domingo, 24 de enero de 2021

VISITA AL SEÑOR DE LAS AMPOLLAS

 


VISITA PIADOSA AL SANTÍSIMO CRISTO DE LAS AMPOLLAS

QUE SE VENERA EN LA SANTA IGLESIA CATEDRAL DE YUCATÁN, MÉXICO

 

Hoctún, Yucatán

Año de 1914

 

ORACIÓN

Cubierto de rubor y de vergüenza, vengo a vos ¡Oh Dios de amor! Al ver mi ingratitud y el olvido de vuestras finezas. No quisiera levantar mis ojos a miraros, oprimido del enorme peso de mi maldad, más cual otro publicano desde el abismo de mi nada, solo os pido que me seas propicio y tengáis misericordia de mí. Si, Señor, este solo alegato le queda al desgracio que dejó vuestra casa, que extravió sus caminos, que se alejó a la región distante del pecado. Más al ver la bondad con que recibís al pródigo, cobra aliento mi corazón, y sin detenerme más en mis revoluciones, me vuelvo a vos, y publico mis pecados diciendo las palabras de aquel hijo que lloraba arrepentido su desgracia: Padre mío, peque contra el cielo, y delante de ti, ya no soy digno de llamarme hijo tuyo: Hazme Señor, como uno de tus criados. Franquéame ¡Oh Jesús mío dulcísimo! La entrada a esas tus Llagas, y halle una benigna acogida en el Sagrado de tu amantísimo corazón. Amén.

Ahora se rezan las cinco Llagas, diciendo un Padre nuestro y Ave María, después de las siguientes:

 

AL PIE IZQUIERDO

Por la Llaga que sangrienta

En el pie izquierdo tenéis

Que tanto al perdón me alienta,

Pido, mi Dios, que ajustéis

Con vuestra sangre mi cuenta.

Padre nuestro, Ave María y Gloria.

 

AL PIE DERECHO

Pues un mar de llagas hecho

Estáis mirando mi Dios,

Tan mal herido mi pecho,

Curadme con la que vos

Tenéis en el pie derecho.

Padre nuestro, Ave María y Gloria.

 

A LA MANO IZQUIERDA

Por la de la mano izquierda,

Que os hizo el clavo cruel,

Que vuestro dolor recuerda

Clavadme en ella con el

Para que yo no me pierda.

Padre nuestro, Ave María y Gloria.

 

A LA MANO DERECHA

Pues por mi remedio es hecha

La Llaga que me mostráis

Pido, al dar la cuenta estrecha,

El que en ella me pondréis

A vuestra mano derecha.

Padre nuestro, Ave María y Gloria.

 

AL SANTÍSIMO COSTADO

Por la del Costado abierto,

Que muerto la lanza abrió,

Y que es mi seguro puerto,

Os pido no tenga yo

Que sentir después de muerto.

Padre nuestro, Ave María y Gloria.

 

ÚLTIMA

Pues vuestra Sangre, Señor,

En mi remedio se emplea

Concédeme vuestro amor,

Y no permitáis que sea

Ingrato a tan gran favor.

Padre nuestro, Ave María y Gloria.

 

 

¡Oh Dios mío dulcísimo! Yo se que la vida verdadera consiste en conocerte y en amarte a ti y al que enviaste a la tierra, que es Jesucristo tu Hijo Unigénito, en quien tienes todas tus divinas complacencias. Te pido, pues Señor, por el mismo la luz para conocerte y amarte.

Si, Dios mío: conózcate y ámete a ti, conocedor mío, que has hecho morir por amor mío en esa cruz a tu verdadero Hijo Jesús con una muerte cruel, dura y afrentosa, por ampararme a mí, lo desamparaste, por consolarme a mí, le hiciste beber el cáliz de la pasión y la amargura, y, lo que, es más, para que sufriera sumo dolor, cargaste sobre el las iniquidades todas y los pecados míos, y de todos los hombres. ¡Que amor tan infinito y tan mal correspondido! ¡Ah! ¡Asómbrense los cielos y sean conmovidos los ejes de la tierra al ver tan gran exceso de finezas y este extremo infinito de amor! Ruégote pues ¡Oh Jesús! ¡Oh Hijo Unigénito del Padre! ¡Oh dulce amador y abogado mío! que muestras esas llagas, preséntale siempre a tu Eterno Padre esas señales de tu infinito amor, para que registre en ellas la escritura que rasgaste del decreto de muerte, dado en el paraíso en castigo del pecado contra mí, para que, viéndola tu Padre, me conozca por suyo y me perdone. Amén.

 

 

ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES

¡Oh Reina Soberana y Divina Señora, en cuyas manos puso a vuestro Hijo Santísimo la suerte mía y la de todos los mortales, cuando en la persona del Evangelista San Juan os nombro por Madre, Amparo y Asilo mío, y de todos los hombres! Yo os suplico Señora, volváis vuestros ojos misericordiosos a este humilde esclavo, y el más miserable y pequeñuelo de vuestros hijos, pero que se precia de amaros, y pone en vos su suerte, para que con vuestro manto lo cobijéis y le hagáis participante de vuestras piedades y de vuestra clemencia. Amén.

Una Salve a María Santísima.

 

 

ORACIÓN FINAL

Dios nuestro Señor nos bendiga, nos defienda, nos de su auxilio y tenga misericordia de nosotros, vuelva a nosotros su piadosísimo rostro, nos dé paz y salud. Dios nuestro Señor bendiga esta casa, cuide a todos los que en ella estamos y habitamos, a ella y a nosotros nos libre de todas las calamidades, en virtud del dulcísimo nombre de Jesús.

 

Jesús Nazareno, rey de los judíos, líbranos Señor, de todos nuestros enemigos del alma y cuerpo. 



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