viernes, 29 de enero de 2021

SEMANA DEVOTA AL CORAZÓN DE SAN JOSÉ

 


EL SAGRADO CORAZÓN DEL SANTÍSIMO PATRIARCA SEÑOR SAN JOSÉ

VENERADO EN LOS DÍAS DE LA SEMANA

 

Dispuesto por el P. Ignacio Tomay, de la Compañía de Jesús

Impreso con las licencias necesarias, por la Vda. de D. José Bernardo de Hogal.

Año de 1751

 


DOMINGO

ORACIÓN

Oh Corazón Purísimo, Erario incomparable de Santidad, pureza y dones celestiales, yo te adoro y saludo, te admiro y amo con todo el afecto de mi corazón me alegro de tus soberanas grandezas, y doy afectuosas gracias a la Divina Bondad, por haberte así engrandecido. Más ¡Oh! y como lleno de confusión y dolor, miro a mi corazón tan inmundo y asqueroso con tantas culpas y pecados. ¡Oh, y quien me diera dos fuentes de lágrimas de perfecta contrición para lavarlo de todas las inmundicias! ¡Ah! malditos pecadores, yo con infinito dolor os detesto y abomino, solamente por ser ofensas de la infinita e incomprensible Majestad y Bondad de Dios. ¡Oh Santo mío! a ti clamo, y por tu Purísimo y Santísimo Corazón te suplico, me alcances gracia tan abundante, que yo escoja mil veces hasta la muerte, antes que manche mi corazón, que es Templo vivo de Dios, con alguna culpa, y para que yo emplee todo el tiempo de mi vida en donarlo siempre más y más, con el atavío de las virtudes y de la divina gracia, como yo confiado en tu intercesión, firmemente lo propongo.

Se rezan siete padres nuestros, siete aves maría y glorias, en reverencia de los siete dolores y gozos que inundaron el purísimo Corazón del Patriarca Señor San José.

 

 

LUNES

ORACIÓN

Oh Corazón Humildísimo de mi Señor San José, yo te adoro, te saludo, te alabo y admiro en tan excelsos dones y privilegios celestiales, y quedo confuso mirando en mis tantas miserias y pecados, y tanta soberbia y altivez de mi corazón. Abre, Santo mío, los ojos de mi mente, para que claramente te conozca, que, en mí, nada tengo y nada puedo de bien, y que lo que tengo y puedo de bien, todo es de Dios, y que lo que tengo de mi no es otra cosa que una pura nada, una pura impotencia, y un abismo de miserias, pecados y malicias, y fortalece en mi corazón, para que, reconociendo todos los bienes que veo en mí, o en los otros, como puros dones de Dios, no quiera más que su sola gloria, alabanza y acción de gracias para este Señor, y para mi no otra cosa, sino lo que merece mi nada, malicia y pecados, que es la confusión y abatimiento. Óyeme, gloriosísimo Santo, por tu tan humilde Corazón, para que consiguiendo por tus méritos esta tan esclarecida virtud, merezca, según la promesa de Cristo, ser ensalzado en el cielo. Amén.

 

 

MARTES

ORACIÓN

 Oh Corazón Purísimo de mi glorioso Santo, yo te saludo, te adoro, te alabo y admiro tu más seráfica pureza, y doy humildes gracias a la Divina Bondad por haberte con ella adornado, para que fueras digno esposo de la Inmaculada Madre de Dos. ¡Oh y cuan confuso y avergonzado quedo yo, mirando mi corazón tan inmundo y tan manchado, y combatido de continuo de los estímulos de la concupiscencia! ¡Ha, que no he conocido precio de esta Angélica virtud, ni reparado en las luces de su celestial hermosura! Oh Santo mío, abre los ojos de mi alma, para que yo admire su belleza, e instila en ella un entrañable amor y aprecio de esta divina virtud, para que a costa aun de la vida, la conserve siempre pura e incontaminada en la mente, y en el cuerpo, así, firmemente lo propongo y determino, confiado en el amparo y patrocinio tuyo, ejecutarlo hasta la muerte. Amén.

 

 

MIÉRCOLES

ORACIÓN

Oh Corazón Obedientísimo de mi Señor San José, todo formado en el Corazón de Dios, yo te adoro, te saludo y alabo. Mas que puedo hacer, sino confundirme y llorar amargamente, mirando mi corazón perverso, tan contumaz en ejecutar los preceptos de mi Dios, y los ordenes de los que tienen su lugar. Ay, que he vivido a ciegas, sin considerar el rendimiento, obediencia y amor, que debo a mi Dios, Señor y Padre amantísimo, como su criatura, su vil esclavo e indignísimo hijo. A ti ahora te invoco, Oh Glorioso Santo mío, alcánzame por tu obedientísimo Corazón, tantas lágrima de perfecta contrición, que sean bastantes a borrar todas las desobediencias de mi rebelde corazón, a los amables preceptos de mi Dios, y de los interpretes de tu Santísima Voluntad, y haz con tu intercesión, que yo en adelante viva siempre obediente, rendido y sujeto, no solamente a mi Dios y Señor, y a mis superiores, sino también a toda humana criatura, por su amor, allí firmemente propongo ejecutarlo siempre con la divina gracia, que espero por tus ruegos y méritos alcanzar de la Divina Bondad. Amén.

