martes, 5 de enero de 2021

CINCO MINUTOS EN COMPAÑÍA DE NUESTRA SEÑORA DEL SAGRADO CORAZÓN


CINCO MINUTOS EN COMPAÑÍA DE NUESTRA SEÑORA DEL SAGRADO CORAZÓN

 

 

¡Oh María! A tu Corazón de Madre vengo a buscar luz, fuerza, sostén y paz.

 

Me entrego a tu Poder.

 

Confío en tu Sabiduría.

 

Me abandono a tu Misericordia.

 

- Nuestra Señora del Sagrado Corazón, Madre de Dios, puedes socorrerme.

Ave María…

 

- Nuestra Señora del Sagrado Corazón, Madre mía, sabes cuánto lo necesito.

Ave María…

 

- Nuestra Señora del Sagrado Corazón, descanso en la ternura de tu amor.

Ave María…

 

ACORDAOS, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, del inefable poder que vuestro Hijo divino os ha dado sobre su Corazón adorable. Llenos de confianza en vuestros merecimientos, acudimos a implorar vuestra protección. ¡Oh celeste Tesorera del Corazón de Jesús, de ese Corazón que es el manantial inagotable de todas las gracias, y el que podéis abrir a vuestro gusto para derramar sobre los hombres todos los tesoros de amor y de misericordia, de luz y de salvación que encierra! Concedednos, os lo suplicamos, los favores que solicitamos. (Se pide la gracia que se desea alcanzar) No, no podemos recibir de Vos desaire alguno, y puesto que sois nuestra Madre, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, acoged favorablemente nuestros ruegos y dignaos atenderlos. ¡Así sea!

 

ORACIÓN

¡Oh Madre muy amada! Acordaos de que somos vuestros hijos, que estamos bajo vuestra protección, y que queremos permanecer con Vos en el Reino del Eterno Amor, vednos hoy humildemente postrados a vuestros pies, para pediros una prueba de vuestra maternal y augusta liberalidad. ¡Oh Celestial Tesorera del Corazón de Jesús! Vos sois rica, y nosotros pobres, Vos todo lo tenéis y nosotros no tenemos nada. Viéndonos posternadas ante Vos, ¿permaneceréis insensible a nuestros gemidos? ¿será útil que permanezcamos cerca de Vos y llamemos a la puerta del Corazón de vuestro Divino Hijo? ¿por ventura no sois la Madre de Misericordia? No tengáis de menos socorrer a sus hijos que gimen bajo el peso de tantas tribulaciones, libradnos de tantos males que les afligen, y apartad de ellos los ataques de su infernal enemigo. ¡Oh nuestra Señora del Sagrado Corazón! Que vuestro virginal manto cubra siempre a vuestros hijos, guardadlos, son vuestros para siempre. Amén.

 


 

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