NOVENA
A SAN GIL ABAD
ESPECIALÍSIMO
ABOGADO CONTRA LAS FIEBRES
OFRECELA
A LOS FIELES UN ESPECIAL DEVOTO DEL SANTO
Burgos,
1831
ACTO
DE CONTRICIÓN
Dios
mío y Señor mío, en quien creo, como en verdad infalible, en quien espero, como
en misericordia infinita; a quien amo, como á bondad suma, por ser Vos quien
sois, me pesa de lo más íntimo de mi corazón de haber pecado y ofendido a
vuestra Soberana Magostad; y pues sois Dios de amor, de piedad y misericordia
para el pecador verdaderamente arrepentido, perdonadme, Señor , mis muchas
culpas, que detesto y aborrezco sobre lodos los males, por ser ofensas
vuestras, proponiendo con todas veras enmendarme y serviros fielmente mediante
vuestra gracia. Así lo espero. Señor, por los méritos infinitos do vuestro Hijo
Santísimo y Redentor mío Jesucristo, y por la intercesión poderosa del Glorioso
San Gil, a quien dirijo esta Novena para mayor gloria vuestra v bien de mi
alma. Amén.
ORACIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS
Dulcísimo
Jesús, Dios y Señor de mi alma, admirable en vuestro siervo San Gil, retrato
vuestro: atended, Señor, a las súplicas que ahora os hago, para lo cual os
presento los méritos é intercesión de este glorioso Santo, esperando conseguir
de vuestra misericordia tal pureza de corazón y cuerpo, que con ella logre la
santidad de que estuvo lleno y el favor especial que os pido en esta Novena.
Admitid Señor, mi rendimiento ante vuestra soberana presencia, y alentad las
fuerzas de mi espíritu, para que, purificado de todo lo terreno, solo busque la
pureza de mi alma, y que todo sea para mayor honra y gloria vuestra. Amén.
DÍA
PRIMERO
ORACIÓN
Glorioso
San Gil, que desengañado de las celadas, tentaciones y peligros que a cada paso
ofrece el mundo a los que quieren consagrarse al servicio de su Dios, abandonasteis
con generoso desprendimiento la Ciudad de Atenas, vuestra patria, la casa de
vuestros Padres y todas las comodidades y placeres con que os brindaba vuestro regio
nacimiento, estimando mucho más la pobreza y humillaciones de Jesucristo que
todas las riquezas y distinciones de tan elevada cuna: haced, Santo mío, que
por medio de vuestra intercesión, huya yo también de los continuos peligros y
asechanzas con que me quiere perder el mundo: que únicamente viva en Dios, por
Dios y para Dios: que, desnudándome de todo afecto a las cosas mundanas, solo
reine en mí su divina gracia, que dirija y gobierne todas mis acciones, todas
mis obras, todas mis palabras y todos mis pensamientos; y que finalmente consiga
la vida eterna prometida por el mismo Dios a los que dejan el mando por su
nombre. Amén.
ORACIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS
Glorioso
San Gil, dechado perfecto de virtudes, que fuisteis sacado por Dios de la masa
de los demás hombres, y durante muchos años os ocultó por una gracia especial
en el secreto de su rostro para salvaros de la malicia del siglo y dejar a la
posteridad el ejemplo de una inocencia penitente: que, cual casta paloma
sostenida en alas de una fe viva y de una caridad ardiente, huisteis del mundo
para ir a buscar una tierra nueva y otros nuevos Cielos, anduvisteis por los
ásperos caminos del desierto, y gemisteis delante de Dios en la soledad: que
protegisteis los Imperios con vuestras oraciones, ilustrasteis la Iglesia con
la pureza de vuestra fe, confesasteis el nombre de Jesucristo con las austeridades
y trabajos de vuestra vida, confundisteis la prudencia y orgullo de los Grandes
con vuestra simplicidad y modestia, hicisteis callar a los demonios y
conseguisteis domar el ímpetu de los elementos: alcanzadme del Todopoderoso que yo os siga por las sendas de
la virtud, y al presente obtenga por vuestra intercesión la gracia particular
que deseo alcanzar en este día consagrado a vuestro culto, si es para mayor
gloria suya, honra vuestra y bien de mi alma; y si no, tal resignación con su
divina voluntad, que por medio de ella logre las felicidades de la Gloria.
Amen.
GOZOS
Pues
que tanto con Dios puede
Tu
mediación eficaz,
Ruega
al Cielo por nosotros,
Glorioso
San Gil, Abad.
De
Atenas, tu patria, sales
Inspirado
por el Cielo,
No
hallando paz ni consuelo
En
los goces terrenales.
Buscas
término á tus males
En
lejana soledad:
A
tu Dios todo te ofreces
En
un fragoso desierto;
Y
al mundo y sus pompas muerto,
Ángel,
más que hombre, pareces
Allí
solitario crecerá
En
virtud y santidad.