 

 

JUEVES

ORACIÓN

Oh Corazón Santísimo de mi Señor San José, todo fuego de seráfico amor, yo te adoro, te alabo y admiro en este soberano incendio de caridad divina, y doy humildes gracias a la bondad infinita de mi Dios, por haberte con el abrazado todo. ¡Ah! Pobre de mí, que no eh sabido amar, sino la basura y asquerosidad de la tierra. ¡Ah! Que ciego fui, pues no he conocido la infinita bondad e incomprensible amabilidad de mi Dios, para consagrarle todo mi amor. Infeliz y desdichado aquel tiempo, en que yo no te amé, Dios mío, ¡Oh! y si pudiera yo hacer, aun con padecer cualquier mal, que todo tiempo de mi vida pasada lo hubiera todo, todo empleado en amarte siempre incesantemente a ti, Dios mío, solo infinitamente amable ¡Ay dolor inefable! ¡Ay tormento de mi corazón sin remedio! ¡Ay que lo que deseo y quiero no es más posible! ¿Qué puedo hacer, Dios mío? te amaré desde este instante, y por mi vida con todo mi corazón, con toda mi mente, con toda mi alma, y con todas mis fuerzas. Así lo quiero, así firmemente lo determino, Dios mío, con tu Divina Gracia. Seas tú, Oh Padre mío amantísimo, fiador de esta resolución, alcanzándome de la Divina Bondad una tan poderosa gracia, que siempre perfectamente la cumpla. Amén.

 

 

VIERNES

ORACIÓN

Oh Corazón Excelentísimo de mi Señor San José, que, con tan indecible fortaleza y amor, sufriste agudas espinas, que en esta vida siempre te hirieron y traspasaron, porque conocías que eran del agrado de Dios y de su Santísima Voluntad, que era el centro de todos tus afectos y deseos. ¡Ah! ¿Y hasta cuando yo viviré engañado, huyendo siempre de la Cruz, y el padecer, siendo estos los regalos más ricos y los dones más preciosos, que reparte la Divina Bondad a sus más queridas almas? Ilumina, te ruego, Oh gloriosísimo Santo, mi entendimiento, para que conozca el inestimable valor de la Cruz, y fortalece mi corazón, para que ardientemente la ame, y goce de estar elevado en ella con mi amantísimo Redentor y Dios, y para que juzgándome indigno, como lo soy de este favor tan grande, admire su Divina Bondad, que era tan altamente se digna de favorecer a este gran pecador. Hazlo, Santo mío, con tus ruegos, por el amor que tienes al Humanado Dios y a tu Santísima Esposa, para que, asemejándome yo en esta vida a mi Crucificado Señor, merezca serle semejante en la gloria. Amén.

 

 

DÍA SÁBADO

ORACIÓN

Oh Dichoso Corazón de mi Señor San José, Erario riquísimo de celestiales favores e inefables gozos, yo te alabo, te adoro y admiro con gran complacencia de mi corazón la inenarrable felicidad y divinos regalos de que fuiste colmado en esta vida, y ahora con sobreabundante plenitud lo eres eternamente en el Cielo. Yo de corazón me gozo de todos ellos más, que, si fueran míos, y doy humildes y afectuosas gracias a la Divina Bondad por habértelos concedido. ¡Ah! Que yo no pruebo las dulzuras y favores celestiales, porque no purifico mi corazón con los afectos terrenos, apartándole de todos los viles consuelos de las criaturas, ni sufro con humildad y amor las penalidades, con que mi Dios nuestro Señor me regala. A ti recurro, o Santo mío, concede con tu intercesión a mi corazón tan cobarde tanta fortaleza y vigor, para que desasido de las criaturas, huya constantemente, aun de los lícitos recreos de la tierra, y para que tolere con alegría y perfecta resignación todas las adversidades, con que Dios fuere servido favorecerme, para que así no me haga indigno de participar en esta vida las espirituales delicias, que fueren necesarias para el bien de mi alma, y merezca después de ella, de la Divina Misericordia, la eterna y cumplida felicidad en la Gloria. Amén.


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