis ser dueño de los corazones.

Porque nos enriquecéis con tantas gracias.

Porque venís a rescatarnos con vuestra sangre, trabajos y muerte.

Porque nos habéis criado a vuestra imagen y semejanza.

Porque con vuestra venida habéis disipado todas las tinieblas y errores.

Por los deseos grandes que la santísima Virgen tenia de redimir a los hombres.

 

Gloria Patri…

 

Por las adoraciones puras que la santísima Virgen os dirigió desde el primer instante de su purísimo ser. R/: Yo os adoro, o divino Infante, y os ofrezco mi corazón.

Por las que os dirigió el día de vuestra Encarnación, cuando la tomasteis por Madre.

Por las que os dirigió mientras estuvisteis encerrado en su purísimo seno.

Por las que os dirigió a los ocho días antes de vuestro nacimiento.

Por las ansias vivísimas que tenia de veros con sus purísimos ojos.

Por el amor grande con que esperaba reclinaros en su purísimo seno.

Por las vivísimas ansias con que esperaba vuestra venida.

Por las adoraciones puras y reales que os dirigió el día de vuestro nacimiento.

Por la alegría que tuvo al vero adorado de tantos ángeles.

Por el placer puro que experimentó cuando os alimento con su purísima leche.

 

Gloria Patri…

 

Os doy gracias, divino Infante, porque me habéis admitido en este feliz rato a tributaros mis adoraciones; os ofrezco con ellas todo mi corazón y amor con mil voluntades y deseos de que nazcáis y habitéis siempre más en mi corazón. Al mismo tiempo deseo unir estas adoraciones con las de todos los espíritus bien aventurados, para que adorando con toda pureza vuestra infancia, y siguiendo vuestra vida y ejemplos, pueda ir a gozaros en la mansión feliz de la gloria, donde pueda adoraros eternamente. Amen.


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