DEVOTO TRIDUO DEDICADO A SEÑORA SANTA ANA PARA REZARLE
LOS TRES PRIMEROS MARTES DE CADA MES.
Imprenta de Antonio Vanegas Arroyo. Calle de Santa
Teresa núm. 1. México, Año. 1901
PRIMER MARTES.
Señora Santa Ana,
Madre de la Niña
Reina Soberana
Que el mundo ilumina.
De mí no te apartes,
Ni un solo momento
Y dame los martes
Celestial sustento.
La persona devota de Señora Santa Ana, que no pueda
practicar este rezo en alguno de los martes del mes, puede encomendárselo a
otra que lo desempeñe.
ACTO DE CONTRICIÓN
¡Señor mío Jesucristo! Al presentarme en este instante
ante tu divina presencia, mi corazón se conmueve, me falta el aliento,
desfallece mis fuerzas sólo al contemplar que no me encuentro digno de implorar
tu clemencia porque mis graves culpas te tienen ofendido. Tú naciste para el
hombre y moriste en la Cruz por el hombre, ¿y que este miserable ser haya pagado
tus bondades con viles ingratitudes, sin considerar que por su causa fuiste
cruelmente despedazado, sufriendo una muerte ignominiosa enclavado en una cruz?
¿Que los remordimientos de nuestra conciencia no serán suficientes para aplacar
tu justa ira, cuando ya hemos detenidamente considerado lo mucho que te hemos
ofendido? ¡Oh Dios mío!, mi labio balbuciente apenas puede confesar su contrito
arrepentimiento. Dame aliento Señor, para adorarte, escucha los suspiros que
exhala mi corazón, haz que mi alma salga triunfante de las tentaciones del
demonio, y que como un Antonio de Padua o un Camilo de Lelis, haga huir de la
imaginación, todas aquellas diabólicas ideas que me rodeen, para que de esta
suerte pueda practicar una vida religiosa, haciéndome acreedor de alcanzar tu
gracia y tu perdón. Amén.
ORACION
¡Oh venerable y celestial Señora!, dignísima Madre de
la que es reina del cielo y de la tierra, de la Inmaculada Virgen María
Santísima, de la que es Refugio de pecadores, Consuelo de afligidos, amparo de
caminantes, alivio de los enfermos y de incomparables virtudes para todo el
género humano y admiración de toda la corte celestial, por esa divina Niña,
Madre, después de Nuestro Señor Jesucristo, te suplico, ¡oh dichosísima Madre
de María!, recibas estos tres Padre Nuestros y Ave Marías, en honra y gloria
del Augusto Misterio de la Santísima Trinidad y de la Sagrada Familia de Jesús,
María y José, en unión tuya y de señor San Joaquín, para que no me falte nunca
el socorro espiritual y corporal. Amén.
Tres Padre Nuestros y tres Ave Marías.
SEGUNDO MARTES
Tú que los bienes repartes
Madre Señora Santa Ana,
Dame un socorro los martes
Por tu Niña Soberana.
El acto de contrición y la siguiente
ORACIÓN
Venerable y virtuosísima Señora Santa Ana, que amante
de la soledad y del retiro cultivaste tu corazón, como una purísima flor,
dándole abrigo en él a las preciosas virtudes que son tan estimables a los ojos
del Señor. Tú que tuviste la grandísima dicha de ser Madre de la Santísima
Virgen María, la que por un don premeditado del Altísimo había de ser por
excelencia pura y sin mancha; por esa divina niña te pido me socorras en mis
presentes necesidades y hagas que se purifique mi alma, a fin de serle
agradable ante los ojos de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Tres Padre Nuestros y tres Ave Marías.
TERCER MARTES
Madre Señora Santa Ana;
Socórreme en este día,
Que me valga en la semana
La pureza de María.
Acto de contrición y la siguiente:
ORACIÓN
¡Oh Madre mía, Señora Santa Ana!, que, poseyendo tanta
grandeza, quisiste pasar tu vida en medio del silencio y del retiro,
consagrándote a la más humilde pobreza, a ti, venerable señora que cual otra Sara
tuviste el singularísimo caso de concebir a la Niña más adorable del cielo y de
la tierra, después de una edad enteramente avanzada; a ti, dignísima esposa de
Señor San Joaquín, padre de este tesoro santo de virginidad. A ti te hemos
consagrado este Triduo, a fin de que nos socorras en nuestras más penosas
miserias; suplicándote a la vez inflames nuestros corazones en la divina
lámpara de la fe, para que viviendo santa y religiosamente e invocando sin
cesar al Misterio Altísimo de la Santísima Trinidad, lo mismo que a la sagrada
familia compuesta de Señor San Joaquín, Señora Santa Ana y Jesús, María y José,
logremos alcanzar una buena muerte, para ir a alabar y bendecir a su Divina
Majestad en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Tres Padre Nuestros y tres Ave Marías.
Colaboración de Carlos Villaman
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