VISITA
MENSUAL DOMICILIARIA DE LA SAGRADA FAMILIA
Madrid.
1914
RECIBIMIENTO
Colocadas
las sagradas imágenes en sitio conveniente, puesta de rodillas toda la familia
y hecha la señal de la cruz, se recitará con el mayor fervor posible las
siguientes preces:
FORMULA
DE CONSAGRACIÓN DE LAS FAMILIAS
PRESCRITA
POR LEÓN XIII
¡Oh
Jesús, Redentor nuestro amabilísimo! que viniendo del cielo para ilustrar al
mundo con la doctrina y el ejemplo, quisiste pasar la mayor parte de tu vida
mortal en la humilde casa de Nazaret, sujeto a María y José, y consagraste
aquella familia que había de ser en adelante el modelo de todas las familias
cristianas; recibe benigno esta familia que ahora se entrega toda a Ti
Protégela y guárdala, y confirma en ella tu santo temor, juntamente con la paz
y concordia de caridad cristiana, para que se haga semejante al divino ejemplar
de tu Familia todos cuanto la componen, logremos la eterna bienaventuranza.
¡Oh
amantísima María, Madre de Jesús y Madre nuestra! haz por tu piedad y clemencia
que Jesús acepte nuestra consagración, y nos conceda sus beneficios y bendiciones.
¡Oh
Jesús, custodio santísimo de José y María! Socórrenos con tu intercesión en
todas las necesidades del alma y del cuerpo, para que juntamente contigo y la
Santísima Virgen María podamos dar eternas alabanzas y gracias a Jesucristo, nuestro
divino Redentor. Amen.
Tres
Padre nuestros, tres Ave Marías y tres Glorias
ORACIÓN
¡Oh
Sagrada familia de Nazaret! Vednos aquí postrados humildemente a vuestros pies.
Bienvenidos seáis a esta nuestra casa, oh Jesús, María y José. Deseamos
manifestar nuestro amor e implorar vuestro poderoso patrocinio. Os reconocemos
y confesamos por la familia más santa, más augusta y más poderosa que jamás ha
visto ni vera la tierra hasta la consumación de los siglos: el modelo
incomparable y perfecto de todas las familias del orbe. Os pedimos Santos
Protectores nuestros, echéis una mirada de piedad sobre todos los que
constituimos la familia de esta casa. Haced que el Espíritu Santo con el fuego
ardiente de su cardad consuma todo aquello que pueda separarnos de vuestro
amor. Alcanzarnos aquellas gracias que sabéis necesita nuestra familia y
ardientemente desea nuestro corazón. (Aquí se dirá la gracia o gracias
que se desean conseguir). Perdonamos si es que
nuestra devoción hacia vos no ha sido hasta ahora todo lo viva y ardiente que debiera.
Vuestra visita a esta morada sea señal de que nos acogéis bajo vuestro fidelísimo
amparo; miradnos como cosa vuestra y protegednos en tos los peligros y
adversidades. Amen.
Jesús,
José y María, os doy el corazón y el alma mía.
Jesús,
José y María, asistidme en mi última agonía.
Jesús,
José y María, haced que descanse en paz el alma mía.
Trescientos
días de indulgencia cada vez que se repitan estas jaculatorias, y cien por cada
una de ellas (Pío VII)
DESPEDIDA
Cuando
las Santas imágenes van a ser conducidas a la familia a quien corresponda el
día siguiente, rendidos todos los de la casa, recitarán las preces que van a
continuación.
ORACIÓN
Sagrada
familia, centro de nuestros amores y esperanza; os pedimos rendidamente perdón
si no hemos acertado a honraros en este día tal cual merecéis. El honor que nos
habéis dispensado con vuestra visita, sea prenda segura de que algún día os
veremos en la gloria, donde cantaremos vuestras alabanzas. Os damos gracias por
las que nos habéis otorgado, y redoblando nuestras suplicas para que nos concedáis
todas las demás que os hemos pedido, si así conviene par nuestro bien
espiritual. ¿Cómo nos despediremos de vos, Jesús, María y José, si nuestro corazón
no quiere separarse de vuestra amabilísima compañía? No será sin hacer finas
protestas de que siempre os veneraremos con encendido amor. Grábense con fuego vuestros
dulcísimos nombres en nuestros corazones, y no cesen de invocarles nuestros
labios, para que sean nuestro consuelo en las adversidades, nuestro refugio en
las tentaciones, nuestro sostén en los decaimientos, nuestro tesoro en las
necesidades, el imán de nuestros deseos, el centro de nuestra paz y alegría en
la tierra y prenda de nuestra eterna salvación. Amen.
Tres
Padres nuestros con tres Ave Marías y tres Glorias.
Jesús,
José y María, os doy el corazón y el alma mía.
Jesús,
José y María, asistidme en mi última agonía.
Jesús,
José y María, haced que descanse en paz el alma mía.
ORACIÓN
FINAL
Concédenos,
Jesús Señor nuestro, la gracia de imitar constantemente los ejemplos de la
Sagrada Familia, a fin de que, en la hora de nuestra muerte, asistidos por tu
Madre, la gloriosa Virgen María y por el bienaventurado José, merezcamos ser
recibidos por Ti en los eternos tabernáculos. Amen.
Doscientos
días de perdón que podrá ganar también los no consagrados a la Sagrada Familia
(León XIII).
Aprobado
por la autoridad eclesiástica.
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