lunes, 22 de marzo de 2021

MES DE MARZO A SAN JOSÉ - DÍA VEINTIDÓS

CONSIDERACION XXII.

Las memorias de aquel tiempo no hablan del género de vida que el señor san José hizo entre los egipcios, ni de las demostraciones de humanidad con que recibieran al extranjero aquellas gentes; todo esto, pues, solo puede conjeturarse

y describirse ya por el genio amable, y ya por el nombre común de justo con que el Espíritu Santo le da a conocer en el Evangelio, y también por la fortuna del otro José, que vino al mundo representando al Padre estimativo de Jesús. De aquel José que era imagen de Este, nos dice la historia sagrada que, en Egipto, que fué el magnífico teatro de su virtud, se concilió el amor de la nación con su genio cortes y afable. Si esto hicieron los egipcios en vista de los atractivos que llevaba la imagen en sus grandes prendas, es verosímil que se excediesen a sí mismos en las demostraciones de civilidad y amor, cuando tuvieron la fortuna de ver el original en que aparecían tan superiores las ventajas. Estando, pues, el Santo, como se presume, tan bien recibido, es creíble que se valdría de su aceptación para mostrar con cordura y certeza a los egipcios la falsedad de aquellos ídolos extravagantes que adoraban, y para enderezar las costumbres por los caminos de la ley natural y divina. En fin, el señor san José cuya pobreza siempre fué honrada y que nunca se abatió a la mendicidad, logrando mantenerse en todo tiempo a sí y a su familia con la industria de su trabajo, tuvo indudablemente el consuelo de ver en Egipto el fruto de sus afanes por la gloría de Dios en la conversión de muchos a la verdadera religión; y aun algunos se  adelantan a afirmar que presenció algunas ruinas de la idolatría que causó el Niño Dios con su presencia.

 

 

 

ORACION

Oh sapientísimo José, que profundamente enseñado en la escuela de Jesús y María, pudiste ser constituido doctor de las gentes y desempeñaste gloriosamente el misterio de la fé con muchos; yo te ruego que ilustres mi torpe entendimiento con las luces de tu ciencia divina, para que, conociendo lo que debo de creer y practicar, lo obre ayudado de tu poderosa protección. Amén.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ANOTACIONES

Al hablar sobre la piedad popular, es referirnos a aquellas devociones que antaño se hacían en nuestros pueblos y nuestras casas, cuando se...