EL
SAGRADO CORAZÓN DEL SANTÍSIMO PATRIARCA SEÑOR SAN JOSÉ
VENERADO
EN LOS DÍAS DE LA SEMANA
Dispuesto
por el P. Ignacio Tomay, de la Compañía de Jesús
Impreso
con las licencias necesarias, por la Vda. de D. José Bernardo de Hogal.
Año
de 1751
DOMINGO
ORACIÓN
Oh
Corazón Purísimo, Erario incomparable de Santidad, pureza y dones celestiales,
yo te adoro y saludo, te admiro y amo con todo el afecto de mi corazón me
alegro de tus soberanas grandezas, y doy afectuosas gracias a la Divina Bondad,
por haberte así engrandecido. Más ¡Oh! y como lleno de confusión y dolor, miro
a mi corazón tan inmundo y asqueroso con tantas culpas y pecados. ¡Oh, y quien
me diera dos fuentes de lágrimas de perfecta contrición para lavarlo de todas
las inmundicias! ¡Ah! malditos pecadores, yo con infinito dolor os detesto y
abomino, solamente por ser ofensas de la infinita e incomprensible Majestad y
Bondad de Dios. ¡Oh Santo mío! a ti clamo, y por tu Purísimo y Santísimo
Corazón te suplico, me alcances gracia tan abundante, que yo escoja mil veces
hasta la muerte, antes que manche mi corazón, que es Templo vivo de Dios, con
alguna culpa, y para que yo emplee todo el tiempo de mi vida en donarlo siempre
más y más, con el atavío de las virtudes y de la divina gracia, como yo
confiado en tu intercesión, firmemente lo propongo.
Se
rezan siete padres nuestros, siete aves maría y glorias, en reverencia de los
siete dolores y gozos que inundaron el purísimo Corazón del Patriarca Señor San
José.
LUNES
ORACIÓN
Oh
Corazón Humildísimo de mi Señor San José, yo te adoro, te saludo, te alabo y
admiro en tan excelsos dones y privilegios celestiales, y quedo confuso mirando
en mis tantas miserias y pecados, y tanta soberbia y altivez de mi corazón.
Abre, Santo mío, los ojos de mi mente, para que claramente te conozca, que, en
mí, nada tengo y nada puedo de bien, y que lo que tengo y puedo de bien, todo
es de Dios, y que lo que tengo de mi no es otra cosa que una pura nada, una
pura impotencia, y un abismo de miserias, pecados y malicias, y fortalece en mi
corazón, para que, reconociendo todos los bienes que veo en mí, o en los otros,
como puros dones de Dios, no quiera más que su sola gloria, alabanza y acción
de gracias para este Señor, y para mi no otra cosa, sino lo que merece mi nada,
malicia y pecados, que es la confusión y abatimiento. Óyeme, gloriosísimo
Santo, por tu tan humilde Corazón, para que consiguiendo por tus méritos esta
tan esclarecida virtud, merezca, según la promesa de Cristo, ser ensalzado en
el cielo. Amén.
MARTES
ORACIÓN
Oh Corazón Purísimo de mi glorioso Santo, yo
te saludo, te adoro, te alabo y admiro tu más seráfica pureza, y doy humildes
gracias a la Divina Bondad por haberte con ella adornado, para que fueras digno
esposo de la Inmaculada Madre de Dos. ¡Oh y cuan confuso y avergonzado quedo yo,
mirando mi corazón tan inmundo y tan manchado, y combatido de continuo de los
estímulos de la concupiscencia! ¡Ha, que no he conocido precio de esta Angélica
virtud, ni reparado en las luces de su celestial hermosura! Oh Santo mío, abre
los ojos de mi alma, para que yo admire su belleza, e instila en ella un
entrañable amor y aprecio de esta divina virtud, para que a costa aun de la vida,
la conserve siempre pura e incontaminada en la mente, y en el cuerpo, así,
firmemente lo propongo y determino, confiado en el amparo y patrocinio tuyo,
ejecutarlo hasta la muerte. Amén.
MIÉRCOLES
ORACIÓN
Oh
Corazón Obedientísimo de mi Señor San José, todo formado en el Corazón de Dios,
yo te adoro, te saludo y alabo. Mas que puedo hacer, sino confundirme y llorar
amargamente, mirando mi corazón perverso, tan contumaz en ejecutar los
preceptos de mi Dios, y los ordenes de los que tienen su lugar. Ay, que he
vivido a ciegas, sin considerar el rendimiento, obediencia y amor, que debo a mi
Dios, Señor y Padre amantísimo, como su criatura, su vil esclavo e indignísimo
hijo. A ti ahora te invoco, Oh Glorioso Santo mío, alcánzame por tu
obedientísimo Corazón, tantas lágrima de perfecta contrición, que sean
bastantes a borrar todas las desobediencias de mi rebelde corazón, a los
amables preceptos de mi Dios, y de los interpretes de tu Santísima Voluntad, y
haz con tu intercesión, que yo en adelante viva siempre obediente, rendido y
sujeto, no solamente a mi Dios y Señor, y a mis superiores, sino también a toda
humana criatura, por su amor, allí firmemente propongo ejecutarlo siempre con
la divina gracia, que espero por tus ruegos y méritos alcanzar de la Divina
Bondad. Amén.
