jueves, 18 de febrero de 2021

TRES MARTES A SEÑORA SANTA ANA

DEVOTO TRIDUO DEDICADO A SEÑORA SANTA ANA PARA REZARLE

LOS TRES PRIMEROS MARTES DE CADA MES.

 

Imprenta de Antonio Vanegas Arroyo. Calle de Santa Teresa núm. 1. México, Año. 1901

 

PRIMER MARTES.

 

Señora Santa Ana,

Madre de la Niña

Reina Soberana

Que el mundo ilumina.

 

De mí no te apartes,

Ni un solo momento

Y dame los martes

Celestial sustento.

 

La persona devota de Señora Santa Ana, que no pueda practicar este rezo en alguno de los martes del mes, puede encomendárselo a otra que lo desempeñe.

 

ACTO DE CONTRICIÓN

¡Señor mío Jesucristo! Al presentarme en este instante ante tu divina presencia, mi corazón se conmueve, me falta el aliento, desfallece mis fuerzas sólo al contemplar que no me encuentro digno de implorar tu clemencia porque mis graves culpas te tienen ofendido. Tú naciste para el hombre y moriste en la Cruz por el hombre, ¿y que este miserable ser haya pagado tus bondades con viles ingratitudes, sin considerar que por su causa fuiste cruelmente despedazado, sufriendo una muerte ignominiosa enclavado en una cruz? ¿Que los remordimientos de nuestra conciencia no serán suficientes para aplacar tu justa ira, cuando ya hemos detenidamente considerado lo mucho que te hemos ofendido? ¡Oh Dios mío!, mi labio balbuciente apenas puede confesar su contrito arrepentimiento. Dame aliento Señor, para adorarte, escucha los suspiros que exhala mi corazón, haz que mi alma salga triunfante de las tentaciones del demonio, y que como un Antonio de Padua o un Camilo de Lelis, haga huir de la imaginación, todas aquellas diabólicas ideas que me rodeen, para que de esta suerte pueda practicar una vida religiosa, haciéndome acreedor de alcanzar tu gracia y tu perdón. Amén.

 

ORACION

¡Oh venerable y celestial Señora!, dignísima Madre de la que es reina del cielo y de la tierra, de la Inmaculada Virgen María Santísima, de la que es Refugio de pecadores, Consuelo de afligidos, amparo de caminantes, alivio de los enfermos y de incomparables virtudes para todo el género humano y admiración de toda la corte celestial, por esa divina Niña, Madre, después de Nuestro Señor Jesucristo, te suplico, ¡oh dichosísima Madre de María!, recibas estos tres Padre Nuestros y Ave Marías, en honra y gloria del Augusto Misterio de la Santísima Trinidad y de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, en unión tuya y de señor San Joaquín, para que no me falte nunca el socorro espiritual y corporal. Amén.

Tres Padre Nuestros y tres Ave Marías.

 

 

 

 

SEGUNDO MARTES

Tú que los bienes repartes

Madre Señora Santa Ana,

Dame un socorro los martes

Por tu Niña Soberana.

 

El acto de contrición y la siguiente

 

ORACIÓN

Venerable y virtuosísima Señora Santa Ana, que amante de la soledad y del retiro cultivaste tu corazón, como una purísima flor, dándole abrigo en él a las preciosas virtudes que son tan estimables a los ojos del Señor. Tú que tuviste la grandísima dicha de ser Madre de la Santísima Virgen María, la que por un don premeditado del Altísimo había de ser por excelencia pura y sin mancha; por esa divina niña te pido me socorras en mis presentes necesidades y hagas que se purifique mi alma, a fin de serle agradable ante los ojos de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Tres Padre Nuestros y tres Ave Marías.

 

 

 

TERCER MARTES

Madre Señora Santa Ana;

Socórreme en este día,

Que me valga en la semana

La pureza de María.

 

Acto de contrición y la siguiente:

 

ORACIÓN

¡Oh Madre mía, Señora Santa Ana!, que, poseyendo tanta grandeza, quisiste pasar tu vida en medio del silencio y del retiro, consagrándote a la más humilde pobreza, a ti, venerable señora que cual otra Sara tuviste el singularísimo caso de concebir a la Niña más adorable del cielo y de la tierra, después de una edad enteramente avanzada; a ti, dignísima esposa de Señor San Joaquín, padre de este tesoro santo de virginidad. A ti te hemos consagrado este Triduo, a fin de que nos socorras en nuestras más penosas miserias; suplicándote a la vez inflames nuestros corazones en la divina lámpara de la fe, para que viviendo santa y religiosamente e invocando sin cesar al Misterio Altísimo de la Santísima Trinidad, lo mismo que a la sagrada familia compuesta de Señor San Joaquín, Señora Santa Ana y Jesús, María y José, logremos alcanzar una buena muerte, para ir a alabar y bendecir a su Divina Majestad en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Tres Padre Nuestros y tres Ave Marías.

 

 Colaboración de Carlos Villaman


 

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