miércoles, 13 de enero de 2021

DEVOCIÓN DE LAS GOTAS DE SANGRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

 


DEVOCIÓN A LAS GOTAS DE SANGRE

QUE DERRAMÓ NUESTRO REDENTOR JESÚS EN SU PASIÓN Y MUERTE EN LA CRUZ 

Sevilla, año de 1868

 

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío Jesucristo, dulce y amoroso Padre, enamorado y divino, socórreme y perdonadme, bien se Señor, que mis obras son de muy bajo quilate, pero puestas con las tuyas serán de valor muy grande, confieso que te he ofendido y conozco que no valen mis lágrimas y suspiros, en penitencia agradarte, en penitencia te ofrezco mi Dios tu preciosa Sangre, que, aunque son muchas mis culpas su precio mucho más vale. Amén.

 

 

SALUTACIONES

Por primera vez te saludo, mi Dios, que la derramaste, y fue en la circuncisión, Niño benigno y afable, y principiaste a padecer, vertiendo preciosa sangres, te suplico me perdones, pue tan temprano empezaste a padecer por mis culpas y yo lo conozco tarde.

Padre nuestro, Ave María y Gloria.

 

Por segunda vez te saludo, mi Dios, que la derramaste y fue en la oración del huerto, orando a tu Eterno Padre, donde con fatigas grandes, pensando en mis grandes culpas, copiosa sangre sudaste, te suplico Jesús mío, por esta oración tan grande, que me des tu gracia y luz para poder conformar mi voluntad con la tuya y que mi oración te agrade.

Padre nuestro, Ave María y Gloria.

 

Por tercera vez te saludo, mi Dios, que la derramaste, amarrado a una columna con golpes muy desiguales de aquellos fieros sayones, que, con azotes mortales vuestro santo cuerpo hirieron y llenaron de cardenales, aquí pido por todos, mi Dios, no desmaye nadie, que no es justo que se pierda, Jesús, tu preciosa sangre.

Padre nuestro, Ave María y Gloria.

 

Por cuarta vez te saludo, mi Dios, que la derramaste, y fue cuando te coronaron de espinas muy penetrantes, divino Rey de Reyes, Majestad de Majestades, recreo de los humildes que de los cielos bajaste, para humillar mi soberbia, viendo yo humildad tan grande, te suplico que me hagas humilde de aquí en adelante.

Padre nuestro, Ave María y Gloria.

 

Por quinta vez te saludo, mi Dios, que la derramaste quitándote en el Calvario tus vestiduras reales, te desnudaron, bien mío, para en la cruz enclavarte, te suplico me desnudes de esta mi mala carne, que es mi mayor enemigo, y de ella no puedo librarme.

Padre nuestro, Ave María y Gloria.

 

Por sexta vez te saludo, mi Dios, que la derramaste, y fue cuando en el Calvario te levantaron en alto, suplícote Jesús mío, que mi alma se abrase en tu amor, y que mis obras a ti solo se eleven, y si me viere caído como flaco y miserable, dulce Jesús de mi vida, ten por bien levantarme.

Padre nuestro, Ave María y Gloria.

 

Por séptima vez te saludo, mi Dios, que la derramaste cuando Longinos partió tu pecho de parte a parte, de aquella cruel lanzada, que con abundancia grande vertiste sangre mezclada con agua para lavarme. ¡Oh que licor tan divino! Dado como fino amante de aquella llaga divina que siempre está firme y constante y por todas, siete veces mi Dios, vuelvo a saludarte, que por todas siete juntas te sirvas de perdonarme.

Padre nuestro, Ave María y Gloria.

 

 

ORACIÓN A LA SANTÍSISMA VIRGEN

Al pie de la Cruz estaba la Virgen María, triste y desconsolada, sin consuelo ni alegría, porque en sus brazos tenía, la prenda que más amaba, la prenda que más quería, contemplándole en las llagas, que en pies y manos tenía, pero más la del costado, que el corazón le partía. ¡Oh Virgen María! Mi espejo y mi luz, que sola os hallaste al pie de la Cruz, viuda lloras con gran soledad, socorred Señora, mi necesidad. Amén.

 

 

ORACIÓN A JESUCRISTO NUESTRO SEÑOR

Señor mío Jesucristo, Padre dulcísimo, por el gozo que tuvo tu querida Madre, cuando te le apareciste en la sagrada noche de la resurrección, y por el gozo que tuvo, cuando te vió lleno de gloria, te pido que me alumbres con la luz de la divinidad para que pueda cumplir tu voluntad todos los días de mi vida, Tú que vives y reinas, con Dios Padre, en unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

ORACIÓN A LA SANTA CRUZ

¡Oh Santísima Cruz! ¡Oh inocente y piadoso cordero! ¡Oh pena grave y cruel! ¡Oh pobreza de Cristo mi Redentor! ¡Oh llagas muy lastimadas! ¡Oh corazón traspasado! ¡Oh sangre de Cristo derramada! ¡Oh muerte de Cristo amarga! ¡Oh dignidad de mi Dios, digna de ser reverenciada! Ayúdame, Señor, para alcanzar la vida eterna en la hora de mi muerte. Amén.


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