Allí
¡sorpresa inaudita!
De
tu abnegación en prendo,
Encuentras
á Veredemio,
Que
contigo el yermo habita:
Su
gran virtud ejercita
Nuevamente
tu humildad.
En
tu vida penitente
Dios
te depara una Cierva,
Que
la vida te conserva
Con
su néctar inocente:
Prodigio
tan sorprendente
Redobla
tu austeridad.
Sepultado
entre las ropas
En
amarga penitencia.
No
naufraga tu inocencia,
Por
más que á Satán provocas:
Pues
el Dios a quien invocas
Vela
en tu seguridad.
Por
el Rey de Francia orando,
Un
Ángel le se aparece,
Y
escrito el perdón te ofrece
De
su delito nefando:
Tal
prodigio contemplando
Llora
aquel su iniquidad.
De
los pobres siempre amigo,
A
quien tu largueza ampara,
Nadie
de ti se separa
Sin
sustento y sin abrigo:
Toda
la Grecia es testigo
De
tu liberalidad.
La
muerte deja su horror
De
tu vida en el confín:
Como
al casto Serafín
Te
abrasa el divino amor;
Y
duermes en el Señor
Con
el sueño de la paz.
Peregrino
en este suelo,
Que
un momento atravesaste,
Solo
con Dios conversaste,
Haciendo
del mundo un Cielo:
Tu
virtud será el modelo
Que
aliente nuestra piedad.
Antífona: San
Gil, despreciando el mundo y todo lo terreno, triunfante, atesoró en el Cielo
muchas riquezas con la predicación y la limosna.
L/:
El Señor condujo a San Gil por los caminos rectos.
R/: Y
le manifestó el Reino de Dios.
ORACIÓN: Os
suplicarnos, Señor, que la intercesión del Bienaventurado San Gil, Abad, nos
haga gratos a vuestra Majestad, para conseguir por su patrocinio lo que no
podemos alcanzar por nuestros merecimientos. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
DÍA
SEGUNDO
ORACIÓN
Glorioso
San Gil, que llamado por Dios a la vida solitaria, corristeis alegre y
presuroso a las márgenes del Ródano a buscar un desierto, donde, lejos de los
hombres, no tuvieseis otra recreación ni otra vista que la del Cielo, otro
ejercicio que la penitencia, otro consuelo que la fe, otra conversación que la
oración , otra esperanza que la salvación, ni otro testigo de vuestras acciones
que a Dios, que era vuestro objeto, vuestro fin, y quien algún día debía ser
también vuestra recompensa: alcanzadme, Santo mío, que yo también huya gustoso
y veloz de todos los placeres de los sentidos que me encantan y seducen, y que
son incapaces de tranquilizar mi corazón, criado solo para el goce de una
sólida y eterna bienaventuranza. Amén.
DÍA
TERCERO
ORACIÓN
Glorioso
San Gil, que tanto os complacisteis de haber encontrado en el Desierto la
compañía de otro ermitaño, llamado Veredemio, no solo por tener en él un
maestro tan hábil como experimentado en la vida contemplativa, sino mucho más
por haber hallado un seguro defensivo a vuestra heroica humildad, atribuyendo
los milagros que obrabais á aquel venerable Solitario, dotado por Dios del
mismo don, alcanzadme, Santo mió, que por vuestra intercesión me conceda el
Señor la virtud de la humildad, teniéndome siempre por el más indigno de sus
divinos dones, por la más vil de todas sus criaturas, y por el más acreedor a
ser abatido y despreciado: que conozca mi miseria, y cuan insuficiente soy sin
su gracia para todo lo bueno; y que penetrado de mi propia bajeza me humille en
mí mismo y delante de mí Dios, para que mi corazón jamás se ensalce, sino que
viva sujeto a él y a su santa ley. Amén.
DÍA
CUARTO
ORACIÓN
Glorioso
San Gil, que sepultado vivo entre los matorrales de un espantoso y árido
desierto, que apenas producía amargas raíces con que poderos alimentar,
encerrado en lo profundo de una cueva y oculto aun a los mismos rayos del Sol,
merecisteis por vuestras virtudes que el Señor alimentase vuestra exánime vida
con la leche de una inocente Cierva, que todos los días y a una misma hora
venia á postrarse a vuestros pies, y que, reconocido a tan amoroso cuidado de
la Divina Providencia, no cesabais día y noche de rendir fervientes gracias al
dador de tanto bien: haced, Santo mío, que por vuestra intercesión merezca yo
ser alimentado a menudo con el precioso Cuerpo y adorable Sangre de mi Señor
Jesucristo en el augusto Sacramento del Altar: que no me atreva a llegar a él
sin una fe viva, sin una esperanza firme y sin una caridad ardiente; y que
después de haberle recibido dignamente, me postre ante sus aras y me emplee
todo en repetidos actos del más puro amor y del más vivo reconocimiento. Amén.
