lunes, 30 de noviembre de 2020

NOVENA DE POSADAS

 

NOVENA PARA LOS NUEVE DÍAS DE POSADAS

 

Puestos de rodillas ante las imágenes de la Santísima Virgen y del Señor S. José, se dirá el Acto de Contrición y la Jaculatoria, se rezarán nueve avemarías, que se ofrecerán con la oración siguiente:

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DIAS

¡Oh Virgen Santísima! yo humildemente os ofrezco estas nueve avemarías y os suplico que para obedecer las leyes divinas haga yo un camino recto hacia el Cielo y mientras peregrine por este valle de lágrimas, sea mi corazón una digna posada de Jesús, María y José. Amén.

 

 

PRIMERA JORNADA

   Considera, humildísima Reina de los Ángeles, la gran obediencia con que habiendo oído que el César ordenaba que todos los que viviesen en su imperio se empadronasen para pagar el tributo, dispusisteis en compañía de vuestro Esposo Sr. S. José, dejar vuestra santa casa de Nazaret y tomar camino a Belén, a pie y con mil incomodidades, para que os empadronasen como tributarios; llevando en vuestro seno virginal el Rey de Reyes, siendo éste el motivo porque os expusisteis a los rigores del frío y a  otros muchos padecimientos. Yo os ruego, madre amorosísima, nos enseñéis a obedecer a vuestro soberano Hijo, que sirva a Dios y aprenda de Jesucristo Nuestro Señor el camino de la gloria eterna. Amén.

 

   Humildes peregrinos Jesús, María y José, mi alma os doy con ella, mi corazón también.

 

   ¡Oh! Peregrina agraciada, oh bellísima criatura, yo te ofrezco el alma mía para que me deis posada.

(Se canta después de cada jornada).

 

 

LETANIA DEL NIÑO DIOS

Señor ten piedad

Cristo ten piedad

Señor ten piedad

Dios Padre Celestial

Dios Hijo Redentor

Dios Espíritu Santo

Santísima Trinidad un Solo Dios

Santa María

Madre del Redentor

Esposa de José

Reina de los Ángeles

Santísimo José

Padre del Salvador

Modelo de castidad

Niño recién nacido

Niño poderoso

Niño glorificador

Niño laudable

Niño misericordioso

Niño consolador

Verbo hecho carne

Hijo de María

Luz de la Redención

Alivio del pecador

Maná de consuelo

Tesoro de la gracia

Estrella del alma

Faro de consolación

Bálsamo de salud

Terror del Infierno

Alegría de los justos

Lampo de pureza

Templo de verdad

Padre de Israel

Niño amable

Niño humilde

Niño venerable, fiel

Niño Creador

Príncipe de patriarcas

Luz de los profetas

Maestro apóstoles

árbol de la vida

Vertiente de virtudes

Divino Emanuel

Deseado del Mundo

Antorcha de pureza

Modelo de perfección

Inspiración celestial

Sol de verdad

Patriarca de justicia

Depósito de bondad

Lucero de la fe

Arca de felicidad

Dios humanado todo

Principio y fin de todas las cosas

 

ORACION FINAL: Oh Divino Señor, que, llenando cielo y tierra con tu gloria, quisiste caminar desconocido y esconder tu grandeza en un establo humilde. Haz que mis sentidos y potencias te alaben y que viva agradecido a tu amor con que te dignaste hacerte hombre para salvarme a mí, miserable criatura. aviva, Madre mía, en mí los efectos hacia tu divino Hijo, para que hospede siempre en mi corazón a mi buen Jesús. Amén.

 

 

SEGUNDA JORNADA

 Considero, Virgen santa como salisteis en compañía de vuestro castísimo Esposo, de Nazaret para Belén, con aquella cortedad y pobreza que tanto amabais y para un camino tan largo no llevasteis sino un hatillo insignificante cargado en un jumento, estampando vuestras humildes plantas en el áspero camino (tan quebrado como dichoso): cuyas piedras os lastimaron horriblemente. Pero qué os importaban si llevabais en vuestro virginal vientre al Divino Jesús hecho hombre. Yo os adoro y alabo, rogándoos que me enseñéis a sufrir las incomodidades de la vida y que amando la pobreza siga yo vuestras huellas para gozar la bienaventuranza eterna. Amén.

 

 

TERCERA JORNADA

 Con qué admiración considero, oh Reina de los Ángeles, vuestra penosa caminata, acompañada de los ángeles que os guardaban y que alababan con cantos dulcísimos al Hijo de vuestras purísimas entrañas. Aquí pondero, madre mía, en medio de lo áspero y dilatado del camino; el consuelo que vuestra noble alma recibiría mirando a los ángeles vuestros compañeros, festejando con himnos al Rey de la Gloria. Haz, madre Santísima, que tu Hijo Santísimo me conceda la gracia de que siempre alabe a Jesús, María y José, en esta vida y después en compañía de los querubes eternamente os adore. Amén.

