martes, 12 de enero de 2021

NOVENA A LOS SANTOS NIÑOS INOCENTES

 


LOS CORDEROS DE CRISTO

 

NOVENA DE LOS SANTOS NIÑOS INOCENTES

 

Compuesta por el Br. D. José Manuel del Valle y Araujo, Presbítero.

 

Comienza el día veinte de diciembre para finalizar el mismo día de los Inocentes, y se puede hacer en cualquier tiempo del año.

 

Reimpresa por segunda vez con las licencias necesarias, en la Imprenta de el Sr. D. José Antonio de Hogal, en la calle de Tiburcio.

Año de 1767

 

 

MOTIVOS DE LA NOVENA

El lamentable olvido, alma devota, de la numerosa multitud de los Inocentes Mártires, que, hasta ahora, por tantos siglos ha sido borrado de nuestras memorias, creo será la ignorancia de su soberano patrocinio, y siendo nuestras necesidades tantas, y los peligros de esta vida innumerables, mayormente los imponderables de la terrible hora de la muerte, en la que han visto algunos Santos, como enjambres de abejas las legiones de demonios contra una sola pobrecita alma, de necesidad hemos de buscar dilatados ejércitos de defensores para tanta batalla. Buenos Padrinos ofrezco, agradables intercesores te prometo, de quienes te ruego seas cordial devoto, que el buen éxito de tus peticiones, será el testigo de la verdad, que te aseguro.

 

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Altísimo Dios, de cuyas misericordias es incapaz el guarismo, y de vuestra infinita bondad son inagotables los tesoros, prestad benigno vuestros clementísimos oídos a las súplicas de este vuestro humilde siervo, que, atado a la cadena de tantas desdichas arrepentido, clama por su amada libertad. Ya conozco, que el más atroz verdugo que me atormenta, es mi temerosa conciencia, que, hostigada ya de tantas culpas, sacude el yugo, que el común enemigo había cargado sobre mi ignorante cerviz. Siento, Dios mío, sobre todo, el dolor de haberos ofendido, pagando tan mal las infinitas finezas, de que me reconozco deudor, y quisiera para pagarlas (cosa imposible) ser yo solo de todos los penitentes, ser yo solo de todos los mártires, pues yo solo en mi crecida maldad he sido y soy todos los pecadores, y si como es cierto hay un infierno, perpetua cárcel para vuestros enemigos, fueran los átomos del sol, las estrellas del cielo, las gotas del mar, los granos de la tierra, y todos los demonios, fuera cada uno un infierno, y yo, indivisible para todos, y en cada uno padeciera nuevos tormentos, aun sobrara malicia en este pecador de pecadores para satisfacer vuestra justicia y debida cólera, pero con todo, conociendo vuestra indecible clemencia, en ella confío el perdón de tantas culpas, y me aseguro en vuestras manos la fortaleza para no caer. Y si mis labios por manchados os ofenden, misericordia os pido por aquellas cinco bocas (que más que el odio) abrió vuestro amor en el leño de la Cruz, y siendo mis lágrimas congelada nieve, incapaz de apagar el inmenso fuego de mis culpas, sírvanme de ojos vuestras innumerables heridas, y de lluvia por lágrimas las infinitas gotas de vuestra derramada Sangre, y prestadme por lienzo para enjugarlas el Alma Santísima y Purísimo Corazón de vuestra Dolorida Madre, por cuyas benditas manos parte este mi arrepentimiento, para que merezca ser de vuestra complacencia. Amén.

 

 

DÍA PRIMERO

ORACIÓN

Pastor Divino, enamorado Jesús, Hijo de María, Verbo del Padre, y uno con el y el Divino Espíritu, adoro vuestros infinitos atributos, en especial el de vuestra Ciencia infinita, para la cual no hay pretérito ni futuro, pues todo a ella está presente: os doy infinitas gracias por aquel gozo que eternamente tuvisteis en la numerosa turba de los Santísimos Inocentes Niños, aceptando por apacible víctima su temprana muerte, y os pido, por vuestra esposa la Iglesia Santa, y sus necesidades, y que, nos libréis de repentinas muertes, dándonos por abogados, mientras somos pasajeros de aquesta triste vida, y en especial en el tenebroso barranco de la muerte, en que tantos han peligrado, a vuestros Inocentes validos, en cuyo socorro libro mis esperanzas, y el gozaros eternamente en la gloria. Amén.