JUEVES
ORACIÓN
Oh
Corazón Santísimo de mi Señor San José, todo fuego de seráfico amor, yo te
adoro, te alabo y admiro en este soberano incendio de caridad divina, y doy
humildes gracias a la bondad infinita de mi Dios, por haberte con el abrazado
todo. ¡Ah! Pobre de mí, que no eh sabido amar, sino la basura y asquerosidad de
la tierra. ¡Ah! Que ciego fui, pues no he conocido la infinita bondad e incomprensible
amabilidad de mi Dios, para consagrarle todo mi amor. Infeliz y desdichado
aquel tiempo, en que yo no te amé, Dios mío, ¡Oh! y si pudiera yo hacer, aun
con padecer cualquier mal, que todo tiempo de mi vida pasada lo hubiera todo,
todo empleado en amarte siempre incesantemente a ti, Dios mío, solo
infinitamente amable ¡Ay dolor inefable! ¡Ay tormento de mi corazón sin remedio!
¡Ay que lo que deseo y quiero no es más posible! ¿Qué puedo hacer, Dios mío? te
amaré desde este instante, y por mi vida con todo mi corazón, con toda mi
mente, con toda mi alma, y con todas mis fuerzas. Así lo quiero, así firmemente
lo determino, Dios mío, con tu Divina Gracia. Seas tú, Oh Padre mío amantísimo,
fiador de esta resolución, alcanzándome de la Divina Bondad una tan poderosa
gracia, que siempre perfectamente la cumpla. Amén.
VIERNES
ORACIÓN
Oh
Corazón Excelentísimo de mi Señor San José, que, con tan indecible fortaleza y
amor, sufriste agudas espinas, que en esta vida siempre te hirieron y
traspasaron, porque conocías que eran del agrado de Dios y de su Santísima
Voluntad, que era el centro de todos tus afectos y deseos. ¡Ah! ¿Y hasta cuando
yo viviré engañado, huyendo siempre de la Cruz, y el padecer, siendo estos los
regalos más ricos y los dones más preciosos, que reparte la Divina Bondad a sus
más queridas almas? Ilumina, te ruego, Oh gloriosísimo Santo, mi entendimiento,
para que conozca el inestimable valor de la Cruz, y fortalece mi corazón, para
que ardientemente la ame, y goce de estar elevado en ella con mi amantísimo
Redentor y Dios, y para que juzgándome indigno, como lo soy de este favor tan
grande, admire su Divina Bondad, que era tan altamente se digna de favorecer a
este gran pecador. Hazlo, Santo mío, con tus ruegos, por el amor que tienes al
Humanado Dios y a tu Santísima Esposa, para que, asemejándome yo en esta vida a
mi Crucificado Señor, merezca serle semejante en la gloria. Amén.
DÍA
SÁBADO
ORACIÓN
Oh Dichoso Corazón de mi Señor San José, Erario riquísimo de celestiales favores e inefables gozos, yo te alabo, te adoro y admiro con gran complacencia de mi corazón la inenarrable felicidad y divinos regalos de que fuiste colmado en esta vida, y ahora con sobreabundante plenitud lo eres eternamente en el Cielo. Yo de corazón me gozo de todos ellos más, que, si fueran míos, y doy humildes y afectuosas gracias a la Divina Bondad por habértelos concedido. ¡Ah! Que yo no pruebo las dulzuras y favores celestiales, porque no purifico mi corazón con los afectos terrenos, apartándole de todos los viles consuelos de las criaturas, ni sufro con humildad y amor las penalidades, con que mi Dios nuestro Señor me regala. A ti recurro, o Santo mío, concede con tu intercesión a mi corazón tan cobarde tanta fortaleza y vigor, para que desasido de las criaturas, huya constantemente, aun de los lícitos recreos de la tierra, y para que tolere con alegría y perfecta resignación todas las adversidades, con que Dios fuere servido favorecerme, para que así no me haga indigno de participar en esta vida las espirituales delicias, que fueren necesarias para el bien de mi alma, y merezca después de ella, de la Divina Misericordia, la eterna y cumplida felicidad en la Gloria. Amén.
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