DÍA
QUINTO
ORACIÓN
Glorioso
San Gil, que conociendo la necesidad de mortificar vuestra inocente carne para
conservar mejor y más fácilmente el don precioso de la inocencia, practicasteis
sin descanso en el desierto las más crueles austeridades, no permitiéndoos otro
lecho qué el duro suelo, otro reposo que las continuas vigilias, ni otro
vestido que un áspero cilicio: haced, Santo mío, que yo por vuestra intercesión
me postre humillado en la presencia de Dios, a quien tantas veces y de tantos
modos he ofendido: que reconozca la enormidad de todos los desórdenes de mi
vida: que los deteste de buena fe a sus pies: que aflija y mortifique mi carne
con todo género de privaciones, y que lleve con resignación cristiana las
penalidades, afrentas y trabajos de esta vida, para que crucificado con él en
la tierra merezca resucitar con él en su Gloria. Amén.
DÍA
SEXTO
ORACIÓN
Glorioso
San Gil, que instado vivamente por el Rey de Francia para que con vuestras
oraciones le alcanzaseis del Padre de las misericordias el perdón de un pecado
grave que no se atrevía a confesar, lograsteis tener la visión de un Ángel que
se os apareció con un billete en la mano y le dejó sobre el Altar, en el que
estaba escrito el pecado del Rey, y se decía que por vuestras oraciones le
sería perdonado, con tal que arrepentido le confesase: haced, ¡Santo mío, que
por vuestra intercesión! jamás deje yo de confesar mis pecados, por muchos y
enormes que sean: que incesantemente pida de veras al Señor la remisión de
todos ellos; y que como Vos oísteis del Ángel la sentencia de: absolución para
el Rey, oiga yo también del Ministro del Sacramento de la Penitencia igual
sentencia que asegure en este mundo la tranquilidad y alegría de mi corazón, y
en el otro el placer de veros y alabaros por toda la eternidad. Amén.
SÉPTIMO
ORACIÓN
Glorioso
San Gil, que desde vuestra niñez os complacisteis en ejercer la más tierna
caridad con los pobres, distribuyendo con mano liberal y corazón compasivo
entre ellos vuestros bienes, y desnudándoos hasta de vuestros propios vestidos
para cubrir su desnudez: haced, Santo mío, que por vuestra intercesión alcance
yo del Señor la gracia de imitaros en la práctica de tan hermosa virtud: que
esta me inspire tal desasimiento y desapego de los bienes de la tierra, que
buscando primeramente el reino de Dios y su justicia en todos mis pensamientos,
acciones y palabras, resplandezca en ellas la liberalidad y misericordia para
con los desvalidos y menesterosos; y que en la persona de estos miro solo al
mismo Jesucristo, que quiso nacer en un pesebre, de quien lie recibido cuanto
tengo, a quien debo cuanto soy, y a quien no puedo negar cuanto poseo. Amén.
DÍA
OCTAVO
ORACIÓN
Glorioso
San Gil, que próximo a la muerte, y reflexionando sobre tan terrible momento,
lleno de un santo temor os encomendasteis confiadamente a las oraciones de
vuestros Monjes y os preparasteis con los Santos Sacramentos para hacerla
preciosa a los ojos de Dios y de los hombres: haced, Santo mío, que por vuestra
intercesión alcance yo de la bondad de mi Dios el especial favor de practicar
fielmente vuestras excelsas virtudes, viviendo en justicia y santidad todos los
días de mi vida, y que fortalecido con los Santos Sacramentos y auxiliado con
la gracia de la final perseverancia muera con la muerte envidiable de los
justos, para que después de haberos imitado en esta vida logre la felicidad de
verle, amarle y gozarle por eternidades en la otra. Amén.
DÍA
NOVENO
ORACIÓN
Glorioso
San Gil, que por una serie bien ordenada de virtudes llegasteis a tal
perfección, que teniéndoos por extranjero en la tierra siempre anhelasteis la
posesión de la Patria celestial: por los méritos de vuestras sublimes virtudes,
que yo he considerado en estos días, alcanzadme que aspire a conseguirlas, para
que, imitándolas, adorne mi alma con tantas estrellas como son las que se
admiran en vuestra vida. ¿En dónde podré ¡oh Santo mío! aprender mejor el modo
de santificar mi alma que en el claro espejo de vuestra vida ejemplarísima? A
vos recurro, Glorioso San Gil, para que con vuestro ejemplo me animéis y
esforcéis a conseguir esta gracia, y en premio de ella la inmarcesible corona
de los justos: haced con vuestra intercesión que mi entendimiento pueda
penetral; las máximas más seguras de santidad y el camino recto de la
perfección, para que, siendo ahora vuestro verdadero imitador, os acompañe
después en la posesión feliz del sumo bien, que es Dios. Amén.
Gracias San Gil Abad por los favores recibidos
ResponderEliminarGracias San Gil Abad por los favores recibidos .
ResponderEliminar