Aquí se reza la estación mayor del Santísimo Sacramento y dos Salves a la Santísima Virgen, y se termina con la siguiente:

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Olorosas Rosas, encendidos Claveles, lúcidas Azucenas del Jardín de la Iglesia, a quienes como desmandado torbellino, deshojó la cruel cuchilla del tirano Herodes, os doy mil parabienes, de que entre vosotros, como preciosas perlas, se buscase la eterna margarita de mi dulce Jesús, y dieces la vida, anticipando la paga de la mejor vida, que por vosotros se había de dar en una Cruz, y pagasteis de contado la fresquecita Sangre, que había derramado en su Circuncisión vuestro amoroso Pastor como corderitos sin mancha, vertiendo la inocente vuestra, sirviendo ella de precursora, a la que en su dolorosa Pasión había de derramar nuestro Santísimo Redentor Jesús. Gozaos eternamente, y admitid benigno nuestros humildes obsequios, ayudándonos en todas nuestras calamidades, socorriéndonos en nuestras miserias, mayormente en la miseria de miserias del transe de la muerte. Desde ahora, para entonces, os pedimos vuestro patrocinio, nos valemos de vuestra sangre, nos fiamos de vuestros méritos, para que, nos ayudéis en tan formidable trance, y os suplicamos, desterréis en esa hora las infernales bestias, para morir en paz, y lo que os pedimos en esta novena, si fuere gusto de Dios, a quien sea la honra, gloria, honor y alabanza por eternos siglos. Amén.

 

 

SEGUNDO DÍA

ORACIÓN

Maestro Soberano, que hecho Hombre, cuantos pasos en esta vida diste, palabras dijiste, y obras ejecutaste, todas fueron una celestial doctrina. Adorote como Dios, y tus infinitos atributos, singularmente el de tu Incomprensibilidad, pues no pueden por toda la eternidad ser comprendidas todas tus perfecciones, porque, para siempre restaran infinitas cosas, y una infinidad de infinidades de atributos y perfecciones, en que se deleiten nuevamente los bienaventurados, doite gracias por ser incomprensible, y ofrezco estas primicias de tu Sangre en los Santísimos Niños, que te gozan y gozarán eternamente, y por ellos te pido, me prestes tu infinito amor para amarte, y nunca más ofenderte. Amén.

 

 

DÍA TERCERO

ORACIÓN

Bienhechor mío, tu, que eres fuente de todo bien, y derramas la luz de tus misericordias sobre nuestros pobres entendimientos, postrado en tierra, adoro el soberano atributo de tu Inefabilidad, pues son tantas las maravillas de tu Divino Ser, que, aunque toda la eternidad se escribiesen infinitos libros por infinitos autores, aunque fueran los mismos Serafines, nada se dijera de ti, dueño mío, vida mía, luz y dulzura mía, porque eres sobre toda lengua y sobre toda habla Divinamente inefable, yo te ofrezco las alabanzas y agradecimientos que te dan, y te darán eternamente los Santísimos Inocentes Niños, y pido merezca este pequeñito gusano alabarte en su compañía en la gloria. Amén.

 

 

DÍA CUARTO

ORACIÓN

Médico Soberano, que, para mi remedio, instituiste los siete sacramentos, yo adoro tu altísima alteza, pues solo por naturaleza eres Altísimo sobre toda alteza y sublimidad, más alto por esencia y dignidad, que todos los Pontífices, Príncipes y Reyes, que todos los Santos y todos los Ángeles, porque toda la grandeza que hay en el cielo y en la tierra (si hay grandeza que no seas tú, bien mío) tu la das, la ordenas, la distribuyes con hermosísimo y divino orden. Te suplico me lleves a ti. Hiere lo superior de mí alma con un rayo de tu luz, como lo hiciste con esta dilatada grey de tus Inocentes Niños, para que nada quiera que no seas tú, en nada descanse si no en tu Santísimo Corazón, hasta gozarte cara a cara en tu Gloria. Amén.