 

 

CUARTA JORNADA

Considero, Paloma inocentísima, como por la afluencia de gentes que caminaban a Belén a empadronarse, se llenaban todas las posadas del camino y os desechaban cuando llegabais con vuestro Castísimo Esposo a pedir hospedaje, mirándoos tan pobrecito; yo, madre mía, os doy mi corazón para que en él os aposentéis. Pondero vuestra humildad cuando os señalaban para descansar el sitio donde se recogían los animales. Allí comíais vuestras pobres viandas con la resignación y tranquilidad con que veíais las cosas terrenas. Yo os ruego, Virgen admirable, hagáis que no se preocupe mi alma con las vanidades del mundo, para que mi corazón albergue sencillo, sea de amor hacia la Santa Familia.

 

 

QUINTA JORNADA

Os considero. Peregrina Reina de los Ángeles y Madre de Dios, entrando a la ciudad de Belén, en compañía de tu santo Esposo y solicitando albergue en donde descansar; lo primero que hicisteis fue buscar la casa de empadronamiento y cumplisteis con humildad los mandatos del César. Qué ejemplo de obediencia me dais, Vos, la Emperatriz del Cielo, sujetándoos a las leyes terrenas. Concededme, Reina mía, que os sirva a Vos y a vuestro Hijo Jesús, conforme a su voluntad y me sujete al estado y esfera en que me ha puesto, para ejercitar las enseñanzas de Nuestro Señor. Amén.

 

 

SEXTA JORNADA

Cómo te compadezco, Reina y Señora mía al verte recorrer de puerta en puerta la ciudad de Belén, en busca de un albergue en donde ser acogida; y en ninguna parte se compadecieron de vuestra delicada situación, alegando que por la afluencia de forasteros no había ni un lugar desocupado. Aquí admiro vuestra paciencia y me conduelo de vuestro dolor y del de Sr. S. José al tener que salir fuera de la ciudad y dormir al pie de un árbol. Tú, la Emperatriz del Cielo, sin tener un abrigo que te defendiera de la escarcha y de los vientos. Ruegos, Señora mía, que me alancéis de Jesucristo, Ntro. Señor, gracia para que siga el camino de la virtud y consiga el miraros eternamente en la Gloria. Amén.

 

 

 

SEPTIMA JORNADA

   En este día, Señora y madre mía, acordóse vuestro Santo Esposo de una gruta en donde algunas veces los pastores y animales se defendían de las inclemencias del tiempo y con tierna solicitud os condujo a ese sitio, en donde pasasteis menos mal la séptima noche de vuestra peregrinación. Suplícoos, Señora, que por vuestra eficacísima intervención merezca que mi corazón se ablande y abrazado en amor purísimo sea digna habitación donde se alberguen siempre Jesús, María y José. Amén.

 

 

OCTAVA POSADA

 ¡Cuánto sufro, oh! Santísima Virgen al considerar que a pesar de tus sufrimientos pues el alumbramiento se acercaba, tuvisteis que ayudar a vuestro amante Esposo a limpiar ese lugar inmundo, que ni para bestias era digno. Concededme Señora que mi conciencia se vea limpia de iniquidades, que me conforme en todo con la voluntad de Dios para estar con Él en el cielo. Amén.

 

 

NOVENA JORNADA

 ¡Ha llegado la hora dichosísima del Nacimiento del Mesías! ¡Arrebatada en éxtasis divino y elevados los ojos al Cielo diste a luz al Niño más hermoso, más sabio, más apacible, que hubo nunca en este mundo! Su presencia en la gruta embelleció instantáneamente el lugar con el esplendor de su gloria y en tu virginal regazo, reverenciado por el Castísimo Patriarca que a sus pies se halla, rodeado de arcángeles, ángeles y serafines que lo adoran y cantan: Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz entre los hombres de buena voluntad. Y aún las bestias que pausadamente se acercan a calendar con s aliento al tierno infante, forman el cuadro más imponderable y majestuoso que se puede concebir. Es la aurora del cristianismo, la religión divina que ensalza al débil y al oprimido e iguala al magnate con el mendigo, pues sois buena y clemente, Virgen amorosa. Amén.

 

Noche buena, Noche hermosa,

Noche de dulces placeres,

No hay Noche más venturosa

para los humanos seres.

 

 

 



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