 

 

DÍA QUINTO

ORACIÓN

Esposo Dulcísimo de nuestras Almas, que bajaste del cielo a dar tu Divina mano a la manchada naturaleza, para ser digna de ti, la que lo era justamente de suplicio eterno: adoro Dios mío, tu eterna bondad, pues eres bueno por tu naturaleza Divina, y no hay bien ni bondad alguna, que no dimane de la plenitud, origen y manantial de todo bien, que eres tu mismo. Tu posees toda excelencia, perfección y grandeza sin necesitar fuera de ti de alguna cosa, y todos, Dios mío, de ti necesitamos. Haznos por tu bondad, buenos, como hiciste a tus Santos Niños en un punto de inocentes e incapaces, iluminados Mártires de tu Iglesia, hasta celebrarte en la triunfante de tu Gloria. Amén.

 

 

DÍA SEXTO

ORACIÓN

 Protector amabilísimo, debajo de cuya sombra nos favorecemos de todo peligro, de lo íntimo de mi corazón adoro tu imponderable clemencia a cuya vista no hay humana clemencia que se iguale, pues a un solo gemido de un verdadero pequé, no solo una vez, sino es muchas y muchas perdonas los pecados, y en este mismo instante le haces dueño, y heredero de tus méritos infinitos, de tu hambre, sed y frío, tu atrocísimas Pasión, tus acerva muerte, y derramada Sangre ¡Oh bien mío, que inmerecida conmiseración! ¡Cuan gratuito y bien aprobado amor! ¡Que estupenda dulzura! ¿Quién, considerándolo bien, no te amará eternamente? ¿Qué tiene que ver nuestros pobres obsequios con tus eternos beneficios? Aquí me abismo, porque todas siendo una migaja las aceptas como si fueran paga. Con las tibias mías te ofrezco los fervorosos actos, que al padecer martirio practicaron tus Santísimos Inocentes, a quienes pido me ayuden a bendecirte hasta continuar con ellos tus alabanzas en la Gloria. Amén.

 

 

DÍA SÉPTIMO

ORACIÓN

Santificador Benignísimo, de quien depende como fontal origen toda virtud y santidad. Infinitas veces te alabo en tus incomprensibles atributos, especialmente en tu eterna Omnipotencia, la cual están gritando y predicando todas las obras de tus manos, unas en el Cielo a Alabanzas, otras en la tierra con sus virtudes, otras en el Purgatorio con su paciencia, y otras en los infiernos con su castigo. Entrome, Dios mío, con tu favor en los abismos de tu potencia, y allí pasmado y mudo me pierdo y anego, y faltándome voces para bendecirte, convido a todas las criaturas, y en particular a el Sagrado Coro de los Santísimos Inocentes Mártires, que, si no macularon sus dichosos labios en vida, desplegaron sus gargantas en el rigor del cuchillo, para empezar a bendecirte en la tierra, y proseguir eternamente en el cielo. Amén.

 

 

DÍA OCTAVO

ORACIÓN

Refugio Sacrosanto, a quien recurro perseguido de tantos enemigos, engañado de la miseria y la falsedad de este siglo: adoro mi Dios tus eternos atributos, mayormente el indecible de tu Hermosura, en donde se pasma todo entendimiento humano y los Angélicos, pues siendo tu como eres la fuente de toda hermosura, la primera estampa de toda belleza, el único molde de toda suavidad, eres hermoso en todas tus obras, bellísimo en todas tus criaturas. Bendita sea tu belleza, bendita sea tu hermosura, ¡Y que tarde la conozco! ¡Y que temprano, Dios mío, que amanecí a ofenderla! Gózate en ti mismo, y gózate también en este Jardín de flores de tus Inocentes Mártires, a quienes doy mil parabienes, no solo de la vida, que por ti dieron, sino de que no fueron capaces de ofender con pecado actual tanta belleza, tal hermosura y suavidad infinita, la que gozan eternamente en la Gloria. Amén.

 

 

DÍA NOVENO

ORACIÓN

Señor de los Señores, en quien esta por naturaleza todo señorío, todo mando, y todo imperio, a cuyo brazo están sujetos los Cielos, la tierra, el mar y los abismos, abatido en el polvo de mi nada reverencio, adoro y alabo tus inmensos atributos, en especial el suavísimo de tu dulzura, de donde dimana toda dulzura, suavidad, delectación y amabilidad, en tus dulzuras, Dios mío, se anega tu dulcísima Madre, los nueve Coros de los Ángeles, y la innumerable multitud de los bienaventurados, sin hartarse jamás de tanta suavidad. ¡Oh Dios mío, si en estas tinieblas es dulce esperanza! Si en esta cárcel de miserias del mundo es dulcísimo tu nombre solo ¿Cuál será la dulzura de tu presencia en la Gloria! Acá, toda dulzura es soñada, toda suavidad es amarga, pues serán de acibaradas sus penas cuando son absintios sus dulzuras. Quita, Dios mío, las cataratas de estos ojos, y las ignorancias de este entendimiento, para que de una vez conozca, que en ti solo hay dulzura, y de mano a los caducos deseos de esta vida, sirviéndome de protectores aquellos esforzados Niños, que por tu amor derramaros su sangre, y nunca gustaron la dulzura falsa de este mentiroso mundo, antes amanecieron a la hermosura de la Gracia, y te alaban ahora en el día sin noche de la Gloria. Amén.

 

 

GOZOS A LOS SANTOS NIÑOS INOCENTES

Santos Niños que al Señor

Muriendo habéis confesado:

R/: Del devoto atribulado

Escuchad siempre el clamor.

 

Jesús en Belén nacido,

Por los Magos adorado,

Infundió tanto cuidado

A Herodes, rey fementido

Que acabar quiso atrevido,

Con el mismo Salvador.

 

Ciego en su temeridad

Los soldados reunió

Y matar les ordenó,

A los niños ¡Que crueldad!

Hasta dos años de edad

De Belén y alrededor.

 

Mientras la inicua sentencia

Para cumplir, caminaba

Aquella turba, salvaba

A Jesús la providencia,

Mas debió vuestra inocencia

Sufrir tan grande rigor.

 

Así que a Belén llegaron,

Todos los niños pidieron,

Las madres os escondieron

Y salvaros procuraron,

Mas vuestros lloros lograron

Que os hallase el buscador.

 

Ni vuestros gritos de infante

Ni las súplicas de un padre,

Ni el llanto de triste madre

Pudieron un solo instante,

Mas duro que el diamante,

Ablandar al matador.

 

En el materno regazo,

De aquellas que os ocultaban

Crueles os destrozaban,

Asiéndoos con fuerte brazo,

¡felices que en tal ocaso

Hallasteis vida mejor!

 

Sin saber lo que es morir,

Por vuestro Dios dais la vida,

Palma y corona debida

Lográis así recibir,

Y al cielo después subir

Con Jesús vuestro Señor.

 

Las victimas sois primeras

Por Cristo Dios ofrecidas,

Y vuestra sangre, vertida

De la fé en la primavera,

Es la preciosa venera

Que más os llena de honor.

 

Desde el trono de la gloria,

Do vuestras benditas almas

Juguetean con las palmas,

Tenednos en la memoria

Rogad logremos victoria

Del infernal tentador.

 

Haced, podamos un día,

Nuestra vida ya acabada,

En la celeste morada

Gozar vuestra compañía,

Y cantar con alegría

Alabanzas al Señor.

 

Ya que por el Redentor

La sangre habéis derramado:

R/: Del devoto atribulado

Escuchad siempre el clamor.

 

ORACIÓN: Señor Dios, cuya gloria pregonaron en este día los Inocentes mártires, no con palabras, sino dando su vida por ti, haz que nuestra conducta testifique con hechos la fe que proclamamos con los labios. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

 

Nota: Los gozos son obra anónima, impresos en Barcelona, España, en la imprenta de Luis Tasso, año de 1873, y no forman parte de la novena, son opcionales a la devoción de los fieles.


Novena y Gozos compilados por el Prof. Nelson Rodolfo Sandoval, en colaboración con la Biblioteca Fray Francisco de Burgoa de Oaxaca, México.

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